Sonrisas sinceras
Ser kazekage nunca fue una tarea difícil para él, su pueblo lo aceptaba como era y no tenían quejas sobre su forma de manejar Suna, pero desde la noticia que le dieron hace unos meses este trabajo se había vuelto complicado, en especial por alguien que ultimamente se ha vuelto un poco más insoportable de lo que ya era.
-Gaara que haces aquí deberías estar descansando- dijo Sai entrando a la oficina del kazekage.
-Sai estoy embarazado no invalido- dijo el pelirrojo frunciendo el ceño.
-Ya sé que no estas invalido pero el doctor dijo que tenías que descansar- dijo el azabache acercándose lentamente a él.
-Que trabaje un poco no me va a hacer ningún daño- dijo levantándose de su asiento, con varios informes que aún le faltaban revisar.
-Vamos a casa para que descanses- dijo extendiendo su brazo y acariciando el abultado vientre de seis meses del pelirrojo.
-Está bien Sai vámonos a casa- dijo tomando la mano del mencionado para salir de la oficina, cerrando la puerta con llave.
-Cuando vas a empezar a tomar la con más calma- menciono el pelinegro abrazándolo por la espalda.
-Estoy tomando las cosas con calma- dijo el kazekage haciendo un puchero; desde que se había enterado que estaba embarazado había reducido sus horas de trabajo, pero eso no era suficiente para el de piel pálida.
-No voy a discutir contigo, además te tengo una sorpresa- dijo Sai con una sonrisa sincera, desde que se habían vuelto pareja sus sonrisas hacia él siempre eran sinceras y cargadas de amor y ternura.
-Sabes que no me gustan las sorpresas Sai- respondió el pelirrojo mientras ambos entraban a la casa que compartían ya hacia un par de años.
-Vamos no seas aguafiestas sé que te gustara- dijo arrastrándolo hacia el segundo piso de la casa; freno delante de la puerta del cuarto que ocuparía su hijo- Ahora cierra los ojos.
-Bueno pues que me queda- dijo el pelirrojo cerrando los ojos mientras era nuevamente arrastrado hacia el interior de la habitación.
-Ahora ábrelos- dijo el azabache volviendo a sonreír, al abrir los ojos el pelirrojo pudo notar que la habitación ya estaba lista para la llegada de su bebé; había una cuna al frente de la puerta pegada a la pared, en una esquina un cambiador y al lado un pequeño armario blanco, también había una mecedora ubicada cerca de la ventana, las paredes estaban pintadas de azul claro y en ella había pintada unas nubes, simulando el cielo. Pero lo que más llamaba la atención era que en una de las paredes había un cuadro el cual mostraba a un Gaara sonriente mirando y acariciando con ternura su vientre.
-Sai esto es hermoso- dijo admirando la habitación pero prestando mayor atención en cuadro.
-Sabía que te gustaría- dijo abrazándolo por la espalda y posando su manos sobre el vientre del pelirrojo.
-Gracias Sai esto es....- se quedó mudo al sentir algo removerse dentro suyo y luego un ligero golpecito que choco contra su mano mientras acariciaba su vientre- Sai lo sentiste.
-Eso fue...- dijo sintiendo el también el golpecito en su mano.
-Si amor es nuestro bebe- dijo sonriendo mientras sentía nuevamente las primeras pataditas de su pequeño.
Tres meses se habían pasado volando, ya no faltaba casi nada para la llegada de su hijo. Oficialmente había parado sus actividades como Kage para descansar completamente. Esperaba que su hijo no tardara mucho en nacer, el hecho de ya no poder casi andar por el gran vientre que tenía no le agradaba. Su hermano Kankuro se estaba haciendo cargo de la labores de Kazekage mientras él esperaba el cercano nacimiento del pequeño Ren, si su hijo ya tenía nombre, aun recordaba el día que lo decidieron, recordaba que en su aldea estaban Naruto y su familia de visita.
Flash Back
Naruto y el pequeño Kenji habían venido de “vacaciones”, mejor dicho Naru se había peleado con Sasuke y por eso estaba hoy en Suna.
-Naruto enserio tienes que volver a Konoha antes que Sasuke venga aquí y quiera destruir todo- decía Sai temiendo por la seguridad de la aldea.
