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FLAME OF LOVE por shawol_elf

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Notas del capitulo:

Holaaaaa, después de un hiatus bastante largo que necesitabamos Krys y yo, volvimos con tokio, uhh. 

Más ready(s) que nunca. 

Volvimos justo cuando 5HINee's BACK BACK BACK BACK!!

 

Bueno una rápida explicación para quienes siguen este fic, como saben el Ep de "Flame of Love" del Taem, trae cinco rolas no más, pero cinco rolas no fueron suficientes para nosotras y calculamos mal y nos hace falta un cap más para finalizar este cortito fic y eso, por lo que les hacemos el spoiler de que este fic tendrá una rola del EP "Sayonara Hitori", para que un futuro no se hagan bolas y se enreden, la pregunta aquí es... ¿qué rola cuparemos? OHHH. 

Bueno sin más la/os dejamos que lean y disfruten de esta cortita historia y recuerden...

5HINee is FIVE <3

Sabía que había sido demasiado irresponsable al haber actuado así y justo ahora es cuando me arrepiento de la decisión que en ese momento yo creí sería la más conveniente por tomar, después de todo, me estaban consumiendo los recuerdos, me consumía la tristeza, me consumía él.

Hoy, este día se cumplen 3 años que no sé nada de él, hoy se cumplen 1095 días que no lo veo, que no lo siento… 1095 días de anhelo por sentirlo, de deseo por tocar su cara, de añoranza por saber que aún formo parte de su vida y de esperanza por imaginar que él aún me necesita tanto como yo aún necesito de él, a pesar de todo el tiempo sin vernos.

Los recuerdos me atormentan mucho y más este día, donde lo único que tengo es eso, los recuerdos de haber sido amado, querido, necesitado y añorado. Ahora que ya estoy en mi decimonoveno año de vida, me doy cuenta de lo tonto que fui hace 3 años, de lo inseguro y pendejo que fui, si tan solo hubiésemos conversado, si tan solo le hubiese pedido una explicación, si tan solo me hubiese abrazado tan fuerte que sentía que el aire se me iba, si tan solo hubiese hecho tantas cosas, pero el hubiese no existe y eso lo tengo muy en claro. Lo que hice en el pasado, las decisiones que tome, las hice por un motivo y aunque ahora me arrepienta en su momento eran las pertinentes, eran las que más necesitaba tomar.

Tal vez terminar no era la única alternativa, tal vez había más, pero justo en ese momento no halle nada, ni en ese día, ni en los próximos días, ni en las semanas que pasaron, ni en los meses y mucho menos en los años que se fueron acumulando poco a poco… tan solo un día de estos, desperté, con la pesadilla latente de ese fatídico día, desperté con el vago recuerdo de lo ingenuo que era. Desperté con la solución en mis manos, “hablar”, “conversar”, “dialogar” fueron cosas que lamentablemente no hice, y que Min Ho tampoco insistió. Lo cual lamento mucho más, si tan solo él no se hubiese rendido tan fácil, pero bueno, igual y en aquel entonces con mi terquedad y mi necedad, Min Ho no hubiera logrado mucho. Así que después de todo, de nada servía matarme la cabeza con pensamientos, con recuerdos que, ya no tenían solución y que tan sólo esperaba que sanarán, poco a poco.

-       Estás listo.

Jin Ki me saco de mis pensamientos, no le conteste y tan solo asentí.

Estábamos en una cafetería al interior  del aeropuerto de Nueva York, a la espera del vuelo que nos regresaría a casa, después de estos 3 largos y agobiantes años, Jin Ki había terminado exitosamente la carrera universitaria que tanto esfuerzo le tomo y yo la preparatoria, ahora que nada nos ataba a esta ciudad era tiempo para volver, para oler ese pan de zanahoria que mi mamá tanto amaba hacer, de saludar a Ki Bum que según él estaba que se moría sin mí y era tiempo de iniciar una nueva etapa en mi vida, la tan ansiada universidad. Una etapa que honestamente no me emocionaba mucho, más bien me presionaba, me estresaba mucho y eso que aún no la iniciaba.

Aún no me decidía cual de todas las matriculas me convenía más y a decir verdad sentía que no servía para ninguna área laboral, y dudo mucho que exista una licenciatura por amar la ropa y el maquillaje, o una licenciatura en dormir hasta las tres de la tarde. Así que de esa forma vagaban mis pensamientos, Jin Ki como el buen hermano que era me aconsejaba que tomara lo que más me gustase, pero que al mismo tiempo me dejara un buen beneficio y eso me dejaba más atormentado y más preocupado.

