La imagen es enternecedora, cualquier persona con sentimientos podría empatizar con el sentir de ellos, JongIn nuevamente debe secarse sus lagrimas que empiezan a acumularse, una mano extraña lo ayuda, voltea y se da cuenta que es el pediatra que ahora le ha pasado el brazo por el hombro, para confortarlo, se siente incomodo, solo atina a quitarse el brazo de encima.
SeHun besa los labios de LuHan, como un suspiro, una tenue caricia, a su amado, a su alma, este sonríe, no puede ser mas feliz. Lo ayuda a subirse a la cama, con sumo cuidado, ante la fragilidad, por el trance al que ha superado, debe cuidarlo mas y ahora al doble. LuHan se deja cargar, no quiere soltar a su hija, es un sueño.
Uno que creyó intangible, ininteligible, improbable.
Y ahora lo es, tangible, inteligible, real.
LuHan reacciona desenvolviendo a su hija de las mantas, la coloca sobre su regazo y toma sus pequeñas manitas y cuenta sus dedos, luego toma sus piernitas con sumo cuidado quita los zapatitos que el ha tejido, así como las minúsculas calcetitas, nuevamente cuenta los dedos. Sonríe cuando las matemáticas le dan la razón. Pasa sus dedos sobre el rostro, la mira con detenimiento buscando sesgos de el, de SeHun, sonríe con los ojos.
—Mira el es el pediatra, aclarara nuestras dudas. —SeHun le toca el hombro para llamar su atención.
El pediatra ha permanecido en silencio observando la escena, esta acostumbrado, pero debe reconocer que la emoción de LuHan es enternecedora al igual que la de JongIn.
—Claro. ¿Desea saber algo?
LuHan es toda preguntas y dudas, miedos y esperanzas, ha cuidado de tantos niños, únicos y especiales, pero este es suyo, suyo y de SeHun y bueno un poquito del tío JongIn. Habla sin pena, sin atisbo de duda al parecer exagerado, quiere saber todo, hasta lo mas ínfimo, no quiere errar, no quiere omitir, todo es importante y necesario, ha tomado clases prenatales, pero no basta, no para su hijo. El doctor, contesta cada una de las preguntas por vanas que parezcan. Sonríe de vez en cuando, pero lo entiendo. SeHun está a su lado aclarando y preguntando.
Han hablado de la fórmula, el uso de biberones, los cambios de pañales, el baño, la limpieza de los oídos y una infinidad de cosas. JongIn ha repetido cuestionamientos, pero el doctor sigue respondiendo de manera paciente, le sonríe de manera coqueta, pese a ello, no frena al moreno.
—Gracias por toda la información, pensara que es un exageración de mi parte…realmente lo siento.
—Claro que no, es normal al ser primerizo.
—¿Puedo ducharme? quiero amamantar a nuestro bebe.
“Nuestro” SeHun le oprime el brazo, le gusta la palabra única e inequívoca.
—Claro, puede hacerlo, cuidando de no lastimar su herida.
—Puedo ayudarte.
—No, el personal lo hará. -Responde el doctor.
—No es necesario, puedo hacerlo con ayuda de Hunnie.
—Si los enfermeros no lo hacen, serán sancionados por no cumplir con sus funciones.
Eso SeHun lo sabe, del pasado, de servicios especiales, no hay posibilidad alguna que el seguro lo cubra. Algo no encaja. No puede seguir aceptando la evidente mentira, por muy amigos que sean , necesita la verdad.
—JongIn creo que necesito hablar contigo… —Da un paso y la seriedad –mas de lo común- es evidente en sus palabras.
El mencionado se pone nervioso, los ojos abiertos con mesura lo delatan. —Yo…yo…tengo hambre…voy a comer…algo ¿Si?...en verdad mucha…no tuve tiempo de desayunar… ¿Puedo? —Pide permiso.
No puede retenerlo, lo entiende sabe que le ha dedicado la mañana a su pareja.
—Entiendo, pero tarde o temprano tenemos que hablar — Ha visto como una gota de sudor baja por el mentón, siempre suda cuando esta nervioso, miente o duda de algo. —Por favor JongIn, quiero saber toda la verdad.
Este asiente como chiquillo que ha sido pillado robando una galleta del pote escondido por su madre. Sale cabizbajo y arrastrando un poco los pies. Es un hombre maduro, inteligente, con capacidad de dirigir negocios, pero en la vida personal, es un niño , uno lleno de cariño y nobleza, con mimos que repartir sin esperar gratitud, el es nobleza y bondad.
