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Chilanguitos. por Linlim

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Notas del capitulo: En el capitulo anterior se me olvido poner una idea, es solo un párrafo que explica al porque  el.Güero dice algo al final. Si alguien sigue esta historia si gusta puede regresar a leer el capitulo 14, está después de que regresa bañado a la oficina del Boss.
 
 
-Hola niño-
 
Después de que se  escuchó el sonido de la puerta, la voz  hizo que Pablo volteara a ver quien era el dueño, generándolo  un escalofrió que le recorrió la espalda.
 
-Vamos Oso, salgamos.-
 
El Juguis le dio una última mirada, que no supo descifrar, ¿pena?, ¿tristeza?, ¿compasión? ¿lastima?, no importaba, ya estaba a merced de un sujeto que por tener dinero, podría comprar cualquier cosa, incluso su cuerpo, aunque su alma, si es que tenía, era lo único que no podía comprar, si es que existía Dios … ¿su corazón? Ya tenía dueño, el hombre al que se había entregado por amor, ¿desde cuando?, no importaba, era la única persona que le había demostrado su afecto, en su mirada no se encontraba la lujuria o morbo, solo bondad que inundaba su alma cada vez que lo observaba, aun en ese momento tan intimo  cuando lo poseyó.
 
El tipo lo miró de manera lasciva, mientras se acercaba a la cama. Era alto, su ropa se veía fina, llevaba un pantalón de mezclilla azul y una camiseta blanca con rayas amarillas en sus mangas y en el cuello,  que llevaba  ligeramente levantado dándole un aire de junior, su cabello rubio natural ,  sedoso y lustroso, su piel blanca y sus ojos verdes con unas cejas arqueadas y pobladas, despedía un olor dulzón a perfume, muy sutil y varonil. En otra situación cualquiera pudo sentirse atraído ante el porte y la galanura, que en definitiva era muy superior en físico al Chilango, pero cuando el corazón se ha entregado, no importa apariencia, nivel económico, se necesita a quien verdaderamente se ama, el disfrute es pleno, el tiempo se desvanece, se ansia la cercanía, se anhela en la lejanía. Este sujeto era nada en contrastación con Pedro, al menos así era para Pablo que ya imaginaba lo que devenía.
 
-Vaya por fin te conozco, que bien que esta vez tuve suerte y estuviste disponible… de lo que se perdió Freddy- Sonrió con malicia.
 
Pablo lo  miró con el ceño fruncido y con duda.
 
-No entiendo-
 
-Hace unos meses vimos tu video, unos amigos y yo y decidimos contactarte, pero cuando al fin lo logramos tu jefe…-
 
-El Boss, no le gusta que le digan jefe-
 
-Ok, el naco del “Boss”-Dijo haciendo comillas con las manos-Que de seguro que es lo único que sabe decir en ingles aparte de sándwich, nos dijo que  si te alquilaría, pero unos días después se hecho para atrás y dijo que estabas indispuesto y que ofrecería un mejor producto, yo no acepte, pero mi amigo Freddy si, que por cierto el producto es el escuincle que acaba de salir y sabe hacer muy bien su trabajo-Dijo mientras hacía una señal obscena con la mano empuñada cerca de la boca  simulando una felación y abultando con la lengua una mejilla.
 
Lo siguió mirando extrañado.
 
-No creas que me gustan las cosas raras, es solo que Freddy me mostró el video donde se cogía al mocoso –
 
-O sea que aparte que nos venden, también hacen un video de lo que hacía el cliente, servicio completo- Murmuró para si  mismo el rubio.
 
 Era sorprendente, se suponía que quería al Juguis y aun así  había sido capaz de venderlo, ese hombre sin moral y  sin principios era capaz de ofertar  a su propia madre si esta viviera. Un hombre sin amor al prójimo y con tendencias individualistas es el cáncer de las sociedades actuales, estamos tan desesperados por obtener riqueza que no importa los medios para lograrlo, nos convertimos en depredadores.
 
-Pero yo no acepte, dije que esperaría por ti- Sonrió mientras se sentó a un lado del menor, empezó a acariciar la espalda hasta llegar a sus pequeños  glúteos el menor se sobresaltó cuando sintió  como un dedo apresurado se clavo sobre su raya tratando de meter su dedo sobre la ropa, el sujeto se agachó y clavó sus dientes en el níveo  cuello provocando dolor, gimió ante eso y lo único que logró es que se abalanzara sobre el cayendo sobre la cama, pues como todo sujeto carente de empatía malinterpretó la señal emitida por Pablo, quien en ese momento entendió lo dicho por el Juguis. 
 
