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Él ángel cubierto de sangre. por Sora17

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Notas del capitulo:

Nuevo capítulo!! Espero pronto tener más tiempo libre para actualizar este fic y los demás más seguido. Besos!

Will se aferraba con fuerza a la cintura de Hannibal mientras escapaban en la moto "prestada" por no decir robada. Ninguno de los dos llevaba casco, por lo que era bastante peligroso lo que hacían, más teniendo en cuenta que la nevada en lugar de detenerse se hacía más y más intensa. 
La adrenalina recorría cada célula del cuerpo de Will, lo hacía sentirse osado, valiente... Todo un rebelde. El subidón de confianza quedó demostrado cuando, al detener Hannibal la moto, el más joven le dio un beso más en los labios al estudiante. 
Lecter no podía estar más encantado por la nueva actitud de Will y le correspondió el beso al menor. Ambos chicos parecían haberse olvidado de la enorme diferencia de edad que los separaba. 
 
Esta vez pararon frente a una cafetería. Ambos morían de hambre, así que entraron en el establecimiento y pidieron un café para el estudiante y un chocolate con leche para Will.
-Parece ser que hay ciertas cosas que no abandonarás.- dijo Hannibal con una sonrisa algo sarcástica al ver ese infantil pedido por parte del menor. 
-Que ande por la vida robando motos no quiere decir que me vaya a dejar de gustar el chocolate con leche.- Will soltó una pequeña risa al decirlo y se acomodó en la silla delante de Hannibal. 
-Recuerda lo que dijimos... No fue un robo. La tomamos prestada por que estabamos atrapados por una nevada.- 
 
-Tu serás quien le dirá eso a la policía, ¿No es cierto?- preguntó Will entre leves risas. 
 
-Te recuerdo que fue tu idea, así que pienso acusarte.-
 
-Tu eres mayor de edad aquí, así que eres legalmente responsable de todo. De la moto, de mi y de mi desayuno.-
 
Hannibal reprimió una sonrisa al escuchar eso, realmente no le molestaba en lo absoluto hacerse cargo del jovencito pero no pensaba admitirlo sin antes discutir un poco. 
 
-Bueno, ya que soy mayor y responsable de ti... No te daré ni un solo beso más...- levantó una ceja mirando a Will, disfrutando al ver el rastro de decepción en los ojos del más chico. 
 
-Pero si no lo haces... ¿Como se supone que voy a entrar en calor? Los besos son parte de tu obligación.- dijo Will al final, adoraba tanto la maravillosa sensación de poder hablar con él de cualquier cosa. Conversar de cualquier tontería sin sentir ninguna vergüenza... Era algo simplemente único para los dos. 
 
Ahora que se habían "escapado" juntos, no parecía haber necesidad de guardar las formas. Incluso Hannibal había olvidado un poco su propia rigidez y severidad al estar con Will. Se sentía tan auténtico. Como si pudiera volver a ser ese chico alegre y vivaz que alguna vez había vivido en Lituania. 
 
Will le recordaba que quizás aún pudiera haber algo bueno en él. Algo que no estuviera corrupto y oscurecido por la constante tiniebla que parecía inundar su vida desde que Vladis Grutas había llegado a ella. 
 
-Entonces, si quieres más besos tendrás que hacerte cargo de tu parte de la culpa.- Hannibal le dedicó una de sus encantadoras sonrisas torcidas a Will, que dejaban al más joven sin aliento. Iba a replicar algo pero entonces llegó la camarera con la orden que habían pedido. 
 
-Una taza de leche con chocolate, café negro, tostadas y pasteles. Servido.- dijo la mujer, mirando a los jovencitos con curiosidad. 
 
-Muchas gracias.- dijo Hannibal educadamente y ella regresó detrás del mostrador, con su compañera. 
 
-Betty ¿Quienes serán?- le preguntó en un susurro a la otra mujer. Las dos llevaban un buen rato vigilando a la alegre parejita desde su puesto alejado. 
 
-No lo sé... De por aquí no son. Son foráneos. ¿Serán hermanos que vienen al pueblo a visitar a algún familiar enfermo?- las mujeres seguían cotilleando, y notaron la obvia manera en que Will miraba a Hannibal y viceversa. 
Ambas hicieron una mueca de desagrado al mismo tiempo. 
 
-Esos dos no son hermanos en lo absoluto... ¿Crees que el más grande tenga secuestrado al pequeñito?- ambas habían bajado mucho la voz. 
 
