Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Historia de monstruos. por DMOll08

[Reviews - 10]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Por alguna razon el capitulo 12 se subio varias veces, asi que aparecen como 17 capitulos pero en realidad son solo 14 ._. y no se que hacer para eliminar los sobrantes

 

Por cierto estoy escribiendo un fic de YoI que trae JJxYurio, OtabekxYurio JJxIsabella y JJxYurioxOtabek, leanlo, se que les va a exitar (?

-Los monstruos que no aman a los humanos-

 

XIV

 

El licántropo se dirigio al aula donde debería encontrarse Eren, pero este dia era diferente, Eren no asistirá a clases y a petición de Hanji él debía ir y excusarse. Sin nada de entusiasmo llegó hasta el aula, se quedó parado por unos instantes pensando en que exactamente debía decir o si debía decir algo realmente. Releyó el papel que Hanji le había dado.

-Mikasa- murmuró.

Una joven se acercó a  él al notar que no era un estudiante de esa aula.

-¿Buscas a alguien?- preguntó al acercarse.

Jean no la miro.

-Mikasa Akerman- se inclinó un poco hasta quedar cara a cara con la chica -¿Donde esta?

La joven lo miró con estupor al notar el dorado de sus ojos, el licántropo se percató de eso y se irguió nuevamente. La joven giró sobre sus talones y se dirigió a un chico rubio de ojos azules.

-Buscan a Mikasa- dijo al rubio.

-Ella no está- respondió mirando por el rabillo del ojo al licántropo. Lo había visto anteriormente. Eren tampoco estaba.

-Parece un tanto enojado- murmuró cerca del chico.

Armin se levantó para hablar con el.

-Mikasa no está, lo siento- se disculpó. El rubio era más bajo por una cabeza, incluso la chica anterior era más alta.

-Eren Jeager- dijo con voz ronca -Soy amigo de su familia- explicó -El esta enfermo, no podrá asistir hoy- le entrego un justificante.

-El no nos avisó ¿Es grave?

-No realmente.

-¡Espera!- lo detuvo -¿Como te llamas?- Armin lo miraba curioso -Tus ojos…- dijo mirándole casi embelesado -Son dorados. Por un momento temió que su monstruosa naturaleza quedase descubierta.

-No los veas mucho- le reprendió. Se marchó dejándolo a este confundido.

Armin entró al aula, guardo el justificante en una carpeta, se lo entregaría a Mikasa después.



--...&...--



Ymir recorría los pasillo sin entusiasmo. Los días en la escuela eran torpes y aburridos. Cosas como leer o ecuaciones le parecían una molestia. Solo quería irse y jugar con algo interesante. Hanji lo le había contado mucho, solo un poco, todo superfluo para su gusto, pero si lo llevo con Jean significaba que era importante. Escucho unos paso tras de sí, giro alerta para ver quien le seguía. La misma chica rubia del otro dia.

-¡Ymir!- se acercó a ella feliz -Te estaba buscando.

Ymir la miró como si esta fuese una criatura  estúpida.

-No me sigas- masculló

-Lo siento, sólo quería hablar contigo- bajo su cabeza ante el tono de disgusto de la chica con pecas  -Me preguntaba si podíamos ir a almorzar.

-No- tajo.

-Pero…

Ymir siguió su camino.

-¡Espera!- grito -Solo por esta vez- rogó.

¿Interactuar con un humano?

-Es un fastidio.

-Podríamos ir a comer…

-¿Comer que?

-Bueno…- se encogió de hombros -¿Te gustaría algo en especial?

-En todo caso no tengo dinero- mintió. Si tenia dinero, solo quería deshacerse de la chica.

-¡Oh, no importa!- dijo esta -Yo te invito.

Ymir frunció el ceño ante la negativa de la chica de dejarle ir.

-Como sea.

-¿Eso es un sí?- preguntó con sus ojos azules brillantes de emoción.

-Si.

-¡Te esperare en la salida!- se despidió.