-Que bien, se ve que te bañaste, hueles bien-
 
-Puedo hacerte una pregunta- Trato de alejarlo un poco, poniendo las manos sobre el pecho del sujeto que ya se restregaba sobre el sin dejar de atacar el cuello.
 
-Mmg- Gruño el tipo.
 
-Por favor, solo será una- Preguntó tratando de mantener la calma, aunque empezaba a titiritar de miedo.
 
El sujeto se separó de el molesto y mientras se recargaba sobre un brazo y le dirigió una mirada con fastidio.
 
-¿Que quieres saber?-
 
-¿Por qué yo?, digo eres guapo, por tu ropa fina me imagino  debes tener dinero, tus manos se ven limpias así que no debes trabajar, tal vez debes estudiar o no hacer nada y por tu porte debes poder tener a la persona que quieras, así que ¿Por qué yo? ¿Por qué pagar por algo que puedes conseguir gratis y con alguien igual a ti?-
 
-¿Y por qué no?- Lo miró burlón. –Tu lo has dicho, puedo tener a cualquier pendeja que quiera, en la escuela, me sobran mujeres para meterlas a la cama, pues las muy putas se me ofrecen siempre  y si quisiera algún tipo también sería fácil , pero un niño…eso es otra historia, cuando te vi en el video se me paró, te me antojaste… no me gustan los hombres, pero me gustaste tu, tan delgado, tan delicado, tan niño, tu cara llena de sufrimiento,  ver como te desfloraba el prieto ese que te cogía, como te quejabas de dolor , oír tu llanto,  tu culo rosado roto palpitante chorreando leche, después de verte me chaquetié y me vine como nunca…así que si el dinero compra todo…¿Por qué no?-
 
-Pero no soy un niño, tengo dieciséis- Dijo pensando que  lo desanimaría.
 
-Cállate el hocico maldito  maricón- Le golpeó la cara- Para mi eres un escuincle de 12 años y por eso te voy a coger hasta que se te olvide el nombre y para empezar chúpamela-
 
El sujeto se bajó los pantalones con apuro  y se sentó en la cama,  siguiendo las recomendaciones del Juguis, el güero se hincó en el suelo mientras  trató de hacer cada cosa que le  dijo el sujeto, sin decir nada, sin objetar, sumiso, succionado con fuerza para lograr que el tipo terminará pronto, un dejo de tristeza le invadió recordando como Pedro le pidió lo mismo y el se había negado y sin embargo no fue obligado, ironías de la vida. Se sintió asqueado, su boca había sido mancillada antes de entregarla a el Chilango, si tan solo le hubieran dado un día más…
 
El sujeto lo mesaba de los cabellos marcándole el ritmo de las succiones, aunque el chico tenía arcadas porque empujaba fuerte y profundo, lo ahogaba aunado a la aversión que le daba el sujeto,  el menor soporto, logrando que el sujeto eyaculara con premura y para denigrarlo mas termino en la cara de Pablo, manchando su rostro y mirándolo con aire de superioridad.
 
Intentando seguir, el hombre  se estimulaba a si mismo buscando una erección con la idea de perpetrar el cuerpo de Pablo , sin embargo, el enfado del sujeto  crecía al no lograr rápidamente la firmeza, levanto al menor que lo observaba desde el suelo y le dio una cachetada que resonó en el lugar, pareciéndole un  acto excitante,  lo aventó a la cama boca abajo. El sujeto termino de denudarse, en su totalidad y sin pudor alguno. 
 
Se escuchó el sonido como de un envoltorio de dulce, mientras el menor esperaba inmóvil en la cama. El golpe en la cara indudablemente dejaría una marca, un hilo de sangre goteó del labio roto.
 
Se acercó jalándole los pantalones de golpe dejando el trasero desnudo, le abrió las nalgas y sin previo aviso le metió un dedo, el menor quiso gritar, pero sabía que eso le excitaría, ahogando su grito en la almohada.
 
