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POR SIEMPRE A TU LADO por crystalwall

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Notas del capitulo:

Los intentos de Ikky rinden sus frutos, espero que les guste el capítulo

Capítulo 11.- De vuelta a casa

 

Ikky llegó a su departamento con los primeros rayos de sol y una alegría única en el pecho, se sentía mas cerca de Seiya, mas cerca de lograr que vuelva a su lado, quería enamorarlo otra vez y si el castaño se seguía mostrando dispuesto pues no le costaría mucho convencerlo de volver a casa, Ikky estaba super esperanzado con todo, se acostó porque tenía clases a las 10 de la mañana entonces si tenía un chance para dormir un poco e ir a su trabajo al día siguiente

 

Seiya se levantó casi a las 11 de la mañana, todos los habitantes de esa casa ya se habían ido a sus respectivos trabajos, Seiya llamó a un taxi para ir al hospital, el médico aún no le había dado el alta para que pueda manejar pero ahora ya se movía muy bien y esta era su última semana en la rehabilitación, luego de sus ejercicios fue al departamento de Ikky para sacar a Max a pasear, pensaba ir al parque pero luego recordó algo, el bar de Marin…, estos días en los que había estado saliendo con Ikky había tenido toda la buena intención de llamarla pero no sabía que decirle así que pensó que sería mejor ir en persona, el bar estaba abierto y la pelirroja estaba sentada sobre la barra con un cuaderno en la mano y algo estaba escribiendo pero lo tachaba y volvía a escribir, lo tachaba y volvía a escribir, en eso suspiró… Seiya pensó que sería mejor no interrumpirla pero Max ladró y la joven alzó la mirada para sonreír maravillosamente y saltar de la barra para ir directo a Seiya y abrazarlo

- Ya me contaron las noticias y déjame abrazarte, estoy muy feliz por ti… y por Ikky – la joven tomó del brazo al castaño y lo llevó a la barra en donde tomó una pelota y la lanzó a la parte de atrás y Max salió corriendo hacia un patiecito fuera del bar, Seiya solo arqueó una ceja, era cierto lo que ella le dijo que amaba a su perro

- Ikky te lo contó?

- No… me lo contó Milo que se lo contó Ikky, tu esposo está muy feliz, él te ama – la pelirroja sonreía en verdad feliz por el cambio de situación de su mejor amigo y de Ikky

- Lo se… es raro para mi pero… me gusta estar con él – admitió Seiya algo avergonzado, a la final con nadie había podido hablar de su relación con su esposo, su familia estaba intentando aceptar su homosexualidad y no les podía lanzar sus pensamientos y sentimientos con respecto a su esposo, ellos no estaban listos para eso

- Se nota… y… dormiste en casa?, por eso tienes a Max? – esto lo preguntó Marin codeando a Seiya con una sonrisa cómplice muy significativa

- Ohhh no, vine a la rehabilitación y pensé en llevar a Max a caminar por el parque pero pasamos por aquí y entré, quería hablar contigo, quería llamarte desde hace tiempo pero… no me animaba, la verdad te debo una disculpa la última vez que estuve aquí me fui sin siquiera despedirme y… lo siento…

- No te preocupes, estabas pasando por un mal momento, lo entiendo… oye me quieres ayudar con un poema?

- Estás escribiendo un poema?

- Es para Shura, es nuestro aniversario la próxima semana y te juro que a mi esto de la escritura no se me da, me quieres ayudar un ratito?, así me cuentas como van las cosas con Ikky

- Ok., bueno las cosas con Ikky… van… y eso me tiene un poco asustado

- Por qué?

- Porque yo… lo que pasa es que… yo… yo no me he acostado con nadie antes, yo se que si lo he hecho pero no lo recuerdo y supongo que estoy asustado, infantil verdad? – decir esto avergonzó mas a Seiya pero Marin le sonrió con dulzura y le dijo en el tono mas fresco del planeta

- No… no es infantil, es algo lógico, quieres un consejo?

