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One Headlight por Lari Sages

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Notas del capitulo:

Este es el primer fic que publico acá, espero sea de su agrado.

No me linchen por el final, pero a medida que lo iba escribiendo me di cuenta que no podía arreglar el desmadre  que hice.

Los personajes de SS no me pertenecen.

Milo dio dos vueltas alrededor del amplio estudio y se detuvo justo frente a la ventana que daba a la calle, apoyó las manos en el balcón y bajó la vista, sin prestar mucha atención, a los peatones que caminaban cada uno perdido en sus pensamientos, en sus mundos. El rubio estaba preocupado, apretó los labios sin saber qué más hacer o de qué manera solucionar sus problemas, parecía que el universo estaba en su contra negándose  a darle una maldita oportunidad, y él, estaba perdiendo la esperanza.

Se apartó de la ventana y siguió su camino errante por el lugar hasta llegar al sillón puff, donde se dejó caer sin gracia alguna. Desesperado por su situación, pasó las palmas de sus manos por su rostro en un movimiento ascendente hasta llegar a su coronilla, despeinando más su melena rizada, apretó sin fuerza varios mechones antes de soltarlos. Mecánicamente estiró el brazo para encender el radio y cogió un cigarrillo para llevarlo a sus labios.


So long ago, I don't remember when
That's when they say I lost my only friend
Well they said she died easy of a broken heart disease
As I listened through the cemetery trees



No tenía inspiración, ni una sola idea para plasmar en el lienzo. Parecía que no tenía interés alguno en coger el pincel y realizar aquel movimiento sencillo con su muñeca, movimiento que era capaz de dibujar todo lo que su mente y corazón deseaban, justo como cuando tenía musas danzantes a su alrededor, cuando le sobraban sueños y anhelos, cuando se sabía capaz de comerse el mundo de una mordida, cuando su impulsividad le hacía cometer las locuras más alegres; y sobre todo; cuando lo tenía a él.


I seen the sun comin' up at the funeral at dawn
The long broken arm of human law
Now it always seemed such a waste
She always had a pretty face
So I wondered how she hung around this place



Tres meses habían pasado desde que Camus se fue con una blasfemia en los labios seguido de un sonoro portazo, portazo tan contundente que rompió en miles de pedazos su pequeño mundo y mandó al retrete; las batallas perdidas y otras tantas ganadas, las reconciliaciones húmedas y candentes, las tardes de tertulias y debates; los años de vida en común.

Recordar aquello le hizo pensar en su amante, Camus era su complemento, el ingrediente que hacía funcionar la receta que era su vida. Sus personalidades tan diferentes, lograban hacer de su relación una montaña rusa llena de giros, subidas y bajones. Y ahora que no estaba, su mundo era plano, aburrido, monótono y sin inspiración.

Sus diferencias, a pesar de ser su mejor complemento, también fueron el motivo de sus mayores problemas. Era como una espada de doble filo.

Camus era la parte pensante, el correcto, el calculador y Milo el otro lado de la moneda. Y aún, con tantos días de soledad para gastarse el cerebro meditando en el más absoluto de los silencios, seguía sin comprender qué había visto Camus en él, no podía identificar el motivo exacto que  lo orilló a dejar su vida formal para vivir al lado de un artista con ínfulas de genio sin descubrir.


Hey, come on try a little
Nothing is forever
There's got to be something better than 
In the middle
But me & Cinderella, 
We put it all together
We can drive it home
With one headlight



Milo dio una calada larga al cigarrillo que pendía en sus labios, permitió que el veneno llamado nicotina inundara sus pulmones por incontables minutos, hasta que su sistema, cansado de la intromisión lo expulsó en una línea grisácea que flotó cerca de él ascendiendo con parsimonia hasta que desapareció de su campo visual al esfumarse por completo.

—Nada dura para siempre — musitó mordaz, burlándose de sí mismo.

