Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

De diez maneras por Kyasurin W

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

MuraHimu


 


Algo andaba mal con Murasakibara, y Himuro lo sabía. Desde aquella tarde al finalizar la práctica donde, preocupado de lo distante que Atsushi se comportaba con él, lo había invitado a la tienda de conveniencia para comprarle unos dulces y que este lo rechazara, fue el detonante que provocó tomar cartas en el asunto.


Todo había comenzado desde que se había reencontrado con Kagami tras años de separación. Después del breve partido que se vio interrumpido por la lluvia, la actitud de su compañero de equipo para con él había cambiado; durante clases notaba un Murasakibara más hostil y frustrado que de costumbre, irritándose por pequeñas cosas e incluso abandonando el aula a mitad de las asignaturas.


Irremediablemente, aquello terminaría afectando tarde o temprano al equipo, y es por ello que esa tarde, una vez que el entrenamiento hubo terminado, Tatsuya había decidido arrastrarlo con él costara lo que costara para saber qué estaba pasando.


—Muro-chin, quiero irme a casa —se quejó mientras caminaba siendo jalado de la manga de su chaqueta, y aunque tenía la oportunidad de zafarse con facilidad, sabía que ya no podía escapar de él.


—Tenemos que hablar.


Ambos terminaron por sentarse en una de las bancas de metal en el jardín opuesto del gimnasio de la escuela. Dado que solamente los integrantes pertenecientes a un club permanecían a esas horas en la institución, la zona estaba prácticamente deshabitada. Solo de vez en cuando pasaba un estudiante a comprar una bebida de las máquinas expendedoras y se retiraba con la misma premura con la que había llegado.


Murasakibara dejó caer todo su peso junto con su maleta en la banca, apenas pasaron escasos segundos cuando ya había sacado una bolsa de frituras de entre sus cosas y comía a montones, esperando que su compañero hablara, pero al no recibir ninguna palabra de Tatsuya, no le quedó más que preguntar. Estaba oscureciendo y la cena ya le debía estar esperando en casa.


—¿Qué pasa, Muro-chin?


Himuro respiró hondo, girándose sobre su asiento para encontrarse con los ojos de Atsushi. Una mirada perdida, aburrida, y sobre todo, desinteresada. Sí, ya había entendido que no quería estar ahí.


—Yo debería ser el que preguntara eso. Desde hace varios días te estás comportando de una manera muy extraña, ¿te sucedió algo? Si es así, dímelo, Atsushi. Esto puede resultar contraproducente para todos.


—¿Para todos?


—Para el equipo.


—Creí que tenías algo más importante que decirme, pero si es solo eso, me voy. —Bostezó, poniéndose de pie y tomando las azas de su maleta, pero antes de que pudiera retirarse por completo, una mano lo detuvo.


—¿Tiene que ver con Taiga?


Murasakibara frunció el ceño y sus facciones se endurecieron; se deshizo del agarre de Himuro, desviando la vista.


—Yo no tengo nada que ver con Kaga-chin… a diferencia de ti.


—Atsushi…


Pese a que estaba libre y podía irse en aquellos momentos, Murasakibara se quedó de pie, ahí, con su maleta en la mano y la bolsa de frituras arrugada en la otra. En silencio, y con sus ojos violeta trepando por las ramas de los árboles a su costado, perdiéndose en cualquier otro lugar que no fueran los ojos de la que era, posiblemente, la única persona capaz de comprender cada partecita de él, por más retorcida que fuera, Himuro había estado a su lado desde el día en que se conocieron. Haciéndolo recapacitar y no perder el control en los momentos más abruptos. Y es por ello, que en una recóndita parte de su corazón hubiera deseado conocerlo antes, mucho antes, así como Kagami.


—¿Estás celoso de Taiga? —preguntó Himuro, sin rodeos.


Atsushi se sobresaltó. ¿Eso era? ¿Eran celos? ¿De ese tipo con cejas extrañas?


—Teeee… heeee… dichoooo… que yo no tengo nada que ver con Kaga-chin.


Estaba enfadado, y Tatsuya lo sabía. Sonrío. Se comportaba como un niño pequeño; Atsushi se le hacía una persona tan fácil de leer.


—Taiga fue una persona muy importante en mi vida y le tengo respeto, fuimos muy cercanos cuando éramos niños. Pero eso fue en el pasado, y ahora tengo un nuevo objetivo y nuevos compañeros a los que respeto de igual forma… en especial uno con quien hago muy buen equipo.


Murasakibara evadió su mirada, retomando el consumo de su golosina.


—Kaga-chin es un tipo muy molesto, no sé por qué te juntabas con él.


—Uno nunca sabe qué persona puede convertirse en alguien importante… —Se encogió de hombros.


Tatsuya también tomó  su maleta, echándosela al hombro y permaneció parado junto a Atsushi, quien recién había terminado su bolsa de frituras y buscaba con cierta desesperación algo en sus pantalones.


—¿Qué pasa?


—Muro-chin, ya no tengo más dulces y al parecer se me acabó el dinero… —Sacó el interior de sus bolsillos, mostrándose vacíos por completo.


—¿Esta vez sí aceptarás mi invitación para ir al konbini?


Murasakibara asintió con la cabeza, dispuesto a encaminar sus pasos a la tienda cuanto antes. Himuro sonrió en sus adentros.


Sí, era como un niño pequeño.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).