Tantas cosas habían pasado en un lapso tan pequeño de tiempo. En estos instantes Beacon Hills era presente de como los milagros se podían mesclar con la tragedia de una manera tan etérea, tan irreal pero a la vez lograba causar una sensación de pesar.
El sheriff Stilinski ni si quiera pudo saborear el hecho de que su hijo había vuelto a él milagrosamente porque esa felicidad fue arrebatada al enterarse lo que desato la huida de Stiles, solo se permitió abrazar a su hijo y decirle que lo amaba demasiado. Hubiera deseado pasar un poco de más de tiempo con el pero tenía que liderar la búsqueda del pequeño Mick. Realmente odiaba que esa fuera la manera de enterarse que tiene un nieto.
—No puedo seguir aquí sin hacer nada. —Stiles intento levantarse pero inmediatamente unas manos hicieron que retrocediera, Melissa lo miro con pena y una mueca al no saber cómo darle más palabras de aliento. También se sintió un poco mal consigo mismo por que no se estaba cuidando muy bien por su cachorro en espera pero en esos instantes Stiles no sabía qué hacer, solo quería que todo terminara— ¿A dónde fue Scott?
—Supongo que esta con tu padre tratando de seguir un rastro.
—No hay rastro que seguir. —Stiles no logro contener las lágrimas. —Mick trae un collar con el que no pueden detectar su olor. —Melissa lo abrazo para intentar transmitirle un poco de calma.
—Stiles, confía en que Scott y tu padre encontraran a tu pequeño. —le sonrió con calidez pero aún se podía notar un poco de duda en sus palabras y no porque desconfiara del sheriff y su hijo, pero las cosas siempre podían empeorar.
—No puedo seguir aquí mi bebé me necesita. —Stiles volvió a intentar levantarse pero se quedó congelado cuando vio entrar a la habitación a un par de viejos amigos, quienes en realidad eran el hombre que se robó su corazón una vez y un lobo agrio.
—Tu bebé necesita que estés bien para cuando el regrese. —comento Peter sonriéndole como si Stiles pudiera desvanecerse en cualquier momento. —Hola cariño.
—Peter…
—Han pasado tantos años. —El lobo zombie no se debatió en si abrazarlo o no, simplemente lo hizo y se sintió tan feliz cuando Stiles le correspondió el gesto.
—Me hiciste tanta falta.
—Yo siempre supe que aun estabas vivo. —hablo Peter con la voz un poco quebrada.
Permanecieron un momento así en silencio hasta que alguien carraspeo y termino con la atmosfera de reencuentro.
—La manada está muy feliz con tenerte de vuelta. —dijo Derek luego de sentirse un poco incómodo con la escena tan tierna que estaban formando Stiles y su tío. Melissa lo miro con el ceño fruncido y solo susurro que si necesitaban algo que la llamaran.
—Siempre has sido tan imprudente querido sobrino. —Derek no respondió y solo hizo un movimiento de cejas como respuesta. —Eso supuse. —Peter bufo, pero volvió a dirigir su mirada hacia el beta humano. —Lograremos encontrar a tu cachorro. —Stiles solo suspiro y trato de creer que todo estará bien.
Mientras tanto el pequeño cachorro pelirrojo salió del escondite en el que se mantuvo luego de que se perdiera al tratar de buscar ayuda cuando vio como Stiles se desplomaba en el piso.
Mick camino un poco por el bosque con la esperanza de encontrarse con su papá pero al mismo tiempo trataba de no seguir llorando porque temía que su padre Alexander lo encontrara. Unas horas después Mick logro percibir un aroma y eso lo asusto un poco, volteo hacia todos lados pero no lograba encontrar nada.
—Debes estar lejos de tu manada pequeño cachorro. —dijo sin salir de los arbustos aun por si el niño realmente no estaba solo y en realidad era usado como carnada, pero entonces noto que el pequeño pelirrojo no lo escucho pero si capto que el niño podía detectar su aroma.
— ¿Estás perdido? — De nuevo no recibió respuesta, así que salió de donde estaba y camino hacia el cachorro quien al verlo retrocedió instintivamente. —No te hare nada. —Mick ladeo la cabeza confundido por que no estaba seguro que era lo que decía aquel hombre. — ¿Cómo te llamas? —pensó que si tal vez hablaba más lento el cachorro podría entenderle y al parecer funciono por que el gesto de Mick se relajó más.
—Mick. —Dijo señalándose a sí mismo. — ¿Tu? —pregunto con su habitual voz ahogada.
—Soy Deucalión.