—¿De que hablas Hunnie?
—Nada amor, no te preocupes. — Se gira un poco para ver al pediatra. —Doctor Zhang debería acompañarlo, no le gusta comer solo.
El sujeto se sorprende un poco, abre los ojos de más. — ¿No cree que se moleste?
—Todo lo contrario.
—Pero …
—SeHun creo que… —El mencionado levanta la mano para acallar el comentario de su pareja.
—¿Tiene mucho trabajo Doctor?
—No, solo su hija es el único nacimiento del día…¿no necesitara nada? —Suena algo ingenuo, pues el es el especialista, pero es notorio la emoción inicial de cuando alguien conoce y conecta con una persona, una especial.
—No lo creo —LuHan mira asombrado y SeHun niega — Podríamos llamarlo ¿No?
—Claro, claro —Saca de un bolsillo de la camisa que trae bajo la bata una tarjeta— Cualquier cosa —Afirma señalándolo con el índice. —Sale de prisa.
LuHan solo niega con la cabeza, desaprobando, ha entendido lo que ha hecho su pareja, el conoce un poquito mas a JongIn y sabe lo que este quiere, en definitiva no a alguien que use bata, le basta un mandil y una charola para admirar a un chico que no lo ve, lo ignora y lo rechaza, pese a ello es el centro de atención del moreno.
Tocan el botón de ayuda y llegan dos enfermeros a ayudar a LuHan a bañarse, este entrega con reticencia a la bebe a SeHun, siente un miedo ilógico, pero no puede evitarlo. Este le sonríe entendiendo.
—Anda , que yo lo cuidaré bien. —Una caricia al pequeño rostro y un beso.
SeHun pasetea a la bebé por la habitación, duerme plácidamente, pero abre los ojos y lo observa, con detenimiento, emite un sonido casi inaudible, casi. Le sonríe.
Cuando LuHan sale, lo escucha hablar.
—¿Que tanto le dices?
—Nada, solo una platica padre—hija.
—Anda dámela.
La toma en brazos y rápidamente se desabrocha la bata, la camiseta interior masculina es desabrochada para dejar el compartimiento que permite descubrir el pecho, la bebé, observa todo, huele, instintivamente abre la boca, sus pequeños labios buscan y se le entrega lo que necesita. La pequeña succiona el pecho ligeramente abultado, no es muy grande, pero lo suficiente que la naturaleza le da a un hombre para poder alimentar a la pequeña. Esta ávida en aprovechar lo que es suyo, LuHan le sonríe, solo la ha tenido unos minutos cuando ha nacido al mostrársela y ahora, pero ya siente que podría darle todo de si, hasta su vida si fuese necesario. Siente como estira su piel, busca, batalla, llora porque ha agotado la fuente de alimento en su afanoso delirio de ser alimentada. Gimotea , con pequeños soniditos que para ambos padres suena adorable, la bebe esta protestando y abriendo la boca buscando un poco más.
—Debes darle más mi amor.
—Sabes que lo haré Hunnie.
El bebe es colocado en el otro pezón que se apresura a tomar, succiona con fuerza y lo lastima un poco, el escozor de las primeras veces ha enrojecido el otrora rosado pecho. SeHun lo sabe.
—¿Te duele?
—No lo suficiente como para negarlo. —Comienza a cantar la canción especial que le ha compuesto, es un arrullo a la menor cuya respiración acompasada se combina con las notas que pululan en el aire.
SeHun sonríe y besa la sien de LuHan.
Miran con detenimiento al pequeño, producto de su perenne amor . Han pasado tantos años desde el día que se conocieron, desde el día en que se amaron, desde el día en que se separaron y desde que se volvieron a encontrar. Tal vez no sean tantos, pero se sienten como una eternidad.
Luhan jamás pensó que iba a tener una oportunidad de poder llevar un nuevo ser en su vientre. No Podía negar que el pasado aún dolía, el presente no le haría olvidar a quien no logró tener entre sus brazos. Sería siempre parte de su vida, pero no podía negar que ahora nuevamente podría ser feliz. Por fin padre, de un hijo que es propio. De el y de SeHun.
La bebé poco a poco se va quedando dormida, da un pequeño bostezo, se balancea entre los brazos que ahora la acunan. No puede evitar cerrar sus pequeños ojos.
