Me encontraba reconociendo parte de mi nueva ciudad… pues hace poco me mudé aquí, aunque si bien, ya conocía gran parte de la ciudad, pues hace un pequeño periodo de tiempo que llevo aquí, aún me faltaba “explorar” una zona, una la cual me dijeron que no ronde solo a la noche… ¿Y qué estoy haciendo? Eso mismo que me prohibieron.
Así es señores, yo SungMin de 24 años, un empleado transferido hace tan solo 2 semanas, se encuentra “jugando” con su suerte…
Maldita sea aquel defecto que nos condena, “la curiosidad”, La curiosidad mató al gato dicen, y nunca entendí que o quien lo mató exactamente, pero bueno supongo que algún perro…
Mi corazón latía demasiado fuerte, los nervios me estaban consumiendo, a tal punto que me hacía sentir fatigado… mis ojos mirando para todos lados… estando alerta la mayoría del tiempo, el que me viese diría que parezco paranoico, aunque viendo las circunstancias, no parezco, sino que SOY paranoico.
Mis nervios de a poco iban mermando, aunque no me fiaba de ello.
El lugar en sí, a simple vista parecía normal, pues había unas cuantas construcciones, unas cuantas casa, que a simple vista se veían normales, es más en alguna que otra se veían las luces encendidas.
¿Qué era exactamente de lo que me tenía que cuidar? ¡Ah sí! Ya recuerdo del “The Umbrella’s Man” mi cara al oír aquel apodo tan extraño, de seguro habrá sido todo un poema.
Se dice, que por las noches de luna llena, cómo la de hoy, personas han visto a un extraño hombre vestido en su totalidad de negro y que siempre está usando un paraguas, así llueva o no, y que quienes son capaces de observar su rostro una vez que el paraguas es retirado; mueren…
La verdad que me parece algo realmente estúpido, pero al parecer la gente cree aun en eso, dicen que es como si fuera una clase de espíritu vengador, o alguna clase de asesino mítico, pues dicen que “mueres tan rápido” que no tienes oportunidad de ver sus movimientos…
Patrañas… yo pienso que sólo lo dicen para mantener alejados a los maleantes, de ésta zona que parece ser la de “más clase” en ésta pequeña ciudad de 1990.
Mi rostro iba girando de un lado a otro reconociendo cada pequeña construcción, cada pequeño negocio que se hallaba entre algunas que otras casas.
De a poco fui dándome cuenta, que mientras más avanzaba y ascendía, pues era una especie de calle angosta en forma de colina, más me “salía” de la pequeña ciudad en sí, pues cada vez había menos construcciones, y más parcelas de verde pasto.
El aire de un segundo a otro cambió, y comenzó a ser más seco y frío. Fue tan brusco el cambio, que me provocó un escalosfrío, y el aire que chocaba en mi rostro, hacía que las lágrimas se me comenzaran a escapar de la nada, sonreí en forma de derrota, ya que recordé, a mi ex novia quien no hace mucho me había dejado, por una simple razón, una tan humillante, que no me atrevo a convocarla ni en mis pensamientos.
Cuando salí de mis pensamientos, volví a la realidad, y cuando elevé la mirada; lo vi. Aquella silueta totalmente negra por la luz de la luna, y por causa de aquel paraguas del mismo color, tapando cualquier “rayo” de luz lunar que pudiera iluminarlo.
Realmente aquella “repentina aparición” me dejó estático. ¿Moriría? ¿Mi hora había llegado? Pues a decir verdad no me importaba, después de todo, no tenía absolutamente nada que perder, además, de no tener tampoco ningún motivo importante para “querer seguir mi vida adelante”.
