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BabyDoll por Ana Reiko

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Notas del capitulo:

Hola

Aqui les traigo este finc de Sekaiichi de mi pareja favorita 

Por cierto a aquellos que len mi otro fin llamado "Abanico de Papel y Remolinos" les tengo noticias estoy escribiendolo de nuevo asi que tmb muy pronto habra actualizacion aya n.n

Sin mas Sekaiichi Hatsukoi no es mio es de Shungiku Nakamura que la amo

Una apacible habitación, donde una suave brisa estaba soplando, acariciando las cortinas que se alzaban lentamente. Todo perfectamente ordenado, libros llenos de conocimientos en un estante pequeño, una grabadora con algunos discos al lado, y sobre todo algunos papeles, acomodados sobre el mismo aparato de sonido, presumiblemente manuscritos antiguos, con apuntes de color rojo.

Mientras tanto un chico de cabello castaño reposaba en la cómoda cama arropado con una cubrecama, al percibir un viento un poco frio en el ambiente, el bulto se encogió buscando calor en la propia sabana, al no lograrlo, por pura inercia busco con su mano a la persona que se supone durmió a su lado la noche anterior.

-ummm…--comenzó a despertarse de a poco, sobándose un poco sus parpados, limpiando algunas lagrimas producto de la somnolencia que apenas se dispersaba---¿Dónde estoy?...—examino con su vista aun adormilada.

De pronto Onodera Ritsu, se percato del lugar donde se encontraba retozando, era nada ni nada menos que ¡la habitación de su jefe!

¡La habitación de Takano Masamune!

Y no solo eso, se descubrió desnudo, cuando el edredón rozo su piel en las primeras horas de la mañana.

Un enorme sonrojo se apodero de sus mejillas, recordó  perfectamente como llego a esa situación. Coloco su mano sobre su frente, en señal de reproche así mismo.

Precisamente, Takano-san le pidió a Onodera que viniera a su departamento para poder discutir algunos puntos que se tratarían el lunes próximo, ya que se realizaría una nueva reunión para el lanzamiento del primer tomo de un nuevo proyecto de manga de Kaito-sensei. Y como era viernes, el tiempo se prestaba para tomarle delantera y planear todo para defender frente a las cabezas de los principales departamentos de Marukawa, cabe mencionar que Isaka-san, el nuevo presidente de dicha compañía, estaría presente.

 Así que, enseguida de haber salido temprano de la oficina, aproximadamente como a las 8 de la noche, se quedaron hasta más de medianoche tocando todos los distintos temas. Takano se encargaba de que su novato pudiera contestar cualquier cuestionamiento acerca del lanzamiento de esta autora, que ahora se hallaba en una nueva historia que recién se recopilaba en su primer tomo. Al final, después de haber tomado mucho café, a pesar de eso, simplemente por el cansancio de la semana, y que pronto sería el fin de ciclo, el novato se quedo dormido.

-¿Onodera?...—llamo apaciblemente el pelinegro, lo movió un poco para despertarlo, en ese momento se le ocurrió una idea.

Masamune entonces, lo llevo en sus brazos a dormir a su cama, para así descansar por fin, aun faltaba mucho estrés por venir, pero por ahora simplemente dormirían un poco. Sin embargo, cuando Takano deposito a Onodera en el suave y confortable colchón, se despertó.

-¡Takano-san que estás haciendo!...—dijo frenéticamente y muy nervioso

-Baka, no se supone que ¿estabas dormido?, con que te quedas adormilado en medio del trabajo...—se acerco, colocándose sobre él, poniendo sus brazos uno a cada lado de la cabeza del pelicastaño, para evitar que escapara.

-¡¿Hah?! Solamente pestañee un momento, además ya terminamos con los detalles…--al descubrirse en una posición que no lo favorecía, trato de salir de ahí,--Además, ya es tarde, me iré a casa, perdón por las molestias---mas le fue imposible, estaba totalmente atrapado, el mayor se aferro a él.

-Al verte dormido, pensé en que sería una excelente idea descansar lo suficiente, debido a que es fin de semana, pero Ya que estas despierto.---murmuro.

-Pero que quieres dec-

Fue interrumpido por la hambrienta boca de su seme, que físicamente lo dejo sin aliento.

-Quédate aquí Ritsu solamente…

Se escucho en ese espacio tan íntimo.

Con solo recordar esos momentos, hacían marear a Ritsu de la vergüenza, indudablemente, era mezcla de orgullo, amor, y su debilidad ante aquella persona que hacía que su corazón se volvía loco.