--...&...--

 

Con los ojos cerrados Eren inhalaba y exhalaba el aire. Parecía tranquilo, por dentro algo le hacía sentir afligido. Aquel pavoroso sentimiento de culpa. Temeroso abrió los ojos para darse cuenta que se encontraba solo. Los volvió a cerrar. El rostro del vampiro apareció en su mente, tan afligido que lo único que logró producir fue un quejido doloroso. Él sabía que Levi no quería herirle, tal y como dijo Jean "No podemos ignorar nuestra propia naturaleza, así como tu no puedes ignorar la tuya". Imagino que sus sentimientos llegaban hasta el.
Si Hanji sospechara algo. Cerró los ojos con fuerza ante la idea. De ser asi ¿Que diria? ¿Se opondría? ¿O solo daría media vuelta y los dejaría ser? Pensó en Hannes, y en todo caso ¿Si quiera es posible ese tipo de relaciones?
El no quería ser cuidado siempre. Jean tenía razón. Todo este tiempo él ha sido una molestia. Deseaba entrenar y volverse fuerte. Luchar por su causa. ¿Cual es su causa?
Alguien le está cazando. ¿Que clase de terrible pecado cometido en su vida pasada para merecer esto? ¿A quien le hizo daño? Apretó sus labios intentando sofocar su miedo, sus labios temblaban y sus cuello empezaba a doler por las malas noches. Sintió el dolor en su mano, la carne herida de la palma. Intento no llorar y se resignó a quedarse ahí, y lamentarse.





--...&...--

 

Por su parte Jean no tenía tiempo para preocupaciones. Se dirigió a la cancha con la esperanza de encontrarse con aquel humano que tanto le gustaba. Al llegar ahí estaba. Como todos los días. Desprendiendo el suave aroma que tanto le caracterizaba.

-¡Marco!- gritó su nombre a la distancia.

El chico lo miró mostrando su pecoso rostro.

-¡Jean!- le saludo. Dejó el balón caer en el suelo dirigiéndose a su amigo.

-¿Te quedarás a practicar?- pregunto. Podía oler el sudor, oír el corazón agitado y la respiración intentando armonizarse.

-Sí- respondió intentando calmar sus agitada respiración.

-Bueno…- Jean observó el balón rodar -Mañana podríamos ir a tomar algo juntos- dijo un tanto avergonzado. No había pensado mucho en como invitarlo.

Marco no lo pensó.

-¡Si!- respondió de inmediato.

Jean sonrió ante la respuesta.

-Te veo mañana- se despidió.

Marco recogió el balón y siguió practicando. El licántropo había olvidado que en su departamento le esperaba el humano de ojos verdes.

-Mierda- se detuvo al recordar aquello.  Siguió su camino. Era irremediable. Tenía un par de cosas que enseñarle al humano. Entre sus pasatiempos definitivamente no se encontraba ayudar a las personas, solo lo haría esta vez y ya. Del resto que se encargue Hanji.

Abrio la puerta para toparse con la penumbra. Apenas eran las tres de la tarde, no lo suficiente como para oscurecer, aún así no lograba ver con claridad. En el sofá hecho un ovillo se encontraba Eren, tenía la cara descubierta y sus manos apretadas a su pecho.

El licántropo se inclinó hasta reposar de rodillas frente al humano que dormitaba.

-Despierta- dijo molesto.

Los ojos verdes se abrieron, lo miraron como si no comprendiesen el por que de la presencia.

-¿Que hora es?- preguntó adormilado.

Jean se levantó, caminó hasta llegar a la ventana corrió las cortinas dejando entrar la luz que ha borbotones iluminó la sala.

-Las tres- respondió.

-¿De la tarde?

-¿Acaso no lo vez?- lo tomó de la muñeca.

Eren parpadeó aturdido mirando a su alrededor, observó la luz iluminar la sala entrando desde la ventana.

-No me he sentido bien ¡Déjame en paz!- se escondió entre las mantas.