Sonreí una vez más burlándome de mi mismo, y sin titubear sorprendentemente, me acerqué a él. Paso a paso, 1, 2, 3, me detuve, al ver que aquella silueta absolutamente negra no se movía, como si fuera una estatua, dejada allí en medio de la calle. Lo cual me causó aún más curiosidad… tanto así que comencé a acercarme nuevamente esta vez dispuesto a detenerme sólo a centímetros de aquel cuerpo “estático” frente a mí. Pero no lo logré…
-¿Por qué no huyes? ¿Acaso no me tienes miedo?-
Una voz extremadamente masculina, gruesa y profunda salió de aquella “estatua viviente” finalmente; de manera calmada, haciendo que con esas simples palabras, mis piernas temblaran al oír aquel timbre de voz. Paralizándome.
Había quedado petrificado, no sabía que decir ante aquellas simples palabras. Simplemente mi boca amagaba para exteriorizar palabras pero era inútil, la voz no me salía… volvió a hablar…
-No tienes miedo de mi presencia, ¿pero sí de mis palabras?...-
Dijo una vez más aquella voz hechizante. Hasta que finalmente pude decir algo. Algo realmente estúpido.
-¿No vas a matarme?-
-¿Quieres ver mi rostro?-
Contestó a mi cuestión con otra, siempre odiaba que hicieran aquello.
-No entiendo… ¿Por qué ver tu rostro me mataría? ¿Tan hermoso es?- Sonreí irónico pero nervioso muy nervioso a la vez, mi corazón latía con tanto frenesí, que hacía sentirme cansado -¿Qué tiene que ver mi muerte con la visión de tu rostro?-
Pregunté levemente exasperado, aunque no hubiera querido contestar de esa manera, pero pues como ya mencioné antes, los nervios me traicionaban.
Pude ver cómo su rostro hizo una mueca poco reconocible, pero presentía que había sido una sonrisa de lado.
-Simple, si te muestro mi rostro. Morirás… ¿Acaso no lo has oído ya de los chismosos pueblerinos? -
Dijo nuevamente con aquella voz que ya me tenía absolutamente “drogado”…
-No tengo nada que perder, no tengo familia, no tengo amigos, ni siquiera una novia, ella me dejó hace 2 semanas y medias. No tengo motivos importantes para seguir viviendo…-
Abrí mis ojos de sobremanera mientras miraba el suelo… ¿Qué? ¿Qué acabo de decir? ¿Por qué se lo dije? Apreté mis puños con fuerza, en verdad era un tremendo idiota.
-Eres un idiota ¿lo sabías?-
Sí, y mejor que nadie. Pero lo que dije fue demasiado opuesto a lo que realmente pensaba.
-¿¡Disculpa!?... ¿¡Qué has dicho!?-
Dije alterado, aquello me había parecido demasiado descortés, demasiado directo ¿¡Él, que sabia!? ¡Me acababa de conocer! Aunque también dicen que… “La verdad duele”…
-¿¡Tú que sabes!? ¡Ni siquiera me conoces, ni siquiera sabes mi nombre!-
-No hace falta conocerte, para deducir que eres realmente un idiota, a través de tus palabras.-
Decía aquel sujeto, en aquel tono calmado que ya me comenzaba a desesperar. Tan frío tan inhóspito, áspero, pero seductor a la ve- ¿¡QUÉ!? ¿¡En que piensas SungMin!?
Conteste a sus palabras con ironía… intentando disfrazar mi total vergüenza, ante mis pensamientos.
-¿Y se puede saber porqué soy un idiota señor “sereno, lo sé todo”?-
-Por perder aquellas ganas de seguir viviendo, por una estúpida mujer…-
Fruncí mi ceño y lo miré de repente a los ojos o dónde se supone que estarían pues su paraguas me tapaba su rostro, ¡no era una estúpida mujer! ¡Yo la amaba! Quise decírselo, pero me tragué mis palabras y lo dejé seguir hablando… mordí el costado de mi labio inferior con rabia.