Fue en ese momento en que Ritsu encontró su ropa doblada en una cómoda en que el editor en jefe tenía algunas cosas. Las prendas estaban perfectamente dobladas, entonces arriba de ellas, se topo con una nota de Takano-san.

“Fui a la tienda a comprar unos comestibles para hacer el almuerzo, te hice el desayuno así que cómelo, si esta frio solo tienes que calentarlo en el microondas, también recuerda que debes comer una comida en este día conmigo, tal como lo acordamos, ya que, estoy a cargo de tu nutrición, espérame un rato, no tardo”

-Si como no…yo me voy de aquí…--comento al para su interior el pelicastaño, se vistió en el acto, y velozmente se dirigió a la puerta, busco la llave para abrirla, pues la encontró cerrada, de seguro el dueño lo había hecho por seguridad.

-Me acuerdo que Takano-san, tiene una réplica cerca a la T.V.

Fue a buscar la llave pero no la encontró.

-¡No puede ser! ¿Donde está la llave?, se caería o…--se detuvo a pensar un momento--…Takano-san seguro se la llevo…MALDITA SEA, ME DEJO ENCERRADO EN SU APARTAMENTO.

Estaba enojado por la mala jugada de su jefe, entonces su estomago reclamo, que no era responsable de la situación y que tenía que alimentarse. Para su pesar, calmo sus ánimos, y dirigiéndose al salón principal, vio la mesa con los platos del desayuno que Takano le había dejado, aun estaba tibio, perfecto para consumo.

Un tazón de arroz esponjoso, otro tazón con caldo con verduras y un pedazo de pescado, probablemente salmón, todo perfectamente preparado.

-¿Cómo es que Takano-san le es tan fácil cocinar?...—se auto cuestiono y se comparo con él, en la cocina apestaba, la última vez que trato de comer huevo frito, se quemo un poco, y arruino la comida, así que se rindió por eso volvió a los almuerzos de tiendas de conveniencia.

Parecía que todo lo podía hacer su primer amor, cocinar, hacer su trabajo dignamente, mantener en orden su hogar.

¿Cómo podía con todo?

Tal vez él no tenía las presiones que sufría Onodera, con una compañía familiar que heredar en un futuro y los estar al nivel de las expectativas. Masamune  le decía abiertamente que lo amaba sin ningún miramiento ni temor, como si solo fuera lo más importante en su vida.

Ritsu empezó a comer, estaba delicioso, lo disfruto realmente, el ambiente, estar solo en casa de Takano-san, de cierta forma lo reconfortaba, en un momento termino de ingerir todos los alimentos y puso los platos succión en el fregadero de la cocina, que estaba impecable como siempre, lo dudo en lavarlos era lo menos que podía hacer.

Su tranquilidad se vio interrumpida, cuando escucho su celular sonar desde su bolso, el cual estaba en la habitación de su jefe. Corrió hacia esa dirección, podría ser alguna de sus autoras, después de todo estaban en la semana penúltima previa al fin de de ciclo.

Logro sacar el celular en el momento preciso, y era precisamente Kaito-sensei. Duraron un tiempo platicando, la sensei a pesar de ser una veterana en el medio del shojo, aun se ponía nerviosa cuando se trataba de una nueva historia que sería recopilada en su primer volumen.

Durante 15 minutos, Onodera hizo todo lo pudo para brindarle confianza, tal como un editor que confía en el trabajo de su autor. Al terminar la llamada, estaba exhausto, el estomago se le revolvió de los nervios y de decidió que haría algo para entretenerse, no sabía a qué hora Takano-san salió a buscar los víveres para el almuerzo, así que según  él, habrían transcurrido a l mucho 30 minutos.

Onodera se acomodó en la habitación para checar por última vez los demás manuscritos que tenía pendientes.

-Todos están implacablemente corregidos…ahora recuerdo que ayer terminamos la noche de trabajo.---dijo apesadumbrado.

De esta forma, no existía otra posibilidad,  tendría que ir a la sala a ver un rato la televisión y en cuanto regresara Takano-san salir en una primera oportunidad.

Se levanto de la cama, en donde tomo asiento para revisar sus manuscritos, mientras estos los depositaba cuidadosamente en su bolso, de repente algo llamo su atención, los múltiples libros, que se asomaban en algunas repisas de la cómoda, si Onodera Ritsu, todavía poseía la debilidad por la literatura. Inicio su análisis de todos los títulos, algunos ya los había leído hacia más de 10 años, en la biblioteca de la escuela media, otros simplemente los hojeo en el extranjero, sin tiempo de poderlos leer a fondo, y unos cuantos le estaban llamando la atención, no resistió mas y tomo los libros.

