Yukwon miraba a través de la ventana del hotel, envuelto en las sábanas y sentado, abrazando sus propias rodillas. Tenía la mejilla apoyada sobre sus manos, quedando así de perfil. Jiho se movió a su lado y también se incorporó, acercándose a él. El alto comenzó a besarle el hombro, el cuello y la columna con suavidad. Un leve escalofrío recorrió el cuerpo de Yukwon y sonrió de lado. No acostumbraban a acostarse estando fuera de casa, pero aquella escapada, aunque fuera por trabajo, les había brindado la oportunidad; ya que tampoco tenían muchas oportunidades de que el piso estuviera vacío normalmente y aquel día había hecho mucho calor.
Había empezado con Jiho sentado contra una pared, en un descanso de la grabación. Tenía la espalda apoyada en la superficie y las piernas flexionadas. Yukwon había llegado con dos refrescos y se había arrodillado entre sus piernas, qué suerte que estuvieran en la parte trasera del edificio y a parte de Jihoon y Jaehyo no hubiera nadie más allí.
-Tengo un calor horrible.-dijo, tomando el refresco que había traído para él.
-A lo mejor si no te pusieras pantalones tan pegados…-pasó un dedo por encima de una de las costuras de la parte interior de la pierna.
Jiho siseó después de beber.
-Yo que tú no haría eso…-señaló a su mano con un cabeceo.- Que hace mucho de la última vez y tengo mucho calor.
-¿Eso despierta tu apetito sexual?-sonrió divertido.
-No, pero me deja atontado y no hay autocontrol que valga.
-Bien, ya somos dos.-se acercó un poco más para darle un beso.
No había problemas con que los otros dos estuvieran por ahí, ya lo sabían. Jiho lo tomó de las mejillas para profundizar el beso. Yukwon se le acercó un poco más y llevó una mano al cuello de su camiseta, bajándola un poco y acariciando con los dedos bajo su clavícula, junto al tatuaje. Se separaron para coger aire y aún sin soltarlo, Jiho le acarició un pómulo con el pulgar, observándole. Qué cansado estaba y cómo agradecía tener al resto a su lado, esforzándose por aligerarle el trabajo. Movió su mano a la nuca de Yukwon, acercándolo de nuevo para besarse otra vez. El calor del verano lo estaba asfixiando y ambos se echaban de menos, además los labios de Yukwon eran adictivos…A quién quería engañar, él entero era adictivo. El otro inclinó un poco la cabeza para besarlo mejor y Jiho enredó sus dedos en los mechones castaños de su pelo cuando sintió su lengua sobre la suya. Yukwon ahogó un suspiro en el beso antes de separarse, no quería empezar a montar una escena allí, pero apoyó su frente en la del otro; para recuperar la respiración. El líder comprendió por qué el otro se detuvo y movió la mano de su pelo, acariciándole el cuello, hasta que estuvo en su hombro. Yukwon le besó la mejilla y luego siguió su mandíbula, hasta acercarse a su oído.
-Lo siento.
-Luego…-se brindó unos segundos para disfrutar del olor del otro.- Luego ven a mi cuarto.
Después de un caluroso y agotador día se retiraron a sus habitaciones del hotel. Jiho se tumbó en la cama, pero no había olvidado lo acordado con Yukwon, así que no tenía intención de echarse a dormir. Unos minutos después llamaron a la puerta.
-Pasa.-dijo alzando un poco la voz.
Yukwon entró y le sonrió ¿Cuándo dejaría de sentirse idiota cada vez que le sonreía? Cerró tras él y se tumbó a su lado, bocabajo apoyado sobre sus codos.
-¿Decías enserio lo de que te gustó el título nada más escucharlo?-le preguntó, tumbándose de lado y pasándole un brazo por la espalda.
-Claro y lo de la parte especial que tenías reservada para mí. Aunque que la compusieras después del revolcón en el baño del estudio quedó un poco sospechoso.
-Mera coincidencia y hablo enserio.-Yukwon tenía el pelo húmedo y olía a champú, se había duchado antes de ir. Jiho pasaba sus dedos por algunos mechones.- A las fans les va a encantar.