El pendejo de Jin Ki de nada me servía más que para atormentar mi mente insegura, claro, como el muy cabrón ya tenía su titulo, lo demás le valía. Menudo tipejo, mi hermanito.

Mirándolo de lejos, me di cuenta de que a pesar de que mi hermano era tremendo cabronazo, no podía no estar más orgulloso de él, festejar sus logros era lo que más me gustaba.

“Pronto festejaremos los tuyos y cuando menos te lo esperes yo colgaré tu foto de graduado en el refrigerador” me había dicho una vez, cuando juntos festejamos que él había salido en el cuadro de honor de la escuela a la que asistía. Eso era lo que más deseaba, que la gente se alegrara de mis logros, de mis victorias que espero sean muchas.

Camine más apresurado una vez que salimos de la cafetería rumbo a abordar el vuelo que nos regresaría a casa. Agarrado de mi maleta siguiéndole el paso a Jin Ki desde muy cerca, a decir verdad desde que le pedí venirme con él, nuestra hermandad a crecido mucho, si antes éramos unidos, ahora lo somos mucho más, casi inseparables.

Después de todo no me quedo de otra que contarle a Jin Ki, que mi ex era ni más ni menos que el papá más rico de toda Corea del Sur y que ese papá que se cagaba de bueno, era el mismísimo Choi Min Ho, aunque el día en se lo dije tuviera litros y litros de alcohol en la sangre, Jin Ki no parecía muy impresionado y tan solo me dijo que era de esperarse ya que tantas confianzas con el Sr. Choi no eran tan normales y que ahora sabía porque me convertí en alguien tan madrugador y porque me desvivía tanto por mi presentación y porque parecía tan interesado en saber sobre Jin Ri. A mí no me quedo de otra que confesarle (totalmente sobrio) que mi delirio más grande era ese 1, 80 m y que sin duda alguna era mi felicidad, aunque al principio Jin Ki parecía reacio al principio, después pareció aceptarlo, no aceptarlo en palabras simples sino más bien, resignado.

Si, esa era la palabra correcta, resignado.

Resignado a saber que el Sr. Choi como a él le gustaba decirle, era el mismo Sr. Choi que le había quitado la virginidad a su hermano y era el mismo Sr. Choi que provocaba que su pequeño hermano, nalgas cagadas (como a veces solía llamarme Jin Ki) gimiera tanto y tan fuerte que apostaba que hasta en Corea del Norte se habían escuchado y lo peor (o mejor) de todo es que no me arrepentía de nada. Absolutamente de nada.

Jin Ki me jalo del brazo para que me apresurara, porque al parecer el vuelo me estaba desconcentrado y parecía estar muy ido.

“Sé que mueres por regresar, pero te pido te apliques ahora y deja de vagar en tu mente, gracias.” Me susurro mi hermano cuando yo no atinaba a nada, la verdad es que si estaba muy distraído pero es que, el simple hecho de imaginar que regresaríamos a nuestra casa, con nuestros amigos era algo que me ponía demasiado contento, eso sin mencionar que me emocionaba la idea de toparme con Mr. Sensualidad en el supermercado o en el parque o en el cine, o en ese restaurante de sushi al que tanto le gustaba ir. En mi mente bastante idealista, me imaginaba a Min Ho en el aeropuerto, a la espera de mí, para abrazarme, para besarme, para decirme que todo estaba bien entre nosotros y que me perdonaba por ser tan pendejo, tan celoso y principalmente por ser tan pendejo.

Una vez aborde el avión, me ubique en mi asiento y me perdí entre el mar de pensamientos que me golpeaban la mente.

****

Había sido la peor semana de todas de eso no había duda. Y si que he tenido pésimas semanas, pero ésta sin ponerla aprueba ya entraban en mi lista de las peores cien y es que catalogarla como “la peor” semana, le quedaba corta, es que de verdad había sido espantosa, una semana de mierda, en pocas palabras.