–No sabes lo que dices, deberías olvidarla, y comenzar de nuevo, si ella se fue, déjala, seguramente no era la indicada para ti, pero lo que más enojo me provoca, es que teniendo la oportunidad de amar a una persona y envejecer junto con ella, NORMALMENTE; la desperdicies por una simple y estúpida mujer. Deberías estar agradecido de poder vivir cómo lo haces, tranquilo sin ninguna dificultad con el paso del tiempo y-
-¿Por qué me dices todo esto? Te oyes cómo si fueras una persona incapaz de “experimen-“ ¡Espera! ¿¡En verdad lo eres!? ¿¡Qué eres!? ¿Un espíritu rencoroso que no pudo alcanzar la paz interior? ¿O algo?...-
Interrumpí sus palabras, él quedó callado, pude observar ahora un poco más de cerca que su boca se torció en una sonrisa burlona, y se dio la vuelta.
-Es verdad que “no soy normal”, pero tampoco soy un maldito espíritu, vagando cómo maldición, por algo tan estúpido.-
Yo pensé que comenzaría a caminar dándome la espalda, pero en un extraordinario movimiento veloz, se giró y quedó a centímetros de mis labios. Acariciando mi mejilla con su mano libre.
-Puedo hacerte lo que quiera, porque soy de carne y huesos… te tengo a mi merced-
Dijo aún acercándose más a mis labios, “liberando” su aliento de manera brusca, mis labios se abrieron por inercia, mi cuerpo comenzó a temblar y mi boca se abría y cerraba levemente, sin poder controlarlo, mi aliento también salía en abundantes “proporciones”, él típico, “intercambio de alientos”…
-Ja, tan sensible a mi tacto, a mis palabras, tan adorable. Te perdonaré la vida por poseer ese terciopelo cómo piel… tan bellamente pálida resaltada por el plateado brillo de mi mayor enemiga, la luna…-
Luego de aquellas palabras, se alejó nuevamente con esa velocidad inhumana, que realmente me había dejado sorprendido.
-Vete antes de que me tientes a pecar…-
¿Pecar? ¿Pecar por qué? Dijo nuevamente de manera serena con esa voz tan gruesa y profunda, que ya me estaba volviendo loco, no sabía por qué, pero sentía realmente algo extraño en mi interior, algo que me causaba una extraña pero placentera inquietud a la misma vez.
-Yo…yo, gracias por no matarme…-
Dije totalmente estúpido por aquella voz, tragué saliva, me le quedé observando, esperando por una respuesta, mientras noté que tenía una gran y ancha espalda, lo cual no sé por qué, pero de cierta manera me pareció atractiva y más aún imaginándomela al desnudo… me sonrojé una vez más, ante aquellos pensamientos tan impuros.
Él no respondió, lo cual me decepcionó, quería oír su voz ¡una vez más! Pero no pudo ser, con cierta decepción me di vuelta, dándole la espalda a él también…
-Adiós… y gracias…-
Dije con mi voz algo quebrada… ¿¡ESPEREN!? ¿¡ESTABA A PUNTO DE LLORAR!? ¿¡POR QUÉ!?
¿Acaso no tendría que estar sonriendo, y estar saltando de felicidad por haber “sobrevivido al primer encuentro”? ¿Entonces? ¿Por qué siento totalmente lo opuesto a eso?
¡Maldita sea SungMin! ¿¡Qué demonios te está pasando!? T-Tu n-no e-eres, ¡No ni pensarlo! ¿¡Por qué pienso en eso!? ¡Una maldita simple charla no me hará sentir así!
Debo olvidarlo, seguir con mi vida, cómo si ese encuentro nunca hubiese pasado, y con el tiempo ya me olvidaré de ello realmente…
**********
Soy un idiota, un maldito y extremo estúpido… Aquí estoy de vuelta en ésta zona dónde sostuve aquella pequeña charla, con aquel “hombre” misterioso ayer…
Aún no sé porqué estoy aquí, la maldita curiosidad, es un maldito defecto que debo aprender a controlar. Recuerda SungMin… “la curiosidad mató al gato”…
Miré hacia todas direcciones, para no había nadie, ni se oía nada, era un silencio realmente aterrador…
-No sé qué hago aquí, soy un estúpido…-
Suspiré y me giré para regresar a mi “hogar”… cuando de repente, siento una presencia detrás de mí.
