Para su disgusto, Nickova lo volvió a tomar como si fuera un maldito juguete y no, él no era eso. Participó en muchas cosas que harían pensar dos veces a esa idiota tocarlo. Sin medir la fuerza, le dio un empujón. Ella se puso tiesa en el acto, esperando una sumisión que obviamente Declan no haría, él era muy seguro desde en el momento que fue despreciado por Nickova.
--Necesito mi ropa, para largarme de aquí.
No le importó pasar por delante de su alfa. Sacó el seguro de la puerta, y se propuso salir de allí pero más veloz fue Nickova, con una mirada enloquecida. Respiraba raro, enseñaba los dientes y sin decir nada, dejó en claro que nadie iba a salir de allí.
--Estás medio desnudo. Nunca más alguien va a verte sin camisa-- su rostro se endureció todavía más--, peor sin pantalones.
Su cuerpo estaba cubierto de feas cicatrices. El abdomen, los hombros y la espalda, ya para su manada era normal verlo al menos, sin camisa y no había ningún problema. Un gran enojo hizo que le hiciera frente.
--Perdona, tú no eres mi dueña. Italian boy, ¿Tú que piensas?
La mano de Scott se posó en la parte baja de su espalda, sin rozar el trasero. Contuvo las ganas de frotarse contra él, Scott era un omega y él no necesitaba mostrarse necesitado de afecto. Un sonido llamó su atención, el aroma a su pareja casi despejó cada problema que le molestaba, aunque si ayudó a bajar la tensión.
--Pienso que debes ponerte mi camisa. Incluso si te vas de aquí, regresarás a tu manada sin mostrar nada de más.
--Ay dios mio. ¿También estás con ella?
--No entiendes-- subió la mano al hombro, causando decepción en Declan.--No hay mordidas en ti, no te hemos marcado.
--Ella no me va a morder.
Nickova se fue al otro extremo de la habitación. Esta se encontraba desordenada, con un montón de ropa alrededor de la cama, el escritorio que tenía una laptop encima no se quedaba atrás en la locura del desorden. Un montón de papeles regados en el suelo era la punta del iceberg. Si Declan antes se consideraba desordenado, Nickova ganaba por mucho el premio mayor.
La fuerza de voluntad que tenía puso las trabas necesarias para que el lobo que residía en su interior sostuviera la calma, la que a instantes estaría a punto de perder. Vio en la postura de Scott lo pensado por él.
--Solo te quiere a ti.
--Dices cosas que ni si quiera he dicho.
--Pero pensado sí. Fue mi culpa acercarme a ti en primer lugar-- quería ir a una misión y dejarse acabar rápido-- Desde en el principio ni si quiera deseabas tener un compañero y ahora tener dos...
--Eso solo me afecta, odio lo que soy. Siempre esperan cosas de mi y ustedes aumentan ese grado de responsabilidad.
--Hay que tomarnos las cosas con calma-- sugirió Scott, la cama estaba despejada y los obligó a sentarse para conversar mejor.
La chica alfa apretó los puños, signo del estrés que tenía. Scott le pasó un tablero con hojas y un lápiz para que tuviera las manos en movimiento mientras la charla proseguía con el mayor orden posible. Declan solo los conocía desde hace menos de un día y para aumentar su mal humor, ya conocía una manía de Nickova, más el factor calmante que el omega traería a la relación.