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The Shadow of your heart por BeyondL

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Notas del fanfic:

Bueno, termine de leer el libro ''La ciudad de las bestias'' Es un libro realemente interesante que les recomiendo pues yo lo termine en menos de 8 horas xD

Ciencia ficcion conbinada con la leyenda de los antepasados. :3

Notas del capitulo:

Holaa! Pues, ojala les guste este nuevo proyecto que tuve. 

Esa pareja me enamora *-* Y no dude ni un instante en utilizar mi laptop para escribir xD

Mi mama esta rondando por ahi y pues me da miedo que me vea escribiendo Yaoi y me mate e.e ♥ Me sacrifico por ustedes xD

La trama de la historia, en sí, no es mia :( Vendria a ser del libro que les digo que lei ultimo y pues, le cambie algo el ambiente al igual que los personajes xD Y un tanto el desarrollo de la historia :3

Disfruten el primer capitulo♥

Mail Jeevas tomo entre sus hábiles dedos el instrumento y soplo con parsimonia. Las notas salieron casi por si solas al igual que la melodía y el ritmo. Llevaba años practicando la flauta traversa y perfeccionaba su habilidad practicando en la banda de la escuela o en su casa propia, apartando los griteríos de su hermana y concentrándose en el suave ruido que él mismo producía con su flauta sonaba hermosa.

Él, pelirrojo y de unos ojos verdes alucinantes, a sus 16 años de edad temía por la enfermedad de su abuelo; a quien ahora le tocaba un pequeño concierto con su instrumento y trataba de alegrarle el día. Su abuelo, con unos 65 años, sufría una extraña enfermedad que, hasta ese tiempo, no encontraban cura pues eran muy escasas las personas con aquella infección. Su corazón, tan joven como el de un muchacho de 25 años como decían los doctores, dejaba de bombear en circunstancias provocándole ataques o espasmos, no solo eso, sino que tenia los síntomas de cuando alguien tiene cáncer aunque este no lo tuviera: se le caía el cabello por montones, su presión subía a tal grado de ser imposible superar, tenia fiebres constantes, respiración agitaba, en ocasiones no lograba digerir la comida por los constantes mareos.  Era un completo caos.

Marian Jeevas, que había adoptado el apellido de su esposo fallecido, le había dicho que no perdiese la fe en que su abuelo mejoraría pronto, solo era cuestión de esperar y ayudarlo en lo que necesitase.

Pasaron semanas en donde la espera fue alargándose al punto de ponerlo histérico. No soportaba ver a Watari en esas circunstancias ni tampoco verlo sufrir. Muchas veces se había escondido en su habitación para que no le viesen llorar, ni su madre, ni su abuelo, ni su hermana. Había veces en que Marian se desesperaba de igual forma y le gritaba descontrolada, pero cuando caía en cuenta de su error se arrepentía y le pedía disculpas en sollozos.

Un día, en el cual llegaba a su hogar, se lanzo a los brazos de su madre, melancólico, exploto en lágrimas y no se contuvo. Quería a su abuelo de vuelta a como era antes, feliz, siempre riendo de forma agraciada y sin una pizca de soberbia. Tan gentil como lo era Marian Jeevas en aquellos tiempos. Su hermana que pasaba por ahí vio aquella escena con tristeza, a ella también le dolía ver en ese estado a Watari pero nada se podía hacer, era un ciclo de la vida había dicho con anterioridad calmando a su madre a modo de consuelo.

 

-          Iras por un tiempo con tu tío Lawliet – le dijo unas horas después de lo ocurrido. Mail escupió el agua que contenía almacenado en su boca y miro sorprendido a su madre.

-          ¿Por qué? – le dijo un tanto nervioso y tratando de que su voz no sonara tan nerviosa. Su tío era de las últimas opciones que Marian tomaba al no tener alternativas, este era un caso. Elle Lawliet, un gran aventurero que desperdicio los años de secundaria para navegar y viajar por el mundo y conocer lugares nunca antes visto. Famoso escritor, deportista y apuesto. Lo único que destruía todo lo bueno que tenia era su mente retorcida. Siempre intentado arremetérselas con él, siendo apenas un adolescente. Y provocándole miedos con historias de monstruos que no existían, era un niño apenas murmuro cuando su madre se lo recordó.

-          Porque llevare a tu abuelo a los Estados Unidos. En California hay un centro médico en donde pueden hacerle el tratamiento que tiene que conllevar – Suspiró – Solo ahí pueden lograr que se estabilice.

-          ¿Lograran curarlo?

-          Eso espero…

-          ¿Qué hay de mi hermana? ¿Ella no irá conmigo? – pregunto por último, hostigado.

-          No. Ira con la abuela, a Canadá.