Desde el hecho de que no recordaba que el viaje en avión fuera tan pesado, para que después le siguiera el hecho de que el puto de mi amigo Ki Bum se haya hecho de una relación bastante más sería de su perrito faldero Kim Jong Hyun y el muy puñetero ya no tenía tiempo para mí, “oh qué bueno que llamas, cariño. Mmm, que bueno que ya estés acá en Corea, ah sí, no puedo estar contigo pero luego te regreso la llamada para charlar y quedar para el café”, había dicho en una llamada rápida, era un desgraciado si me lo preguntan a mí, pero lo peor de todo es que el motivo más importante por lo cual regresar a Corea era más atractivo, no estaba, se había ido, se había mudado, por boca de Jin Ki quien amablemente (me) investigo que había sido de la familia Choi y cuando averiguo el miércoles por la tarde, llego como si nada, como si sus palabras no me afectarán…

-       No están

Había dicho, como si el cabronazo me hablara del clima. Así sin nada más.

-       ¿Cómo que no están? Explícate por favor. 

-       Pues eso, recién hable con Jin Ri y me dijo que no estaban. Ya sabes le comente que estaba de regreso que fuéramos al café y eso…

Lo interrumpí

-       Ve al grano, por favor.

-       Dios, que impaciente que eres. Bueno el caso es que Jin Ri, me dijo que se fueron a vivir a China por un tiempo, como un año, pero que justo ahora están en Japón, que llevan más tiempo allí…

Él continúo.

-       Le dije que estaba feliz de que hiciera en Japón su trabajo social, ya sabes que en Japón es mucho mejor y entre tanto, continuando con el dialogo le pregunte por el papá, como que se saco de onda pero al final me platico sobre él. – Jin Ki tomo aire y continuo –aunque por como veo tu rostro no sé si debería decirte.

Lo peor no era que el amor de mi vida no estaba respirando el mismo aire que yo, como estúpidamente había fantaseado, como estúpidamente había imaginado. Lo peor es que el idiota de mi hermano no tenía filtro para decir las cosas, tacto era lo que más le hacía falta a Jin Ki.

-       No bromees conmigo y habla, quieres. –me altere. Min Ho me seguía alterando.

-       Oh, ya voy, tranquilo. Bueno conste tú lo pediste, me dijo que estaba bien, que en su trabajo le iba mejor que nunca y que su salud era lo más favorable sin quejas, ella está muy tranquila, aunque hay un punto que no sé si sea correcto decirte a decir verdad.

Yo no hablé, las manos me sudaban y sentía como una gotita de sudor me resbalaba por mi espalda, de igual forma esperé a que él terminara de una buena vez. Jin Ki comprendió mi silencio y no se detuvo.

-       Bueno, el caso es que hasta en el ámbito amoroso le está yendo bien. Al parecer tiene una relación con una de sus compañeras laborales y por boca de Jin Ri es mujer y esta que se caga de buena. Espera, creo que eso estuvo de más, lo siento. –Jin Ki, se calló y después de un tiempo prosiguió. –El punto es que, hermanito todas las esperanzas deberían desaparecer. No te quiero desanimar, pero, esto es así. No quiero que sufras y te ilusiones, solo quiero tu felicidad y tu bien.  

Y si quería mi jodida felicidad porque no se quedo callado mejor, desde ese miércoles hasta el sol de hoy viernes, no me había sentido bien, digo entiendo a la perfección que fui yo quien cago todo lo nuestro pero no imaginaba que Min Ho iba a avanzar tan rápido cuando yo aún sufría por él, no cuando yo aún tenía esperanzas de recuperar todo el tiempo que por culpa de mis inseguridades habíamos perdido, no cuando mi corazón aún lo pensaba, no cuando aún lo amaba, tanto o incluso un poquito (mucho en realidad) más de lo que ya lo hacía.

Me sentía tan desanimado que no había querido salir con la familia en plan “Lee Tae Min es el primer fin de semana en familia después de estos tres largos años”, había hecho mención su madre, pero el simplemente descarto ocupando el pretexto de que debía estudiar para el examen de la universidad, cuya escuela por fin había hecho elección.

Música no sonaba tan mal, no cuando me daba cuenta de que eso era lo que más me gustaba. Un hobbie que descubrí mi primer año viviendo en Nueva York, cuando Ann amiga de Jin Ki y quien me tiro la onda antes de saber mi sexualidad, un día en el departamento estaba escribiendo, mi curiosidad me hizo preguntar y al segundo ya había quedado enganchado, todo el tiempo le pedía a Ann que fuera a la casa a escribir porque me gustaba mucho escuchar y opinar; y cuando menos me di cuenta, yo me encontraba hasta altas horas de la noche escribiendo, tomando cursos en línea para aprender a tocar el piano y junto con Ann nos dimos cuenta que hacíamos un excelente dúo, guitarra y piano eran una excelente combinación.

