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Solo un poco confuso #5 KangTeuk por Chulixxx

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Golpeó con fuerza en la boca de Dennis, ahogándolo con su polla.

- Maldita sea, Denny...

El sonido de su nombre, en ese tono, con esa voz, viniendo de ese hombre... fue suficiente para empujarlo al límite, sus caderas sacudiéndose contra su mano mientras se corría gimiendo, con la garganta apretando alrededor del miembro de KangIn.

Este maldijo entre dientes y se salió, salpicando su semen en los labios y barbilla del rubio.

Enrojecidos y respirando con dificultad, se miraron mutuamente, aturdidos.

Los ojos de KangIn bajaron a los labios de Dennis. Se quedó viéndolo fijamente antes de desviar la mirada y meter su polla dentro de sus jeans.

- Ve a limpiarte.

Parándose tambaleante, se rió entre dientes.

- ¿Demasiado incómodo?

KangIn no respondió.

Preguntándose qué carajos estaba pasando con él, Dennis se dirigió hacia el baño.

Cuando regresó a la sala, vistiendo una camisa y unos jeans de su amigo, porque los suyos estaban pegoteados, se encontró con KangIn sentado en el sofá, con los hombros encorvados mientras se miraba las manos, con una expresión sombría. Se quedó mirando a Dennis antes de reaccionar tardíamente.

- ¿Qué?

Preguntó mirándose a sí mismo. La ropa de KangIn era un poco grande para él, era más robusto y tres centímetros más alto, pero no creía que luciera tan ridículo.

- Nunca te importó antes.

- ¿Qué pasó con tu ropa?

- Estaba pegoteada.

Respondió ruborizándose. No estaba seguro de si KangIn había notado que él se excitaba mamando su polla; ciertamente nunca había dicho algo al respecto.

KangIn apartó la vista.

- Ven aquí.

Hablo luego de un momento, con la voz más suave que había usado en las últimas semanas.

Dennis fue.

KangIn tomó su muñeca y tiró de él hacia abajo antes de abrazarlo por los hombros. Con un suspiro, Denny se apoyó en él, inclinándose hacia el toque con voracidad.

Habían pasado semanas desde que le había tocado así. No se había dado cuenta de cuánto lo había extrañado hasta ahora: la sensación de los brazos de KangIn a su alrededor, la forma en que giró la cabeza y acarició su sien, como si fuera la cosa más natural del mundo.

Para ellos, lo era.

- Dime que no estoy jodiéndote. - habló contra su mejilla. - No quiero hacerte daño. No quiero darte la impresión equivocada.

- ¿Qué quieres decir?

Murmuró, con una oleada de inquietud danzando en la boca del estómago.

- Yo... estoy confundido, Denny. - dijo con la voz ronca. - Espero que no creas que esto es más de lo que es. No quiero...

- ¿Romper mi corazón?

El rubio terminó con calma.

- Sí.

Mordiéndose el labio, Dennis se quedó mirando la alfombra.

- No voy a pretender que entiendo lo que te está pasando. Sé que me golpeará si d... cuando decidas que esto es demasiado incómodo para ti.

Sus orgullosos, arrogantes antepasados deberían estar revolviéndose en sus tumbas. A él no le importaba una mierda. Al carajo con el orgullo.

- Pero...

No quería ser un infeliz desgraciado, que se aferrara estúpidamente a su orgullo porque no le quedaba otra cosa.

- No me importa. - mirando a KangIn a los ojos. - Quiero lo que estés dispuesto a darme por el tiempo que dure.

KangIn tenía una expresión socarrona en el rostro.

- No puedes hablar enserio, mocoso.

El menor sonrió un poquito.

- ¿Qué?

- Y él dice "¿qué?" - dijo el mayor rotundamente, negando con la cabeza antes de empezar a reír. - Si un ladrón intentara entrar en tu casa por una ventana, ¿le abrirías la puerta, también?

- No es igual.

KangIn se quejó.

- Lo es. - Se pasó una mano por la cara. - Confías demasiado en mí. De verdad, no deberías.

Frunciendo el ceño, Dennis estudió su perfil. KangIn rara vez se veía tan sombrío y agitado.

- No sé cómo no confiar en ti. 

Dijo simplemente.

La mandíbula de su amigo se apretó. Volvió la cabeza hacia el rubio, con ojos endurecidos.

- Tal vez deberías aprender, entonces. Porque a veces quiero hacerte alguna mierda espeluznante y, confía en mí, no confío en mí mismo para no hacerte daño.

- Tú nunca...

- No físicamente.

Continuó poniéndose de pie. Se acercó a la ventana, con la espalda y hombros rígidos por la tensión mientras se agarraba al alféizar.

Por primera vez, Dennis sintió una punzada de recelo.

Esperó.

- La extraño.

Dijo luego de un largo rato. Las entrañas del menor se retorcieron.

