La cálida brisa del mar entraba por la ventana del cuarto de hotel donde se hospedaba Kwon Jiyong. Era media tarde y el viento movía los cabellos rosados del joven, quien estaba dormido en un sofá al lado del balcón. Había sido un día agotador en la isla Jeju, así que apenas Jiyong se sentó había caído dormido.
De repente, un pequeño pájaro llego volando y se detuvo a descansar en el balcón de la habitación. Su canto despertó a Ji.
Se despertó algo confundido, pero apenas vio la habitación todos los recuerdos llegaron a su mente.
El avión. Él y su novio. Un estallido. El avión cayendo... El hospital de la isla Jeju. Una, dos, tres semanas... Los ojos cerrados de Seunghyun.
Jiyong tomo su cabeza entre sus manos y sintió el nudo que se formaba en su garganta. Los ojos le ardían a causa de las lágrimas que querían salir.
Suspiro y se puso de pie. Camino hasta el baño y se miró en el espejo. Sus ojos estaban rojos e hinchados pues había pasado los últimos dos días llorando sin poder parar.
Tomo sus lentes oscuros y salió del cuarto rumbo a la playa. A lo lejos podía ver a las parejas tomadas de la mano, besandose y abrazandose. Jiyong se dio la vuelta y caminó hacia el lado contrario. Caminó durante unos 15 minutos hasta que diviso una figura cerca de un puesto de bebidas. Ji se detuvo en seco y observó. Esa espalda ancha... Soltó un jadeo y avanzó un paso en dirección a esa figura que tanto conocía. Levantó un poco su mano, cerró los ojos por un segundo, y al abrirlos... él ya no estaba ahí.
Los ojos del joven se inundaron de lágrimas. Se dio la vuelta de nuevo y corrió lo más rápido que pudo, alejandose de aquel lugar. Cuando dejó de correr, había llegado hasta una parte de la playa que estaba desierta. Cayó arrodillado en la arena y comenzó a llorar. No lo soportaba. Desde hace 2 días veía a Seunghyun en todas partes. Estaba ahí, y un segundo después, desaparecía. No quería seguir alucinando. Él quería de regreso a su novio. Las lágrimas y los sollozos no dejaban de salir del pequeño cuerpo de Jiyong. Sentía que iba a morir de tristeza, dolor y soledad. No imaginaba su vida sin aquel hombre. Él era su vida.
Jiyong se levantó aún llorando y caminó directamente hacia el mar. Realmente no quería vivir sin Seung, no podía hacerlo. Se quitó sus lentes y los arrojó a algún lugar, mientras miraba fijamente el agua y las pequeñas olas que se formaban.
Ji se detuvo cuando pudo sentir como el mar mojaba sus pies. Su mirada se perdió en el horizonte, en la inmensidad del océano. Siempre había pensado que el suicidio era algo estúpido, sin sentido. No había razón para que la gente deseara morir. Pero en ese instante Jiyong deseaba estar con Seunghyun. Incluso si siguiera vivo, tal vez moriría de tristeza. Había dejado de comer e incluso estaba más delgado, tal vez podría morir por no alimentarse. Pero él ya no quería seguir sintiendo el dolor en su pecho. No quería llorar cada vez que veía la ropa de su novio y le llegaba el aroma de la colonia que siempre usaba. Seung era su todo. Le había enseñado lo que era amar a alguien de verdad y con todo el corazón. Lo había aceptado así, tal cual era, lleno de defectos, y así lo había amado. Le había entregado su confianza, a cambio de la de Jiyong. Le había dado su amistad y su cariño, todo el cariño que Ji podía pedir. Ahora se sentía solo. Se sentía como un muerto en vida.
Más lágrimas salieron de sus ojos y empezó a avanzar de nuevo. Esta vez se detuvo cuando el agua llego hasta sus rodillas, miro hacia el cielo, y de sus labios salieron palabras como un murmullo. Esas palabras que tantas veces se habían dicho ambos, y que ahora él se las decía a Seung una vez más. "Te amo".
Las piernas del chico fallaron. Cerró los ojos y cayó dentro del agua. No sabía nadar. Seung le había prometido enseñarle en esas vacaciones en la isla.
Dejó que el agua lo llevara más profundo, más lejos de la orilla. Recordó el momento en el que había conocido a Seunghyun. Todos los momentos llenos de amor que tuvieron. No aguantó más y abrió la boca, en un intento de su cerebro por que el oxígeno llegara a él. Pero en vez de eso, Jiyong sintió como el agua salada comenzaba a llenar sus pulmones. Y entonces escuchó su voz.
- Jiyong... Jiyong!
Ji estaba hundiendose, y extrañamente la voz de Seunghyun de escuchaba cada vez más fuerte y cercana.
...
- Jiyong!!!!
El chico abrió los ojos y vio el rostro de Seung frente a él. Tenía cara de preocupación y se podían ver sus ojos cristalinos, pero era SU novio, y estaba vivo.
Le tomó un minuto darse cuenta de que estaba acostado, en el cuarto que compartía con Seunghyun en su casa, y que todo había sido un sueño. Aún así, realmente había estado llorando.
Se incorporó lo más rápido que pudo y se abalanzo contra Seung, quien lo recibió y lo pegó fuertemente a su cuerpo.
- Yongie, estás bien? Por qué estabas llorando?
La voz del mayor se escuchaba extraña. Ji se separó del cuerpo de Seung y lo miró. Ambos tenían lágrimas en el rostro.
- Hyunnie, tú por qué lloras?
- Tú... estabas llorando dormido. Intenté despertarte pero no reaccionabas y de repente empezaste a sollozar más fuerte y y... y-yo no sabía que hacer... no te despertabas y llorabas como si estuvieras sufriendo... me asusté mucho porque no sabía que te pasaba Ji - Seung volvió a pegarlo contra su pecho y lo abrazó fuertemente. El menor recordó su sueño y las lágrimas volvieron a salir.
- Seung - Lo abrazó - Te amo, te amo. No quiero estar sin ti nunca.
- De que estas hablando? Nunca vas a estar sin mi Yongie, yo no te dejaré.
- Soñé que tú ya no estabas a mi lado...
- Fue solo un sueño... - Esta vez fue el mayor quien alejó a Jiyong. Luego tomó el rostro del menor entre sus manos - Yo también te amo, y no pienso separarme de ti. Eres todo en mi vida - Seunghyun secó las lágrimas que seguían cayendo por el rostro de Jiyong.
- Y tú también lo eres todo en la mía.
Después se acercó a su pequeño novio y lo besó. Ji respondió el beso, y enredó sus dedos en el cabello del mayor. Fue un beso tierno, en el que Seunghyun quiso demostrarle a Ji todo su amor. Se separaron para verse a los ojos.
- Por cierto... ya no quiero ir a Jeju, quiero vacaciones aquí en Seúl - Seung sonrió.
- Está bien, lo que tú quieras mi Ji.