-No lo sé... No parece. Pero deberíamos llamar a la policía... El de rulitos no es mayor de edad... Debe tener 14 o 15 años... Y el otro pasa de los 20...- 
 
-Le pediré a Max que los tenga vigilados...-
 
-¿Max el motoquero? ¿Al final estás saliendo con él?- 
 
Hannibal dirigió la mirada hacia el mostrador cuando escucho las risitas ahogadas de parte de las empleadas. Había escuchado parte de la conversación y no le gustó en lo absoluto. Su oído era muy fino, así que había captado gran parte de las palabras que esa dos se susurraban y se dio cuenta de lo que la gente debería pensar al verlos.
 
Para peor, se encontraban en un condado bastante chico, en un pueblo aún más chico. La gente no tardaría nada en empezar a pasarse la voz respecto a ellos dos. Deberían irse cuanto antes pero la nevada los tenía confinados. 
 
Quizás al principio pudieran tomarlos por hermanos, por primos o por familia en algún grado... Pero al ver la manera en que se trataban esa posibilidad desaparecía. 
 
Aún así arrugó una servilleta mediante la técnica del origami y le ofreció su corazón a Will, formado entre los pliegues del papel. 
 
Sabía perfectamente que no debía hacer esas cosas, incluso si jamás le había importado lo correcto e incorrecto, sabía que sus acciones eran desagradables y peligrosas. Intentar seducir a un jovencito que recién entraba en la adolescencia era algo que podía traerle muchos problemas. 
 
Y sin embargo, Will lo atraía de una manera innegable. Su mente, las construcciones que brillaban detrás de esos ojos de profundo color azul y las asociaciones de la mente del menor excitaban su propia imaginación hasta puntos inimaginables. 
 
 -En serio estoy sorprendido de que nunca hayas tenido novia...- dijo Will soltando tiernas risas atontadas, sosteniendo el papel doblado en sus manos. Una parte de él también estaba en conflicto, diciéndole que esto estaba mal. 
 
Pero no sus propios sentimientos, era algo totalmente normal enamorarse de alguien mayor a su edad... Lo que sabía que estaba mal era que Hannibal pareciera corresponderle... Que pareciera buscar atraerlo más y más a su influjo. 
 
Sin embargo, confiaba en Hannibal. Sabía que el estudiante no le haría daño, y que no pasarían de más de unos besos con los labios cerrados a menos que él lo quisiera...
 
Will se sonrojó abruptamente por ese pensamiento. 
 
"A menos que yo quiera... Pero yo... ¿Quiero? No... No... Soy muy chico para pensar en eso... Quizás en un par de años... Pero... ¿Y si en ese tiempo nos separamos y pierdo la oportunidad? ¡Ah! No pienses esas tonterías Will, cálmate estás con un chico mayor así que tienes que aparentar madurez y calmar esos nervios... Él seguro tiene mucha experiencia en todo eso de besar y... Lo que sigue después... Yo solo leí novelas eróticas..."
 
-No se si te pusiste tan rojo por tu propia pregunta o algo más...- señaló Hannibal notando el violento arrebol que había aparecido en las mejillas de Will. 
 
-Ehm... No yo... Bueno...- Will decidió dejar de tartamudear y comerse un pastelito. 
 
-Sobre tu pregunta... No lo sé... Nadie me interesa. Bueno, nadie me había interesado tanto como tú hasta ahora...- reconoció Hannibal.
 
El sonrojo de Will se incrementó al escuchar esas palabras al igual que la sonrisa y el brillo en sus ojos. Quizás estaba mal recibir esas palabras de los labios de un chico que era diez años mayor... Pero le gustaba. Lo hacía sentirse tan... Bien. 
 
Por la distracción, Will terminó manchando de crema sus labios, Hannibal estiró una mano y pasó un dedo por la boca del jovencito, limpiando la crema y llevándola a sus propios labios para saborearla. 
 
Otra vez los pensamientos sobre novelitas eróticas inundaron la mente de Will, haciendo que su cara pareciera un encantador tomate de lo roja que estaba. 
 
Hannibal no parecía darse cuenta de lo que sus acciones provocaban en Will, y eso lo hacía verse aún más interesante.
 
-Entonces... ¿Cuando se supone que llegaremos a Ohio? ¿Iremos con la moto?- preguntó Will intentado distraerse y mirando por la ventana que había al lado del lugar donde estaban sentados. 
 
-De momento buscaré un mecánico, tengo que regresar por el auto, y ya cuando el auto esté arreglado dejaremos la moto a su dueño y viajaremos con el coche.- dijo Hannibal tranquilamente, mirando la nieve también. -Pero claramente será mejor esperar a que pase un poco la tormenta.- 
 
Will asintió, apenas conteniendo una sonrisa, todo esto significaba que pasarían más tiempo juntos... 
 
Lecter miró de reojo a las dos camareras, pero parecían haber perdido todo el interés en ellos, así que el estudiante dejó el dinero encima de la mesa al terminar y salió con Will del establecimiento. 
 