Así que cuando mis padres me preguntaron el jueves después de la trágica noticia, yo había dicho “Música, porque la amo y porque me apasiona”, ellos respetaron mi decisión y me apoyaron más de lo que yo esperaba a decir verdad. Porque para cualquiera música podría ser algo mediocre y que no me dejaría nada productivo, pero mis padres por segunda vez en mi vida me habían sorprendido, y agradecí bastante el hecho de que me apoyarán. Necesitaba mucho ese apoyo, ahora más que nunca.

Deje la guía para el examen de la universidad en mi cama y me acerque a la computadora que estaba a un costado de mi cama, por que las necesidades debían ir primero. La encendí, realmente no recordaba cuanto tiempo tenía esa computadora, pero claramente era mucho tiempo, el teclado blanco medio amarillento, y la pantalla con unos gráficos espantosos, daban mucho que desear sobre el tiempo. Lo primero que vi después de que apareciera el logotipo de ‘Windows’, fue la imagen que tenía de fondo de pantalla, donde claramente se veía la afectado que estaba en ese momento (y ahora también) por Min Ho, su rostro relucía por toda la pantalla, sonreía mostrando mucho sus perfectos dientes mientras cerraba más sus precioso ojos, aquellos que siempre me miraban con amor, aquellos que me profesaban ese amor del que yo llegue a dudar en algún momento de mi vida y que era de lo que más me arrepiento.

Al parecer alejarme de mis errores en vez de afrontarlos ocasionaba que estos empeorarán, alejar de corea me alejo también de Min Ho en todos los aspectos; ahora que volvía él se alejaba de corea y de mi también. Observe detenidamente el fondo de pantalla, no me había puesto a analizar la situación que me rodeaba pero justo ahora lo necesitaba, después de todo Min Ho no podía estar esperando a alguien que en su momento dudo de todo lo que significaba la relación que teníamos, no podría estar a la expectativa de en qué momento regresaría la persona más cobarde que de seguro había conocido en su vida.

Porque por lamentable que sonara, Min Ho solo había dado por hecho lo que yo en aquel momento desee. Terminar, terminar la relación, terminar con el contacto, terminar de sufrir por mis inseguridades y terminar de quemarme la cabeza por mis estúpidos celos, que si ahora los analizaba eran demasiado pendejos, porque Min Ho siempre fue honesto, siempre fue fiel y siempre le demostraba su amor, el único defecto era que era mayor y que tenía una hija, cuya hija era de la misma edad de mi hermano y que justamente era su amiga.

El defecto más grande de Min Ho era que se le olvidaba que yo era menor de edad en ese momento, hombre y hermano del mejor amigo de su hija.

Sin planearlo comencé a llorar.

Surcos de agua caían de mis ojos y resbalaban por mis pómulos hasta caer en forma de cascada por mi playera.

****

Iba de un pasillo a otro, no tenía un rumbo fijo, solo vagaba; porque ahora ultimo eso se me daba muy bien, salir con mis amigos, tocar el piano, olvidarme de mis responsabilidades y ser rebelde como una vez me grito mi mamá solo por simple hecho de haber llegado tarde, aunque siquiera llegar a las 3 de la mañana era siquiera llegar tarde cuando Jin Ki llegaba hasta pasada las 6 de la mañana.

“Porque tu hermano es mayor, ya trabaja, ya gana su propio dinero y ya es responsable. Tu solo eres un adolescente pendejo que cree que tiene al mundo de su mano”

Me había dicho mi mamá aquella vez, por no decir la última porque gracias a esa discusión me di cuenta de que realmente era un adolescente pendejo, por lo que salirme de mi casa, trabajar y estudiar no sonaba tan mal y en un arranque de desesperación me salí de mi casa, conseguí un trabajo de medio turno y no me quejaba porque no me iba tan mal.

De esto ya han pasado más de 3 meses, creo que hasta 5 meses ya, no veía la diferencia. Últimamente todo era monótono en mi vida.

Había ingresado a la Universidad de Música y me sentaba bastante bien, muy bien a decir verdad, jamás pensé estudiar en el ámbito que más me gustaba, poder expresarme mediante melodías era lo que más me gustaba de mi vida, por no decir lo único que me gustaba.