-Por no hablar del trozo que haces acapella…-sonrió al recordar cómo sonaba la voz de Jiho en aquel pedazo de canción y que a menudo usaba ese tono de voz cuando estaban en la intimidad.
-¿Te gusta?-se acercó a su cuello y empezó a besarlo, a pesar de que el otro se encogía porque al principio le hacía cosquillas.
Yukwon se tumbó bocarriba en un afán por defenderse, sin éxito, y menos cuando Jiho coló una mano por su camiseta.
-Claro que me gusta.-dijo con voz algo ahogada.
-¿Lo de la canción o lo del cuello?-paró unos segundos para ver al otro sonreír, porque sabía que no le iba a contestar.
Yukwon se quedó mirando al pasivo ventilador del techo, que apenas movía el aire caliente de la habitación. Jiho mordió debajo de la mandíbula, dejando unas suaves marcas rojas. En momentos así pensaba que se iba a echar a llorar. El líder estaba muy ocupado y siempre sacaba tiempo para él, con una sonrisa de oreja a oreja. Tomó la camiseta de Jiho con fuerza sin darse cuenta. Siguió besándole el cuello hasta llegar a la clavícula, que también mordió, haciendo que Yukwon se estremeciera, a la par que movía la mano por su abdomen. El alto se acomodó entre las piernas del otro cuando este las separó para hacerle hueco, estando así agazapado sobre él. Yukwon tiró de la prenda, hacia arriba, para quitársela y se quedó mirando el retrato tatuado en la piel del otro. No era lo que más le gustaba del mundo, pero admiraba cómo Jiho había seguido adelante con ello, sin importarle lo que otras personas dijeran; eso decía mucho de él. Movió las manos hasta sus hombros y luego por su espalda; podía notar el calor que estaba pasando el alto y los distintos músculos moviéndose bajo su piel. Jiho volvió al cuello de Yukwon, besándole y lamiéndole encima de la tráquea; y este automáticamente echó la cabeza atrás ligeramente con un suspiro. Se movió un poco para que Jiho le quitara la camiseta y pudiera seguir hacia abajo, besándole el estómago y el abdomen; después buscó su mano a tientas, hasta que entrelazaron sus dedos. Jiho se apoyaba sobre la mano que tenían dada, al lado de la cabeza de Yukwon, y volvió a besarlo en los labios.
-Yukwonnie…Necesito las dos manos si quieres que sigamos con esto.-rio con suavidad.
Miró a sus manos y se mordió el labio, antes de alzarlas frente a sus ojos para observar la del otro con atención; le encantaban sus manos. Le besó el dorso y los nudillos antes de soltarle. Jiho le fue quitando la ropa con cuidado después de hacer lo propio con sus prendas. Yukwon se estiró para apagar la luz de la mesilla, pero el alto lo tomó de la muñeca.
-No. Deja la luz dada, quiero poder verte bien.
Eran pequeños detalles como ese los que hacían que todo mereciera la pena. Yukwon le acarició la mandíbula antes de besarlo de nuevo. Se estremeció cuando sintió los dedos de Jiho preparándole. Era la parte que menos le gustaba y en una ocasión lo hicieron saltándose ese paso; pero al día siguiente el líder estaba comido por la culpa y Yukwon apenas podía moverse. Jiho se disculpó por algo que ni siquiera era culpa suya, besándole la mejilla. A su favor tenían experiencias anteriores y que el alto aprendía de sus errores y aciertos, así que en poco tiempo tuvo a Yukwon jadeante y sofocado; y no era por el verano. Jiho sintió la mano del otro apretarle el hombro, eso era señal de que se estaba impacientando, de modo que se apartó un momento para buscar un pequeño bote de lubricante que había dejado en el cajón de la mesilla; siempre llevaba uno consigo cuando viajaban, por si acaso. Y se había dado el caso. Empleó un poco de fría sustancia en su miembro y después miró a Yukwon, asegurándose de que estaba preparado. El otro siempre había sido mejor en acciones que en palabras, así que rodeó la cintura de Jiho son las piernas a modo de respuesta. El alto gruñó, le encantaba cuando Yukwon tomaba al toro por los cuernos. Volvió a entrelazar sus manos con las del otro mientras lo penetraba y observaba como su cuerpo se arqueaba, a la par que luchaba por llevar oxígeno a sus pulmones, pero el aire caliente del cuarto no favorecía la tarea. Unos segundos después Yukwon se relajó y miró a Jiho.