- Si… creo que si

- Ikky te ama y ustedes han estado casados por cinco años, si alguien sabe como hacerte el amor es él así que confía en él y déjate llevar, no pienses… solo siente, solo haz lo que tu corazón te dicte, no tengas miedo porque tu mismo me has contado lo fantástico que es Ikky en la cama, así que… mi consejo es que te relajes y solo déjale hacer

- Tu lo haces sonar tan fácil…

- Es que es fácil, mira… hay verdades que no se pueden ignorar y una de esas es que tu esposo está que se cae de bueno, asi que dime y no me mientas… te gusta?, te sientes atraído por él?

- Si… claro que si

- Lo quieres?

- Si…

- Confías en él?

- Si…

- Entones no hay problema, él te ama, solo no fuerces las cosas, si están saliendo pues sigue saliendo hasta cuando te sientas listo y cómodo, el hecho de que ustedes ya se hayan acostado debería aliviar la presión no incrementarla no te parece?

- Pero yo no lo recuerdo

- Él si lo recuerda, pero por que no intentas esto… quédate a dormir con Ikky una noche de estas, pero solo duerman juntos, no hagan nada mas, déjate abrazar, déjate besar y duerme a su lado, eso te dará confianza en muchos aspectos y cementará de mejor manera su nuevo inicio, a fin de cuentas ustedes están casados y yo personalmente creo que eso a Ikky le gustará mucho no lo crees tu?

- Puede que si, pero es que me da vergüenza… me dan vergüenza muchas cosas… yo no se que hacer, no se como actuar, no se como… tu sabes…

- Créeme, Ikky se sentirá en la gloria si tu cuando lo abraces metes tu mano dentro de su camiseta y le acaricias la espalda, si le besas el pecho y le dices “buenas noches”, él te abrazará y dormirá feliz a tu lado, las cosas pueden ir desde ahí, hazle a él lo que te gustaría que él te hiciera a ti, es tan simple como eso

- Me da vergüenza…

- Ok., solo piensa que ya te ha visto desnudo y que le gustas – Seiya sonrió y se sonrojó al recordar la primera mañana que se quedó en casa de Ikky cuando salió del hospital y le dijo a Marin:

- Yo lo vi desnudo una vez

- Cuándo? – la muchacha sonrió intrigada porque esto no lo sabía

- Cuando recién salí del hospital, él se metió a bañar pero no habían toallas en el baño cuando salió y se paseó desnudo por la habitación

- Ah si?, y te gustó lo que viste? – Marin le guiñó el ojo al castaño que se sonrojó otra vez y sonrió, trataba de explicar lo que vio pero las palabras no le salían, el simple recuerdo de Ikky desnudo todo mojado y apetecible hacía que se le hiciera agua la boca a Seiya pero luego al recordar lo “dotado” que su esposo era entró en pánico otra vez

- Él es… es que él… uyyyyy… Marin… duele mucho?

- No, te apuesto lo que quieras a que no te va a doler nada, tu mismo me has dicho que Ikky es muy hábil y que te gusta mucho como te besa y te acaricia, tranquilo Seiya que cuando pase todo va a salir bien, no te estreses por eso

- No lo puedo evitar, es que yo lo quiero hacer pero… tengo miedo

- No lo tengas, este es un paso muy importante para recuperar la intimidad de pareja, oye… en temas relacionados me vas a ayudar a escribir el poema o no? – dijo la pelirroja en un susurro porque Shura se estaba paseando por ahí

- Si crees que te puedo ayudar pues claro

- Ok…

 

Seiya estuvo en el bar de Marin unas dos horas mas, en ese tiempo rieron mientras escribían el poema para Shura y luego de un abrazo el castaño se fue con un peso menos en su alma, le hizo bien hablar con Marin, le pudo contra cosas que a su propia hermana no le podría contar, cómo le hablaba a Seika de su vida sexual?, tal vez mas adelante lo podría hacer pero ahora Marin le dijo lo que necesitaba escuchar y ahora el castaño con su perrito se dedicaron a caminar por el mercado artesanal que quedaba cerca del Bar y Seiya comió una hamburguesa como almuerzo, ahora entendía cómo fue que dejó de ser vegetariano si esas hamburguesas eran la comida de los dioses de lo deliciosas que estaban

