Como cada día, pensaba en ese chico que conocí gracias a mis padres. Tenía el pelo rubio y sus facciones eran perfectas, era muy delgado y noté que se cuidaba mucho.
- Jonghyun ¿Otra vez en el cielo?
- Más bien en el infierno –bromeé –Minho ¿Y Onew?
- Dijo que iba a comprar comida
- Mmm… ¿Y qué comprará?
- Patatas y licor
- No ¿En serio? Son las 5 de la tarde, aún faltan horas para que sea de noche y encima mañana es lunes
- Eso ya es tu opinión, yo creo que no vendré mañana –alcé una ceja
- Tenemos exámenes
- ¿Qué? ¿Vas en serio?
- No hagas juerga si no quieres repetir
- Creo que voy a llamar a Onew –cogió el móvil
- Ya llegué
- Onew, deja la bebida
- ¿Por qué?
- Mañana vamos a clase, y siendo el mayor no pienso dejar que vayáis con resaca –me levanté –creo que me iré
- ¿Por qué?
- Mis padres me querían ver temprano hoy, me dijeron que me tienen que presentar al hijo de una familia…
- Entonces suerte! –dijeron los dos a la vez
Salí de nuestra casa de vacaciones o fines de semana que también utilizábamos como para hacer fiestas de cumpleaños o una fiesta.
No es posible…
- Hola Jonghyun! Justo iba a tu casa, me dijeron que iban a presentarme a alguien ¿Sabes quién es? –Era él, era Key!
- N-no… A mí me dijeron lo mismo, esto es muy raro
- A mí siempre me pasa, los hijos de los amigos de mis padres todos nos conocemos entre nosotros, mis padres ya conocían a tus padres hace años y fue muy raro que nos hicieran conocer ahora
- Quizá pensaban que no era el momento -¿Qué acabo de decir?
- ¿Qué?
- No nada nada, solo estaba en mi mundo
- Ah! Entiendo, a mí de vez en cuando me pasa –hizo una risita muy nerviosa
- Sí, claro… -tengo que cambiar de tema ¡ya! –hey ¿seguimos? –mi coche –Oh! Tengo mi coche a unos metros de acá, vayamos por allá –le agarré por el brazo
- De acuerdo
No estaba muy tranquilo que digamos yo, y creo que él ya lo había notado.
- ¿Te encuentras bien?
- Claro que sí ¿por qué me iba a pasar algo? –mi risita no suena muy bien, creo que la he cagado
Encendí el coche y fuimos bastante rápido, no quería que estuviéramos todo el tiempo a solas, no creo que me haga gracia marearme mientras conduzco.
- Oye, no crees que vas demasiado deprisa?
- Oh! Lo siento, normalmente voy con una velocidad bastante lenta, hoy no me siento muy bien
Aparqué en el aparcamiento comprado para mis tres coches. Creo que le estoy siendo muy “rico”.
- ¡Wow! Qué coches más impresionantes que tienes
- Creí que te molestaría
- ¿Bromeas? A mí no me gusta conducir, pero al ver tus coches creo que me voy a hacer el examen de conducir
- Por cierto, bonita ropa
- Ah, trabajo como estilista profesional, maquillador y peluquero y esto es más o menos parte de mi trabajo
- Bueno, yo estudio para empresario
- Es por tu padre ¿Verdad?
- ¿Cómo lo sabes?
- Mis padres conocen a los tuyos des de hace aproximadamente hace 8 años. Y por lo que siempre escucho de él es: Quiero que mi hijo tenga una ocupación más alta que la mía, quiero que sea feliz y tenga una familia muy feliz, como la que somos ahora –mi padre nunca se calla
- ¿Dijo algo más sobre mí?