Jean enojado jalo la tela rasgandola. Eren en posición fetal cubría su rostro.

-¡Te ayudare a volverte fuerte!- grito ante la negativa del humano -¡Te ayudare!

Al oírlo el chico se levanto quedando sentado en el mueble.

-¿Me ayudaras?- dijo desconfiado frunciendo el ceño. Con ojos furtivos observó al licántropo analizándolo como si no creyese sus palabras -¿Por qué harias eso?

-Yo tambien quiero proteger a alguien.

-¡Quiero ser fuerte!

-Debes entrenar- se sentó en el sofá junto al chico quedando de frente quito con sus manos los tajos de tela entre sus dedos -Te comportas como un idiota, iremos al bosque, alístate, yo iré buscare unas cosas- dejó solo al humano en la sala, este se quedo observando los pedazos de tela que caían al suelo. Se levanto, camino hasta la habitación que Jean le había dado, sintió la nostalgia al darse cuenta de que no era su casa con Hannes, la extrañaba, el hombre le había dicho que volvería en un par de días. Saco ropa de la maleta para cambiarse. Oía el movimiento de cosas. Traqueteo y cosas caer, también las maldiciones del licántropo. Al terminar de vestirse abandonó la habitación para quedarse en silencio en la sala esperando al chico.

-Toma-. Jean apareció de entre el pasillo. Extendió su mano entregandole un pedazo de tela negra cosida con inscripciones bordadas en hilos dorados.

-¿Qué es?- preguntó aceptandola. La miro entre sus palmas.

-Un sortilegio- respondió el licantropo. Él llevaba consigo una maleta grande negra. -Hanji lo hizo para ti, no te lo había dado porque te la pasabas encerrado y no dejabas de balbucear estupideces, tómalo, te será útil-. El licántropo por su parte llevaba uno parecido, lo único que los diferenciaba era el símbolo bordado en dorado, Jean lo llevaba atado con un hilo rojo alrededor de su muñeca. Pronunció un par de palabras en una lengua que Eren no logro entender, por el tono dedujo que era algún tipo de conjuro. Un portal se abrio de sus bordes desprendía iridiscencia al otro lado pudo ver el bosque, los árboles y el pasto verde. El aroma del bosque golpeó su rostro.

-Vamos- ordenó el licántropo -Ve antes de mi.

Eren lo miró con desconfianza.

-Soy yo quien debe cerrar el portal, si voy antes se cerrará y te quedaras aqui- explico ante la consternación y desconfianza del chico. Soltó un bufido. -Entrenaremos en el bosque.

Eren asintió y paso a través del portal. Sintió una oleada de calor, un ligero mareo, escuchó el crujido del pasto al ser pisado, se dio cuenta de que se encontraba en el bosque, aspiro la fragancia, nunca había hecho algo así y para el licántropo era algo tan normal. Pensó en Levi y si este usaba ese tipo de cosas, como un sortilegio y portales a otros lugares. Levi. Jean llegó tras él; pronunció unas palabras. El portal se esfumó soltando un chasquido, como pequeños puntos brillantes se desintegró dejándoles en el bosque.

-Buen- camino el licántropo delante del humano -Aquí es muy poco probable que alguien venga, normalmente no hay humanos por aqui, solo animales, pero los animales te ven y se van, aunque hay osos.

-¿Osos?- lo miro asustado.

-No es un verdadero problema si no los molestas, después de todo los intrusos aquí somos nosotros- dejó la maleta en el pasto, se escuchó el chocar de mental -Entonces…- abrió el cierre y dejo ver el interior: un par de espadas, cuchillas y armas de otro tipo. -El dia que estabas con Hanji- sacó una daga en su funda, la desenfundo mostrando el color plateado de esta, el mago era de cuero marrón, parecía desgastada por el tiempo y uso.

Eren retrocedió al verla.

-Toma- se la ofreció -Debes aprender a usar estas cosas, son ligeras y fáciles de esconder ¿Vez el filo?

Eren la tomo.