-       He, Taem, ¿Qué haces por acá?

Eh, en qué momento Jong In había llegado hasta mí.

-       Eh, no sé. Solo camino.

-       Oh, dios. Siempre tan distraído y despreocupado. ¿Acaso no pierdes clases haciendo esto?

Continúe caminando, a veces si le ponía mucha atención a Jong In se volvía molesto, se sentía como el padre de los pollitos de nuestro círculo de amigos; amigos vagos como le gustaba decirle mi mamá a mis amistades. Seguí arrastrando los pies, seguí caminando aún sin contestarle a Jong In, estaba tan metido en mis pensamientos que no sentí cuando tropecé con alguien y el cabrón no fue capaz de avisarme.

Caí de nalgas al piso, mientras la persona al frente mío daba varios trompicones hasta caerse, fui capaz de darme cuenta de ello mientras estaba botado en el piso, tras unos segundos y como pude me levante, el pendejo de Jong In en vez de ayudar solo se estaba riendo, el muy hijo de puta. Cuando pasé junto a él choque mi hombro, mientras le fruncía el ceño. El pendejo a veces no sabía cuando ser serio.

Me acerque a la persona que aún estaba en el piso y la ayude a levantarse, era una muchacha no muy alta, pero de una tez muy blanca, tan blanca como papel, y me pregunte si no tenía alguna enfermedad o algo así.

-       Hola, disculpa. Traigo la mente en el cielo y no me percate de tu presencia. De verdad lo lamento no era mi intención. –le tendí mi mano para que se pudiera apoyar en mi para levantarse.

-       Ah, si no te preocupes. Esto me pasa por ocupar el celular en el momento menos oportuno.

Comento ella como monologo más que como una explicación. Traía todo el cabello suelto y hecho una maraña, como pudo se arreglo el cabello con sus manos mientras se agachaba a recoger las cosas que tenía regadas alrededor nuestro.

-       Así que no te preocupes, esto aunque no parezca me pasa muy seguido –continuo ella hablando –por lo que pido que no te lamentes. ¿Está bien?

Alzo la mirada mientras me sonreía, una sonrisa cálida, donde todos los dientes se relucían y los ojos se cerraban y se volvían pequeños a tal punto que parecía una rayita.

Y yo quede en shock.

Me quede sin palabras, de repente no había nada que me hiciera expresarme de la forma que yo quería.

Esa sonrisa la había visto antes, en muchas facetas, en muchos momentos. Era mi sonrisa favorita porque era la más sincera que tenía y entonces comprendí de donde era que la conocía…

-       Jin Ri, ¿eres tú?

Comente en un suspiro.

Ella me observo, como si me estuviera analizando de manera exhaustiva, al parecer no me reconoció al principio y pasaron unos minutos (porque fui capaz de contarlos mentalmente) hasta que mi rostro le debió de sonar de algún lado.

-       Tae Min, el mismo Lee Tae Min, dios mío. Pero mira que cambiado estás muchacho. Cuanto tiempo sin verte –ella sonrió más (si es que fuera posible) y yo fui incapaz de siquiera hacer una mueca –pero muchacho, ¿Qué haces por acá? ¿estudias acá? Y tú hermano, ¿qué tal como esta? Vaya estoy tan sorprendida.

Ella no dejo de hablar mientras yo estaba estoico, sentí por un momento que había dejado de ser humano y me había vuelto estatua.

De lo que me había dado cuenta era de que ella seguía de parlanchina como siempre, tal cual. No había cambiado nada.

-       Pero anda, dime algo, te has quedado pasmado.

Fue entonces cuando me percaté de que ella se había dado cuenta de lo desorientado que me había dejado habérmela topado.

-       Ah sí, una disculpa. Traigo la mente en todos lados, ya sabes la escuela. –suspire –JinKi no me había dicho que estabas aquí, es una novedad.

Me hizo una mueca en forma de sonrisa y después se rio.

-       Bueno debe ser porque tu hermano no sabe que andamos por acá.

Acaso ella dijo andamos, en plural, lo que significaba que dos personas estaban en Corea, o sea que no solo era Choi JinRi, sino que también Choi MinHo, porque aquí y en América el “andamos” con la letra “s” al final significaba que más de dos personas andaban acá.