 

Luego de caminar, por el centro eran las cuatro de la tarde mas o menos cuando decidió que si quería ir a tocar el piano así que fue al departamento de Ikky una vez mas y con su llave entró, Max entró atropelladamente y se fue directo al sofá, a la final habían caminado bastante esa mañana y el perrito estaría cansado, al estar solo en aquel cálido lugar Seiya se dio cuenta de que se sentía bien, ya no se sentía como intruso, ya no se sentía fuera de lugar así que se sacó el buso que estaba puesto y se sentó en la banquita, como la noche anterior cuando empezó a tocar el piano no era música lo que se podía escuchar pero luego de un rato podía tocar algo que tenía melodía y entonación, fragmentos, partes y piezas de canciones tanto clásicas como modernas, sus dedos se movían con soltura en el teclado y en eso estaba cuando Ikky llegó a casa

 

El peliazul sonrió cuando vio a Seiya sentado en su banquita tocando algo que se le hizo familiar, el castaño regresó a ver a la puerta porque Max corrió a recibir a su dueño que dejó su maletín por ahí y se sacó el saco lanzándolo al sillón, fue hasta el piano y buscó los labios de Seiya, el castaño tenía la impresión de que a Ikky le gustaba besarlo porque lo hizo con emoción y dulzura

- No sabes lo sexy que te ves sentado en este banquito tocando el piano

- Sexy?

- Mmmmmm… sexy…

- Esas son ideas tuyas, ni siquiera se lo que estoy haciendo

- A mi no me pareció, lo que tocabas me sonó familiar pero no se de dónde

- A mi tampoco

- No te estreses por eso, lo bueno es que de una u otra forma si lo recuerdas no?

- Es una manera optimista de verlo

- Pues si, yo soy optimista contigo, tu me lo contagiaste porque el optimismo no era uno de mis fuertes

- Y el mío sí?

- Pues si, me gusta tu forma de ver la vida, tu no te haces problema por nada y me solucionas todo, es divertido tenerte cerca, rara vez te frustras o te pones mal genio

- Y por eso me quieres cerca?

- No solo por eso, oye… quieres ir a caminar o algo, podemos ir al cine o a comer

- Vamos a comer porque ya caminé mucho el día de hoy, además de hamburguesas que me gusta comer en la noche?

- Burritos, pizza, te gusta la ensalada césar también, la comida mejicana en general, la carne asada, mueres por un choclo con queso

- Carne asada, eso suena interesante

- Conozco el lugar perfecto

- Genial, podemos llevar a Max?

- Claro

 

Seiya tomó su saco y fue con Ikky a pie a un local de asados que no quedaba muy lejos de su casa, al vivir en el centro de Tokio el peliazul profesor tenía acceso a todo y todo le quedaba cerca, la cena fue muy divertida pero a lo que salieron llovía a cántaros, el local estaba a reventar porque por la lluvia todos los transeúntes para guarecerse habían entrado al local que no se daba abasto y ellos estaban en el paso estorbando a todos los meseros y a los nuevos clientes que se peleaban las mesas, tenían que salir pero se iban a empapar si lo hacían, ya ni modo dijo Seiya y salió de la mano de Ikky, la verdad no intentaron correr porque se iban a mojar igual y les pareció mejor caminar lentamente empapándose hasta los huesos en medio de risas y besos

 

Seiya no era de los que caminaban bajo la lluvia pero esto le pareció muy romántico y así llegaron hasta el departamentito chorreando agua, al entrar Seiya temblaba por lo que Ikky lo llevó al segundo piso y le dio una muda de ropa y una toalla, el peliazul también se cambió de ropa rápidamente y bajó las escaleras, a lo que Seiya bajó secándose el cabello con una toalla vio a Ikky agachado frente al rincón de la pared lateral de la sala intentando prender un fuego, el castaño no lo había notado pero ahí había una chimenea que había estado tapada por un estante lleno de libros, hojas, papeles, cuadernos y revistas