-¿Para qué has vuelto? ¿Eres masoquista, conejito?...-
Me di vuelta de manera brusca, él retrocedió de inmediato, cómo si mi contacto visual quemara. Aquello me molestó y entristeció a la vez. Que olvidé mi anterior enojo por aquel apodo…
-¿Por qué eres tu el que huye ahora?...-
-Vete si no quieres que peque…-
¿Otra vez esa palabra? ¿Pecar? ¿Se refería a matarme? ¡No entiendo!...
-¿Si no quiero que peques? ¡Explícate! ¡No entiendo! ¡La vez anterior me dijiste lo mismo! ¡No me pienso ir sin que me lo expliques…-
Dije alterado perdiendo mis estribos en cuestión de segundos, y la verdad aún no tengo idea de por qué lo hago… siendo que apenas ayer lo vi por primera vez…
-Si no te vas tú, me iré yo… ahora; vete…-
Decía en aquel tono serio, que comenzaba a desesperarme ahora, ayer estaba demasiado cercano, y ahora demasiado frío, ¿Qué le sucedía? ¿Acaso era una especie de bipolar o qué?
-Vete… si no quieres que cometa un pecado tan grave, cómo el asesinar a un “conejito” tan delicado cómo lo eres tú…-
Nuevamente me dio la espalda, y comenzó a caminar, con claras intenciones de no querer escucharme, aquello realmente me molestó, se lo iba a gritar, pero en vez de que me saliera un “¿¡Quién demonios te crees!?” me salió un…
-¡Al menos dime tu nombre!-
Aquel cuerpo cubierto totalmente de vestiduras negras se detuvo de golpe, y su largo sobretodo, se mecía por la fuerte brisa de la madrugada… sí, era de madrugada…
-DarkMoon…-
-¿DarkMoon?-
Cuestioné aquel “nombre” realmente extraño, para alguien quien habitaba éste pequeño pueblo.
-Si tienes cómo referencia lo que los demás te han dicho, sabrás que por “mi naturaleza” suelo teñir la luna de rojo, oscureciéndola…-
-¡Yo no creo que seas un asesino! ¡Dime tu verdadero nombre!...-
Dije desesperado, al ver que comenzaba a caminar, a alejarse de mí una vez más.
-El que te haya perdonado la vida, no quiere decir que haga lo mismo con todos… y tampoco estás en condiciones de saberlo… nadie lo está… mi verdadero nombre lo sabrá aquel que- olvídalo… vete… antes de que me arrepienta de haberte perdonado la vida y me rinda ante el pecado de la tentación…-
Pecado, pecado, ¿¡no se cansaba de pronunciar esa palabra!? Pensé luego de que dijo aquello sin entonación alguna, comenzando a alejarse… y en mi intento por retenerlo, de forma desesperada le grito.
-¡SungMin! ¡Lee SungMin es mi nombre!-
Pero él no se detuvo, continuó caminando a paso lento, que desesperaba a cualquiera, y más aun con el resonar de su calzado en el pavimento.
-Maldito loco, ¿Quién te crees que eres? ¿Te crees cool por actuar así?...-
Susurré para mis adentros fastidiado y me di vuelta, dándole la espalda a él… a lo cual luego de girarme siento una presencia detrás de mí y segundos después algo asfixiándome… un innatural fuerte brazo alrededor de mi cuello…
-¿Crees que actuó así por gusto? ¿Crees que “mato” por gusto? No me conoces, en lo más mínimo “conejito”… no abuses de tu “suerte”… porque terminaras literalmente muerto cómo el “gato curioso”… Yo no elegí ser el “asqueroso monstruo” en el que me convertí…-
Mis manos ya no tenías fuerzas para “luchar” contra aquel fuerte agarre que me estaba asfixiando literalmente, tanto así que comencé a sentirme mareado, y mis esfuerzos por liberarme cesaron… estaba listo para morir, ya no me importaba nada… pero en ese momento cuando estaba por cerrar mis ojos y entregarme “al de arriba” aquella extraña fuerza bruta cesa y caigo al suelo…
-NO A-BU-SES DE TU SUERTE MALDITO CONEJO…-
Me susurró en el oído con aquella voz tan profunda que me ocasionó unos cuantos escalosfríos… abrí mis ojos de sobremanera… ¿qué y quien era en verdad?