El primer libro era maravilloso, una obra maestra de un escritor ingles  de la época del florecimiento retórico, el cual nunca pudo conseguir en librerías de Europa y tiendas aledañas. El segundo libro y el Tercero era geniales también sin duda alguna.

Poco a poco, empezó a llenar la superficie de la cama de libros, y pronto se convirtió en un especie de “nido” torres de libros alrededor de un chico con brillos en los ojos al estar viendo tantas maravillas de la literatura.

Pronto se dio cuenta que estaba haciendo un lio en una habitación que no era la suya.

-Solo un libro mas, acabo de ver uno atorado en la profundidad del mini librero...-murmuro, mirando en la cuenca con una sonrisa dibujada-- Aquel susodicho, justamente se encontraba atorado entre la pared y el mueble, como que había sido empujado hasta casi caerse. Con mucho cuidado Ritsu metió su mano y jalo el compendio de conocimiento y al sacarlo, percibió una caja liviana que acompaña al libro en la zona del olvido.

-Sacare esto también, supongo que Takano-san ni siquiera debe saber que sus cosas se están acumulando detrás de su librero…

Finalmente saco ambas cosas, el libro lo tuvo en su mano izquierda y la caja en la derecha.

Aquella caja parecía de esas de regalo, las cuales vienen incluidas en la compra de algún artículo de uso personal, como una camisa o un perfume caro. En un momento, reflexiono en abrir esa caja y descubrir su contenido.

-Creo que no debo abrirla, no me pertenece, asimismo y si es algún regalo que recibió, de algún amigo…

Se detuvo su mente, Takano-san no era muy conocido por tener amigos, el único era Yokosawa-san.

Al pensar en el jefe del departamento de Ventas, le hizo quedarse helado, y si era cierto. Entonces descubrió que la caja era de las que fácilmente se podrían abrir y cerrar, debido a que la tapa superior se podría deslizar hacia arriba y acomodarse de nuevo en su contraparte, sin que nadie se enterara de que fue profanada. No supo porque lo hizo.

Descubrió el contenido, desarmando la caja, lo que vio lo dejo sonrojado, confundido y sobre todo sorprendido.

Ahí en la caja se desvelaba un hermoso babydoll de tirantes delicados, una tela hermosamente transparente de color rosa pálido, que caía desde la área de las clavículas hasta la zona de las caderas,  con detalles en encaje a los lados decorados con listones, del mismo color, todo el conjunto se unió en un solo punto ubicado en la zona del pecho con un listón en moño más delgado de la misma tonalidad de rosa, que podía desunirse para poder abrir la prenda y hacerla más sensual a la vista .

 Esas prendas intimas femeninas solo Ritsu las había visto en revistas ocasionalmente en anuncio de ropa interior, nunca en vivo y directo, así de inocente era.

Aun con el sonrojo, Onodera tomo la prenda, estaba nueva aun conservababa la etiqueta y deba ese olor a ropa recién comprada.

¿Para qué Takano-san tenía algo así?

El mismo Yokosawa le comento que Masamune, ninguna relación duro mucho tiempo durante el periodo de 10 años.

El ajabarde, paso saliva, tal vez…

-Takano-san lo compro para una futura esposa…--susurro tristemente, algo se rompió en el, a lo mejor era su esperanza, si, tenia esperanza de que el pelinegro y él vivieran juntos y felices. Que todo se resolvería al confesarle sus sentimientos y sería algo maravilloso, pero esto derrumbaba todo. —Bueno es natural que piense en su porvenir, formar una familia, y en cosas así, somos adultos ahora y tenemos distintas prioridades y objetivos…

Estaba tan ensimismado Onodera, que no escucho cuando su jefe llego a la vivienda, y al no encontrarlo, lo busco primero en el salón principal, posteriormente fue a su alcoba, ahí localizo a su primer amor.

Un momento incomodo se iba a dar paso

Takano entro, asustando a su novato, que estaba sentado en la cama con el Babydoll entre sus manos, sujetándolo sin percatarse que algo se despegaba detrás de la prenda intima, unas cuantas fotografías.

No quería mirarlas.

-¿Takano-san…?---se centro en los ojos avellanados de Masamune, quien con los ojos bien abiertos, estaba asombrado de que hubiera tropezado con esa arca.

-¿Cómo te topaste con eso?

-ummm…yo, mejor me voy

El ojiverde, coloco de nuevo la prenda femenina en su contenedor.

Ritsu tomo sus cosas no quería que Masamune lo viera llorar por sus destrozados sentimientos.