- Sí, que cuando eras pequeño, una vez te hicieron pasar mucha vergüenza con tus “amiguitas” –esa palabra no le ha gustado mucho decirla –haciendo como si fueras el niño mimado –mataré a mi padre
- Vamos, lo peor que me ha pasado en mi vida
- Mi mayor vergüenza la pasé cuando estaba en la playa y me robaron la ropa. Entonces tuve que llamar a mis padres porque no quería que me vieran pasear por la calle casi desnudo y ellos llegaron por la noche, con lo cual me había quemado. Y entonces estuve durante un año yendo a mí colegio rojo y muy moreno. Luego busqué en como quitarme este color tan asqueroso y ¡Bualah! Así quede.
- Pobrecito, me lo imagino. Aunque por el color de mi cuerpo no es que me haya importado quemarme
- Por cierto, no me imaginé que a un chico como tú le pueda quedar tan bien el pelo blanco
- ¿Qué insinúas?
- Nada en particular ¿Te digo la verdad?
- Depende ¿Es muy mala?
- No, para nada, aunque depende de cómo te lo tomes será una buena o mala verdad
- Adelante, no hay nada que sea malo para mí
- Mejor sal del coche
- ¿Para qué?
- Tú sal –esto me daba miedo…
- D-de acuerdo
Salimos del coche y se puso delante de mí, era un poco más alto que yo. Cada vez se iba acercando más a mí, y eso me ponía muy nervioso ¿acaso quería besarme? Susurró un leve “me gustas” y me besó. Esto era muy… extraño.
- ¿Qué? ¿Vamos? -¿¡Y lo dice con tanta normalidad?!
- Sí… E-espera ¿Qué malditas ha sido eso? –preguntas estúpidas… corrí a por él
- Una confesión ¿quizá? –llegamos a mi casa y ahí estaba, un chico mirándonos
- Key umma!
- Taemin? ¿Eres tú al que me tienen que presentar?
- No jodas…
- H-hola Jonghyun ¿Te llamas así verdad?
- Sí, claro… -esto eran dos sorpresas impresionantes, este niño tiene como mucho 15 años -¿Cuántos años tienes?
- 19 ¿Por qué?
- Oh! Ni siquiera sabes mi edad hyung -¡Bien Key! No me vayas con estas –Yo tengo 21 y por lo que sé, tú tienes 23
- Sí ¿Y mis padres?
- Ah sí, eso. Me dijeron que en cuanto os conociera me fuera con ellos, tienen una cena con mis padres y si queréis venir, pues veniros conmigo
- No, gracias, estoy muy cansado y mañana tengo clases
- De acuerdo, entonces que os lo paséis bien, bye bye hyung –y cerró la puerta
- ¿Quieres que te enseñe mi casa? –mala idea
- Sí, por favor –bonita sonrisa
Le fui enseñando varios pisos de mi casa, hasta llegar al último que era una sola habitación grande y era la mía. Esa habitación la había construido yo, me gustaba diseñar cosas y hacerlas a mí manera, y en ese piso había una sola puerta y estaba a un metro de las escaleras.
- ¿Esta es tu habitación? ¡Oh! La puerta es preciosa y las paredes tienen unos diseños impresionantes
- Lo he hecho yo todo esto
- ¿En serio? Y no habrías preferido que te lo hicieran
- No, me gusta hacer las cosas a mí manera, además, creo que si tuviera que escoger entre ser diseñador y jefe de varias empresas, creo que hubiera escogido la primera opción
- ¿Entonces por qué no le has dicho nada a tu padre?
- Porque ya sabré su respuesta –saqué la llave de mi bolsillo y abrí la puerta, mi habitación era más grande que el salón y eso que el salón ya era muy grande
- ¡Madre de dios! ¿Esta es tu habitación? ¡Esto es el triple y más grande que mi habitación! Tus padres te aman ¡Ah qué armario… más… grande –era una habitación más -¡Te odio!
- ¿Por qué?
- Por tener esto –movió la cabeza varias veces ¿buscaba algo?
Empezó a tirarme para atrás y mirándome con una mirada que… ¡oh mierda!