LuHan está un poco incomodo por la posición en la cama, aún su cuerpo está un poco adolorido. Se acomoda la bata de hospital y se recuesta. Coloca al bebé sobre su pecho, para que duerma escuchando el latido de su corazón.
—¿Estas bien?
—No podría estar mejor.
—Debo hacer que haga digestión su comida.
SeHun pasetea al bebé por la habitación mientras golpea la espalda , la verdad es que tiene un poco mas de experiencia que LuHan, al principio se sentía culpable, pero entendió que no tenía por que hacerlo después de todo, era de utilidad saber.
Acomoda a la bebé dormida y la pone en el cunero que yace a lado de la cama de LuHan. Esté la mira absorto. Se acerca y le da un beso, una caricia casi es.
—Estoy horrible. —LuHan se ve en el reflejo de la ventana.
—La paternidad te sienta demasiado bien…
LuHan trata de golpear su brazo, pero no tiene muchas fuerzas así que no le hace daño.
—Tal vez en un año mas vuelvas a verte igual de hermoso que hoy... solo bromeo—Aunque solo es un decir, el trance por el que han pasado no volverá a suceder, no mas. Con un dedo golpea su mentón.
LuHan sonríe, sabe a lo que se refiere, la verdad que pese a todo lo que se vive, le agradaría uno más.
—Me gustaría una niño, con una linda cara como la tuya.
.
—No Lulu, ni uno más.
LuHan sonríe. Un niño, puede imaginarlo corriendo con una pelota de futbol , con mejillas rosadas y piel tan blanca como su padre, como SeHun.
.
—Pero eso no significa que no tengamos intimidad. —SeHun camina a un lado de la cama, acaricia una pierna de LuHan, la bata facilita que la mano resbale , acaricia la suave piel.
.
—Puede venir alguien— Dice LuHan en un tono bajo, la respiración pareciera normal pero no lo es, los ojos se entrecierran ante el leve contacto.
—No lo creo, dijeron que llamáramos si necesitábamos algo. —SeHun remata la frase pegando sus labios con los de Luhan, es lento el beso, pero necesita sentir mas de el, no puede controlar la parte instintiva conjugando deseo y amor.
La mano sigue su curso, la ropa interior es amplia, para evitar lastime la herida vendada. Desliza una mano por el borde bajo. LuHan suspira.Acaricia la piel que su mano abarca sus dedos deslizan a la parte posterior, encuentra humedad en el camino y sabe que es la señal de que LuHan quiere mas de el, mucho mas.
El beso se tiñe de sexualidad, un gemido exalado, no sabe si es de uno o de los dos al unisono, hace que la otra mano suba al pecho, masajea bajo el interior y es inevitable la humedad, la leche sale del pezón de LuHan y moja su bata. Ríen. Y se pierde el momento de pasión.
—Debes usar protectores, para eso es el la doble tela de tu camiseta interior.
—Lo se —Una vez las compro, aunque jamás las uso, aunque esas fueron desechadas hace tiempo.
SeHun le acomoda la bata y el cabello mientras LuHan se coloca los protectores.
Una ligera tos a sus espaldas hace que den un brinco.
—¿Puedo pasar?
—Ya estas dentro. —Contesta SeHun con un dejo de molestia, realmente aprecia a JongIn pero a veces … a veces.
El chico mira la escena, siempre les dice que su historia es el mejor dorama que haya visto.
—¿Qué tal tu comida? —SeHun le sonríe y JongIn entiende.
—¡Tu lo enviaste!
—De nada…
—No me gusta.
—Solo intenta, es doctor.
—No es como el Chico de ojos bonitos…- No importa si no hay mucho,
Prestigio,
Dinero,
Un gran auto ,
Un apellido rimbombeante...
La simpleza del chico es lo que lo enamora...
—Dije intenta, no que te cases con el.
El moreno lo mira mal, se acerca al cunero pero SeHun le toma el brazo. —LuHan saldré a hablar con JongIn — Lo arrastra fuera de la habitación, tras cerrar la puerta lo encara.
—Quiero que me digas como estas pagando el hospital, no me digas que es el seguro.
—Es que vas a enojarte…
SeHun se aprieta el puente de la nariz como un medio de controlarse, sabe que no le han hecho daño, pero no le gusta sentirse como un niño al que se la ha mentido.
—No me enojaré.
—Recuerda que … todo fue por tu bien.

🎆🎆🎆