 -Te gusta perra, tanto que no te quejas ¿verdad?, te gusta ¿verdad?, dilo- Le decía mientras metía otro dedo en su interior,  restregandolo sin compasión alguna.
 
-Si me gusta- Salió la voz sin una nota de emoción, no había miedo, ni dolor, ni tristeza,  ni placer, ni nada. Había intentado despegar su alma del cuerpo.
 
-Estúpido escuincle- Se acostó sobre el menor  y lo penetró sin consideración, con dificultad lo ensartó empujando con fuerza, desgarrando el interior, sangrándolo,  sacando un grito ahogado del menor.
 
Pablo se  quedó estático , mientras sus movimientos frenéticos sacudían la cama y esta sonaba, los resortes chirriaban como si expresaran el dolor de la atrocidad perpetrada en esa lúgubre  habitación, se concentró en el sonido y despegó su mente del  cuerpo, observó la cajonera mugrienta a lado de la cama, que sostenía una lámpara que probablemente debió ser blanca, una línea roja rodeaba la parte superior, las sabanas eran de un café oscuro que estaban aún en parte estiradas y la sobre cama de un color café mas oscuro tenía flores en tonos beige, se supone que este era un cuarto de lujo para clientes que pagaban mas. El hombre encima de el jadeaba, pero el sentía que era un solido lejano, ajeno a si mismo.
 
-Voltéate y sube las piernas en mis hombros- 
 
Al voltearse,  el tipo de un jalón abrió la camisa que portaba Pablo, comenzando a pellizcar sus pezones,  en ese momento se sintió como anestesiado, inmutable ante el dolor, era extraño.
 
Obedeció subiendo las piernas en los hombros de l sujeto que comenzó a penetrarlo con mas  rudeza,  sintió como su sudor caía en su vientre. Dejó que tocara, arañara, succionara y mordiera su piel, que al ser blanca rápidamente dejaba huellas color carmesí, con los días se amorataría y serían los signos que no le permitirían olvidar este fatídico  momento.
 
-Rayos muévete, pareces muerto- dijo algo exasperado –Ya se, necesitas ayuda- 
 
Con su mano empezó a acariciar el flácido miembro de Pablo que después de un tiempo de contenerse, de manera natural el cuerpo respondió de manera involuntaria, ¿Placer?, tal vez, solo dejó que su cuerpo hiciera lo que quisiera, ya había decidió despegar su pensamiento en algún lugar recóndito de la inconsciencia. Observaba el techo y seguía con  la mirada una pequeña araña que viajaba dando vueltas por el foco, caminaba lentamente, mientras tejía  una telaraña, perdió la noción del tiempo. ¿Cuanto duró? ¿Cuantas veces  se lo hizo…cuantas veces lo penetró, lo laceró, lo desgarró…lo mancilló? No tenía idea. Solo le prestó atención cuando el hombre gritó al correrse, mientras el menor tenía el trasero al aire y el pecho pegado a la cama, le golpeaba una y otra vez en las blancas nalgas que ahora lucían enrojecidas, le había cambiado a tantas posiciones, todas y cada una de ellas mas degradantes que la anterior. 
 
 El sujeto se separó, dejándolo vació, vacio de su lacerante  daga de carne y venas, vacio el pecho, vacio en el alma.  Se quitó el último condón que usó y lo aventó a la cara de Pablo, se levantó para empezar a vestirse.
 
-Debería pedir devolución de dinero, eres frígido o ¿qué? En el video se escuchaba que gritabas como zorra y ahora pareces muerto- Terminó de vestirse y se fue.
 
El pequeño se  desplomó, doblo su cuerpo abrazando sus rodillas y empezó a llorar, sabía que habían funcionado los consejos de Juguis, pero no entendía como el tipo que acababa de salir pensaba que pudiera ser excitante el dolor ajeno, gritaba por dentro  porque le había hecho daño por gusto, por placer, Pedro en cambio aunque se vio en el mismo trance lo hizo prácticamente obligado e irónicamente había sido para protegerlo de que alguien mas lo hiciera la vez que grabaron el video ,no porque lo disfrutara y aun así no le había infligido tanto daño.
 
 El recuerdo nuevamente trajo a Pedro a su mente ¿estaría en el cuarto? ¿Le estaría buscando? ¿Le extrañaría? ¿Lo dejaría de amar por esto?
 
