Primer día de clases, rostros risueños, sonrisas nerviosas y mucho entusiasmo. Lo típico de adolescentes luego de unas largas vacaciones.
Uniforme impecable, aspecto pulcro. Todos caminaban de un lugar a otro buscando sus horarios. Algunos reían de alegría al saber que compartirían clases con sus conocidos. Otros con expresión alicaída se consolaban con saber que podrían estar juntos en el receso.
Del primer grupo mencionado, un muchacho de cabello negro lacio celebraba escandalosamente que estaría con sus dos mejores amigos por los siguientes años.
-¡Yo lo sabía Steve, no nos separaríamos!-
-Tenemos mucha suerte- respondió el aludido- probablemente nos separaremos en algún taller, pero en horario oficial es que vale.
-¿Tú que dices Bruce? ¿Estas feliz de estar conmigo?-Pregunto Thomas deslizando un brazo por su hombro.
-Claro que si, pero no estaré tan contento como sigas gritando así- Bruce miro avergonzado a su alrededor.
Steve solo miraba interactuar a sus amigos, esa mañana animosamente se había levantado, bañado, y vestido con su uniforme nuevo. Su madre tiernamente había comentado en el desayuno lo guapo y parecido a su padre que se veía.
Siempre lo menciona, me gustaría recordarle, pensó con añoranza.
Quizás no lo demostraba abiertamente, como muchas cosas que pensaba, pero su padre estaría por siempre en su memoria.
Un suave golpe en su costilla y lo hizo volver a la realidad.
-Vamos Steve, que los mejores puestos se acaban-
Se dejo guiar y se dedico a mirar con interés su alrededor. Era la segunda vez que venia, (la primera vez a rendir el examen de admisión) Ahora era diferentes, había muchos estudiantes que llenaban los antes vacíos pasillos.
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-Sr. Stark, el desayuno esta servido-
-En unos minutos voy, Jarvis. Solo un par de ajustes y ya…
Llevaba casi 2 horas encerrado en su taller, inmediatamente luego de despertar se marchó a terminar la modificación de su auto. Hace dos semanas había llegado desde Japón su nuevo “Audi r8”, era único, solo unas pequeñas desventajas desde su punto de vista, una alteración en el motor y en las velocidades y quedo perfecto.
Se Limpio en un paño la grasa que tenia sus manos y sonrío satisfecho. Amaba modificar sus autos eso los hacia mas únicos y especiales de lo que ya eran. A eso añadiéndole que era casi terapéutico, daba como resultado un pasatiempo ideal.
Tony llego a la cocina abrochándose los botones del los puños de su camisa. Tenía un semblante pensativo. No dijo ni una sola palabra por largos minutos hasta que se digno a preguntarle a Jarvis, que aguardaba paciente a un lado de la mesa.
-¿Crees que sea muy complicado tratar con adolescentes?
Jarvis tuvo que disfrazar con una mueca la amenaza de sonrisa que salía de su boca.
-Tratar con adolescente puede llegar a ser muy complicado si no se tiene experiencia, no lo sabre yo que tuvo que vigilarle a usted.-dijo los mas serio que pudo- pero como toda cosa en la vida, esto es algo que se aprende a través de la experiencia.
Sonrío alzando una ceja. Y fue a palmearle la espalda a Jarvis.
-Gracias, por esto Jarvis, eres bueno aconsejando- reconoció.
-Y no creo que deba preocuparse por eso. Su carácter ayudará a que sus alumnos le tengan respeto.
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Y Jarvis tenía razón.
El silencio en el aula, era sepulcral. No se sentía ni un solo murmullo. El director lo había presentado con los alumnos y se había ido deseándole un buen día.
Los observo a cada uno de ellos. Y ellos le observaban a él. El silencio se mantuvo por unos segundos hasta que saludo lo más alto y seguro que pudo:
-¡Buenos días alumnos!
-Buenos días, profesor Stark- respondieron a coro. Por un momento pensó que se escucho como recibir el saludo de un ejército.
Eran primer año de la enseñanza superior, y según temario correspondía enseñarles sobre sonido. Definitivamente no seria complicado, era un genio en física.
Por algo Jamesle pidió el favor él. Su amigo era cercano del director y como necesitaban con urgencia un profesor de física antes de empezar el año y Tony disponía de un doctorado en física Cuántica. Al director en plena entrevista le brillaron los ojos con la nueva posible adquisición.
