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.:El Hada y el Hechicero:. por liriO_Kafuri

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Notas del fanfic:

Este fic es el primero que hago así que .....(cayendo de rodillas)PIEDAD!

Esta inspirado den la cancion de La leyenda del hada y el hechicero de Rata Blanca (por si quieren escucharla n_n) y un fanfic descontinuado desde el 2011 (se intento contactar a la autora FALLIDO). Debido a que muchas han sido las peticiones para su continuacion, si me lo permiten me gustaría terminarla.

Espero que les guste tanto como a mi ^_^

Notas del capitulo:

Primera parter del capitulo1

Los personajes no me pertenecen a mi sonde Oda-sama

Hace mucho tiempo en una tierra mágica se encontraba el reino de Eipura en el habitaban humanos y criaturas mágicas. El reino de Eipura se encontraba a las orillas de un inmenso océano siendo reconocido como un gran punto de comercio por sus puertos, pero la razón de que el reino de Eipura fuera famoso era por sus colinas que delimitaban la gran ciudad y un inmenso bosque, estas eran conocidas como las colinas del amanecer llamadas así porque cuando se ocultaba o se asomaba el sol por el océano estas se pintaban de diversos colores dando la ilusión  que detrás del reino de Eipura había un aurora boreal rodeando el reino. Pero detras de las montañas se encontraba el bosque encantado Brekwer mejor conocido por los humanos como el bosque maldito ya que si te adentrabas en el te podrías topar con las criaturas mas peligros que te pudieras imaginar, siendo declarado como zona prohibida.

En Brekwer habitaban diversas criaturas mágicas y mitológicas, desde lo más peligroso como hombres lobo y dendritas hasta las hermosas hadas y traviesos duendecillos, todas ellas lideradas por un poderoso hechicero llamado Roronoa Zoro, el, junto con su fiel compañero Shanks recorrieron el mundo enfrentándose a todo clase de peligros volviéndose el hechicero más poderoso del mundo. Pero como toda gran aventura esta termino cuando Zoro tomo a Brekwer como su territorio para proteger a las criaturas mágicas amenazadas por los humanos que buscaban comerciar con ellas como si fueran meros objetos. Construyo un hermoso palacio blanco que desde lejos parecía de cristal para poder vivir ahí junto con su amada esposa Luccy.

Sin embargo la felicidad no siempre dura para siempre…

Varias semanas habían pasado desde la última vez que la pareja, que habitaba aquel castillo, había salido a la luz. Los habitantes del bosque se mostraban preocupados por la joven esposa del hechicero. Para ellos Luccy era la cálida luz del sol que bañaba cada parte del bosque. Luccy  era el hada mas hermosa y juguetona que habitaba el bosque de Brekwer, era imposible no amarla, a cada lugar que iba la iluminaba con su gran sonrisa, poseía una inocencia e ingenuidad que hacía que cada criatura quisiera protegerla para que nada apagara esa alegría y vivacidad que solo ella tenía y contagiaba a todos quienes la rodearan. Ella al ser un hada su deber era cuidar de toda criatura que la necesitara y no temía morir por ellos, una vez ya había arriesgado su vida para evitar que un humano se llevara a una de sus hermanas causándole una ccicatriz bajo su ojo izquierdo; pero por alguna razón, que desconocían, Luccy no había salido del castillo para visitarlos como había prometido desde que se caso con el hechicero, habían comenzado a pensar que era él la causa de la ausencia de su hermosa hada, que él la había encerrado celosamente para que solo le perteneciera a él y con ese rumor en los alrededores del palacio algunas criaturas comenzaron a odiar secretamente al hechicero Zoro. Sin embargo la razón por la que Luccy no podía salir era que una enfermedad desconocida la había atacado provocando un inmenso dolor en su cuerpo, un dolor tan fuerte que su frágil ser apenas podía resistirlo.  

Dentro del castillo en un cuarto iluminado solo por la luz de la luna la joven Luccy se encontraba postrada sobre una mullida cama, es su rostro se refregaba un verdadero sufrimiento que apenas le permitía estar consciente de lo que ocurría a su alrededor, lo que más quería era que su amado esposo estuviera con ella para consolarla y como si fuera un hechizo alcanzo a ver que la puerta de su habitación comenzó abrirse dando paso a su querido hechicero que gracias a la luz del candelabro que traía consigo pudo divisar su característico cabello verde y su afligida rostro, causando que sintiera una horrible sensación en su débil corazón  

Zoro se coloco al lado de su amada para al final sostener su mano que recordaba suave y cálida, ahora fría, la sostuvo tan cuidadosamente que pareciera que estaba sosteniendo la cosa más frágil del mundo. Zoro venía acompañado de Shanks y la vieja sabia del bosque la erudita Kureha quien empezó a revisar a Luccy,  se acerco cuidadosamente a Zoro y le dijo:

-Es como me lo temía, no puedo hacer nada por ella, la enfermedad la está matando y no hay cura para lo que ella tiene- concluyo. Zoro lentamente levanto su vista hacia la anciana tomándola del brazo con la mano que tenia libre - usted es la mujer más vieja de este bosque, ha vivido aquí desde antes de que yo llegara, incluso antes que los humanos, no se atreva a decirme que con su vasto conocimiento no puede curarla, ¿acaso lo que le estoy dando como pago no es suficiente?