-Es aleación de plata- explicó -Daña a humanos y vampiros, sea lo que sea que pase es mejor que la lleves, ten ponla en su funda.

-¿Es una buena idea que la lleve?

-Será mejor que no la lleves a las escuela.

-Ymir lleva una.

-Ymir esta loca- cogio un par de guantes de cuero del interior -Y esto para que no te cortes- le lanzó los guantes. Eren los atrapó. -El sortilegio de Hanji es para protección, ellos no podrán olerte y creerán que eres uno más, si no pueden olerte no existes.



--...&...--



Erwin buscaba algo en el bosque. No algo, alguien. Necio buscaba  a aquellas criaturas de las que el hombre viejo hablaba, las mismas que noches antes había visto en video y ahora le atormentaban en cruele sueños vividos. Despertaba en la madrugada sintiendo que algo se aferraba a su cuello y le robaba la vida. Nada más que sueños.  Deseaba ver con sus propios ojos a esas criaturas salidas de las entrañas del infierno. Y si no podría destruirles las ahuyentaria a como diera lugar. El dia anterior y el anterior intento contactar con su viejo mentor. No obtuvo éxito alguno. Caminaba por el bosque clavando sus pies sobre la tierra húmeda. Quería verlos, tocarlos y matarlos.

“Cada veinte años llegan” repaso lo dicho por el hombre viejo.

Sintió la vibración de su móvil en el bolsillo de su chaqueta, el sonido lo liberó de sus pensamientos. Sacó el aparato respondiendo a la llamada.

-Aqui Smith.

-Smith-  dijo un hombre al otro lado de la línea. Reconoció la voz al instante. Un compañero de trabajo.

-Sí ¿Qué ocurre?- preguntó ante el tono de voz.

-Ven de inmediato a las oficinas, algo ha pasado y hay mucho movimiento. Te interesará.

El detective escuchó tras él el sonido que hace una rama al quebrarse, giro para toparse con un venado. Suspiro. Por un momento pensó que era alguna de esas criaturas.

De entre los árboles Annie observó en silencio al detective. Los humanos empezaban a sospechar por los asesinatos y no le quedaba más remedio que cazar animales silvestres, prefirió ir sola que escuchar a Bertolt lamentarse y Reiner reñirle a ella por su comportamiento, además sabía que ella no le importaba a ellos, quizá a Bertolt, pero con Reiner era distinto, odiaba a Reiner porque éste actuaba como el líder. Ella no tenía líder. Lo aborrecía. Bertolt por su parte solo seguía y obedecía a Reiner. Sin opinión ni voz propia, siendo tan débil y teniendo que ser protegido por alguien mas fuerte. Después de todo con ellos dos eran diferentes. Fue Reiner quien convirtió a Bertolt y por lo tanto el lazo que les unía no podía ser roto ni siquiera por la muerte del otro. Si alguno de los dos moría el otro vagaría en desgracia por el mundo. Ella por su parte había sido transformada por una vampiresa que se arrojó al sol luego de no alimentarse durante meses. La vio volverse polvo y abandonarla condenada a la inmortalidad. Tuvieron que pasar años, fue así como se encontró con Vlad y solo Vlad la llevó hasta Reiner y Bertholdt a quienes puso como sus mentores y compañeros.



--...&...--

 

 

Primero debes mejorar tu condición física, incluso si puedes cargar una espada tener una mala condición física no sera de ayuda, debes aprender a luchar cuerpo a cuerpo- explicó -Por tu apariencia no practicas ningún deporte.

-No- afirmó.

-Esta no es una idea que me guste, pero puedes usar mi gimnasio personal.

-¿Tienes un gimnasio personal?

-Si, es esa habitación donde no te dejo entrar.

-¿Entonces por qué vinimos aquí?