Otra vez libres, otra vez solos bajo la nieve, y cuando Will tembló, Hannibal se quitó su chaqueta de cuero y se la pasó sobre los hombros de manera caballerosa y protectora.  Al más joven estos detalles simplemente le encantaban. Se sentía tan cuidado... Tan protegido... 
Montaron en moto otra vez, con Will aferrándose a la cintura de Hannibal con fuerza.
Enterraba su rostro en la espalda del estudiante, se sentía tan cálida, y el aroma de su ropa era sencillamente exquisito. Will frotó su mejilla contra la tela, sintiendo la textura además de olerla.
 
Hannibal sentía todo eso, pero no hacía ningún comentario, también le resultaba agradable la cercanía física que tenían desde que se habían dado el primer beso. 
 
Pararon la moto frente a un motel del condado, el mejor que había en ese sitio algo olvidado por Dios, para guarecerse de la tormenta.
 
Will se sintió algo nervioso, estarían solos, completamente a solas... 
 
Respiró profundamente, tenía que prepararse para cualquier cosa. Se preguntaba si Hannibal querría hacerlo. En eso pensaban todos los chicos de su edad ¿No? 
 
Pero... ¿Deberia rechazarlo? ¿Deberia dejarlo hacer lo que quisiera? Pero... ¿Y si "eso" pasaba entre ellos y después se cansaba?
 
Hannibal pidió una habitación, una sola, la mejor que tuvieran en ese lugar, y eso puso aún más nervioso a Will. 
 
Los dos chicos subieron al cuarto, era espacioso y tenía dos camas, una que era doble y una simple. La típica habitación de hotel que se le daría a un matrimonio que viniera con un hijo. 
 
 -Antes de que digas nada, está bien, te dejaré usar la cama doble.- dijo Hannibal cerrando la puerta a sus espaldas. Will soltó una risita algo histérica. 
 
-Pensé que...- 
 
-¿Que pensaste?- 
 
-Olvidalo...- Will se dejó caer en la cama grande con un suspiro de alivio, la habitación estaba calentita y era un ambiente agradable. 
 
Hannibal se sentó en su cama y se quedó un momento mirando a Will antes de recostarse, se sintió algo ansioso de pronto y se preguntó si el más chico habría pensado que iban a tener sexo.
 
Ese punto despertó curiosidad en el estudiante, y lo llevó a preguntarse que tanto sabría Will sobre ese tema. No creía que mucho... Después de todo solo tenía 14 años... Aunque los chicos y más los chicos de clase un tanto humilde aprendían esa clase de cosas más pronto. 
 
Cerró los ojos para dormir, intentando no pensar en esas cosas, aunque Will le gustaba estaría mal hacer nada más que no fueran algunos besos inocentes, quizás en un par de años, pero el estudiante no tenía ni la más mínima idea de donde estaría en algunos años.
 
Terminó quedándose dormido mientras pensaba en todas estas cosas, agotado por culpa de la noche a la intemperie. Will tampoco duró mucho más, estaba aún más cansado que Hannibal. 
 
Pero había un detalle que solo Edward Graham conocía. Su hijo Will, solía caminar dormido cuando se acostaba y estaba excesivamente cansado. 
 
Hannibal se despertó cuando sintió un movimiento en la cama y luego unos brazos rodeándolo. Abrió los ojos lentamente y se encontró con que Will estaba durmiendo a su lado. Estiró una mano y acarició la mejilla del menor con cariño, se veía tan tierno al dormir.
 
Will agarró la mano de Hannibal y la beso, aún estando dormido, apegándose aún más a él de una manera un poco incómoda en ese espacio tan reducido. Pasó una pierna por la cintura de Hannibal y sus labios rojos y brillantes quedaron tentadoramente cerca de los labios del estudiante. 
 
Hannibal lo besó, sin siquiera intentar no hacerlo y Will pareció corresponderle el beso, subiéndose encima de él mientras se besaban. 
 
-Will...- murmuró Hannibal acariciando la espalda del menor suavemente, y no fue si no hasta que Will abrió los ojos y se separó, que el estudiante se dio cuenta de que el otro chico había estado dormido todo el tiempo. 
 
Las mejillas de Will ardían tanto como antes al darse cuenta de que estaba encima de Hannibal sin siquiera recordar como habia llegado hasta allí. Sabía que debía separarse, pero se sentía tan bien estando al lado de Hannibal así que lo volvió a besar. 
 
El estudiante, sin saber aún como reaccionar, correspondió a esos besos hasta que se escucharon un par de golpes en la puerta. Will se separó y Hannibal se levantó rápidamente, sacudiéndose la ropa antes de ir a abrir la puerta. 
 
En la puerta estaba la anciana dueña del motel, cargada con un montón de mantas. Su expresión estaba llena de sospecha al mirar al joven estudiante. 
 
