Cap.1… amuletos qué… ¿?
En la escuela de konoha; se hablaba de una sola cosa y esa cosa era. Un misterioso amuleto; el cual tenía el poder de unirte a la persona que amabas. O de a ser, que él chico de tus sueños callera rendido ante ti.
-¡jajaja… yo Karin! ¡Iré esta misma tarde a comprar ese amuleto! ¡Y Sasuke será todo mío! *gritaba la peli-rija; desde las gradas del campo de futbol
Pero cerca del lugar también se encontraban Sakura y Hinata… las mejores amigas que jamás hayan existido.
-¡oíste eso Hinata! *decía la peli-rosa con un exalto en el tono de su voz.
-¡si… si la oí! Ella comprara el amuleto antes que nosotras.
-¡sí! Y es por eso que tenemos que apresurarnos y ser las primeras en darles esos amuletos a Sasuke y a Naruto.
-Pero… Sakura cómo vamos a ganarle a Karin… ¿? Si no tenemos dinero.
-¡tienes razón!… Es fin de mes y estamos arrastrando la cobija en mi casa. * exclamo la oji-esmeralda, mientras se encogía de hombros y miraba la gradas que se encontraban un poco más abajo.
Pero en eso una idea cruzo por su mente. – ¡Hinata!... ¡pero como no medí cuenta antes!... tú… tú… Puedes comprarlos y yo te pagare en pagos. Ya que aun que quisiera pagarte en un solo pago; eso seme aria prácticamente imposible. Recuerda que tú padre no le paga mucho al mío.
El padre de sakura trabajaba para los Hyuga. Y gracias a que la peli-rosa era extremadamente lista; ella podía asistir al colegio supremo de konoha.
Sakura se levanto y giro su cuerpo hacia la susodicha. –estúpida Karin *dijo apuntando con un dedo acusador a la otra chica* Yo seré la única dueña del corazón de Sasuke.
La peli-roja que se encontraba serena en su lugar; se exalto al escuchar el insulto de la otra.
-¡Qué te sucede!... ¡pobretona!... ¡Acaso la falta de comida, afecta tu cerebro!... Porque sí se te olvida. Tú… no tienes dinero. Y… yo que sepa los amuletos cuestan más que tu casa.
-Ladra todo lo que quieras perra... ¡pero ya veremos quién ríe al último! ¡Cuando yo sea la que se meza en los brazos del moreno más guapo del mundo. *dijo la oji-esmeralda mientras le hacia la Britney señal y se alejaba lentamente; regresando a su lugar, con su amiga.
-¡Sakura-chan!... porque hiciste eso, *dijo la chica con algo de alteración.
-Por qué esa arrastrada; debe saber que no le dejare el camino libre.
-¡Pero!… ¡pero!… ¡Sakura! Eso no es ponerla sobre aviso y además… hay algo que tengo que decirte.
La oji-esmeralda enfoco su vista; sobre la pequeña morena. Ya que esta estaba más rara de lo normal.
-Que sucede… *mascullo con desdén.
-Bueno sakura… yo no puedo comprar los amuletos…
Las palabras de la moreno; resonaron en su cabeza… {¡Qué!... ¡Qué!}
-Pero Hinata… porque dices eso, tú… tú… tú tienes el dinero.
-Lo siento sakura pero mis padres me limitan demasiado. Tiene miedo de que me gaste el dinero en…
-¡En qué!... *grito la chica de pelo rosa.
-¡Bueno!... * con algo de timidez, la morena empezó a jugar con sus dedos y en titubeo… resonó; -¡En estupefacientes!...
Los ojos esmeralda; tomaron la forma de un cuadrado.- no puedo creerlo… Eres una de las chicas más adineradas de la escuela y no puedes….
Sakura se había desanimado y cabizbaja se sentó de nueva cuenta, junto a su amiga.
-Sasuke-chun!... *susurro.
-¡Lo siento Sakura!... pero… Tal vez podamos reunir el dinero *susurro la morena*
-si tienes razón, tal vez podamos reunir el dinero, para comprar un amuleto... Y así a lo menos una estará con su gran amor. Yo estoy segura, que serás muy feliz con Naruto.
Hinata alzo su rostro, -Pero porque solo uno, qué ay con el tulló.
Sakura suspiro –Que no oíste, a la perra esa; ella comprara los amuleto hoy. Así que significa, que estoy fuera de la jugada...
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Mientras las chicas conversaban en las gradas. Los chicos terminaban de jugar un partido, improvisado, por ellos mismos.
-que miras Naruto *pregunto un moreno, sudado y sucio*
Naruto mantenía la vista en las gradas –Pues mi querido amigo *dijo mientras colocaba su brazo, alrededor, del cuello del moreno* Estoy estudiando el terreno.
