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Solo un poco confuso #5 KangTeuk por Chulixxx

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Tirado en el sofá de KangIn frente al televisor, Dennis nunca había estado tan distraído en su vida, mientras miraba jugar a su equipo favorito. Simplemente no podía concentrarse. Que los Azules estuvieran perdiendo probablemente tampoco ayudaba, pero, aun así. Estar con su mejor amigo, últimamente no era fácil.

Nunca sabía qué esperar. Con su visión periférica, podía ver a KangIn haciendo unos retoques finales al proyecto en que estaba trabajando.

KangIn cerró el Photoshop, frotando sus cansados ojos.

Miró a Dennis.

- ¿Un buen juego? - Miró las marcaciones y sonrió. - ¿Están perdiendo de nuevo?

- Vete a la mierda.

Se quejó el rubio, lo que sólo provocó que KangIn sonriera más ampliamente. Sí, está bien, sabía que se ponía ridículamente sensible cuando su equipo favorito perdía, y dado que su equipo favorito era el menos favorito de KangIn, tenían algunas discusiones espectaculares cuando jugaba el Chelsea.

- Ey, no dije nada.

Dijo el hombre, parándose y acercándose. Empujó las piernas de Dennis y se dejó caer en el sofá, estirándose como un gracioso gato grande.

Éste desvió la vista y puso los pies en el regazo del mayor. Se maravillaba de lo normal que parecía todo, mientras que ya no quedaba nada normal en su amistad.

- Regodearte no es agradable, sabes.

KangIn se encogió de hombros y puso su brazo sobre el respaldo del sofá.

- Eso es lo que les pasa por ser un equipo de un solo hombre. Un equipo no debería depender tanto de un único jugador. Es patético cómo han estado perdiendo todos los partidos desde que se lesionó Kim Kibum. Estará fuera por dos meses más y, a este paso, el Chelsea será el último de la tabla para cuando se recupere.

Dennis frunció los labios.

- Si DongHae todavía jugara, no habrían tenido este problema. Es casi tan brillante como Kibum y podría haberlo reemplazado con facilidad.

KangIn se rió entre dientes.

- ¿Casi? Si se entera DongHae, te va a patear las bolas.

Eso hizo que Dennis sonriera.

- Tal vez pueda convencer a Zhou Mi para que haga magia con DongHae y consiga que regrese a las canchas.

- Es demasiado pronto para que DongHae vuelva a jugar. - negando con la cabeza. - Zhou Mi me dijo que llevaría alrededor de un año y sólo han pasado ocho meses. La pierna de DongHae aún no está bien como para jugar profesionalmente. Zhou Mi es optimista, pero ¿quién sabe? Puede que nunca esté lo suficientemente bien.

- Sí, lo sé. - volviendo la mirada al televisor. - Y, de todos modos, DongHae no parece demasiado ansioso por volver a estar bajo los reflectores. Para un futbolista estrella, estar en una relación homosexual estable no es fácil.

Además, DongHae ni siquiera necesitaba volver a trabajar un día en su vida si no lo quería: su corta, pero increíblemente exitosa carrera futbolística, lo había hecho millonario.

- Todavía es joven y puede elegir cualquier otra carrera.

Dijo KangIn, dándole una mirada significativa. Dennis suspiró.

- No empieces, KangIn. No odio trabajar con papá. No me encanta, pero está bien.

- Podrías ir a una escuela de arte. Te encanta dibujar.

- No soy tan bueno.

Recordando la mueca burlona en el rostro de su padre cuando le había contado sobre esa ambición hace años.

- Mis huevos. Te he visto dibujar. Eres muy bueno, especialmente dibujando retratos.

Dennis casi rió. No era tan bueno haciendo retratos.

Era bueno dibujando a KangIn.

- Lo que sea. - soltó un suspiro. - Vas a venir a la fiesta de Navidad en la casa, ¿Verdad?

- No me la perdería por nada del mundo. La comida de tu mamá es la mejor. - hizo una mueca. - Tendré que asistir al baile anual de Navidad en el Lytton Hall, por supuesto, pero me voy a escapar. Nadie me va a extrañar allí. Habrá cientos de personas importantes, tal vez incluso la familia real.

KangIn resopló, mientras le daba un apretón al tobillo de Denny.

- Saluda a su majestad de mi parte.

El silbato sonó y el juego había terminado, los jugadores del Chelsea dejaron la cancha con caras abatidas.

