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Family [II] por eunii

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Notas del fanfic:

Les traigo un segunda parte del Fic “Family”

Espero que les guste :3 

—¿Por qué siempre tenemos que venir a este café? —preguntaba Tao. La razón era obvia a los ojos de sus conocidos, a la pequeña Lulu le encantaba el té de burbujas que vendían en esa tienda. Entre otras cosas como Wu Fan, el dueño.

—Ya te hemos dicho Tao. Me gusta el té de aquí —decía la niña de cabellos rubios. Con sus ocho años cumplidos era toda una señorita y Kyungsoo, su hermano mayor estaba orgulloso de ella. Por eso la consentía llevándola donde quisiera, comprándole todo lo que se le antojara.

—JA, sí claro —seguía retándola su primo—. A ti te gusta el rubio de allí —sus pequeños dedos señalaban a Wu fan quien miraba divertido la escena desde el mostrador. La pequeña se puso colorada, y haciendo morritos sus ojos se llenaron de lágrima.

—Eres fea, acéptalo, él no te quiere.

—¡Tao!, no digas esas cosas —lo reprochaba Kyungsoo con el dedo—. Si sigues molestando así voy a decirle a tu mama, y ya sabes qué hace cuando sabe que te portas mal.

—¡No! Hyung, por favor no le digas —rogaba el menor—. Yo quiero seguir yendo a Wushu-

—Oppa —el de ojos grandes desvió la vista hasta su hermana—. ¿Soy bonita? —una sonrisa se formó en la boca del castaño—. Claro que eres bonita, él —dijo señalando al maknae— es el feo —siguieron peleando un rato hasta que llegó JongIn.

El moreno venía con los ojos pegados y Kyungsoo se carcajeaba por eso. Lo había levantado de la siesta para que lo ayudara a cuidar a los chicos—. Hola —saludó alegremente el mayor. Por respuesta, un gruñido.

Con pereza se sentó frente a Kyungsoo, al lado de Lulu—. ¿Ya pidieron? —su voz sonaba demasiado gruesa.

—Oppa… —empezó a hablar la niña—. Dime la verdad, ¿soy fea? —sus labios estaban formando unos morritos y tenía las mejillas rosadas. Jongin guardaba una admiración terrible por la niña. Ya algo más despierto le contestó

—Claro que sí, ¿quién negaría eso? —contestó mientras acariciaba su cabeza.

La niña automáticamente señaló a Tao y una vez más la pelea comenzó. Sólo que ésta vez, Jongin se había sumado. Kyungsoo miraba la escena divertido, eran los tres unos críos. Para Tao y Lulu que lo eran, estaba bien. Pero Jongin lucía ridículo.

—Pero Hyung —decía Tao ignorando que Wu Fan estaba a su lado, hablando con Kyungso—. A ella le gusta ese chico alto y rubio que atiende aquí, por eso quiere venir siempre.

Wu Fan no podía borrar la sonrisa de su rostro. Aquella niña era preciosa, y ahora que estaba con las mejillas rojas y los ojos llorosos lo era aún más.  Kyungsoo retaba a Tao, alegando que ya era suficiente y que hablaría con su madre, mientras Jongin consentía Lulu.

 

—Lo siento Fan —decía Kyungsoo con una sonrisa.

—No me molesta, en serio —decía el rubio mientras se llevaba los niños para la cocina para enseñarles cómo se hacían los pasteles. Lulu iba fuertemente agarrada de su mano, mirándolo con admiración y Tao demasiado excitado queriendo tocar y comerse todo.

Kyungsoo suspiró de alivio, toda la mañana había estado a cargo de los niños y lo habían vuelto loco. Jongin se cambió de lugar, sentándose a su lado, tomándose su café.

—Eres un desastre Jongin, mira como tienes puesto el saco —lo retaba Kyungsoo acomodándole la ropa y abotonando correctamente cada uno de los botones.

 —Todo es tu culpa, me obligaste a venir rápido —decía mientras pasaba uno de sus brazos por los hombros del más bajo.

—Yo no te obligué —decía inocente Kyungsoo posando una de sus manos sobre el estómago del moreno, sintiendo el movimiento de su respiración. Jongin chasqueó la lengua acercándose al mayor.

—No, aquí no. Podrían ver los chicos —el moreno resoplaba divertido.

—Por dios Soo, ¿sigues con eso? Ya te he dicho que lo saben.

Kyungsoo se negaba a aceptar que los niños supiesen de su relación, cuando era claro que lo sabían. Incluso una vez, Lulu le había relatado a Jongin que el mayor hablaba en sueños llamándolo, y muy abiertamente le “confesó” que para ella, su Oppa estaba enamorado de Jongin.

—Vamos… Soo, sólo un besito —pedía juguetón el moreno. Kyungsoo, observó la entrada de la cocina, fijándose por dónde estaban los chicos, y al no hallarlos, se volteó abrazando por los hombros a Jongin, besando rápidamente sus labios y separándose con un suave sonrojo.

El moreno sonreía de lado, mientras entrelazaba sus manos debajo de la mesa. Desviando la mirada Kyungsoo notó cómo de la cocina, salían Tao comiendo algo con mucho chocolate, seguido de Wu Fan que traía en brazos a Lulu.