Esto en vez de asustarme, sólo hace que mi curiosidad crezca más y más… quería saber más de él, todo acerca de él… “¿asqueroso monstruo?” ¿A qué se refería con ello?
Luego de acariciar mí cuello en señal de querer calmar aquel ardor y dolor que me provocó aquella asfixia repentina, salí de mis pensamientos, y cuando me pude colocar de pie y darme vuelta, él ya no estaba, había desparecido cómo la noche anterior…
Sin dudarlo salí corriendo camino a mi casa, necesitaba urgente saber cuándo sería la próxima luna llena, ya que sólo se aparecía las noches de luna llena…
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Una vez en mi casa, relajado luego de haber tomado un baño, tomando un café me dirigí al calendario, y me fijé…
Mordí mis labios de frustración al enterarme que la próxima luna llena sería dentro de 15 días… la cual duraría 2 dias… Sábado y Domingo…
Frustrado, llevé mi taza de café vacía a la pileta y la deje allí, enterarme que “dentro de 15 días recién lo veré de nuevo” me frustraba y me provocó una leve depresión… sólo dejé la taza allí, y me fui a dormir…
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-¿¡DE VERDAD TE HAS ENCONTRADO CON ÉL Y HAS SOBREVIVIDO!?-
-¡SSSSHH!! ¡Calla RyeWook sshi!-
Dije susurrándole y tapándole la boca, al notar que comenzábamos a ser el centro de atención y observados por todos nuestros compañeros de trabajo, me levanté de aquel comedor y me lo llevé a las rastras a otro lugar un poco más calmado, dónde nadie pudiera oírnos, nuestra oficina.
Él se quitó mi mano de su boca de manera brusca y susurrándome ahora me contesta…
-¡Es que no te puedo creer SungMin sshi! ¡NADIE! ¡Absolutamente nadie ha sobrevivido a un encuentro con él!-
Decía totalmente sorprendido aún sin poder creer que frente suyo tenía “al primer sobreviviente” ante el encuentro con “The Umbrella’s Man” o “DarkMoon” cómo me convencía más llamarlo ahora…
-Cree lo que quieras, sólo quería contártelo, pues necesitaba contárselo a alguien y ya que tú fuiste quien me mostró la ciudad, me ayudó a integrarme al grupo de trabajo, y me ha tratado tan amablemente desde el inicio, creí que serías el indicado…-
Dije mirándolo a los ojos, él sonrió algo apenado y agradecido ante mis “halagos”. Luego cerré mis ojos, y suspiré tomando sus manos, abrí mis ojos una vez más… enfocándome en los almendrados de él y volví a hablar.
-Por favor no se lo digas a nadie… ¿de acuerdo? Esto tiene que mantenerse en secreto entre nosotros 2 solamente, no me gustaría que comiencen a acosarme con preguntas, sólo quiero llevar una vida tranquila…-
“Y averiguar más cosas sobre ‘DarkMoon’ ” Hubiera querido terminar la frase pero solo me reservé aquella última parte disfrazándola con una sonrisa. Él cómo respuesta gesticular, sólo sonrió amablemente y sonrió, yo sonreí también y le abracé, él me correspondió…
-Gracias…-
Dije susurrándole al oído, y luego de eso sentí una presencia, sentí como si algo o alguien nos observaba, me separé de él bruscamente ante la sensación y él se asustó…
-¿Qué sucedió hyung?-
Luego de observar hacia todos lados y no encontrar a nadie, lo miré a ese rostro ahora preocupado y le sonreí…
-Nada, no te preocupes… no fue nada, sólo que me agarró un tirón en la cintura por estirarme hacia ti, estoy viejo…-
Reí bajito, mientras “acariciaba” mi cadera para simular que intentaba mermar el dolor, y él me miró dudoso, afilando su mirar, no creyéndome absolutamente nada de lo que le dije y yo comenzaba a ponerme nervioso, pero luego suspiró y dijo…
-Al parecer si te estás poniendo viejo…-
Rió, levantándose de su asiento velozmente y salió de la oficina, yo me paré para reclamarle algo, pero no tuve tiempo y simplemente sonreí, él no era mucho más joven que yo tan sólo un año menor, pero aquella personalidad aniñada, y tan jovial, lo hacían parecer de menor edad, cuando en realidad tenía 23.