- Pero fue mi propia decisión. Si tuviera que elegir entre ambos de nuevo, no cambiaría nada... te elegiría. Siempre te elegiría a ti. Pero...

- Pero me odias por ello.

Siguió con su voz más pequeña de lo que hubiera querido.

KangIn suspiró y se dio la vuelta para mirarlo. No había rastros de su habitual sonrisa fácil.

- No sólo se trata de Arin. ¿Entiendes lo que ésto significa para mí? - Su voz era baja, tensa. - Significa que nunca tendré ninguna relación significativa con ninguna mujer. Nunca podré salir con nadie. Si lo hago, terminaré dañando a todos los involucrados. Porque siempre te elegiré al final.

Denny tragó. El resentimiento en la voz de KangIn era inconfundible.

- Tal vez un día no lo harás. Algún día te cansarás de esto... de mí.

KangIn se acercó, puso las manos en el respaldo del sofá, atrapando a Denny entre sus brazos, sus caras a sólo centímetros de distancia.

- A veces no puedo jodidamente esperar.

Denny no podía respirar.

- Pero nunca va a pasar.

Agregó KangIn con una sonrisa triste que no llegaba hasta sus ojos.

Apoyado sus frentes juntas, besó la comisura de la boca del rubio.

- A veces pienso que nacimos en los cuerpos equivocados, Denny. Tal vez lo hicimos. - sonrió con malicia. - Tal vez fuiste mi chica en una vida pasada y mi alma aún lo recuerda.

Tal vez KangIn lo dijo como una broma, pero no sonaba así.

Dennis no sabía qué decir.

- Te follaría si fueras mujer. - KangIn dijo con voz ronca, su cálido aliento rozando sus labios. - Me pasaría días dentro de ti, amándote de todas las formas posibles. - Un suave gemido escapó de la boca del menor y el el mayor suspiró. - Pero eres un tipo y yo simplemente no puedo verte de esa forma. Veo a mi amigo, mi hermano, mi Denny... no alguien a quien debiera estarme follando.

Parpadeando confundido, Dennis se apartó un poco para estudiar la cara de KangIn.

- Pero ¿qué hay de...?

Los labios de KangIn se torcieron.

- ¿Las mamadas?

Dennis asintió con la cabeza.

Suspirando de nuevo, KangIn se dejó caer en el sofá.

- Es complicado. - dijo sin mirarlo. - Y jodido.

- Dime.

Dijo Dennis, frunciendo el ceño hacia él. KangIn rió brevemente.

- No sé cómo decírtelo. Te ofenderás. Yo estaría cabreado en tu lugar.

Dennis no dijo nada, esperando que KangIn finalmente explicara qué carajo estaba pasando.

- Siempre te he visto como a un hermano al que amo y necesito cuidar. - dijo al fin, mirando hacia cualquier sitio menos a él. - Y ahora imagínate lo que siento cuando veo al chico que siempre consideré mi hermanito con mi polla en su boca, chupándola como si fuera su cosa favorita en el mundo, y gimiendo alrededor de mi verga como una puta.

Dennis sintió arder sus mejillas. En realidad, no se había puesto en el lugar de KangIn.

No se había dado cuenta de cómo se vería desde la perspectiva de KangIn.

- Me incomoda como la mierda. - todavía sin mirarlo. - Pero eso ni siquiera es la parte más jodida - Los músculos de su garganta trabajaron. - La parte más jodida es, que me excito con ello... en lo mal que está. Me excita cogerte la boca porque se siente mal ensuciarte, y porque... porque hay una parte mía que quiere poseerte. - soltó una carcajada, evitando mirarlo. - Así que, sí. Lo quiero, aunque por motivos equivocados.

Oh.

Dennis se humedeció sus resecos labios con la lengua, inseguro sobre cómo lo hacía sentir la confesión de KangIn.

¿Debería ofenderse?

Lo que KangIn había dicho no era alentador exactamente, pero era mucho mejor que lo que había temido: que el mayor actuaba tan áspero con él porque lo estaba castigando por haber perdido a Arin.

KangIn apenas siendo un bastardo pervertido era definitivamente mejor.

- Pervertido.

El rubio lo miró con una sonrisa, tratando de diluir la incomodidad.

KangIn rió una risa profunda desde su barriga que hizo crecer un cosquilleo cálido en el cuerpo de Dennis-y lo atrapó con una llave en la cabeza.

- Es todo culpa tuya.

Dijo en la nuca del menor, con voz juguetona y ligera. Y así sin más, ellos estaban bien.

Por ahora.

Porque no podía olvidar la voz de KangIn, cuando le dijo que nunca sería capaz de tener una relación con nadie por él.

Tarde o temprano, ese tipo de resentimiento mataría cualquier cariño, sin importar cuán profundo fuera.

Era sólo cuestión de tiempo.

 


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