Las palabras del joven molestaron a la anciana Kureha y de un jalón se deshizo de la mano que la sostenía -no es cosa de dinero, esta enfermedad nunca antes la había visto, desconozco su origen y la forma en de tratarla, Zoro yo…- dirigió su mirada al frágil cuerpo de Luccy - TE ASEGURO QUE HE HECHO TODO LO QUE PODIA

- ella no puede morir- contesto casi en forma de un susurro mas para el que para los presentes

-El tratamiento que le he dado solo la mantiene con vida, pero… - espero antes de continuar apretando mas sus puños a sus costados- pero me rehusó a seguir administrándoselo.- Zoro abrió sus ojos sorprendido por la palabras de la anciana, se levantó de golpe de su asiento soltando la mano de su amada para tomar el cuello de la ropa de la anciana kureha con suma ira –  ¿COMO?, ¿ ACASO NO ES SU DEBER CURAR A CADA ENFERMO QUE LA NECESITE?, ¿ES ACASO QUE NO QUIERE SARBARLA?

-ZORO!!- Kureha soltó un fuerte golpe en su rostro aciendo que este chocara con una mesita que se encontraba tras el- La medicina que he estado usando en ella le ha permitido seguir con vida todo este tiempo, pero… ¡ELLA ESTA SUFRIENDO! ¿Que acaso no lo ves? Lo único que hago es prolongar su dolor, esta enfermedad la está matando por dentro y mientras más te empeñes en mantenerla atada a este mundo más dolor le provocaras


-no…no puedo- de pronto sus piernas no dejaban de temblar cayendo inevitablemente de rodillas al suelo comenzando a derramar lágrimas de tristeza – yo no… - tartamudeo con un nudo en la garganta, podía sentir que el mundo se le venía en sima -  no puedo vivir sin ella, es todo lo que tengo yo no…

- Zo…Zoro?- fue interrumpido por la débil voz de Luccy

-Luccy!- de pronto Zoro fue consciente de que aun seguía en la misma habitación que su amada, se dio paso hasta la cama donde se encontraba para tomarla entre sus brazo - No dejare que te vayas Luccy te necesito-  el rostro del Luccy al igual que el de Zoro contenía unas cuantas lagrimas que habían escapado de sus ojos y como pudo levantó sus delgados brazos hasta abrazar con igual fuerza a su esposo – los siento Zoro, pero Kureha tiene razón- Zoro no podía soportarlo tener a Luccy susurrandole en es su oído con esa voz tan débil que si no fuero por su cercanía sería incapaz de escucharla claramente.

-por favor no digas eso, te prometo que todo saldrá bien, no dejare que nada te pase Luccy

-shishishi Zoro sabía que dirías eso, pero ya no puedo, perdóname Zoro yo… yo intente aguantar todo lo que pude porque no quería que sufrirás por mi culpa…pero yo

-shhhh…no hables- se despego sin querer de Luccy para colocar sus dedos sobre los labios de su amada, esos labios que había probado muchas veces

-lo siento…Zoro… incluso si muero ahora, no me arrepiento de nada... shishish fui muy feliz Zoro gracias -decía mientras serraba los ojos despacio-te estaré esperando Zoro en esta vida o en la otra… Te amo- esas fueron sus últimas palabras antes de serrar sus ojos para siempre.

- Luccy yo… yo también te amo –besando sus labios antes que su calor se alejara completamente de ella, para terminar llorando sin soltarla.

De repente sintió una mano en su hombro, aunque no lo viera sabía que era su amigo Shanks -lo lamento Zoro, era algo que no se podía evitar


-…- la falta de palabras de Zoro le inquietaba, no sabía si callar para ya no lastimar a su compañero, pero aun con dudadas se animo a continuar – Zoro no eres el único que siente dolor por la muerte de Luccy, todos aquí la queríamos, ella era especial, hacia amigos suma facilidad y a todos les lograba sacar una sonrisa, no había forma de no hacerse su amigo…

-era toda mi felicidad…no quiero volver a sufrir así…

-Zoro no puedes…- no pudo terminar lo que quería decir, pues Zoro le había tomado fuertemente del brazo para alejarlo de él, Shanks pudo ver una fuerte amargura e ira en su mirada como si mil espadas se le clavaran en la espalda –Zoro tu…

-NO!, NO QUIERO VOLVER A SUFRIR

-PERO ESO ES IRREMEDIABLE, ALGUNA VEZ TODOS…

-ya no volveré a sentir esta soledad, quiero que todos de vallan, que nadie vuelva a pisar este castillo ¡NO QUIERRO QUE VUELVAN AQUÍ NUNCA MAS!.

Se levanto y beso con ternura a la mujer que había amado, dejando la habitación con todos consternados por la decisión que había tomado su señor. No hubo más remedio que desalojar el palacio, ni Shanks que había sido como un hermano para Zoro fue la exceción y con un dolor muy grande en su pecho abandonó el castillo -aunque no lo quieras cuando un amor se va otro viene y si no lo buscas el viene hacia ti, nadie nace en este mudo completamente solo Zoro – esa noche Shanks se hizo una promesa que encontraría la manera de devolverle la sonrisa a su amigo.

Notas finales:

Porfavor dejen reviewas para mejorar. Acepto quejas o sugerencias respecto a la historia.

 Porfavor permitanme darle un buen final. Gracias por leer


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