El sonido de la puerta lo sacó de sus pensamientos sobresaltándolo, temiendo que sucediera lo mismo que antes cuando sonó la puerta.
 
 Nuevamente era Yola, la mujer bajita que antes le había arreglado. Ahora estaba con un vestido entallado y exageradamente maquillada.
 
-Debes irte, van a usar este cuarto, lo siento, se lo que acaba de pasar, pero la patrona me ha mandado a desocuparlo, de verdad lo siento- Lo miró compungida.
 
Asintió y se levantó, al cuerpo empezaban a llegar punzadas de dolor  que apenas comenzaban a manifestarse, se vistió de prisa, con la camisa mal acomodada y los zapatos en la mano, al pasar a lado de Yola vio su cara de lastima que le ofrecía, sus ojos sin brillo, tal vez también escondían una historia tras todo ese maquillaje ¿quién lo sabría?, su cuerpo al igual que el del menor, era vendido día tras día al mejor postor, mermando su valor tras su uso, cuerpo que sería arrojado al vacio cuando ya nadie lo requiriera por considerarlo decadente y sin utilidad , a una sociedad que la rechazaría por su oficio sin considerar que era un ser humano con sentimientos e ilusiones  ¿destruidas? tal vez arrebatadas sin consideración , ¿quién lo sabría? pero lo mas importante  ¿a alguien le interesaría averiguarlo? .  ¿Tendría familia? ¿Alguien la amaba?, todos caminamos por la vida enajenados sin voltear a ver el sufrimiento ajeno, maldita tendencia individualista.
 
 
Caminó con lentitud por el pasillo hasta llegar a la calle,  estaba muy cansado y  adolorido , pero dolía mas allá de lo físico, era el alma lacerada, la dignidad mancillada mas que el cuerpo, pues este cicatriza con el tiempo, pero …el alma ¿quién la cura?.
 
Quería bañarse, quitarse lo sucio del cuerpo,  así que se dirigió a su hogar, ya había caído la noche, no tenía la menor idea de que hora era, el helado viento  le calaba los huesos, titiritaba, los dientes castañeaban, de frío, de miedo tal vez. Llegó  maltrecho, arrastrando los pies,  al entrar vio a Pedro, portaba  ropa limpia, en el colchón sentado, sus manos sostenían su cabeza. El sonido de la puerta lo hizo darse cuenta de la llegada de Pablo.
 
-¿Qué pasó? ¿Dónde estabas? Fui a buscarte con el Boss y me dijo que habías  ido a un mandado y no habías regresado, te busque por el mercado varias veces aun después que lo cerraran … y …y-y en el parque y en las canchas y otras vez en el bar  y no te encontré, ¿DIME DONDE DIABLOS ESTABAS?...¡YO-YO ESTABA MUY PREOCUPADO!- Gritó exasperado.
 
 Lo tomó  de los brazos mientras lo sacudía furioso.
 
-Déjame, necesito bañarme- 
 
Lo empujó con la poca fuerza que tenía. Pero Pedro  no lo soltó, lo observó con detenimiento, debía tener los ojos muy hinchados, el rostro lacerado y recorrió con la vista las partes de su cuerpo visibles y hasta donde su postura le permitió, era innegable ver las señales corpóreas de lo suscitado anteriormente.
 
-Pero que diablos te…-
 
-Por favor necesito ir al baño-
 
-¿Quién fue?-
 
-…- Solo lo miró.
 
Notó la ironía en sus ojos.
 
 – ¿Tal vez alguien te atacó cuando venias hacía acá?- 
 
-No- 
 
Lo empujó y se dirigió al baño, abrió la llave de la regadera para llenar  la palangana depositada en el suelo y esperó sentado en la taza del baño, le dolió el trasero y estaba seguro que por la forma de esta, era el único lugar que probablemente se sentiría mas cómodo, pues su cuerpo no dejaba de punzar, mientras que  horas antes parecía inmune al dolor. Se bañó tratando de arrancar la capa de piel llena de humores ajenos, besos hurtados, fluidos indeseados. 
 
Cada superficie, cada cavidad. Se sentía sucio, usado y desechado como un objeto, nuevamente lloró, aunque parecía inverosímil que aun le quedaran lágrimas, el dolor había incrementado con el discurrir del tiempo.
 