Lo sabía, siempre lo supo; sin embargo; él se sentía capaz de todo y  pensó que incluso podía romper esa regla,  volverse la excepción y quebrantar una de las leyes más poderosas de la vida. Se llevó un fiasco, su entusiasmo chocó con la realidad, con el muro helado que Camus había alzado a su alrededor, cuando le gritó en la cara que no todo era como en sus sueños, recordándole lo aburrido que es el mundo exterior. Y entonces, todo empezó a irse en picada.


She said it's cold
It feels like Independence Day
And I can't break away from this parade
But there's got to be an opening
Somewhere here in front of me



No quería recordar quién de los dos había soltado la bomba, no tenía el valor de nombrarlo. Pero si podía rememorar la tarde primaveral que todo empezó a enfriar; fue el más valiente, quizá el más cansado; quien dijo: ‘Estoy harto de esta situación, ya no quiero seguir con esto.’

La frase afilada como puñal, flotó en el aire por varias semanas, realizando pequeños cortes cada vez que tenía una oportunidad. Empezaron a desangrarse, los reproches se volvieron continuos sin importarles que las heridas se abrían cada vez más hasta convertirse en llagas. 

Aquel trago amargo consiguió que el griego apretara los labios con furia contenida, lo que más le chocaba era no encontrar una  solución pragmática. Todo le parecía como una madeja llena de  hilos intrincados donde no sabía de cual tirar.


Through this maze of ugliness and greed
And I seen the sun up ahead
At the county line bridge
Sayin' all there's good and nothingness is dead
We'll run until she's out of breath
She ran until there's nothin' left
She hit the end-it's just her window ledge



Pedir perdón, era reconocer que él era el problema, que su modus vivendi no valía la pena, y en realidad no sentía que fuese así. Deseaba que su vida estuviera llena de colores de todas tonalidades, difuminados unos con otros, justo como su paleta de pintor. No podía imaginarse como Camus, vestido de corbata y saco, sentado frente a un ordenador en una oficina gris y aburrida, siguiendo a ciegas las órdenes de sus superiores, con horarios hasta para las meriendas. 

Una vida cuadriculada, no quería eso para él, no cuando ni siquiera gustaba de usar agenda, porque sólo hacía lo que le gustaba y eso, solía recordárselo el corazón en cada uno de sus latidos.

—¿Cambiar por él?, ¿renunciar a mis sueños? — preguntó a la nada. La nada le respondió que era perder su esencia, dejar de ser quien era por convertirse en una marioneta, y eso tampoco le había funcionado en su momento.


Hey, come on try a little
Nothing is forever
There's got to be something better than 
In the middle
But me & Cinderella, 
We put it all together
We can drive it home
With one headlight



Un suspiro cansino, acompañado de humo, escapó de sus labios entreabiertos. Tiró la colilla al suelo para luego aplastarla con la suela del zapato. Gruñó mientras apoyaba la nuca en el respaldo mullido, por varios instantes permitió que su cabeza realizara un movimiento perezoso de un lado a otro.

Quizá si lograba concretar una idea para dibujar, por fin lograría  distraerse y apartar de su mente aquel tornado de ideas y preocupaciones que a fin de cuentas no lo conducían a ninguna parte.

Paisajes, autorretratos, desnudos, fruteros, ángeles o demonios... ninguna idea le apetecía plasmar, al imaginarlas las encontraba vacías, absurdas.


Well this place is old
It feels just like a beat up truck
I turn the engine, but the engine doesn't turn
Well it smells of cheap wine & cigarettes
This place is always such a mess



El sonido de la puerta al abrirse le hizo arquear una ceja, no movió nada más. Permaneció expectante, atento a las pisadas firmes que se acercaban acompañadas del suave murmullo con acento francés. Un par de minutos después lo vio aparecer, el entrecejo fruncido y el rictus de disgusto en sus labios, fueron señales claras, indicadores del mal genio que portaba Camus.

—Buen día, Milo — habló serio, a pesar de todo no podía pelear con los buenos modales, a fin de cuentas él era el inquilino  —. Vengo por mis cosas.