Dejando de lado sus cavilaciones tomo el plumón y comenzó a anotar en la pizarra los objetivos de la unidad:
El sonido (*)
- Reconocer que todo sonido se origina en un proceso vibratorio.
- Analizar los elementos que caracterizan una onda.
- Interpretar datos empíricos, don la finalidad de probar o desechar una hipótesis.
Cuando termino de escribir se volteo rápidamente a mirar a sus alumnos. La mayoría miraba a la pizarra y parpadeaba incrédulo.
-¿Que pasa? Se que no esperaban clase desde el primer día, pero el tiempo hay que aprovecharlo- dijo relajado- Vamos, no pongan esas caras, solo será teoría, por hoy.
Alguno resignados ya se habían puesto a copiar.
-Si terminamos antes de que sea el recreo, les responderé lo que quieran saber sobre mí.
Inmediatamente casi todas las chicas del salón sonrieron enormemente.
Divertido, negó con la cabeza y comenzó con su charla teórica sobre el sonido.
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-¡Por fin algo de comida!-exclamo Thomas.
-Yo también necesito algo para comer, después de esa clase de matemáticas- dijo Steve acomodándose en la silla.
-No fue tan terrible, y eso que solo fue la primera clase del día- menciono Bruce uniéndose a la mesa.
-Ahora nos toca…-dijo Thomas, abriendo un papel que contenía el horario- ¡Física!
Steve y Bruce se carcajearon ante la cara de fastidio que puso su amigo.
-¡No se rían! Ustedes saben que lo mío es la natación y la química. -el muchacho de cabello negro se paro rápidamente de su silla y hizo ademán de estar nadando en una piscina.
-Thomas, siéntate. Todos nos miran.-le reprendió Bruce.
-No seas celoso, sabes que solo me gusta que me mires tú.-dijo Thomas guiñándole un ojo.
Que no siga hablando, Bruce se enfadara- pensó Steve
Justo en ese momento para empeorar las cosas unas chicas de cursos más altos pasaron por el lado de su mesa y le coquetearon descaradamente a Thomas.
Bruce no se hizo esperar, rápidamente tomo su mochila y salio chispeando del comedor.
Steve lo sabía, esos dos estaban enamorados el uno del otro pero el ciego de Thomas no lo notaba. O no quería.
-Que esperas ve a hablar con él.
El joven miraba la puerta de salida con la boca entreabierta.
-Pero, yo no...
-Ve o te arrepentirás de no haber ido.
Entonces Thomas reacciono tomo sus cosas y salio disparado tras Bruce.
Mientras que sus alocados amigos, hacían las paces, él iría al salón de física.
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-¡Bruce! Espera.
Estaba a las afueras del edificio, en un patio rodeado de árboles.
-¿Que quieres ahora? Déjame en paz. ¿No te basto con molestarme todo el verano?-
Bruce tenia el rostro rojo de ira. Pero eso no impidió que Thomas siguiera avanzando hasta él.
-Lo siento de verdad, si quieres ya no hago esa clase de comentarios-ofreció con arrepentimiento.
-Tú siempre crees que las cosa con así de fáciles…
Thomas no se detuvo en ningún momento, camino hasta poder abrazarlo por la cintura y susurrar contra su oído:
-Lo siento, Bruce.
Bruce sintió como su corazón se aceleraba. Y como la ira disminuía paulatinamente.
Thomas aun abrazándole apoyo su rostro en el cuello de su amigo y siguió murmurando:
-Lo siento…
-Ya puedes soltarme-dijo Bruce sosegado.
Thomas con los ojos brillante le palmeo la espalda y le dijo:
-Gracias por soportarme.
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Una vez que entraron en el salón el profesor se giro hacia ellos y les dirigió una mirada resignada.
-Pueden pasar, en silencio.
Algunos chicos soltaron risitas y ellos le miraron interrogantes.
Steve estaba lo mas atas posible sentado con el rostro totalmente rosado y queriéndose enterar vivo.
-¿Que sucedió?- pregunto Thomas a Steve.
Las risitas seguían, eso le demostró a los recién llegados que no se reían de ellos sino de Steve.
El avergonzado muchacho, murmuro un escueto, afuera les digo.
-No se rían de la desventura de su compañero. Cualquiera se tropieza con sus propios pies.
Eso desato estruendosas carcajadas.
Y el pobre Steve quería morir del bochorno que sentía.
Porque solo él tropezaba delante del profesor….