Antes de comenzar con todo esto, permítanme presentarme, mi nombre es Christian, voy en tercer grado de secundaria y soy gay.
Pero bueno, mi historia comienza un día como cualquier otro, mi alarma sonó a las 6 de la mañana, me bañe y me prepare para no llegar tarde a la escuela, después de todo ese sería mi primer día en tercer grado. Una vez estuve listo escuché que llamaban a mi puerta, me dirigí a abrir y ahí mi mejor amigo Jeff.
-¿Ya estas listo? Se nos hace tarde.
Jeff era mi amigo desde el primer año de secundaria y rápidamente se ganó el título de mi mejor amigo, por ello él fue el primero en saber que yo era gay. Él también solía irme a buscar todos los días para ir al colegio, lo cual siempre le agradecí a pesar de no saber la razón por la cual lo hacía.
Rápidamente llegamos a nuestro destino, lo cual fue un alivio, ya que a pesar de todos mis esfuerzos estábamos a punto de llegar tarde el primer día.
Todo continuó con normalidad, tal parecía que este año no habría ningún alumno nuevo, o al menos eso era lo que yo pensé en ese momento. La profesora entró al salón y con una sonrisa amable nos dijo:
-¡Buenas noticias! Tendrán a un nuevo compañero este año, espero que lo traten bien. Ahora por favor pasa.
En ese momento no estaba del todo seguro de cuál era mi expresión, después de todo acababa de ver a un ángel entrar por aquella puerta. Era muy lindo, su piel era clara con unos hermosos ojos avellana y cabello marrón ligeramente despeinado.
En ese momento estaba tan impresionado por su belleza que ni siquiera pude escuchar cuando la maestra le pidió que se sentara en el asiento vacío a mi lado. Lo único de lo que estaba pendiente era de que el se acercaba y sentaba junto a mi.
-Acaso ¿te has enamorado de él?- escuché que susurró Jeff.
-Je ¿Tanto se nota?
-Pues con esa cara de violador que pusiste es imposible no notarlo- eso me sorprendió- Pero no parece alguien sencillo de conquistar, además, tal parece que las chicas ya le pusieron un ojo encima.
Y era cierto, era como si pudiese ver los corazones formados en sus ojos pero él simplemente ignoraba las miradas que le lanzaban, tal vez si sería complicado lograr que se fije en mí. Debo admitirlo, ese fue un golpe duro para mi, pero aún así no me iba a dejar vencer por ellas, definitivamente lograría entablar una amistad con el, y posiblemente más adelante quizás algo más.
Conforme pasaban los minutos sentía mi corazón palpitar, aún no lo entendía del todo, me habían gustado chicos antes pero nunca me había sentido así. Antes de darme cuanta la clase había terminado, así que me decidí a hablar con aquel ángel antes de que el próximo profesor llegara. Estaba muy nervioso y simplemente el valor que tenía se esfumó, al menos hasta que vi que una de las chicas de mi clase, Alexa, se proponía a intentar lo mismo que yo planeaba. Así que mis 5 segundos de valor se hicieron presentes y me acerqué rápidamente a él.
-¡Hola! Bienvenido a esta escuela, mi nombre es Christian, ¿Cuál es tu nombre?
-Gusto en conocerte Christian, y gracias por la bienvenida- dedicándome la sonrisa mas tierna que haya visto- mi nombre es Ángel.
-Ángel… ¿es una broma?
-¿Broma?
- Es que nunca pensé que una persona que parece un ángel se llamara Ángel- Me callé rápidamente al darme cuenta de lo que había dicho.
Sólo podía sentir su mirada sorprendida sobre mí. No podía creer que le dije eso justo después de conocerlo. ¿Qué pensará de mí?
-Je es la forma más única en la que alguien se me ha declarado- me dijo sorprendiéndome mientras me dedicaba una dulce sonrisa.
-Bueno sobre eso…
No pude terminar de hablar pues el profesor acababa de entrar con una cara que gritaba que permanezcamos en nuestro lugar por nuestro bien.
Esa era la única clase en la que me preguntaba si debía pedir permiso para respirar solo para no ser asesinado.
De pronto un papelito voló hacia mi lugar, al intentar ver por donde había venido observé a Ángel mirándome para luego sonrojarse y desviar la mirada. Debo decirlo, si ya de por sí era lindo, sonrojado lo era aún más. La nota decía:
“¿Deseas hablar? Quédate en el salón después de que todos hayan bajado al receso y tal vez responda a tu declaración. >//<
P.D. ¿Me enseñarías el colegio?”
No estoy seguro exactamente de cuantas veces leí aquella nota, no estaba seguro de si era una ilusión o si era verdad.