—¡Hyung! ¡Hyung! La cocina es así de grande —decía el menor abriendo sus brazos exageradamente—. Y está llena de chocolate y esas cosas que se usan para hacer las tortas —mientras Tao seguía hablando, Jongin se dedicaba a observar cómo Wu Fan acariciaba a Lulu en la cabeza, sonriéndole.

—Wu Fan —le llamó el moreno—. ¿No va siendo hora de que Yixing y tú adopten?

—Puede ser…—respondió ocultando la sonrisa, y abrazando más fuerte a Lulu.

 

 

 

—Al fin en casa —exclamó Kyungsoo tirándose sobre su cama, amaba cuidar a los niños, pero ya estaba algo viejo y cansando.

El colchón se hundió con el peso de Jongin, que se lanzó sobre su Hyung sin reparos, aplastándolo en el proceso—. Jongin, pesas —se quejó, apartándolo por los hombros y obligándolo a acostarse contra el colchón.

Con las rodillas a cada costado de la cintura del moreno, Kyungsoo se dedicó a repartir besos sobre su cara, besando la pequeña nariz de Jongin, siguiendo por sus delicados labios, embriagándose con su sabor.

Las manos de menor subieron por los muslos de Kyungsoo acariciándolo suavemente, lanzando un suspiro ahogado por los besos cuando sus manos tocaron la piel caliente de su estómago por debajo de la remera. Se sonrieron entre besos, antes de que Kyungsoo cayera rendido a un costado de la cama.

—Los niños te han destruido hoy Soo —dice Jongin, mientras abraza al mayor por la cintura, escondiéndose en su cuello y llenándose con su olor.

—Mh…—respondió mientras acariciaba el cabello del menor, sonriendo sobre la frente de Jongin quien jugaba con su cuello.

—Ay, ¡Jongin! No muerdas… —dijo juguetonamente Kyungsoo colgándose al moreno y atrapando la fina cintura de su pareja entre sus piernas.

—¿Qué vas a cocinar? —preguntó Jongin.

—Voy a fijarme qué hay, mientras tú te duchas —le respondió con mirada acusadora, Jongin hizo un puchero negándose a bañarse por tercera vez en el día. Vivir con un maniático de la limpieza no era tarea fácil.

—Pero Soo… ya me bañé tres veces hoy —contestó levantando tres de sus dedos. Kyungsoo besa el puchero del moreno, para después separarse un poco, y morderle cariñosamente la nariz.

—Jongin, Tao te babeó completo mientras lo tenías alzado, sin contar que te llenó de chocolate — escapándose de los brazos del moreno, Kyungsoo huyó a la cocina mientras su pareja resoplaba por lo bajo, metiéndose en el baño.

 

 

 

La cintura de Kyungsoo se vio envuelta en unos fuertes brazos morenos, que le apretaban y hacían cosquillas. Jongin tenía el pelo algo mojado cuando entró a la cocina, encontrando a su novio en la posición que más le gustaba. El mayor estaba de espaldas cocinando y dejando espacio libre para que el oso Jongin hiciera acto de presencia.

—Tengo hambre —dijo juguetonamente mientras mordía el lóbulo de la oreja de Kyungsoo, haciéndolo estremecer. Sus manos traviesas se metieron debajo de la remera del mayor, acariciando su blanco estómago y perdiéndose en su fina cintura.

—Pon la mesa.

—¡Hyung! ¿Por qué yo? —rezonga Jongin. Aunque secretamente adoraba que Kyungsoo le ordenara qué hacer. Viviendo toda la vida con su madre pendiente de él, que prácticamente lo vestía, y de repente encontrarse conviviendo con el mayor era todo un caso.

—¿Ves a alguien más que pueda ponerla? Además somos únicamente dos, ¿qué vas a hacer cuando adoptemos?

—¿A…doptar? —preguntó confundido Jongin. ¿Había escuchado bien? ¿Soo quería adoptar? Si bien salían desde hacía siete años, y vivían juntos  desde los cinco, Jongin nunca imaginó que su hyung quisiese adoptar. Es decir, habían hablado de ello… Pero siempre en plan “a futuro” claro que desde eso, ya habían pasado varios años y el “futuro” ya estaba tocando la puerta.

—Jongin… —el mayor suspiró, mientras apagaba el fuego y ponía la comida sobre la mesa—. Ya tenemos casi treinta años… Yo quisiera… bueno…

—¡Sí! ¡Sí quiero adoptar, sí! —el moreno no pudo ocultar su felicidad. Los niños habían sido su perdición desde su primer sobrino y siempre deseó tener un hijo propio para malcriarlo y presentarle chicas, o chicos, en su defecto.

Se levantó de la silla, y atrapando a Kyungsoo entre sus brazos, lo levantó dirigiéndose a la habitación que compartían

—¿Qué estás haciendo? La comida se va a enfriar… —se quejó el mayor.

—La comida puede esperar —exclamó, mientras lanzaba a su hyung sobre el colchón para una sesión de besos, caricias y quizás… algo más.

 

Notas finales:

Espero sus RW... <3


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