-El sortilegio que te di puede ayudarte en muchas cosas, ellos no podrán olerte, pero si verte, en todo caso ellos ya saben quién eres, podría enseñarte un par de cosas- se agacho y jalo de la correa la maleta que antes había dejado sobre el pasto, abrió el cierre y sacó una pequeña caja de madera rojiza -Son runas- la sacudió. Se escuchó el sonido de varias piezas pequeñas chocar entre sí -Serán solo conjuros básico, nada muy complicado, eres solo un humano- dijo con tono despectivo -No puedes usar magia en si, pero puedes usar lo simple de las runas- se sentó en el verde pasto, colocó las caja de madera entre sus piernas -Ve- la abrió y sacó una de las pequeñas runas cuadradas, al igual que el sortilegio que le había dado estas tenían extraños símbolos tallados sobre ellas, cada uno distinto al otro -Todas tienen su propia función.

Eren se sentó en el pasto imitando al licántropo. Extendió su mano para tomar una de la caja.

-No, no las toques- la alejó Jean -Aún no.



--...&..--

 

 

No entendía por qué razón aceptó la invitación de la humana. Solo la conocía de esa vez y en las ocasiones en las que la veía pasar por los pasillos de la escuela. Quizá fuese por lo que ocurrió ese día. El dia que la joven rubia se arrojó de un risco esperando su muerte al impactar contra el suelo; ella por su parte actuó por mero impulso la tomó entre sus brazos antes de que ésta cayera a las fauces de una muerte segura. No lo hizo por buena voluntad ni siquiera entendía por qué lo hizo, cuando se dio cuenta tenía a la joven rubia mirándole con sus grandes ojos azules. Fue así. Tan extraño.

Tenía que asistir a clases, sus clases terminaban una hora más tarde de lo habitual, Jean se había marchado antes en busca del humano, dijo algo sobre ayudar a Hanji e intentar hacer algo por el chico. Mientras caminaba con la finalidad de abandonar la institución vio al otro humano, el chico con pecas en la cara como ella, solo que el tiene pecas en todas partes como si con un pincel de tinta negra le hubieran salpicado la piel. Supuso que por algo el licántropo lo quería tanto, aunque a ella le costase entender ese tipo de relaciones. Los como ella tenía prohibido estrechar lazos con humanos que no fueran extremadamente necesarios. Por esa misma razon no entendia por que aceptó la oferta de la humana. Bien y pudo haberse negado de tajo. No lo hizo. Solo no lo hizo.

Se quedó parada en la entrada. No vio por ninguna parte a la chica, se vio a sí misma buscandole con la mirada, pensó en simplemente marcharse y luego inventar una excusa.

-¡Ymir!- escucho la voz de la chica, esta aparecio detras de ella -Lo siento, se me hizo un poco tarde- se disculpó.

-No importa- negó con la mano.

-Me alegro mucho que vinieras- tomo su mano morena entre las suyas más pequeñas -Por un momento creí que te desagrada.

Ymir se encogió de hombros.

-No es así- la alejó ante el contacto. Krista la miro sin comprender el por que de su comportamiento -¿Que quieres hacer?

-Podríamos ir por un helado- sus ojos brillaron. Grandes y azules. Por un momento pensó que parecía una muñeca -Hay una heladería cerca de aquí.

-Como sea- acepto sin mucha emoción.

Ambas caminaron juntas dirigiéndose a la heladeria. El clima era bueno, auna había luz y el ambiente no estaba tan cargado del bullicio de los estudiantes. La pequeña chica rubia desprendía alegría. Ymir no entendía por qué algo como ir por un helado la hacía tan feliz.




--...&...--

 

 

El lugar que antes contó con un bullicio signo de vida se encontraba lúgubre y abandonada, lo único en sus interior era dos criaturas afligidas luchando contra su propio instinto de devorar. El vampiro de ojos olivos observaba el abrigo que antes la mujer letal le entregó.

-No tardará en venir- dijo con voz extraña e incorpórea -Si está detrás del chico es probable que pronto lo veamos.

Levi la miro por el rabillo del ojo, tomó el abrigo y se dispuso a marcharse.