- Tenemos chimenea? – preguntó el castaño sorprendido, si había visto una carga de leña en la terracita pero pensó que era para hacer asados porque afuera había una parrilla pequeña, no se le había ocurrido que una chimenea también había en el pequeño departamentito

- Por qué crees que compramos este lugar?, tiene de todo lo malo es que es muy pequeño, lo que sería genial fuera que uno de los vecinos nos vendiera su departamento y ahí lo ampliamos aunque ahora no tenemos dinero para eso – Ikky y Seiya no vivían en opulencia pero tampoco les faltaba nada, vivían cómodamente con el sueldo de ambos, Seiya era el que manejaba todo el dinero y se encargaba de pagar todo y comprar todo, Ikky le entregaba el sueldo entero y de ahí hacían fondo común para todo lo que quisieran comprar, antes del accidente estaban ahorrando para comprar un auto para Seiya pero todo ese dinero se fue en cuentas de hospital aunque aún le quedaba algo al peliazul por ahí 

- No se… me gusta así como es, no le cambiaría nada – dijo el castaño con una sonrisa mirándolo todo, Ikky sonrió también porque la expresión del rostro de Seiya había cambiado diametralmente estas últimas semanas, ahora se parecía mucho mas a lo que solía ser antes del accidente así no recordara nada

- Por qué no traes unas mantas y unos masmelos

- Tienes masmelos?

- Segundo estante de la cocina hay una funda grande de masmelos de sabores, las mantas hay arriba en el baúl, unos cojines también – Seiya lanzó la toalla y fue a la cocina, encontró los masmelos y los tomó, fue por el baúl y trajo las mantas y los estaba acomodando frente al fuego que Ikky estaba encendiendo, trajo cojines y almohadas y cuando estuvo todo listo se acurrucó bajo las mantas a esperar a Ikky que se fue a sentar a su lado cuando el fuego ardía y los empezó a calentar

 

Con palillos chinos empezaron a asar los masmelos y los comieron entre risas, Seiya estaba recostado en el pecho de Ikky que asaba los masmelos para dárselos, el castaño se sentía en verdad cómodo con este aún desconocido que era su esposo e Ikky estaba en verdad emocionado,  allí sentados frente al fuego hablaron mucho de la adolescencia de Ikky y como su amigo Milo lo había ayudado a hacerse cargo de Shun, de cómo Milo lo había ayudado a poder afrontar la soledad luego de que sus padres murieron, de cómo tontamente él y Milo se habían involucrado por un tiempo para darse cuenta que como pareja no funcionaban pero como amigos si y que habían sido mejores amigos desde entonces, hablaron también de como Ikky se lleva ahora con los otros miembros de la Facultad, cómo se dio cuenta que era gay, de sus primeras relaciones que realmente no tuvieron consecuencia hasta que llegaron a la noche en la que se conocieron

- … y así fue que cambió mi vida cuando me besaste en el bar, yo ya iba a botar la toalla porque en cuestiones del amor no me había ido nada bien hasta que cual vendaval llegaste a mi vida y lo removiste todo

- Cuántos años tienes Ikky?

- 32

- Y en verdad te gusta ser profesor universitario?

- Si, me gusta mucho, ya te había contado que mi papá también fue profesor por eso yo creo que lo llevamos en la sangre creo yo, Shun es el que me sorprendió cuando me dijo que quería ser profesor de escuela porque eso yo… no lo podría hacer – dijo el mayor meneando la cabeza, la verdad era que admiraba la paciencia que tenía Shun con sus niños

- No te gustan los niños? – esto le pareció extraño a Seiya, Ikky era un muy buen hombre, cómo no podían gustarle los niños?