Yo no podía con las emociones, un pequeño rastro de alegría había subido desde mis pies hasta mi pecho y se instalo ahí, comencé a sentir felicidad y eso me estaba asustando. Claro hasta que recordé que MinHo estaba en una relación.

JinRi continúo hablando y yo ya no la quise interrumpir.

-       Mi papá se quiere casar aquí en una boda tradicional por lo que nos hemos visto obligados a volver, aunque no creas en la primera de locura nos regresamos a Japón –suspiro –no te mentiré ya me acostumbre al ambiente y al entorno social que significa Japón…

Ella tenía intenciones de seguir hablando pero la verdad es que yo ya no tenía ganas, ni ánimos de seguir (viviendo) hablando, así que la corte.

-       Vaya que novedad, me da mucho gusto por tu papá –pase mi mano derecha por mi cara, sentía como si agua cayera por ella –bueno JinRi me gustaría seguir hablando contigo peor tengo cosas que hacer, una disculpa, espero que pronto nos volvamos a ver.

-       Claro, Tae. Me dio muchísimo gusto charlar contigo, espero nos veamos pronto para que les haga entrega de las invitaciones a ti y a tu hermano.

Me abrazo para despedirse de mí y yo no hice nada más que quedarme quieto. Tratando de contener las ganas de llorar que otra vez se habían apoderado de mí, en un momento de mi vida en las que ya no las necesitaba.

****

Si me preguntan a mí no sé por qué estamos aquí, de un momento a otro estaba acostado en mi cama y para otro momento estaba yo de camino al Hotel K-LUTZ, de la mano de mi hermano, de camino a la magnífica despedida de soltero del amor de mi vida, si, el puto y maldito de mi ex (aka amor de mi vida) nos había invitado a mi hermano y a mí. ¡A mí!, o sea que gran descaro, pero por más que le había rogado a Jin Ki que no me llevará y que me dejará dormir porque mi semana había estado de la madre y quería reponerme, no lo logre convencerlo, incluso trate de manipularlo y ni así se dejo el maldito de mi hermano, era como si el muy puto ahora estuviera de lado del maldito más delicioso de todos los hombres de Corea y que justo era el que más amaba.

-       Ni siquiera sé porque vengo, debe ser obvio que no soy bien recibido –mientras iba caminando patee la pierna de derecha de Jin Ki.

-       Pues para no ser bien recibido, tu nombre está en la invitación y no debes ser descortés con la gente, Tae Min. 

Bufé.

-       Eso debió ser un error de impresión o incluso debió ser idea de Jin Ri, pero de seguro él no desea verme, debe super obvio –tome aire y continué con mi monologo –si no me hubiera topado con Jin Ri, no estaría aquí y podría estar durmiendo de lo lindo en mi cama.

Ahora bufo Jin Ki.

-       Podrías dejar de ser tan quejón –lo mire y el siguió –nada te agrada, que si te invita, que si no lo hace, que si Jin Ri, que su novia que sin conocer ya odias, que si te ama, que si no. –Jin Ki me miro –justo nada te agrada. Lo peor es que te estancas, en vez de que afrontes los hechos, Min Ho bien que mal está avanzando con su vida y mientras tú, te sigues lamentado por las decisiones que “NO” –recalco el no e hizo unas entrecomillas con sus dedos –tomaste en el pasado, bien no lo hiciste, porque sigues tan obsesivo con eso, alégrate mínimo por que Min Ho no se ha hecho de la vista gorda y ha hecho como que no existieras y aún te toma en cuenta.

Jin Ki suspiro y yo me quede callado. No supe interpretar sus palabras y no supe si me regañaba o me estaba dando ánimos para seguir enamorado de Min Ho, sea lo que sea, no le pregunte y mejor me enfoque a seguir caminando a su lado.

Seguíamos en un incomodo silencio por un incomodo pasillo, al parecer por lo que nos dijo la recepcionista el evento se realizaría en la terraza del hotel, por lo que comenzamos a dirigirnos hacia allí. Tomamos el elevador que estaba al final del pasillo y rápidamente presione el botón que marcaba la terraza, una vez que el elevador llego a nuestro destino salimos y continuamos caminando por otro pasillo pero más estrecho, cuando a mi lado sentí como Jin Ki de repente se detenía y se palpaba los bolsillos de su pantalón formal.