- Hombre.

Dennis suspiró, apagando la televisión. KangIn le dio unas palmaditas en la pierna.

- No te preocupes, creo que van a escapar del grupo de descenso pronto.

Con el ceño fruncido, el rubio le dio una patada en el abdomen.

- No seas mal perdedor, Dennis. - le dijo con una falsa expresión de solemnidad. - No es propio del Vizconde Park.

- Te odio. - dijo Dennis, bostezando. Cerró los ojos. - Tomaré una siesta.

- Lo harás?

Murmuró KangIn, incrementando la presión de sus dedos en el tobillo de Dennis.

Dennis abrió los ojos.

La expresión de KangIn casi parecía aburrida, pero no del todo. El reflejo oscuro y fuerte en sus ojos contaba una historia distinta.

Tragó, su pulso acelerándose. Tenían que hablar. No podían seguir así. Probablemente no era demasiado sano.

Lentamente se sentó, sus miradas todavía trabadas juntas.

- Trae a SungMin contigo a la fiesta de Navidad. - dijo mientras que Dennis se ponía de rodillas entre sus largas y musculosas piernas. - Antes de que sea mandado a Siberia por el imbécil de su padre.

- No va a Siberia.

Resplicó sus dedos temblando un poco mientras abría la cremallera del hombre.

Liberó la polla de KangIn.

- Va a Moscú.

- ¿Alguna diferencia?

- Sí, en realidad. Siberia es hacia el este.

Sacando la lengua, lamió la polla desde la base hasta la punta. Recordó cuan suave había estado la primera vez, pero últimamente, siempre estaba por lo menos medio duro antes de que tuviera la boca en su polla.

-Está helando también en Moscú.

Dijo KangIn, con la voz un poco ronca cuando Denny lamió su polla hasta ponerlo completamente duro.

Manos agarraron su rostro, frenándolo.

Levantó la vista.

KangIn lo miraba con una expresión que ya se estaba volviendo demasiado familiar: una mirada firme y dura que le resultaba imposible de leer.

Con la vista clavada en el rostro de Denny, frotó su goteante polla en la mejilla del chico, antes de acariciar sus labios con la engrosada cabeza.

Denny deseoso abrió los labios, pero KangIn no empujó su polla dentro. Continuó esparciendo su pre-semen en los entreabiertos labios del menor, observándolo con intensidad. Y este no pudo contener un gemidito, agitando su lengua para lamer el glande.

Los ojos de KangIn se oscurecieron.

- Esto está tan jodidamente mal.

El rubio parpadeó, sorprendido y nervioso. Esta era la primera vez, en las últimas dos semanas, que KangIn en realidad reconocía lo que estaban haciendo.

- ¿Por qué?

Preguntó sosteniendo la mirada de KangIn y frotando sus labios contra la punta de su pene.

Los músculos en la mandíbula del grande se tensaron.

- No debería usarte así.

Denny lamió la cabeza lentamente, saboreando su sabor.

- No me estás usando porque yo quiero que me uses.

Las fosas nasales de KangIn se dilataron, sus muslos tensándose bajo las manos de Dennis.

- Denny... - exhaló, cerrando los ojos por un instante y tomando una respiración profunda. - No estaba bromeando: no te quiero en esa forma. Eres como un hermano para mí...

Gimió cuando el rubio tomó la gruesa cabeza en su boca, las caderas sacudiéndose para empujar su polla más profunda.

Denny tarareó alegremente alrededor de la polla de KangIn, abriendo aún más la boca y relajando la garganta tanto como podía.

KangIn finalmente perdió la batalla consigo mismo y comenzó a follar duramente su boca, sus ojos desenfocados.

Dennis no tenía idea de cuánto tiempo duró. El olor, el sabor, la sensación de la gruesa polla de KangIn moviéndose en su boca, estirando ampliamente sus labios, los dedos del hombre enredados en su cabello, los gruñidos bajos de KangIn... todo ello lo estaba volviendo loco.

Dennis presionó la palma de su mano contra su propia erección, acariciándola y gimiendo bajo alrededor de KangIn.

Levantando nuevamente la vista, se encontró con el mayor mirándolo fijamente, con una mezcla confusa de odio y voracidad en su expresión.

- Esto está tan mal.

Dijo nuevamente, apretando su agarre en el pelo rubio. 

 


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