(Versión Stanley)
Su esposa le dejo… se divorció de él y se fue, al parecer ella decía que no le conocía y por lo tanto no lo amaba, no había amor en sus gestos ni en sus palabras y se fue.
Stan quería creer que ella algún día regresaría pero no lo hizo, lo mejor que se le ocurrió fue tomar sus pocas cosas que tenía abandonar la ciudad y huir a cualquier otro lugar. Se dio cuenta que encontrar oro era pues algo difícil de encontrar y que ahora sin el trabajo que el papá de Carla le había dado no le quedo de otra que comenzar a estafar a las personas vendiéndoles cosas que no servían para nada. Así empezó su vida de vandalismo y deshonestidad, la policía lo buscaba en varios estados y estaba vetado de más de la mitad de las ciudades fue un día que su suerte pareció cambiar.
Fue al sexto año y medio en el que se encontraba bebiendo en un bar, que un hombre con un fantástico cabello azul, mirada perdida y una genial chamarra de cuero negro entro al lugar. Nunca en su vida lo había visto y no pudo evitar quitar la mirada del sujeto hasta que llego a la barra del bar.
-¿Qué me miras? – le pregunto al descubrir que lo veía, Stan torció la boca y levanto los hombros restándole importancia al asunto en cuestión, hoy no se sentía con humor como para entrar en una pelea con alguien.
- Nada – contesto dando el último trago a su bebida, se limpió la boca con su mano derecha, dejo un par de dólares en la mesa y echando una última mirada al extravagante sujeto de negro quien no le quitaba los ojos de encima.
- Te me haces familiar ¿nos hemos visto antes no es cierto? – pregunto tomándole de la chamarra y acercándolo un poco a su persona enseguida Stan pensó que a lo mejor era alguien a quien había estafado se cubrió un poco más el rostro con su mano derecha – No. Me estas confundiendo de persona ahora suéltame enfermo mental – y salió corriendo del lugar, se subió a su automóvil rojo asegurándose que el otro no le siguiera y se fue a su cuarto de hotel.
En cuanto llego tomo una ducha de agua fría y se quedó pensando en todo el asco que era su vida, tenía la radio prendida y pudo escuchar cuando en esta mencionaban a su hermano, al parecer lo entrevistaban y este muy alegre contestaba a las preguntas, un coraje inaudito lo gobernó y golpeo con el puño cerrado el azulejo del baño soltando un fuerte gruñido. No sabía cómo, pero estaba seguro que su hermano tenía algo que ver con que Carla le dejara, odiaba que ahora se pavoneara de su dinero y fama a costa suya.
Sacudió la cabeza y comenzó a enjabonarse, tenía que buscar una manera de ganar dinero si quería pagar el alquiler de este mes puesto que ya estaba atrasado dos y le iban a echar en cualquier momento, además se había metido con un gánster y estafado al jefe de la policía así que estaba seguro que era cuestión de segundos para que le vinieran a buscar. Salió de la regadera y se puso la toalla en la cintura cuando abrió la puerta se encontró con el tipo del bar que bebía una de sus cervezas y a su lado quedaba la evidencia de que no era la primera.
-¿Qué? ¿¡Pero qué demonios!? ¿Cómo es? ¿Cómo fue que? – tartamudeo el castaño confundido.
- Te d-dejaste(eructo) la lla-llave del hotel en la ba-ba-barra, vine a devolvértela(eructo) ¿no es obvio?- dijo como si fuera lo más normal del mundo, movía mucho sus manos y era obvio que se encontraba medio ebrio el sujeto este; enseguida Stanley recordó que las llaves las tenía en su chaqueta roja y no en la barra, el muy infeliz le había robado pero lejos de molestarle le pareció indiferente.
- ¿y entrar a mi cuarto y beberte la mitad de mis cervezas es la mejor manera de pagarte por ese favor? –
- o-oye un -(eructo)- un gracias estaría bien – respondió mientras se sentaba en la cama y apagaba la radio – te me hiciste familiar en e-el baar(eructo) aunque no logro recordar de qué lugar – Stanley no sabía de qué manera pero comenzaba a ponerse la ropa delante del extraño.
- Pues te estas confundiendo de persona Einstein – dijo terminando de ponerse su habitual camisa blanca, sintió que alguien se ponía detrás de él, cuando se giró tenía un arma en el cuello, levanto las manos y desafío al pálido hombre con la mirada.
- ¿¡Qu-quién te envió a vigilarme?! ¿Dónde está el nerd de seis dedos? No lo –(eructo) – no lograras engañarme-
- ¿de que estas hablando chupalimones? –
-¿chupa que?-
Cuando el tipo de negro soltó un poco el agarre del arma- ¡hablo de Stanford idiota! – al escuchar ese nombre el castaño aprovecho para empujarle, fue impertinente ya que el otro pudo haber resistido de pie y enfrentarle pero no lo hizo por la sorpresa y gran parte del alcohol en sus venas así que calló jalando al otro del fuerte brazo, forcejearon un poco, el rarito parecía estar muy dispuesto a matarle –el nerd de seis dedos se encuentra en quien sabe que parte de Gravity Falls, si – Giraron un rato continuando con su pelea el castaño logro ponerse de piel pero el extraño también quien estaba dispuesto a partirle su cara, Stan esquivo un golpe y callo en la cama con el tipo de cabello azul bajo de él – si tanto te preocupa mi hermano gemelo puedes ir a verlo tú mismo y dejar de molestarme –
-e-e-espera…. ¿hermano? – Cuando dijo esto tocaron la puerta, el arma del de cabello azul quedo de nueva cuenta en el cuello de Pines, se quedaron callados ambos – contesta – susurro el hombre que quedo debajo de Stan.
-¡No!- respondió en susurro el castaño – contesta tú – el peli-azul separo el arma del cuello del contrario.
- No es mi casa ¿P-por qué no quieres contestar? – seguían hablando en susurro y volvieron a tocar con más fuerza la puerta.
- Estoy envuelto en algunos problemas y no me llevo bien con la policía, ¿y tú? –
-¡RICK SANCHEZ DE LA TIERRA SAL CON LAS MANOS EN ALTO-
Gritaron desde afuera.
-¿Rick Sanque?- pregunto Stanley viendo fijamente al contrario y quitándose de encima de él para verlo extrañado.