Luego de aquella pequeña charla, el día transcurrió normal… exceptuando por aquella sensación de sentirme realmente observado a todo momento, a cierto punto de la jornada laboral ya comenzaba a fastidiarme y fatigarme, pero nunca encontraba al “creador” de aquella sensación, al dueño de aquella mirada asesina…
La jornada finalmente terminó, gracias a Dios y todos los cielos, y cómo siempre, esperé a que RyeoWook sshi terminara de juntar y ordenar sus cosas, para luego irnos juntos, ya que vivíamos para el mismo lado, en verdad el conocer a RyeoWook fue la única mejor cosa que me ha pasado hasta ahora, tenerlo cómo compañero de trabajo, y amigo. En verdad por primera vez me sentía dichoso de haberlo conocido…
Cuando él salió del edificio donde trabajábamos, me hizo preocupar, pues no era el de siempre, no era el alegre, sonriente y jovial “Wookie”, me preocupé… y me acerqué a él, quien salía con la cabeza gacha…
-¡Wookie! ¿Qué sucede? No me asustes, ¿Te ha pasado algo?...-
Él se sorprende ante mi tacto, pues lo sujeto suavemente del brazo para que notara mi presencia, pues en verdad se veía absorto en sus pensamientos…
-¡AH!- Gritó asustado, me sorprendí ante aquel grito que lentamente lo solté, me le quedé observando… miró al suelo y yo quedé estático. –Disculpa SungMin hyung, es que estaba distraído, pensando y me asustaste, no pasa nada, en verdad estoy bien, jeje, pero… ¿me llamaste Wookie?...-
Dijo elevando la vista de repente, sonriendo, “volviendo” a su actitud jovial, pero sabía que algo andaba mal, normalmente no suele cambiar de tema tan de repente… sólo suspiré y “le seguí el juego”, fingiendo sonreírle, haberme tranquilizado y siguiéndolo la corriente…
-Sí, te dije Wookie, ¿te molesta?...-
Continué hablándole cálidamente mientras él sujetaba con fuerzas por una fracción de segundos sus cosas, a lo que comenzamos a caminar.
-No, para nada, es sólo que me llamó la atención la forma tan informal en la que me has llamado…-
Contestó amable y cálidamente también… pero se le veía nervioso, sabía que fingía, algo le había pasado…
-Si quieres tú también puedes llamarme de la misma forma, no me molestaría, después de todo, me caes bien y somos amigos, ¿verdad?...-
Lo miré sonriendo, él se sorprendió ante aquellas “afirmaciones” tan directas, “me caes bien, somos amigos”…
-¿Te puedo llamar de la misma manera? ¿También te puedo decir Wookie?...-
Dijo curioso e inocente, yo reí bajito divertido, me acerqué un poquito a él y le golpeé suavemente la cabeza…
-No babo, tu eres Wookie, eres el único RyeoWook que conozco, eres único y al único que le llamaré así, a lo que me refiero es a que tú también puedes llamarme “Minnie”…-
-¿Minnie?-
Yo asentí febrilmente y le contesté aún con esa sonrisa cálida y amable en mi rostro…
-Sip, ¿Qué? ¿Acaso no te gusta? ¿Acaso no me consideras tan querido cómo para llamarme de esa manera?-
Hice un puchero, imitando una voz triste y que estaría a punto de quebrarse. Él se vio instantáneamente afectado por mi “actuación” y cedió.