Tal vez había quedado dormido y todo era un sueño, sí, tal vez Ángel fue también parte de su sueño, después de todo como podía existir alguien así de lindo. Pensaba en ello cuando algo cayó sobre mi cabeza, ahí fue cuando me di cuenta de que todo era real. ¿Quién me había tirado aquel objeto? Pues ni más ni menos que mi maestro, el cual me miraba con ganas de matarme por no atender a su clase.
El timbre del receso sonó y yo estaba muy emocionado. Jeff por su parte supo todo tan solo por mi mirada, el siempre decía que soy un libro abierto.
En menos de lo que creí solo quedábamos él y yo en el salón. Su sonrojo era notable.
-¿En verdad crees que soy un ángel?
-Bueno… sí, lo creo desde que entraste por esa puerta.
-¿Es por eso que me mirabas de “esa” forma?- Ya no sabía si lo decía con inocencia… o con algo más.
-…- No sabía que decir exactamente.
- ¿Qué opinas si te doy una oportunidad?- estaba muy rojo y se veía realmente adorable.
-¿Lo dices en serio?- sólo asintió.
-Pero solo con una condición- le pregunté cual era- Tienes prohibido enamorarte de alguien más
-Eso no será ningún problema, tú serás el único para mí- sólo sonrió y quedo más rojo de lo que ya estaba, bueno, si era posible.
Salimos del salón y bajamos a lo que sería el resto de nuestro receso. Nos la pasábamos juntos mientras le mostraba el lugar. En realidad estaba feliz, nunca hubiese imaginado que una declaración impulsiva lograría que ahora estuviera junto a la persona de la que me había enamorado.
En el reto de las clases me la pasaba junto a Ángel y Jeff. Rápidamente se hicieron amigos, lo cual me puso un poco celoso, pero confío en que ninguno de los dos me traicionaría de esa forma. Más bien desconfiaba de lo que Alexa y sus amigas pudieran hacer, después de todo ellas habían estado en mi clase durante dos años, y si algo aprendí sobre ellas es que les gusta obtener lo que quieren sin importar los medios. Y si había algo que podía notar era la forma en la que ellas me miran cuando estoy con Ángel.
El tiempo se esfumó rápidamente, y antes de darme cuenta el día ya había acabado. Los 3 bajamos y Jeff se despidió dejándonos a Ángel y a mí solos.
-¿Me acompañarías a casa?- acaso mis oídos me engañaban o él me pedía ir a casa junto a él.
-¡Por supuesto!- dije sin pensarlo.
Bien definitivamente ese era el mejor día que había tenido en años, ya estaba sorprendido por la oferta pero me sorprendí aún más cuando tímidamente me pidió que tomara su mano. Era muy suave, y a pesar de que yo era más alto no fue incómodo el caminar.
Todos los que pasaban junto a nosotros ya sea en la escuela o en la calle, se quedaban mirando, unos con repugnancia, otros con odio y muy pocos con alegría.
Yo ya estaba acostumbrado a ese tipo de miradas pero me preocupaba por Ángel, si las miradas le afectaban… sería mi culpa, después de todo yo fui el que se le declaró.
Tal vez se dio cuenta de lo que pasaba por mi mente, pues sujetó aún más su agarre y se apegó más a mí. Ese fue un gran alivio. Después de un rato de caminar nos detuvimos.
-Bien, esta es mi casa
Lo admitiré, estaba decepcionado, esperaba estar un rato más con él, y antes de darme cuenta me acercaba hasta él hasta que pude sentir sus labios. Cuando reaccioné por lo que hice traté de separarme, pero me rodeo con sus brazos impidiéndome hacerlo. Era una sensación muy cálida, lamí sus labios pidiendo el permiso que me concedió, nuestras lenguas jugaban entre sí, el tiempo se detuvo para mí, hasta que el aire nos faltó y nos separamos. Fue en eso que me percaté de una mirada.
-¿Ángel?
-¿Mamá?- bien, que mejor forma de conocer a mi suegra que mientras nos ve a su hijo y a mi besándonos. Sentía que me moría de vergüenza.
-Aww cariño ¿Por qué no me habías dicho que ya tenías novio? – Bien, ahora si estaba sorprendido -¿Cuál es su nombre?
-Mi nombre es Christian ¡Mucho gusto en conocerla!
-¡El gusto es mío! Tienes un hermoso nombre y también eres muy guapo, ¡Qué buen gusto tienes amor! – Noté como Ángel se sonrojaba por las palabras de su madre- ¡Entonces los dejare solos!
-…-
-Tu madre es muy linda
-Lamento que la hayas conocido así, pero, parece que le agradas mucho- Me besa rápidamente- adiós
-¡¡Te amo!!- Se sonroja y sonríe, luego solo lo vi entrar a su casa.
Estaba muy feliz, no podía negarlo, como podía un día ser tan perfecto. Pero ahora que lo pienso tal vez fue un poco atrevido de mi parte declararme después de verlo por primera vez y aún más el besarlo, pero por alguna razón sentía que estábamos destinados a estar juntos.