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Resaca. por Acatalepsy

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Notas del fanfic:

Bien, el título es péeeeeeeeeeeesimo, lo sé, pero no se me ocurrió nada mejor, lo siento ;_; 

Es principalmente un Aoiha <3 Único capítulo. 
Los personajes no me pertenecen...pero algún día... -Sueña(?)- 

Notas del capitulo:

Hola~ aquí de nuevo. (?) Este fic se lo dedico a la una chica con la que roleo, está basado en la relación que tienen nuestros pjs, hahaha. 
Ella también me dedicó uno, deberían pasar y darle una leída, le quedó hermoso.----> http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=100364  *Saca su látigo y las amenaza(?)* ok no xD

Pues sin más, a leer~ 

Capítulo único.

Todos huyeron apenas notaron aquella extraña aura que rodeaba a Aoi. No es que le tuvieran miedo, claro que no. Es solo que cuando este venía de mal humor por la resaca, era mejor no cruzarse en su camino si querías vivir. 

Apenas ingresó a la sala de ensayos, pasó de largo a todos sus compañeros, los cuales apenas murmuraron un “Buenos días” por temor.  Se tiró en uno de los cómodos sillones de descanso que allí había y cerró los ojos, soltando una especie de gruñido.

—Que vaya Kai.

La voz de Reita hizo que los tres Gazettos restantes se giraran en su dirección, dos de ellos asintiendo en acuerdo y uno de ellos —El mencionado exactamente— negando frenéticamente con una clara cara de horror.

— ¿Estás de joda? Me comerá vivo si voy.

Replicó mirando de soslayo al guitarrista. Le estaban esperando solo a él para comenzar el ensayo, se estaban atrasando por culpa del pelinegro. Pero la sola idea de ir y decirle aquello, recibiendo la conocida mirada fulminante del guitarrista le hacía estremecer de miedo.

— Eres un marica miedoso. —Replicó el bajista.

— Ve tú entonces, si eres tan macho.

El batería le miró con sus ojos entrecerrados, cruzando sus musculosos brazos —gracias a las pesas y a la misma batería— a la altura de su pecho. 

— Le debo dinero, si voy me lo cobrará y no tengo para devolvérselo ahora. Que vaya Ruki, el enano tiene el don de la palabra.

Tres pares de ojos se posaron en los del menor, expectantes por su respuesta. Ruki les miró a través de sus negras y ostentosas gafas por unos segundos antes de enseñar su dedo medio.

— A mí no me jodas.

Todos suspiraron. ¿Qué iban a hacer? El castaño guitarrista, que no había abierto su boca para nada, se alejó de los demás mientras estos discutían quién debía ir —sacrificarse, mejor dicho— con Aoi.

Miró a su compañero de cuerdas y una pequeña sonrisa se formó en sus labios. Con calma y de forma silenciosa, se acercó al mayor hasta quedar frente a él.

— Yuu…

El mencionado abrió apenas sus ojos y los posó en el más alto cuando le escuchó llamarle por su nombre. Uruha jamás, jamás, JAMÁS le llamaba por este a menos que se tratara en la intimidad. Fue por eso que le extrañó aquello.

— ¿Qué pasa?

— ¿Vienes conmigo un momento?

Se quedaron mirando en silencio, sin percatarse que el cotilleo de sus compañeros había cesado para prestar atención a la escena frente a ellos.

—Claro.

Aoi se puso de pie frunciendo aún más su ceño, su cabeza palpitaba y el puto dolor de cabeza no se le pasaba. Nunca más iba a beber, de eso estaba seguro. Siguió al menor, el cual sonreía al haber obtenido la atención del moreno. Salieron de la sala de ensayos y caminaron por los pasillos de la compañía hasta llegar a una de las máquinas expendedoras. Uruha sacó de su bolsillo algunos Yen’s y metió las monedas a la máquina para poder escoger su opción. Marcó el botón de una bebida isotónica y la cogió cuando el ¡Pum! Le indicó que la botella había bajado.

— Ten…—Le tendió la botella a un desconcertado pelinegro y miró hacia los lados, verificando que no hubiera nadie por los pasillos. Agradeció que fuera aún muy temprano y no hubiera tanto personal cerca.

Una vez que Aoi tomó la botella, rodeó su cuello con ambos brazos y le acercó un poco más a su esbelto cuerpo. — ¿De nuevo de malas, gruñón? —Murmuró divertido.