-¡No! ¡No es eso! Es solo que… nunca tuve un amigo al cual llamarle de aquella manera tan cariñosa…-
Yo me sorprendí ante aquella confesión, me puse serio otra vez y me detuve en seco, para girarme y mirarlo a los ojos, ¿qué clase de vida social ha tenido hasta ahora que nunca llamó a alguien por su nombre en diminutivo?
Él se detuvo al darse cuenta que quizás dijo algo que no debía haber dicho, y queriéndola “acomodar” comienza a reír nerviosamente, a mirar a todos lados diciéndome…
-¡Ah! ¡No, no pienses mal! ¡Es que soy muy tímido, y nunca me sentí tan cercano a alguien cómo me pasa contigo, en verdad eres especial!... Minnie…-
Una vez más fingí que le creía… y sonreí de lado victorioso…
-¿Sí, verdad? ¡Soy especial! Sobreviví a un encuentro mortal y he ganado un amigo mucho más pronto de lo que me imaginaba…-
Decía con orgullo, “alardeando” de mis “cualidades”… él me observó sorprendido por unos segundos, pero luego se le formó una delicada sonrisa cálida en el rostro, lo cual me alivió, pues aquella sonrisa si se vio natural…
Luego de eso, rodeé sus hombros con unos de mis brazos, mientras le desordenaba el cabello, haciéndolo sonreír un poco más, y luego salí corriendo, en verdad es que parecíamos dos estudiantes de secundaria, cuando en realidad ya no lo éramos más, pero a veces me pongo a pensar y extraño aquellos días tan tranquilos, en los que sólo tenía que ir al colegio y no hacer nada más…
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Cuando nos despedimos en el camino que nos separaba, me dirigí a mi casa, apresurado a tachar que “faltaba menos para volver a ver a DarkMoon”
Una pequeña sonrisa de esperanza se formó en mi rostro, pues mentalmente me repetía… “Ya falta menos, casa segundo que pasa, falta menos”
Así pasaron los días, nuestra amistad con Wookie cada vez se hacía más estrecha, y en verdad lo agradecía, pero a medida que nos hacíamos más cercanos, sentía aquella mirada “misteriosa” acechándome cada vez más… ¿¡Que acaso no tenía nada que hacer aquella persona que sólo hostigarme todo el día en el trabajo?...
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Los días finalmente pasaron y ya me encontraba camino hacia aquella estrecha colina camino hacia “la luna llena”… en verdad que estaba súper ansioso de verlo una vez más… ya no podía esperar, estaba “trepando” aquella colina con tanto apuro, que me sentía realmente agitado, no pudiendo mantener mi boca cerrada mis jadeos liberaban el aliento de mi interior, haciendo una especie de “nubecita de humo”.
Era de noche, muy de noche, de madrugada y el frió era realmente insoportable, era tan seco e intenso, que traspasaba mis huesos, en verdad no dudaba que en cualquier momento nevaría o algo por el estilo. Pues estábamos en invierno, y que nevara era algo natural ¿no es así?
Creía que “él” solía aparecer a cierta hora todas estas noches de luna llena, pero al parecer me equivoqué, estoy esperando más de la cuenta, me estoy congelando y el desgraciado no aparece, ¿Acaso cuando hace mucho frió no sale de su “escondite? Si era así, vaya nenito de mamá…
-Estúpido, vengo aquí y tú no apareces, de seguro has de estar disfrutando de un café súper caliente, en la comodidad de tu casa, mientras te ríes de mí. De mí quien estoy aquí a punto de sufrir de hipotermia…-
Me dije nuevamente en voz alta, aunque entre dientes casi susurrándolo… me di vuelta frustrado, decepcionado de no poder haberlo visto…
-Estúpido DarkMoon…-
“Insulté” una vez más comenzando a caminar nuevamente hacia mí casa…
-Que impaciente eres… conejito-
Oí una risita burlona y sentí unas manos sujetándome de los hombros. Abrí mis ojos sorprendido...