-No entiendo, que terreno *pegunto el otro, mirando al rubio, con desconcierto*
-oh vamos Sai, no me digas que tengo, que explicarte todo... Hablo sobre la becada y la nueva, que viene de américa.
Hinata hacia poco, de haber llegado al colegio. Y pese a que era rica. Las demás chicas, no deseaban hablar con ella. Pues sentían celos, de su cuerpo bien formado; y de que poseía mas dinero, que cualquiera de ellas. Y eso en el mundo de las niñas caprichosas, era una batalla sin cuartel.
-Y qué es lo que te sorprende de ellas, ambas son amigas. A de más sé que la nueva, no le importan los estatus, pues ella cree que lo que cuenta, son los sentimientos y valores de los demás.
El rubio sorrajo un golpe, en la cabeza de su amigo –A mí que me importan, sus sentimientos y sus valores. De lo que yo hablo, es de que de seguro, ambas son vírgenes. Y me gustaría ser yo quien las estrene.... “te imaginas” a la becada, cuando se la esté metiendo. Y cuando lo allá gozado con ella, la mandare al demonio. Pero primero quiero ver la cara, qué ara, cuando crea que podemos tener algo. Eso será lo mejor con ella, ver lo humillada que quedara. *en el rostro de Naruto una expresión se revolvía, de cinismo y desfachatez*...
Y ni hablar de la nueva, lo mejor con ella sarán sus grandes pechos; los cuales pienso usar, para masajear mi pene. Además se de muy buena fuente, que tiene mucho dinero, y... no se... a la mejor la hago mi esposa, cuernuda...
Naruto estaba, tan metido en sus fantasías, que no observo la cercanía de otro moreno, de nombre Sasuke. El cual solo ponía una mueca de repulsión...
-Eres una mierda, que deshonra a los hombres. *exclamo Sasuke, que caminaba con brusquedad, frente al rubio* Tu forma de ser, te convierte en un barbaján, mal parido. Tu madre de seguro es una perra repulsiva...
Al terminar de decir estas palabras, Sasuke se lanzó sobre Naruto. Para romperle la cara. Pero él rubio, se preparó y ambos, terminaron en el piso.
-Y a ti en que te afecta Uchiha. Ninguna de las dos, es tu hermano o amiga. Oh!... es que acaso, estas celoso, porque solo las veo a ellas. Porque si es así. Prometo que también te la meteré a ti, mari-con-sito...
El moreno dominada la pelea, estando sobre el rubio. Pero para el rubio, esto solo era un juego con el Uchiha, que lo prendía.
-De seguro, todas las noches sueñas, que me tienes en esta posición, pero... gimiendo “no” *dijo con soberbia y burla *
Mas en eso el Uchiha, sorrajo un puñetazo en el rostro del rubio. Dejando que un hilo de sangre corriera por la barbilla del otro.
-¡Maldito estúpido!... Esta me las vas a pagar muy caro.
Naruto tenía un carácter, rebelde como arrogante y prepotente. Creía, que el mundo tenía que estar, ante sus pies... El joven de marquillas, en las mejillas. No contaba con la presencia de sus padres; pero en su lugar, tenía a dos abuelos, solapa-dores. Y siendo hijo único, él estaba seguro, que heredaría todo. Lo cual inflaba su ego, de niño caprichoso.
En cambio Sasuke, contaba con unos padres estrictos y conservadores. Que no lo dejaban, ni a sol, ni a sombra.
Y teniendo la supervisión paternal tras de él. Todo esto comenzaba a frustrar su verdadero ser... Y para descargar un poco de esa frustración, buscaba pelear, con aquel rubio. En realidad, a él no le importaba, si el otro, era un patán. En versión corta, se podía decir, que hasta lo admiraba. Más tenía que actuar indiferente y soberbio, para aparentar ser genial. Y claro esto, ponía a todas las chicas del colegio, tras de él; cosa que le gustaba en realidad...
-¡No me digas Usuratonkachi!... ¡Y qué piensas hacer!... piensas mandar a tus matones, a darme una lección, por qué tú no puedes.
Naruto estaba que ardía de coraje. Sasuke lo tenía contra el suelo, y por más que trataba de levantarse, no lo lograba. Entonces observo que una multitud, se estaba formando a su alrededor.
Esto era vergonzoso, estaba siendo, aporreado por el príncipe de todas chicas
-¡Quítate de encima maldito!...
-Y sino, qué *volvió a retar el moreno* que plantaba un beso en los labios del rubio, cuidando los ángulos, para que nadie los viera.
-Maldito homo... Toda la vida tienes que hacer lo mismo. Solo buscas una excusa, para fingir una pelea y manosearme. Pero ya e encontrado una forma de humillarte de por vida.
Sasuke sonrió y solo soplo, un poco de aire, en la oreja del rubio. –Quiero ver que tienes... zorrito