-¿A dónde vas?...—sujeto del brazo al Uke fuertemente.

-Siento que me topara con cosas tan intimas tuyas Takano-san, no debí husmear, así que me disculpo, ahora me iré tengo trabajo que hacer, además de hablar con Kaito-sensei…--mintió con un tono realmente afectado

-En ese caso, Hazlo aquí, no te dije que tienes que comer conmigo por lo menos una vez a-

Fue interrumpido.

-No se preocupe mas por mí, se valerme por mi mismo,--explico apesadumbrado, conteniéndose de no soltar ninguna lagrima--…ya no soy un niño, además no creo que un jefe deba preocuparse, de esa forma, de un empleado…--contesto ahogado.

-¿Ah?...—dijo desconcertado, ¿por qué Ritsu tenía esa actitud? Eso se pregunto el editor en jefe,  a lo mejor era por las fotos que ocultaba ese babydoll

-Suéltame…--zafo su brazo con violencia.

Sin tiempo a reaccionar, Takano tomo a Ritsu por el torso y lo lanzo a la cama, sabía perfectamente el seme por experiencia que su uke no lo escucharía por las buenas. Comenzó a golpear con sus brazos a Masamune cuando este se coloco enzima suyo, y por consiguiente tiro todos los libros de la cama, supo que tenía que forcejear para poder escapar, si eso implicaba golpear a su jefe, ya no le importaba nada.

-¡¡¡Déjame Takano-san…!!!---grito con ahincó en su voz, estaba enojado, por haber sido idiota y confiar de nuevo en el amor. Con sus brazos intentaba levantarse, empujando el pecho de su primer amor con fuerza.

Tenía que salir de ahí, nadie vería su debilidad.

-¡Ritsu escúchame!...—le contesto fuerte, en consecuencia de los forcejeos

-¡¡No quiero, aléjate de mi!!

-¡¡Por lo menos debes escucharme, maldita sea!!

-¡¡Por que debería, soy un simple juego para ti verdad, nunca te importe!!

 Esas palabras le dolieron a Takano-san.

-¡¡No me amas ni ahora ni antes, ni nunca!!...—le reclamo, le dedico una mirada llena de desprecio—¡¡así que déjame por lo menos largarme en paz!!!---grito con todo pulmón,

Al quedarse enmudecido, aquella tristeza se transformo en molestia en Takano, que simplemente golpeo la cama con su puño cerca del rostro del ojiverde, quien quedo sorprendido, de pronto sus muñecas se vieron aprisionados por las fuertes manos de su jefe, quien lo aplasto un poco

-¡Con que derecho dices que nunca te he amado, pase un infierno, por estos días años de tu ausencia, solo porque huiste!

-Yo no hui!!

-Solo desapareciste y me apuñalaste por la espalda

-Me lastimaste cuando te reíste de mí

-Eso fue un malentendido, como lo de este momento

-Si claro

-¡Quiero que escuches lo que tengo que contarte!

Sin embargo Onodera lo ignoro y grito

-¡¡Ya déjame de una buena vez, Takano-san!!

Un gritito de angustia se despego de la garganta de Onodera, las lagrimas bañaron su cara. Ahí Takano se dio cuenta que estaba tratando con un Onodera realmente herido. Soltó sus manos, y este rápidamente limpio las lagrimas de su corazón, el pelinegro trato de consolarlo, pero inmediatamente se alejo Ritsu de su contacto. Y se incorporo, ya que, si seme le dio un poco de espacio.

-Ritsu, te amo

-Mentira

Harto de esa actitud de ver cosas que no son, Takano lo tomo del cuello de la camisa al ojiverde y le replico

-¡¿Que acaso no me estas escuchando, Idiota?!—Tomo el babydoll con su otra mano y una fotografía de la caja. Entonces señalo a una mujer en la ilustración---…Ella es la hermana menor de mi madre, se llama Takano Meiko, fue la responsable de comprarme esto…--miro la prenda de reojo—…desconozco cuál fue su motivo para dármelo, pero aquí esta…-- liberó el agarre del cuello del uke.---Siempre he estado enamorado de ti, eso nunca lo dudes ni por un instante y quiero que eso quede claro.

La furia, frustración y pena de Onodera se tranquilizo un poco, tal vez fue la explicación de su jefe, el tono de su voz, o como sus ojos avellanados se centraban en el. Existió algo que simplemente lo apaciguo.

-¿Estas bien ahora?

 

Notas finales:

Capitulo siguiente en proximos dias ^^ de este mes no pasa

mientras espero que me dejen un mensajito 


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