-Hay más personas ayudandole- dijo la mujer, movió su cabeza asintiendo -Probablemente lo llevan siguiendo desde hace tiempo, años quizá.

-¿Qué sabes tú?- preguntó el vampiro desde el pasillo.

-No mucho, solo mas que tu- afirmó -Sé que detrás de esto hay un culto, también que ha estado transformando más vampiros probablemente no para un ejército, pero sí como para tener un pequeño culto a su favor, aun asi no tiene sentido que quiera solo al chico.

-Es por que es uno de sus descendientes.

-En parte- afirmó ante lo dicho por la criatura -Es solo una rama menor, hijos de sus hermanos, Vlad sería su tío tataratatarabuelo, la primera rama familiar está perdida, quizá sea el solo el chivo expiatoria mientras Vlad encuentra a la primera rama familiar o quizá el chico si sea el último de la familia, a decir verdad lo dudo, él incluso ni siquiera tiene el apellido porque la rama secundaria fue dividiéndose hasta dar con él como el último, no se puede perder toda una línea familiar contando que han pasado años y está probablemente se dividió al igual que las otras.

-¿Qué quieres decir con todo esto?

-Si encontramos a los descendientes de la primera línea podríamos darles a ellos y quedarnos con el chico.




--...&...--




Se escuchó el sonido de la puerta principal abrirse. El sonido de pasos acercarse contra el piso. Ninguna de las dos criaturas inmortales pareció inmutarse ante la interrupción.
 - No veo nada- se escucho la voz de la cazadora. Esta encendio la luz y se topó con la criatura lúgubres dentro , llevaba consigo una nevera roja . -¿Qué pasa?- pregunto al notar la expresión en el rostro de Levi.
 - Le explicaba un par de cosas- respondió la mujer de cabello negro negro.
 Hanji camino hasta la mesa dejando la nevera sobre esta, se escuchó el sonido del plástico chocar contra la madera.
 - ¿Sobre las ramas familiares?- preguntó la cazadora.
 - Si, eso- afirmó Lilith -Mirale la cara- señaló con un ademán del rostro -No me cree ¿Tanto me desprecias?- la última pregunta la hizo dirigiéndose a Levi que solo la ignoró fastidiado por toda la situación actual.
 El vampiro chasqueo la lengua. Tenía el rostro alargado y los pómulos hundidos, sus labios parecían coloreados de un púrpura pálido, resecos y quebradizos por la sed que lo agobiaba. Esta hambriento.
La cazadora se percató de eso.
 - Toma- Hanji abrió la nevera  dejando ver las bolsas llenas de sangre. Una sobre la otra -Debes alimentarte- se acercó al vampiro ofreciendole una.
 Levi la acepto.
 - ¿Que hay con las ramas familiares?- preguntó tomando entre sus manos la bolsa llena de sangre.
 - Eren desciende la rama secundaria, exactamente de unos de los hermanos de Vlad- dijo la mujer -Así que no es un descendiente de la forma en que creíamos- abrió el refrigerador y metió una de las bolsas de sangre dentro -Siendo el único hermano de Vlad del que tenemos registro dejó descendencia hasta ahora, Grisha era su tatara tatara, agregales muchos tataras sobrino de Vlad, se supone que hasta donde nosotros sabemos hay una rama principal- metió más de las bolsas dentro del refrigerador. Observo los litros de sangre apilarse dentro. -No sabemos dónde está la rama principal o si está aún existe, Vlad solo sabe que Eren es un descendiente seguro y...
 - Significa que hay mas...
 - Ya sabes, es una tradición.
 Levi apretó la bolsa entre sus puños, se relajo evitando no romperla.
 - Cada generación el primogénito del primogénito es quien debe encargarse de alimentar a Vlad, hace años murió el primogénito que mantenía a Vlad, así que este se echó a dormir para no perder fuerzas, hasta  hace tiempo que se levantó y transformó humanos para que lo alimentasen, no aguantara mucho sin el primogénito, por eso quiere a Eren, independientemente de si este no es uno de los de la rama principal.
 Levi asintió comprendiendo lo dicho por la cazadora. Entró a la cocina abrió la alacena y sacó una vaso de cristal, lo colocó en la mesa, desató el nudo del tubo de donación que impedía que la sangre saliera y virtio esta en el vaso de cristal. Lo bebió como era su costumbre.
Hanji lo miró con curiosidad y un deje de asco, nunca dejaban de producir curiosidad las criaturas con la naturaleza ajena a la humana, de algún modo pensaba en experimentar con Levi y así tener registros de un vampiro real, pero terminó siendo su ayudante en una extraña batalla por detener a Vlad.
Lilith por su parte observaba con deleite al vampiro hacer lo suyo.
El rostro de Levi se fue modificando. Ya no lucía como la criatura lúgubre y enferma que halló Lilith al entrar al lugar, ahora su piel adopta un color más vivo, como si fuese un humano, su mirada se hizo más intensa y sus ojos brillaban, se veía mas joven, mas vivo, sus labios enrojecieron y su rostro era bellísimo.
-Entonces encontraremos al primogénito de esta generación.
 Lilith y Hanji se miraron sin comprender a qué se refería el vampiro con lo dicho.
 - Y se lo entregaremos a Vlad- gruño. Se sentí con más fuerza y vitalidad. Furia. Una furia le consumía.
 - ¿No escuchaste?- espeto Hanji ante lo dicho por el vampiro -Eren es el único descendiente del que sabemos, ni siquiera es seguro de que siga existiendo descendientes de la primera rama.
 -Deben existir, su sangre se habrá mezclado, aun así uno debe seguir fuera, lo encontrare y Eren sera mio.
 - ¿Y si no?- cuestiono Hanji -¿Y si no existe ese descendiente? lo mejor es encontrar una forma de destruir a Vlad sin sacrificar a nadie más, se lo mucho que quieres a Eren...
 Lilith se carcajeo.
 - Pero no es justo sacrificar a nadie más.

