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One-shot series por sakuranbo_diru5

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Notas del capitulo:

Aunque el tatuaje de Zico no es que me guste demasiado (que a él no se lo diría ni teniendo la oportunidad de hacerlo, los tatuajes de cada cual son, eso, de cada cual y el resto no debemos tener objeciones o al menos a la cara, que duele mucho que se metan con algo especial para ti) un día estaba mirando uno de mis propios tatuajes y me vino a la cabeza este one-shot.

Un tatuaje mirado con atención podía decir muchas cosas. Si se acercaba lo suficiente y observaba detenidamente, podía apreciar que, efectivamente, estaba bajo la piel. La tinta no parecía un dibujo, llegaba un punto, que de tanto mirar, podía ver que estaba unas capas más profundo; para siempre, impreso. La tinta había pasado a formar parte de esa persona tanto o más que la influencia que pudiera tener otro ser humano sobre esta misma. Al repasar las letras con el dedo no podía notarse absolutamente nada y, al mismo tiempo, sentía un cosquilleo desde su mano, brazo arriba. La tinta se movía con los músculos, adaptándose al cuerpo perfectamente; como una mano amiga, siempre ahí. Llegó a sospechar que la aguja pudiera haber producido algún tipo de cicatriz y que fuera aquello lo que quedaba tras quitar un tatuaje con láser; pero no, la piel estaba intacta, perfectamente lisa.

-Si lo miras tanto me lo vas a gastar.

Yukwon alzó la mirada del tatuaje, aún recostado sobre Jiho.

-Nah, el sol y el tiempo lo hará.

-Es que tu mirada es como rayos de sol.-le contestó, exagerando un tono rimbombante.

-Oooh.-se llevó la mano al corazón, fingiendo haber recibido un flechazo.- ¿Hace crecer a las plantas y que hagan la fotosíntesis?

-La fotosíntesis no sé, pero que crezcan cosas…

Yukwon se echó a reír, rodando por la cama. Jiho sonrió, contagiado por el otro, poniéndose bien la camiseta, que se había movido mientras descansaban y por eso el tatuaje estaba visible. Yukwon dejó de reír lentamente, desenrollando las sábanas de su cuerpo; pues se había hecho una especie de mortaja. Suspiró y se tumbó al lado del alto, posando la cabeza al lado de la suya, en la misma almohada. Jiho puso una mano en el brazo de Yukwon, acariciándolo y moviendo los dedos por la parte interna y el antebrazo hasta llegar a su muñeca.  Por alguna razón, aunque no se lo hubiera dicho, le gustaba que le acariciara y besara ahí; lo sabía porque, inconscientemente, le dedicaba breves y sutiles caídas de ojos cada vez que lo hacía. Para él Yukwon era suaves acordes de guitarra, tardes silenciosas en calma y al mismo tiempo, un brote de energía en el escenario y noches en vela.

-¿Quieres que encarguemos jjankae?

-¿Me estás vacilando?-Jiho arqueó una ceja.

-Ya sabes que sí.-sonrió. Después, se tumbó de costado y empezó a besarle en el cuello.

Jiho tuvo que tragar saliva a la par que un escalofrío le recorría el cuerpo. Fuera estaba gris y había empezado a llover, las gotas golpeaban el cristal de la ventana con rabia.

-Vas a hacer que me dé algo al corazón.-dijo.

Yukwon se apartó y lo miró asustado, algo pálido.

-¿Te duele?-preguntó, azorado, poniendo una mano sobre el pecho del otro.

-¿Eh? ¡No!-el alto se echó a reír, abrazando los hombros de Yukwon y tumbándolo de nuevo.

-A mí no me hace gracia.-su voz sonaba amortiguada contra el cuello de Jiho.- Creo que he perdido siete años de vida, del susto. Me van a salir canas por tu culpa.

Jiho se paró a pensar cómo había empezado todo aquello y sonrió al recordar que había sido, casi, de casualidad. Una noche en la que todos se habían quedado viendo una película en el apartamento estaban repartidos por el suelo o alguna silla traída de la cocina. Las luces estaban apagadas, lo único que los alumbraba era el brillo del televisor y todos estaban en silencio, algunos más dormidos que despiertos. Yukwon estaba sentado al lado de Jiho, ambos con las espaldas apoyadas en la pared y de casualidad se miraron en el momento adecuado, con los pensamientos adecuados y el grado de curiosidad adecuada. Se acercaron, no sabrían decir quién fue el primero, algo dubitativos hasta que se dieron un tímido beso. Fue leve, apenas un roce, pero les sirvió para mirarse después con los ojos abiertos como platos y luego clavar la mirada en la televisión y no cruzar palabra hasta pasadas dos horas. Hasta que se encontraron de madrugada en la cocina, ninguno podía dormir, y decidieron que tenían que hablar de lo que había pasado. El resto es como todas estas historias, una cosa lleva a la otra, por un camino u otro.

-Lo siento ¿Me das un beso?-lo miró, aún entre sus brazos.

Yukwon sonrió y le dio un beso. Había pasado un año de aquel primer beso y Jiho ya había aprendido las conductas de cada uno en una relación; había sido interesante conocer a Yukwon así, pero también a sí mismo, sorprendiéndose en más de una ocasión. En invierno Yukwon se pegaba mucho a él, ya que era un friolero. En primavera la cantidad de polen empeoraba el asma de Jiho y daba muchas vueltas en la cama, buscando la mejor postura para respirar bien, lo que dejaba a Yukwon acariciándole el brazo o el pelo para que se calmara. En verano las sábanas sobraban y cada uno dormía en una esquina de la cama, pero cuando el calor remitía algunas veces, dejaba una agradable y cálida noche por delante. En otoño dormían perfectamente.

-Nos tenemos que poner en marcha.-murmuró Yukwon contra su cuello.

-No me apetece.-le acarició el pelo.- Pero nada de nada.

-¿Seguro? Es ir al estudio a grabar…Y te gusta.-se separó de él un poco para mirarlo de forma cómplice.- Y lo sabes.

Jiho hizo una mueca y asintió con la cabeza, tampoco le iba a mentir. El otro volvió a sonreír y se puso a buscar sus gafas en la mesilla de noche.

-A ver si me opero ya…Aunque antes tengo que estar sin gafas ni lentillas.

-Pues tenemos actuación.

-¿Me lo dices o me lo cuentas?-le miró a través de los cristales.

-¿Vas a estar sin ver? ¿Más ciego que una pared?-le estrujó las mejillas.

-Pues sí y estoy viendo que vas a sacar el tema en escenario.-rodó los ojos, de rodillas entre sus piernas.

-Cómo me conoces.-lo acercó sin soltarle y le besó.

-Si llegamos tarde, las culpas para ti ¿eh?-se apoyó en sus rodillas, inclinándose más hacia él.

-Para mí, para mí. Todo para mí.

Yukwon sonrió de lado y comenzó a besarlo con fuerza, acorralándolo contra el cabecero de la cama.

-Eager aren’t we?-le dijo Jiho cuando le dejó respirar.

-Cállate.

Yukwon llevó sus dedos a la mandíbula del alto, besándolo más pausado aquella vez. Un mundo de contrastes, eso era él para Jiho; una montaña rusa constante de la que no quería bajarse.


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