Se enrolló con el pedazo de toalla que colgaba a lado de la de Pedro, con la ilusión que las doblaron hacía unos días y lo triste que resultaba ahora todo.
 
 Entró mientras el Chilango  lo siguió con la mirada, se recostó en la cama  desnudo y se cubrió con la cobija, tantas personas lo habrían visto antes al ser grabado y el video reproducido tantas veces, ahora y después,  su cuerpo era público, que ya daba lo mismo quienes lo vieran.
 
-¿Fue el Boss?-
 
-¿Podría ser alguien mas? El empezó a llorar.
 
-El dijo que no te tocaría, prometió que no mientras tu…-
 
-¿Mientras yo que?-
 
-Nada- Sus lagrimas corrían por su rostro.
 
-¿Mientras yo que?... ¡DIME, TENGO DERECHO A SABERLO, MI CUERPO HA SIDO UTILIZADO Y TE ATREVES A CALLAR!- 
 
Gritó desesperado. Se levantó de la cama, aunque el dolor lo volvió a tirar en ella.
 
- ¡MIRAME, NI SIQUIERA PUEDO MANTENERME DE PIE!- El dolor se había incrementado en manera desmedida, el menor nuevamente comenzó a llorar de rabia, de dolor, de tristeza, tantas emociones arremolinadas en su pecho, pugnaban por salir en ese llanto explosivo.
 
-Le prometió al Juguis que no te tocarían… pero eso supongo solo sería  cuando tu cara estaba hinchada y amoratada. ¿Te pagó?-
 
-¿Qué?-
 
-¿Qué si te pago?-
 
-Que importa…-
 
-Que valga la pena por todo lo que pasaste-
 
-A menos que sea para mi ataúd, no quiero ver ese dinero-
 
-Iré a cobrarle-
 
-Ahora quieres ser mi chulo, lo único que le hacia falta a el asunto- Dijo con un dejo de ironía y algo dolido.
 
Se volteó a verlo, se hincó sobre la cama tomó su rostro con ambas manos, le miro con atención.
 
-¿Confías en mi? 
 
-…-
 
-¿Confías en mi? Por favor, dime.-
 
No tenía muchas opciones en la vida.
 
 –Si, pero por favor no le reclames nada- Dudando agregó.-Tampoco se te ocurra ir con la policía-
 
-No lo hare-
 
-Promételo, tú dices que siempre cumples lo que prometes-
 
-Te lo prometo-
 
-Júralo por Dios y por la Virgencita de Guadalupe-
 
El Chilango dio un enorme suspiro y con resignación contesto.
 
-Te lo juro, confía en mí, ya regreso- 
Salió rápidamente después de darle  un suave beso en la frente. Cálido, limpio, amable, afectivo, sincero. Tan lejano a los besos perversos  arrebatados hacía unas horas.
 
Quería confiar en el. Aunque las dudas empezaban a asaltarlo. Murmuraba para si mismo.
 
- ¿Por qué le habría dicho el Juguis  que le prometieron que no me tocarían? El tipo con el que estuve en la tarde me dijo que me negaron a su amigo ¿qué había sucedido? – Su mente era un torbellino de ideas que atizaban el recelo. 
 
Vio la bolsa de pan sobre la mesa y un botecito con líquido transparente, reconoció al instante su contenido, pues era igual al que había usado Pedro cuando lo conoció.  Sonrió con tristeza.
 
-Pedrito, no se si soy estúpido o es por amor, pero prefiero confiar en ti-Susurró.
 
 
 
 
 
Notas finales:  

 
La idea de Yola la tome de un día que caminaba por un mercado  “X” cerca de la zona roja , una sexoservidora con un vestido muy pequeño, entallado y con tacones muy altos  estaba parada fuera de un bar a unos metros de frente de donde yo caminaba  y a espaldas de ella venía un sujeto que le miró por detrás y le dio una fuerte nalgada que llegue a escuchar a pesar de estar como a unos 10 metro, ella volteó sobresaltada y el sujeto siguió caminando como si nada,  pasó a lado mío, la mujer quedo impávida y siguió ahí como si nada hubiese pasado. Me lleno de rabia e  impotencia, por ser sexo servidora ¿cualquiera puede manosearla? A mi parecer es su oficio pero a cambio de una remuneración económica y esta en su derecho incluso de negarse…en México hay un dicho que dicta: “Si no compra no magulle” . 
 
 

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