 



 --...&...--


 

La noche caía sobre el denso bosque, en el interior de este en algún punto donde los humanos no tuvieran dominio, se escuchó el gruñido del cielo nocturno. Los animales se agitaron y huyeron despavoridos víctimas del terror que había llegado hasta el bosque. La luna era lo único que les brindaba luz, lejos de la ciudad las luces alimentadas por la electricidad no brindaban luz, tan lejanas del bosque solitario. Annie, Reiner  y Bertolt observaban a la criatura frente a ellos embelesados, casi hipnotizados, su creador se erguía frente a ellos, no cualquier creador sino era aquel que les había brindado la vida eterna.
Un hombre alto, de piel tan blanca que resplandecía compitiendo con la luna, de hombros anchos y porte elegante, majestuoso y soberbio, los miraba con ojos profundos y seductores del negro más oscuro que habían visto, su rostro hermoso de rasgos duros y varoniles, vestía ropas negras, debajo de su cuello llevaba un medallón rojo, se apoyaba en un bastón el cual era adornado por un dragón tallado con las fauces abiertas, sus labios carmín hicieron una amplia sonrisa que dejó ver sus blanquísimos colmillos.
 - Bienvenido- dijeron al unísono.
 Bertolt miró con temor a Vlad para luego dirigir su mirada a Reiner, el rubio estrecho su mano para tranquilizarle.
 - Esta bien- le susurro al oído colocando su brazos derecho sobre los hombros del chico -El no te hará nada.
 - Oh, querido- dijo Vald acercándose a él con paso firme -No me temas, soy yo quien le dio el poder a Reiner para convertirte en su compañero- tomó la mano del vampiro de cabellera negra y la beso -Jamas dañaria algo tan preciado para Reiner, él siempre tan leal- dirigió su mirada hacia Annie, esta lo miró con rostro frío, la estrechó entre sus brazos -Mi pequeña Annie, he vuelto.

Notas finales:

Ya casi termino con este fic, chao


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).