Al caer en mi cama empezó a besarme, no me podía negar a él, pero estaba paralizado, no sabía qué hacer, la otra vez que vi a Key… era dulce, no… salvaje.
- K-key… ¿Por qué haces esto?
- ¡Porque te deseo!
Creo que ahí reaccioné y me abalancé sobre él tirándonos más al centro de la cama, esta vez el beso fue empezado por mí. Mis besos iban bajando y subiendo por el cuello y de vez en cuando le daba pequeños mordiscos. Su piel olía a diferentes frutas. Subí hasta llegar a una de sus orejas y lo agarré por el pelo y lo estiré para atrás.
- A mí también me gustas ¡Y te deseo! Pero que mucho –le susurré para al final morder su hélice, en lo que él gimió
Antes de hacer nada, me levanté y cerré la puerta con llave, por si venía alguien. Después de eso, me tiré encima de él y empecé a sacarle la ropa y mientras lo hacía pasaba mi lengua por todas sus partes descubiertas. Él gemía a no parar y yo con eso ya me complacía. Tenía un cuerpo muy bonito y dulce. Al llegar a los pantalones, eran los pantalones color rosa que tanto me gustaron en ése día. Pasé la lengua por encima y él gimió de lo más fuerte, hasta me parece que se escuchó hasta la otra casa. Empecé a sacarlos y él me ayudó, porque como eran muy estrechos eran difíciles de sacar, yo llevo muchas veces de aquellos y de vez en cuando me caigo al sacármelos.
Al sacarlos, inconscientemente le saqué también su bóxer. Di un beso en la punta de su miembro y subí para darle un beso a él. Este beso fue intenso, al momento metimos lengua y estuvimos así durante un buen par de minutos. Durante esos minutos, él fue tan ágil de quitarme la ropa que solo lo noté cuando me quitó la camisa y en ese momento empecé a masturbarlo. Quería probar su entrada.
Recordé que tenía lubricante en mi mesita de noche derecha, así que fui a por él y lo saqué.
- ¿Lo has hecho con alguna? –estaba lleno
- No ¿Por qué?
- ¿Entonces por qué tienes eso en tu cajón? –era igual de virgen como yo
- Es un “por si acaso”
- Me sorprende eso de ti
- No quiero ser ningún putón, lo siento
Me lo robó y vio que estaba lleno hasta el final. Lo abrió.
- Ten, prepárame. Quiero tenerte dentro mío ¡Pero que ya!
Me puse lubricante en tres de mis dedos y le metí uno. Ése uno no le hacía afecto por la expresión en su cara, y pues entonces le metí el segundo en lo que le pareció un poco doloroso. Hice un movimiento de tijeras y le metí el tercero seguidamente. Esa vez gimió, pero no de una manera muy cómoda. Le dolió.
- ¿Quieres que siga? –no quería hacerle daño
- ¡Sigue! ¡Quiero ser tuyo, maldita sea!
Empecé a sacar y meter mis dedos y después de un pequeño tiempo ya se acostumbró, aunque decidí seguir un poquito más para asegurarme. Luego le metí mi miembro en su perfecto trasero y creo que le di en el punto perfecto, en lo que seguí con el mismo ritmo y la misma precisión. Si era mi primera vez, quería que me saliera lo bastante perfecta para recordarla. Él me pedía ir cada vez más rápido entre sus gemidos y lo hacía. Pronunciaba mi nombre al pedir a gritos en que vaya más rápido ¡Mi nombre!
Empecé a masturbarlo otra vez y no parecía que ninguno de los dos tardaría en sacar su semilla. Y al hacerlo, los dos gritamos el nombre del contrario. No creí que me pasaría tal cosa alguna vez.
- Jjong, quiero algo más de ti –saqué mi miembro de él y caí a su lado
- ¿Quieres ser mi novio? –vale, ahí estaba la cosa
- Claro, mi amor –me abrazó
Nos metimos dentro de las mantas. Lo abracé fuerte para dormirme más rápido de lo normal.
Creo que… lo A-M-O.
FIN.