- Si me gustan pero la paciencia no es una de mis virtudes, un grupo grande me parece inmanejable si quieres dar clases, yo creo que ya hubiera estrangulado a unito siquiera – bromeó el peliazul

- No es cierto, si eres un hombre paciente, a mi me has tenido paciencia como nadie

- Tu lo vales Seiya

- Eso no lo se, lo único que se es que me gusta estar contigo, me encanta como me tratas, me siento seguro contigo… eso no lo había sentido antes

- Para todo siempre hay una primera vez

- Pues si

- Ikky…no hemos hablado de hijos?

- Si, si lo hemos hablado, y quedamos de acuerdo en que tu quieres muchos y yo quiero dos, pusimos nuestros papeles en la agencia de adopción pero aún no nos han dicho nada, esos trámites toman tiempo y la verdad cuando tu te accidentaste me descuidé de eso, pero cuando lo estimes conveniente lo podemos retomar

- Siempre que querido tener muchos hijos, una casa llena de niños…

- Lo se, me lo has dicho muchas veces pero yo hasta dos ofrezco

- Y no te lo peleaba?

- Cada vez que lo hablábamos, pero en la última charla que tuvimos de esto dijimos que primero adoptábamos uno y que viendo como nos iba hablaríamos de mas, y ya no volvimos a conversarlo, aunque tu tenías maneras muy divertidas de intentar convencerme por adoptar mas niños, necesitamos una casa mas grande y aurita no podemos pagarla, tu dijiste que cuando seas rico y famoso luego de triunfar con tu música compraríamos una mansión y podríamos adoptar a muchos pequeños, yo te dije que haríamos todo lo posible por hacerlo, tu sabes… estábamos de acuerdo en que estábamos en desacuerdo – Ikky sonrió y suspiró, lo que le acababa de decir al castaño no era del todo cierto, la agencia de adopción si le había llamado a decir que tenían una niña para ellos pero Seiya estaba en coma en esos momentos e Ikky tuvo que dejar pasar la oportunidad, él quería una familia pero Seiya era fundamental para ello, él solo con una niña y un esposo en el hospital simplemente no hubiera podido hacerlo, el tiempo que Seiya estuvo en el hospital Ikky básicamente no quería saber nada de nada ni de nadie, la vida sin Seiya no era vida y él nunca pudo avanzar, si Seiya no despertaba él eventualmente hubiera muerto igual

- Teníamos problemas por eso? – preguntó el castaño sacando al peliazul de sus pensamientos

- No… estábamos de acuerdo en lo que queremos hacer, solo no nos poníamos de acuerdo en cuántos niños queríamos, como tu trabajabas con niños pequeños te enamoraste de la idea de tener hijos propios, y yo… pues la verdad también, por eso no tenemos problemas, la verdad no tenemos problemas serios por nada, tu me amas y yo te amo, lo demás se va arreglando – la simplicidad de las ideas de Ikky que se oponían totalmente a lo que siempre se le presentó a Seiya de la vida le iban ganando

- Me encanta la manera en que ves la vida, me da ilusión… - Seiya sonrió e Ikky lo besó, hacía mucho tiempo que no pasaban una noche así y ambos la estaban disfrutando plácidamente

 

Los besos del peliazul se fueron profundizando y Seiya haciendo caso a los consejos de Marin se dejaba hacer y correspondía a todo lo mejor que podía, el ambiente era tenue y muy romántico, música suave sonaba y la única luz era la proveniente del fuego de la chimenea, Seiya estaba apoyado en el pecho de Ikky y tenía el rostro volteado mientras se besaban pero el mayor lo levantó de la cintura y lo acomodó al otro lado, de esta manera podían estar de frente mientras se besaban quedando Seiya sentado en el regazo de Ikky con las piernas abiertas a los costados

 