-Aqui tienen mantas extra... Ésta noche hará mucho frío...- dijo la mujer con severidad. 
 
Will al escucharla quizo responderle que él se podía sacar el frio perfectamente tan solo con dormir acurrucado al lado de Hannibal y después de una sesión de besos.
 
Su corazón todavía latía muy agitado dentro de su pecho al recordar la cercanía que habían tenido los dos, y sus ojos brillaban como dos relucientes pedazos de zafiro. 
 
-Muchas gracias...- dijo Hannibal tomando el montón de mantas. Cerró la puerta antes de que la mujer pudiera hacer ninguna pregunta y cuando se giró hacia Will, el menor notó que el estudiante tenía una expresión levemente alterada. 
 
-¿Pasa algo?- preguntó Will preocupado. 
 
-No realmente... Me preocupa un poco que decidan llamar a la policía si ven que me comporto contigo de manera inadecuada...- Hannibal suspiró profundamente, era momento de cortar la linda novelita y regresar a la realidad.
 
Dejó las mantas sobre la cama y se sentó al lado de Will. 
 
-Will... Esto... Besarnos de esa manera... Está... Mal... No deberíamos.- dijo Hannibal por fin, realmente le daba igual si estaba mal o no, pero teniendo en cuenta los otros crímenes que cometía en su vida privada no era buena idea además añadirle un riesgo extra. 
 
-¿Por que? A ambos nos gusta...- dijo Will, bajando la mirada de manera tímida, lo último que quería oír eran esas palabras. 
 
-Lo se... Pero deberíamos esperar a que crezcas... Quizás en un par de años más... No esté tan mal...- dije Hannibal acariciando la mejilla del menor. 
 
-¿Y mientras tanto no podemos besarnos?- preguntó Will acercándose más, hasta que sus labios quedaron a centímetros de los labios del estudiante. 
 
Hannibal acarició esa boca tan tentadora con uno de sus dedos, mientras lo miraba a los ojos. 
 
-Soy demasiado mayor para ti... Querré hacerte más cosas que solo besarte y quizás sean cosas que no te gusten...- Hannibal levantó las cejas mirándolo, quizás con intención de asustarlo para que no lo provoque más. 
 
Sin embargo, Will se mantuvo en su lugar y puso una mano encima de la rodilla del estudiante, sonriendole. 
 
-A lo mejor si que me gusta...- dijo Will con voz inocente que contradecía sus palabras.
 
Hannibal lo miró sorprendido, quizás hasta avergonzado. 
 
-¿Sabes de que hablamos? Quiero decir... Tu alguna vez...?- 
 
Will negó con la cabeza y soltó una risa.  
 
-Tu me diste mi primer beso, pero tengo 14 no 10... Hay varias cosas que entiendo y... Por las que comienzo a sentir curiosidad... Sobre todo desde que te conocí. Y si ya es hora de que aprenda con alguien quiero que esa persona seas tú...- murmuró Will con una mirada y una voz tan inocentes que harían temblar el alma de cualquiera. 
 
Hannibal no se resistió más y apoyó sus labios sobre la boca de Will, besándolo con más profundidad y sintiendo como él sacaba la lengua tímidamente para jugar con la suya. 
 
Suponiendo que tenia que empezar a desnudarlo si realmente iban a hacerlo, sus manos algo temblorosas empezaron a abrir los botones de la camisa de Hannibal, acariciando su cuerpo en la medida de lo posible, ignorando su propia inexperiencia. 
 
El calor entre los dos comenzaba a subir mas y mas y los besos a volverse más profundos. Hannibal empujó a Will suavemente sobre la cama mientras lo besaba, acariciando la cintura y la cadera del menor en tanto que este lo rodeaba fuertemente con sus brazos. 
 
-Will...- murmuró el estudiante. 
 
-¿Que pasa?- preguntó el más chico entre leves jadeos mientras terminaba de abrirle la camisa. 
 
-Creo que por ahora es suficiente. Hay que dormir un rato.- dijo Hannibal con una leve sonrisa. Se separó y acarició la mejilla de Will antes de darle otro beso y abrocharse de nuevo la camisa. 
 
Will aún jadeaba, algo agitado, pero asintió con la cabeza, quizás no era buena idea ir tan rápido. Pero ahora sabía lo más importante de todo, podía confiar completamente en Hannibal, por que Hannibal lo cuidaría hasta que Will estuviera realmente listo para él. 
 
Se acercó al mayor y se acurrucó entre sus fuertes brazos, sintiéndose profundamente aliviado de haber podido comprobar eso. 
 
Se durmió con una sonrisa en su rostro angelical cubierto de rubor. Quizás el amor de ambos si tenía un futuro. 
Notas finales:

Espero leer sus comentarios y su apoyo Xd los extraño <3


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