(Ah sí, porque tuvimos que venir de gala, adiós a mi ropa cómoda y hola a la ropa de mayordomo)

Jin Ki coloco una cara de sufrimiento que no pudo con ella y yo me sorprendí bastante, rápido me acerque a él…

-       ¿Qué pasa? –lo mire medio asustado

-       Ah, no puede ser posible que estas cosas me pasen a mí –me miro asustado –me he olvidado del teléfono celular, lo debí dejar en el automóvil. –suspiro –voy y vengo, mientras ve entrando y me apartas el lugar.

Jin Ki hizo el ademan de regresar por el camino para el elevador, cuando lo detuve del brazo.

-       Ni cagando entro solo, te acompaño y regresamos. –lo mire de manera dura

-       No empieces de infantil, Tae Min. Ya estamos cerca, mejor entra me apartas el lugar y yo vengo rápido.

-       Ya te dije que ni cagando, lo haré.

-       Bueno, pues te quedas acá y yo voy, deja de ser un niñato, ya te dije que voy y vengo.

Me resigne.

Algo que más odia de Jin Ki era su maldita persistencia y su maldita terquedad, cuando algo le entraba, pocas cosas lograban salir. Así que solo asentí de mala gana, mientras Jin Ki me sonreía y se despidió con un “vengo rápido”.

Jin Ki desapareció por el elevador y yo me quede ahí estancado en el pasillo, a unos cuantos metros de la entrada del lugar, a lo lejos no se oía alguna bulla o indicio de música estridente y como siempre, la curiosidad mata al gato, me acerque un poco más a la puerta para tratar de escuchar algo que indicara que ahí se estaba efectuando la despedida de la soltería del hombre más guapo, rico y deseable de toda corea y no el funeral de mi corazón. Al acercarme pude verificar que en efecto, no había ningún sonido y que todo estaba en perfecto silencio.

Me sorprendí bastante y si el pendejo de Jin Ki se había equivocado de fecha y estábamos en el día incorrecto.

“No, Tae la recepcionista parecía super segura de que era acá” pensé.

¿y si la pendeja de la recepcionista también se equivoco?

Bah, bola de ineptos, tendría que averiguarlo yo mismo.

Por lo que sin dudarlo mucho acerque mi mano a la manija de la puerta y esta cedió enseguida, no tenía el seguro puesto por lo que rápido la abría.

Y así de rápido que la abría, así de rápido me arrepentí.

Ni el pendejo de Jin Ki, ni la pendeja de la recepcionista se había equivocado, si había un evento ese día en la terraza, un evento que si me incluía a mí y que no supe como clasificarlo.

Ante mí, ante mis ojos, ante mi persona, ante mis sentimientos, se encontraba una mesa en el centro de la terraza, una mesa para dos personas y no para las 30 personas que Jin Ki me había dicho iban a ser los invitados, mientras adornos de flores naturales adornaban la mesa… con la presencia de la persona más importante para mí, opacando todo lo que rodeaba la mesa y adornaba la terraza.

Ahí estaba él, tan guapo como siempre, tan pulcro con un traje negro, con corbata y todo a pesar de que a él no le gustara usarlas, con un ramo de rosas azules en su mano, con una expresión que no supe descifrar pero que quise creer que era de enamorado, mientras me observaba a mí. Parecía una estatua frente a mí, inmóvil y tiesa.

Yo me aferre a la manija de la puerta lo más fuerte que pude, porque sentía que en cualquier momento mis piernas no lograrías soportar mi peso y me harían caer en picada…

Pasaron algunos segundos y él pareció reaccionar a la presencia que tenía enfrente; a mi presencia.

Trato de sonreír de la misma forma que hace años cuando me enamoro…pero justo ahora parecía una mueca hecha por su rostro, por su bello rostro.

-       Hola, Tae Min. Creí que no vendrías –lo miré y él me miró, ambos suspiramos y él continuo. –cuanto tiempo sin verte. Me creerás si te digo que te extrañe…

Después de eso, yo deje de escuchar y me volví sordo, mudo y ciego… en amor.

Ante mí estaba mi primer amor.

Ante mí estaba mi gran amor.

Ante mí estaba el magnífico Choi Min Ho.

Ante mí estaba el pecado más bonito que había tenido.

Ante mí estaba la persona más importante en mi vida.

Y contra eso poco podía hacer.

“solamente caer… enamorado (como siempre) otra vez”

 

Notas finales:

Les dejamos nuestra cuenta en wattpad, para que se den una vueltecita por allá.

Besitos y nos vemos prontito. <3

 

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