El peliazul disfrutó por mucho rato los suaves labios de Seiya antes de pasearse por su cuello, por su oreja para recostarlo suavemente sobre la alfombra y seguir con sus atenciones por su pecho y sus costados, el castaño respiraba agitadamente, esto era mas de lo que había pensado, mas de lo que alguna vez sintió con Saga, mas de lo que alguna vez soñó que se sentiría, Ikky le estaba haciendo ver luces al estimularlo de la manera tan hábil como lo estaba haciendo, el menor no pudo evitar arquearse levemente cuando sintió la exploradora lengua de Ikky lamer su pezón derecho, el mayor estaba fascinado especialmente cuando un gemido se le escapó de la garganta a Seiya que enredaba sus dedos en los azules cabellos de su esposo mientras se retorcía de placer en la alfombra, Ikky aún no se decidía en si sacarle o no la camiseta y optó por acariciarle las piernas, Seiya se tensó un poco cuando las manos del peliazul llegaron a su trasero pasando por sus muslos y sus caderas

- No… Ikky no… - Seiya tomó la mano de Ikky que le estaba bajando lentamente los pantalones de pijama y la detuvo

- Me detengo entonces? – susurró el peliazul con su muy sexy ronca voz directamente en la oreja del castaño haciéndolo estremecer

- No…

- No me detengo? – Ikky sonrió divertido porque era evidente que Seiya si quería hacer el amor pero se estaba conteniendo en contra de su mejor juicio aparentemente

- Si… no… no se… - Seiya estaba inseguro, si quería hacerlo pero a la vez no quería hacerlo, Marin tenía razón pero el miedo es libre

- Ok., lo dejamos aquí por ahora, te parece bien?

- Ok., será mejor que me vaya… - Seiya se puso incómodo porque pensó que Ikky se enojaría ante su negativa pero el peliazul lejos de enojarse lo volvió a besar y lo abrazó para decirle muy serio y mirándolo a los ojos:

- No, no tienes por qué irte, mira… te prometo que yo no intentaré nada contigo hasta que tu me lo pidas, solo si me lo pides lo haré, suena bien? – Ikky decía en serio lo que estaba proponiendo, su objetivo era dar seguridad a Seiya el que en verdad al escuchar esto sintió un alivio total, ahora entendía muchas cosas y poco a poco mientras mas conocía a este maravilloso hombre que era su esposo mas descubría las razones que tuvo para enamorarse de él, así que el castaño sonrió y respondió mientras acariciaba la mejilla de Ikky con suavidad:

- Suena fantástico…

Ikky besó a Seiya una vez mas pero ambos se incorporaron en la alfombra y se volvieron a sentar como estaban antes, acurrucados frente al fuego y sin dañar el ambiente tan chévere que tenían antes siguieron charlando y riendo de todo un poco

 

La tormenta no daba señales de calmar y la pareja seguía en la sala de su casa bañados por la luz y el calor de las llamas y su mutua compañía les resultaba intoxicante, esa noche era una de esas noches en donde uno no quisiera que se acabe jamás, era mágica en muchas aspectos y muchos sentimientos flotaban en el ambiente, las horas seguían pasando y Seiya no pudo ocultar un bostezo, Ikky lo abrazó y le besó la frente, en ese punto él también tenía sueño

- Sigue lloviendo, no te vayas, quédate conmigo, ya le llamaste a tu papá a avisar que estabas aquí, quédate conmigo – Seiya no necesitó mas invitación que la voz ronca de su esposo en la oreja, Ikky le parecía muy sexy en ese punto y el castaño ya no se iba a resistir mas, Ikky le hacía sentir cosas que nadie le había hecho sentir antes así que solo sonrió y preguntó:

- Nos podemos quedar aquí frente al fuego?

- Claro – Ikky y Seiya se acomodaron en el alfombrado piso envueltos en las mantas que tenían, el castaño se acurrucó en el pecho del peliazul que lo abrazó y ambos cerraron los ojos entregándose al mundo de los sueños

 

Notas finales:

Ya solo falta el final, nos vemos el jueves en el fin, espero que les guste en lo que termina

Muchas gracias por haber seguido esta historia y nos vemos el jueves en el capitulo nuevo, cuidense mucho, saludos, bye


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