Al ver que el rubio no se inmutó con su anuncio se acercó tres pasos más escaneando el estado deplorable del lugar: cajetillas de cigarros aplastadas, colillas, ceniza, botellas vacías, restos de comida, hojas arrugadas y botes de pintura acrílica, eran algunas de las cosas que adornaban el suelo y algunos de los muebles del lugar. El desorden que Milo provocaba con maestría no le sorprendía a esas alturas, sin embargo; está vez el abandono era palpable.

Camus negó con la cabeza reiteradas veces y por primera vez desde que cruzó el umbral de la puerta, se dignó a ver detenidamente al dueño del lugar. La estampa que Milo le mostró no distaba de la que daba su estudio.

—No te has bañado en días y este lugar es un caos — afirmó molesto. Esperó, al no obtener respuesta alguna volvió a hablar imprimiendo frío sarcasmo en su tono —. ¿Te comieron la lengua los ratones?, ¿o es que se te perdió en medio de este desorden?


Sometimes I think I'd like to watch it burn
I'm so alone, and I feel just like somebody else
Man, I ain't changed, but I know I ain't the same
But somewhere here in between the city walls of dyin' dreams
I think her death it must be killin' me



Milo sonrió con sorna por la pregunta mordaz, no esperaba otra cosa de parte de Camus, no después de todo lo que se dijeron tiempo atrás. Despreocupado, estiró las piernas y negó repetidas veces. 

—No, ella sigue en su lugar y funciona como siempre — respondió burlón —. Respecto al caos, no te preocupes, tengo suficiente thinner para prender fuego y hacer arder el lugar.

—No cambias, y creo que nunca lo harás — reprochó con dureza.

—¿Tú cambiarías por mí, Camus? — La burla desapareció dando paso a la seriedad que exigía el momento.

El taheño apretó los labios hasta dejarlos como una línea fina. El silencio incómodo se instaló en el lugar con la promesa de durar mucho tiempo. Ninguno se movió,  las miradas profundas de distintos colores se analizaron sin ningún tipo de reparo. La escena parecía un cuadro realizado por Chagall, trazos firmes, colores chirriantes, un momento surrealista que ninguno de los dos creyó llegar a vivir. La quietud fue interrumpida por el vuelo de una mosca intrusa, vagaba despreocupada, ajena a lo que ahí sucedía.

—Eres tú el que tiene que cambiar, aceptar que debes ajustarte a la sociedad... pero pareces no querer comprenderlo — habló después de dejar escapar un suspiro.

—¡Ya lo intenté!— exclamó con vehemencia. 

—Pero no te esforzaste, tu triste intento no fue suficiente —Rebatió al recordar los múltiples empleos que el griego perdió.

Milo apretó los puños, cerró los ojos y contó hasta diez; si era necesario contaría hasta mil; cualquier cosa con tal de tragarse la rabia, la frustración. Entonces comprendió, no valía la pena gastar palabras.

—Tus cosas están donde siempre.

Camus no dijo más. Giró sobre sus talones, buscó sus cosas y abandonó aquel lugar, dejando a sus espaldas un corazón que agonizaba entre los recuerdos.


Hey, come on try a little
Nothing is forever
There's got to be something better than 
In the middle
But me & Cinderella, 
We put it all together
We can drive it home
With one headlight



No supo cuántos minutos pasaron, en medio de la soledad nada importaba, mucho menos el tiempo. Milo se incorporó lentamente y se estiró cual gato para relajar  sus músculos entumecidos.

«Nada dura para siempre, la vida, los sueños, los anhelos e incluso la esperanza se borra de un plumazo entre el trayecto de la vida y la muerte. Ya sea aquí o allá, siempre se quedan tirados a un lado del camino»

Con ese pensamiento caminó al estante donde se encontraban sus óleos, buscó el thinner y lo esparció por el lugar salpicando todo lo que se encontraba próximo. Silbaba una canción que le gustaba pero que jamás pudo interpretar, simplemente se identificaba con ella. Sin mas, sacó el mechero de tapa, lo encendió y lo dejó caer en uno de los charcos que el thinner había dejado. 

Sólo necesitaba una segunda oportunidad, sólo requería de una luz, y ahora, su estudio se iluminaba gracias al fuego. Todo encajaba.


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