TaeHyung se ha quedado callado, no entiende mucho el concepto, para el la belleza es símbolo de contemplación, admiración, que sentido tiene vivir el momento ¿Por qué apresurarse? La belleza se toma su tiempo en disfrutarla, es como un cuadro, observas lo colores, las formas, las líneas, las luces, eso lleva tiempo, en ello estriba el goce, eso también resume los placeres de la vida, darles tiempo. El concepto de belleza de JungKook le parece fútil.
JungKook en cambio piensa en el presente, en tomar lo que le gusta y puede, no sabe si mañana tendrá la oportunidad de disfrutarlo, el trata de vivir el momento, no sabe si su tío lo correrá de casa, si volverá a Corea sumido en la pobreza, por eso cada día se deleita de lo que puede tomar: un buen vino, una opípara cena, sexo sin condiciones, una cama caliente. Una vida de placer.
Aunque cada uno tiene una perspectiva de la vida, ninguno dice o hace algo para que el otro lo entienda.
– ¿Quiere caminar un poco?
– Si – TaeHyung asiente y se levanta, se da cuenta que algunas briznas de pasto silvestre le han quedado pegadas al pantalón, lo sacude, JungKook que ha quedado prendado de ese redondo trasero, no le despega la mirada. Se acerca a el , estirando la mano sin que el rubio se de cuenta pues le da la espalda , con la mano acaricia la curva donde nacen las frondosas nalgas, bajando con lentitud, el rubio se ha quedado pasmado, reacciona en el momento que la caricia se prolonga girando y estrellando una mano en el rostro del pelinegro, el golpe le ha volteado la cara, pero JungKook no retira la mano, al contrario puede sentir como le da un pellizco que le hace dar un sobresalto.
JungKook retira la mano lentamente y le muestra– Era por esto – Un cadillo.
– Ahh – No puede evitar sonrojarse. Se percata de que hay algunas mas pegadas a esa parte del pantalón, JungKook lo sacude y esta vez se deja hacer, lo hace de manera calmada, siente que es casi una caricia y no puede evitar sentir una sensación bastante agradable.
– Ya esta limpio, caminemos – Se dirigen a un pequeño bosque, TaeHyung no dice nada solo lo sigue. A esa hora el día es bastante agradable, el sol de medio día da desde arriba, pero no da de lleno, porque pasan bajo algunos arboles que dejan filtrar la luz, como pequeños halos, calentando la piel, contrastando con la humedad del clima que da la sensación de frialdad. Se escucha el trinar de las aves, y las ramas crujir cuando andan, es todo calma y quietud, pero no es incomodo, es bastante sereno, pero el silencio se rompe cuando JungKook tararea una canción, no la conoce, el color de su voz es totalmente melodiosa, TaeHyung observa el perfil de su rostro, iluminado con los rayos de luz, le sonríe con coquetería, pero sigue caminando, lo sigue como polilla a la luz. Llegan a un claro , algo redondeado , hay piedras amontonadas de tal manera que simulan bancas, una enredadera en un árbol lo tiñe de flores amarillas, un matorral con flores silvestres rosas y blancas le dan vida. La luz del sol se cuela desde arriba , al centro del lugar.
TaeHyung sonríe – ¡Esto es m hermoso ¡ – Gira para reconocer el espacio, no es muy grande, pero le parece grandioso. – ¡Mira las flores!, está lleno, yo nunca puedo lograr eso.
– ¿Te gustan ? – Parece un poco extrañado – Son silvestres, no es gran cosa…
– Lo es, es muy cálido – TaeHyung pasa las manos por las flores con sumo cuidado, como acariciándolas, pero ve la del centro, solo la observa no se atreve a tocarla – Pero esa lo es mas – Es un tulipán, en el centro del lugar, cuidado con piedras alrededor, posiblemente para evitar las pisen o maltraten.
JungKook la observa y pareciera que sus ojos se cristalizan, pero el rubio no puede asegurarlo .
– Me recuerda a mi madre.
El rubio se acerca para tocar su hombro – ¡Oh lo siento! Ellos murieron en un accidente ¿No es así?.
– Si claro…este lugar es muy tranquilo ¿no crees? – JungKook cambia la conversación y aunque TaeHyung se da cuenta que eso parece ser le trae recuerdos dolorosos, no pregunta.
– Si, es muy…sereno.
– Vengo aquí, cuando tengo que pensar algo o resolver un problema … – Aunque realmente lo ha traído aquí para dar el primer paso de su muy bien trazado plan.
– Debe ser lindo…
– ¿El que? No entiendo.
– Pensar en algo, tener preocupaciones, ocupaciones.
JungKook sigue sin entender – Todos tenemos preocupaciones, algo en que ocuparnos, no parece ser de lo mas agradable.
El rubio sonríe con una tristeza que le llega a los ojos – lo es realmente tener en que pensar debe ser agradable, no tener que levantarte cada día sabiendo que será lo mismo que el día anterior y el día siguiente…
– ¿Para que quiere preocuparse?, tiene una gran casa, un nombre, no te falta el dinero… un esposo que… ¿amas? – Pregunta con duda, esperando obtener algo de información.
Un gran suspiro, el rubio coloca su mano sobre su barbilla mientras piensa lo que dirá – Eso no es lo único importante, tener algo en la vida …
– Tiene una gran vida, cómoda.
– Preferiría todos los días levantarme temprano, preparar las viandas que mi esposo llevaría al trabajo, cuidando niños o incluso vendiendo patatas en el mercado, sentir que soy útil.
– Usted es útil.
TaeHyung niega con la cabeza y no dice nada más, hay algunos demonios que invaden pero que nadie conoce, se considera tan insignificante que no si quiera existe la posibilidad que los cuente . JungKook piensa que no tiene sentido lo que dice, pero también se da cuenta que el rubio no es como la mayoría de los donceles que ha conocido.
El rubio se agacha a casi rozar con las yemas de los dedos la flor, pero no se atreve a tocarla – Seguro su madre reza por usted desde donde este.
JungKook siente un nudo en la garganta – Si, sin duda alguna– El recuerdo le quema un poco, prometió volver, pero no está seguro si cumplirá su palabra.
– ¿Podemos irnos? tal vez mi esposo ya ha llegado por mi.
– Claro.
El regreso es nuevamente callado, el rubio tropieza en el trayecto y JungKook rápidamente lo toma de la cintura, el rubio voltea a verlo puede sentir la mirada penetrante, pero no sostiene la mirada, siguen caminando pero no pide lo suelte , ni cuando llegan al caballo que ha quedado atado a un árbol, le ayuda a subirse y mientras regresan TaeHyung no puede evitar recargarse hacia atrás, ligeramente ladeado, de tal manera que su mejilla roza un poco la ajena , la mano del pelinegro se sitúa nuevamente en la cintura, repiten las mimas sensaciones, pero esta vez no hay incomodidad, pareciera un acuerdo tácito de dos cuerpos aprendiéndose a amoldarse, el camino parece mas corto que la ida.
Cuando ambos bajan del caballo, JungKook acaricia un poco la espalda pero más delinea la cintura.
– ¿Esta bien? ¿Cansado?
– Si, estoy bien, descansaré llegando a casa.
– ¿Volverá?
TaeHyung lo mira dudoso.
– Todos las veces que pueda – Es una promesa.