-¿Quién carajos eres?- le preguntó el castaño mientras corrían rápidamente, acababan de salirse por una ventana aunque eso no detuvo a la policía espacial quienes les pisaban los zapatos y comenzaban a disparar a discreción, el sujeto de cabello azul lo ignoro rotundamente buscando una manera de escapar y no tardo en girar a una calle sin avisarle al otro.
- ¡adiós idiota! – se despidió el sujeto con una gran sonrisa y continuando con su huida; Stan se sintió ofendido, le estaban abandonado (de nuevo) maldijo en voz alta, era cierto eso de que “entre ladrones no existía el honor” vio de reojo por última vez al tipo de cabello azul y con cierto gusto se dio cuenta que el otro corría a un callejón sin salida donde los “extraterrestres” esos le atraparían, se burló y siguió andando rápidamente logrando deslizarse bajo un camión que estaba completamente parado y para cuando los sujetos extraños le dieron alcance Stanley había desaparecido.
El castaño sabía perfectamente las rutas de la ciudad puesto que estaba preparado para huir con una horda de personas enfurecidas tras su paso, cualquier coladera era un buen escape ya que personalmente había recorrido todo el subterráneo buscando los mejores escondites, internamente se enorgullecía de haberse preparado en el pasado. Mientras caminaba recordó que el sujeto le confundió con su hermano gemelo y la curiosidad le domino, por mucho odio que le tuviera a ese estúpido seis dedos aun le quería y le estimaba (eran familia)- pensó, recordaba que había una coladera cerca y sin darse cuenta se dirigía a ella, total, el peligro para él ya había terminado además… no era como si fuera a ayudarlo.
- Por delitos contra la federación galáctica, atentado contra la humanidad, creación de portales ilegales, asesinato de cuatro agentes intergalácticos y por robo al presidente, usted no posee ninguna clase de derecho por lo tanto…-
- ¡Mataron a mi esposa y a mi hija! ¿Qué querían que hiciera si ninguno de ustedes me da una solución? – le escucho gritar, se sintió tremendamente mal por eso, estaba a punto de irse cuando escucho que cargaban las pistolas para disparar “entre los ladrones no hay honor”- recordó pero… él no era un ladrón como los demás, a él le obligaron a vivir de esta forma y no tenía por qué seguir las reglas o las etiquetas que los demás le dictaban, subió rápidamente por las escaleras y levanto la tapa velozmente, se encontró en medio de los dos bandos, tras de él se encontraba Rick y por enfrente todos le apuntaban con sus extrañas armas.
-¡El otro fugitivo!-exclamó uno de ellos y la mira de varios laser fue a dar a su frente, debía pensar rápido, vamos él era un Pines, ¡Por dios! había escapado de la cárcel de Colombia, esto no era nada comparado con los carteles de México o con todo el sur del país.
- ¡Miren es Darknosequecosa en la estrella de la muerte! – Todos voltearon donde había señalado inclusive Rick (quizá había sido tan inesperado aquel comentario o la costumbre que llevaran su vista al punto señalado) pero Stan tenia demasiada experiencia escapando y sabía que el tiempo era escaso y vital. Tomó de la mano al tipo de cabellera azul sin previo aviso para introducirlo con él de un salto a la coladera sin saber por qué había hecho eso.