-No me voy a ir, Sasuke es un idiota- dijo resoplando mientras acariciaba los cabellos de su hijo dormido, no había duda de que ese niño era hijo del Uchiha, era idéntico a él tenía el pelo negro con reflejos azulados y la piel blanca como la leche, lo único que había heredado de su “mami” eran los ojos azul cielo que tenía el pequeño.
-Mami quiero ver a mi oto-san- dijo el pequeño niño sobándose los ojitos y bostezando.
-Aquí estoy mi amor- dijo Sasuke entrando a la casa, Gaara solo suspiro sabía que dentro de poco se armaría una guerra.
-¿Qué haces aquí?- dijo Naruto con molestia, no recordaba porque estaba peleado con Sasuke, solo sabía que no quería verlo, aunque también quería evitar una pelea delante de su hijo y sus amigos.
-Gaara creo que mejor nos vamos- dijo Sai abrazándose a su esposo, sabía que esto no acabaría bien.
-No porque si no estos dos son capaces de destruir mi casa y la mitad de mi aldea, además vas a ver que ahorita se arreglan- dijo el kazekage mirando con el ceño fruncido las miradas de odio que Naruto le mandaba a Sasuke.
-Naru por favor, no sé de qué estás enojado pero discúlpame- dijo el Uchiha mientras arrullaba a su hijo en sus brazos, debía de admitirlo odiaba ver a su rubio enojado.
Por mucho que lo pensara Sasuke tenía razón, él no había hecho nada malo para enojarse, él no tenía la culpa de que las chicas de Konoha aún no aceptaran que era su esposo, apenado se levantó y le quito a Kenji de los brazos, con el niño en los brazos se sentó en el regazo de su esposo y acurrucándose en su pecho y abrazando a su hijo susurro un lo siento.
-Vez te lo dije- dijo Gaara viendo la cara sonrojada de Naruto- Ya déjense de arrumacos.
-Y ya saben que va a ser mapache- dijo Sasuke acariciando la espalda de Sasuke.
-Voy a ignorar tu comentario Uchiha, y si, va a ser un niño. Pero aún no hemos decidido el nombre- dijo Gaara mientras Sai lo abrazaba tiernamente, y él se dejaba hacer. El pequeño Kenji ahora estaba sentado en el suelo jugando con un pequeño peluche en forma de zorrito. Tambaleándose por sus escasos tres años se paró y camino hasta donde estaba sentado Gaara, Sai lo levanto y sentó al niño en sus piernas, Kenji puso su zorro de peluche sobre el gran vientre de Gaara y cariñosamente lo abrazándolo dijo-Hola Ren
-Creo que ya tiene nombre- dijo Sai mirando divertido al hijo de Sasuke y Naruto.
-Entonces Ren será- dijo riéndose y tomando la mano de Sai, mientras Naruto y Sasuke los miraban cariñosamente.
Fin Flash Back
Hoy era el gran día, hoy al fin conocerían al pequeño Ren, ya todo estaba listo. Gaara hacia unos minutos había entrado a cirugía. En el pasillo lo esperaban ansiosos sus dos hermanos Temari y Kankuro, varios de sus amigos de Konoha, entre ellos Sasuke, Naruto, el pequeño Kenji, también Deidara e Itachi junto con su hijita Miko.
-Sai por amor de Dios me estas mareando- dijo Naruto de tanto ver a Sai dar vueltas por el pasillo. Esperaron unos minutos más y finalmente salió el medico que estaba atendiendo a Gaara.
-Felicidades Sai- dijo mientras le daba la mano a Sai, el cual la sostuvo y luego salió corriendo a ver a su cerecita, lo encontró acostado en la cama, su mirada se centró en los brazos de su amor donde había un bulto que se removía inquieto en sus brazos. Se acercó y se sentó suavemente a lado de Gaara, no eran necesarias las palabras, la sonrisa sincera de Sai expresaba todo. El amor que sentía por Gaara y el orgullo que sentía de ser padre de ese pequeño niño de cabellos negros y ojos aquamarina. Desde que conoció a Gaara sintió una gran admiración por él, que luego descubrió que era amor, porque gracias a él conoció lo que eran sonrisas sinceras.