 

Prefirió no seguir discutiendo pues sabía que terminaría perdiendo. Asintió con la cabeza gacha y dio media vuelta dispuesto a ir a su habitación. Su madre le detuvo de golpe diciéndole que mañana por la mañana lo acompañaría al aeropuerto para que tome su avión. El reclamo, pues nunca en su vida había viajado solo y sin la compañía de algún adulto. Marian, con toda la paciencia del mundo le trato de calmar, sonrió algo forzada y le mando a empacar sus cosas, o lo poco que quisiese llevar pues no era quisquillosa con lo de pagar maletas de mas.

Mail subió con rabia contenida y se encerró en su cuarto. Cuando andaba de mal humor siempre le tocaba la flauta a su abuelo, para bajarse los humos, pero no estaba de humor como para tomar su instrumento.

Tomo una mochila, lo suficientemente grande como para poner su ropa y algunos libros, y lo lanzo hacia la cama. Saco algunas prendas y de igual forma que con la mochila lo lanzo, tomo su flauta y lo puso en su estuche de cuero, había ahorrado durante varios meses para comprar ese dichoso estuche que su madre no se digno en comprarle. Aprende a arreglártelas solo le había dicho sin prestar atención.

-          Tengo muy pocas cosas como para llevarlas en un viaje tan largo. – dijo algo atontado por el sueño – Será mejor que mañana lo arregle.

Se hecho en su mullida cama, aplastando su ‘maleta’, y cayó en los brazos de Morfeo al instante. Sentía su cuerpo pesado y su alma tan ligera, como si volara en medio de nubes y rocas al mismo tiempo. A lo lejos, un tanto difusa la imagen, habían una persona en posición de ataque, como si fuese el mismísimo tarzán.  Fue acercándose, no caminando, volando hasta que pudo ver su silueta. Delgado y un poco alto, no más que él había calculado. Su cabello, dorado como el sol, cortado en capas finas  hasta el hombro y algunos mechones rubios cayendo sobre su frente. Sus ojos rasgados, azul topacio, brillaban al contraste del cielo, igual de azules como su mirada. Su cuerpo, desnudo, estaba cubierto de varia líneas y círculos por todo su cuerpo, colores como el rojo o el negro cubrían gran parte de su pecho descubierto.

Tuvo la tentación de tocarlo pero nada más el mínimo movimiento el ente retrocedía mostrando su arma en señal de defensa. Él retrocedió de igual forma, asustado pero maravillado con aquel ser. De pronto, sintió un jaloneo, como si quisieran levantarlo de ese sueño tan perfecto. El rubio pareció sentir lo mismo pues su rostro de desconcierto era parecido al del pelirrojo. Se despidió con un movimiento de mano y una sonrisa, cosa que el ojiazul no entendió pero le imito.

 

La luz del sol filtraba por su ventana y le daba de lleno en su rostro. Se desperezo y abrió los ojos con impaciencia. Marian Jeevas, con un delantal puesto y su rostro algo somnoliento, le sonrió y le advirtió que si no se daba prisa se quedaría sin desayuno. El asintió y se vistió, tomo su mochila a medio hacer y bajo súbitamente las escaleras, despertando a su pequeña hermanita que roncaba como oso. Hizo todo lo que tenía que hacer sin despegar su mente de su sueño reciente, tampoco podía olvidar al muchacho rubio, desnudo, de su sueño. Se golpeo mentalmente al pensar en el muchacho ¡Desnudo!, es raro ver a alguien así con su… con su ‘eso’ a medio aire. Su madre le vio de reojo mientras él se sonrojaba por seguir pensando obscenidades, negó levemente con la cabeza.

Unos minutos más tardes ya estaban de camino hacia el aeropuerto. Mail vio como se alejaban de la ciudad en donde crio desde que era apenas un bebe. Le dio cierta tristeza al no poder despedirse de su abuelo porque estaba descansando y le daba algo de pena despertarlo. Marian le acaricio la cabeza y le dio ánimos. Él se recompuso pero tan rápido como llego la emoción se le bajaron a pensar pensó en su tío medio loco. Ojala y allá cambiado porque tal vez regresaría con traumas mentales y algunas cicatrices en partes de su cuerpo que desconocía. Ese tipo no era de fiar.

Olvido todo eso cuando encontró su asiento en el avión y se dejo caer con lentitud. Ese sería un largo viaje y mejor estar preparado para todo. El avión despego y con eso su vida fue dejada atrás, pues, en algún lugar de su corazón sentía que nunca mas volvería a ver a su familia.

Notas finales:

Bien, creo que ha estado bien xD ♥

Ojala les haya gustado :3 *-* 

Lo hice con cariño ^^

Besos!!!

 

 

 

-Rafaga de llamas danzantes♥


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