— Es por la resaca…me jode este puto dolor de cabeza. —Aoi rodeó con uno de sus brazos, aquel que no sostenía la botella, la cintura del menor y le juntó un poco más a su cuerpo. 

— Te pasa por ir a beber sin mí, es tu castigo. — Una pequeña risa salió de esos carnosos y apetecibles labios.  — Te voy a tener que picotear hasta que te pongas de buenas.

El castaño arrugó su entrecejo intentando fingir seriedad. Aoi solo soltó una pequeña risa, sin darse cuenta que su humor estaba mejorando gracias al otro.

— Picotéame, sabes que me encanta. —Junto con esas palabras, afianzó el agarre  que tenía en la cintura contraria y alzó sus cejas seguidamente.

— Bien, te voy a picotear mucho, eh. — Tras decir aquellas palabras, Takashima abultó sus peculiares labios y los estiró un poco, haciendo que estos adoptaran la forma de un “piquito” de pato. Se acercó a la mejilla del mayor, y comenzó a dar besos en esta a modo de “picoteos”, provocando una sonrisa en su pareja.

— Picotéame aquí. —Comentó el moreno levantando la mano que sostenía la botella, para señalar con uno de sus dedos sus labios.

Shima sonrió y desvió sus picoteos a los labios del mayor, dejando cortos y seguidos besos sobre estos, los cuales no tardaron en ser correspondidos. Así estuvieron por unos momentos, hasta que el menor se separó y le miró sonriendo. — ¿Mejor?

— Definitivamente mejor. —La sonrisa que tenía Aoi en el rostro confirmaba sus palabras. Ni siquiera él sabía cómo era que con aquellos simples actos de parte de su pareja, todo rastro de enfado se esfumaba como por arte de magia. — Gracias, cariño…por aguantarme de malas.

— No es nada, idiota. —Ambos rieron y se separaron lentamente, casi sin ganas de hacerlo. Pero sabían que aún estaban en la compañía. Ya tendrían tiempo en casa para darse más muestras de afecto. — Regresemos con los demás, tenemos un largo ensayo que realizar. — Takashima le robó un beso y le dio la espalda para regresar a la sala, cosa que Aoi aprovechó para darle una fuerte nalgada en aquel trasero delicioso y firme. El respingo que dio el menor y el sonrojo que subió a su rostro fue épico. Se giró rápidamente en dirección al otro guitarrista y le miró con sus labios fruncidos. — ¡Shiroyama Yuu!

Aoi rió con ganas por la reacción del menor y antes de que este se las cobrara corrió de regreso a la sala, siendo perseguido por su compañero, amigo y pareja.  Entraron ambos al estudio, entre risas y jugueteos bajo la atenta y sorprendida mirada de sus demás compañeros. ¿Cómo le había hecho el pato? Vieron como Aoi bebía de la bebida isotónica y tiraba la botella sobre el sofá antes de coger su guitarra. Se le veía feliz, radiante. ¿Qué carajos?

— Oigan, no tengo todo el día, a trabajar.

Fue lo que escucharon por parte del guitarrista. Reita, Ruki y Kai miraron con la boca abierta a Uruha, quien les sonreía victorioso y tomaba su guitarra para comenzar a afinarla. Los Gazettos se miraron entre ellos, aún incrédulos por el cambio tan drástico en el humor del guitarrista.

— Se la mamó.

— Es lo más seguro.

— yo también quiero.

Kai y Reita miraron sorprendido a su vocal, quién había dicho aquello último.

— ¿Qué?

Ruki soltó una leve risa con aquella voz grave y sensual, dando una nalgada a cada uno aprovechando que estaba en medio del trío. Los otros dos respingaron sorprendidos por la nalgada y vieron como Ruki retiraba sus gafas para dedicarles un guiño antes de ir por su micrófono. Kai enrojeció y Reita boqueó como un pez fuera del agua, impactado por aquello.

— ¿Ruki acaba de…?

— No lo digas, Kai…

— Me gustó… —Susurró el batero algo apenado.

—…

Reita solo caminó rápidamente hasta su bajo y se lo acomodó, agradeciendo que este ocultara la semi-erección que se le había formado en los pantalones.  Kai se les unió y así, por fin, comenzaron el ensayo. Vaya día. 

Notas finales:

¡Fin! Bueno, si llegaron hasta aquí fue porque no les aburrió y lo leyeron hasta el final
ESTO ES PAH UTÉ, OIGA, ESPERO LE GUSTE. -Le grita como siempre(?)- 

Espero sus opiniones, sean buenas o malas, besos..


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