-Te echaba de menos.-consiguió decir.
-Y yo a ti.-le contestó, antes de besarlo y empezar a moverse.
Yukwon le sujetaba las manos con fuerza, mientras le contestaba al gesto como si eso fuera a dejarle respirar mejor; como si le robara el aire. A pesar del lubricante a Jiho le costaba moverse y más aún sofocar los gemidos que amenazaban con abandonar su garganta. Hacía demasiado calor aquel día, Jiho se sentía aturullado y no sabía si era por el agobio del tiempo o por lo que estaban haciendo. Yukwon lo miró con los ojos oscuros y brillantes, con las mejillas sonrojadas; haciendo imposible que rompiera el contacto visual. Ya ni siquiera escuchaban el ruido del ventilador del techo. Bajo la luz anaranjada de la lámpara de la mesita de noche sus cuerpos empezaron a brillar ligeramente, culpa de una fina capa de sudor. A Jiho le encantaba observar la cara angelical del otro, cuyas facciones habían sido difuminadas por el placer; inconscientemente soltó una de las manos y la llevó a su mejilla, acariciándola con el dorso. Qué bien había hecho en no apagar la luz. Los ojos de Yukwon se cerraron automáticamente, echando la cabeza atrás y estremeciéndose cuando Jiho comenzó a tener movimientos más profundos. Era entonces cuando tímidos gimoteos abandonaban sus labios. Ninguno de los dos era especialmente ruidoso en cuanto a las relaciones sexuales, pero Yukwon sonaba casi desesperado. Jiho llevó la mano de su mejilla a la frente, retirando unos mechones de pelo y así poder verle bien, no quería perderse ni un solo gesto. La forma en la que fruncía ligeramente el ceño y sus labios se partían un poco, invitando a ser besados. Y así lo hizo. Yukwon llevó la mano que le había dejado libre a la mandíbula del alto, mientras se besaban y acompañaba los movimientos del otro. A Jiho le dolían los pulmones, el clima húmedo de aquel sitio le sentaba como una patada a su asma, pero no por eso iba a parar; no cuando la causa del placer de Yukwon estaba siendo él. No era una persona que discutiera o dijera al resto lo que tenía que hacer, pero de alguna forma tenía control absoluto sobre Jiho; aunque no lo supiera. Yukwon sentía cómo los músculos de su abdomen estaban cada vez más tensos y todo lo que ello implicaba. Abrió los ojos para ver a Jiho, pues adoraba la forma en la que lo miraba. El alto sintió el cuerpo del otro tensándose y contrayéndose, a la par que sin darse cuenta contenía la respiración. Una gota de sudor le resbalaba por la sien mientras observaba el orgasmo de Yukwon. No le llevaron más que un par de entradas más para seguir su camino. Su mente se detenía y casi perdía los sentidos del oído y la vista, mientras una especie corriente eléctrica entorpecía sus movimientos y los hacía erráticos. No se había dado cuenta que había movido la mano de su frente y enredado los dedos en el cabello castaño de Yukwon.
Tras unos instantes le soltó y acarició el pelo, como si le pidiera disculpas, aunque no le había hecho daño. Se inclinó sobre Yukwon y lo besó, después se tumbó boca arriba a su lado.
-¿Estás bien?-le preguntó, jadeante.
-Sí.-contestó el líder.- Cada vez me ahogo menos.-rio con suavidad y le ofreció su mano para que la chocara. Yukwon sonrió de lado y le chocó la mano.- Por cierto…Te quiero. Es que si te lo decía mientras estábamos…Iba a parecer cosa de la euforia únicamente.
-Lo hubiera entendido.-le dio unas palmaditas para que se relajara, luego se tumbó de lado y le pasó un brazo por encima; apoyándose en el hombro para echarse a dormir.