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Dust por Yoshita

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Notas del capitulo:

Sin comentarios. 

Espero les guste. 

Capítulo 2
 
La luz del sol caía sobre los despelucados y rebeldes mechones de pelo que se movían al viento en el rostro de Sanada Yukimura. El sonido del cantar de los pájaros despertó al fugitivo. Recordó todo lo sucedido la noche anterior. Se bajó del árbol en busca de algo de comer y, mientras caminaba a la deriva entre los matorrales y los frondosos árboles, se dio cuenta que se había alejado bastante de Kai. "Aquí no me hallarán", pensó al analizar su alrededor. Pasado un momento, halló un arbusto con fresas silvestres, recogió algunas en su capa y siguió su camino, buscando un riachuelo en el cual pudiera lavarlas. Llegó a un pequeño claro en el cual pasaba un río y paró, dejó las fresas y las comenzó a lavar una a una. Las comió con calma. Pero no sabía que hacer ahora. Había escapado de su hogar, era un fugitivo, había desobedecido las órdenes de Oyakata-sama y era buscado por los soldados de Kai. "¿Qué haré?", se preguntaba mientras caminaba de un lado a otro del claro, intentando poner en orden sus ideas. 

-Buscarte siempre me divertía- escuchó una voz a su espalda y, rápidamente, saltó para alcanzar la rama mas baja del árbol cercano, se subió en ella y volteó, buscando la fuente de la voz. 

-¿Quién eres?- se fijó que no era alguien conocido. El rostro del que estaba en tierra se contrajo de tristeza. 

-No me recuerdas... Y eso que lo prometiste. 
No respondió a la pregunta de Yukimura, así que este pasó a presentarse. 

-Yo soy Sanada Genjirou Yukimura...

-Veo que ya lo puedes decir- sonrió. 

-¿Decir qué?- a la defensiva, miraba al hombre con el parche que lo observaba desde abajo. 

-Genjirou- se rió un poco- cuando eras niño no podías pronunciarlo bien, se te enredaba la lengua en la boca. 
Yukimura se sonrojó, ¿cómo era que ese hombre sabía eso? ¿Quién era él?

-¿Quién eres?- volvió a preguntar. 

-Un Dragón Tuerto- le respondió. 

-No lo pareces. 

-Tu sabes mi nombre- le aseguró. 

-¿Cómo? Ni siquiera te conozco. 

Las facciones del Dragón se tornaron muy tristes, lo que no pasó desapercibido para el pequeño Tigre. 

-Oye, ¿estás bien?- se bajó del árbol y se acercó al Dragón. 

-No...- miró al cielo- no lo estoy- la capa negra que tapaba su cuerpo ondeó al viento, mostrando un poco de su vestimenta azul. 

-Azul...- Yukimura se fijó en las ropas del Dragón y tuvo de nuevo su jaqueca. Cayó al suelo como la vez anterior, con sus ojos abiertos y las manos en su cabello. 

-¡Yukimura!- el Dragón se agachó a su nivel y apoyó una mano en su cintura- ¿estás bien?- el peso del chico cayó sobre el pecho de Masamune- oye...

-Ya... Si... Lo siento- Masamune notó que el chico lo había olvidado y se entristeció. El Cachorro había roto su promesa, aunque él también lo había hecho. Le ayudó a ponerse de pie, sin soltar el fuerte agarre de la cintura de Yukimura. 

-¿Qué haces por aquí?- le preguntó al chico que sostenía mientras caminaba de nuevo hacia el claro donde pasaba el río. 

-Escapando- seguía el paso de Masamune arrastrando los pies. 

-¿De qué? ¿De quién?

-De los soldados de Kai y de Oyakata-sama- respondió mientras era depositado en el suelo. 

-¿Kai? ¿Por qué escaparías de tu hogar?- preguntó, sacando un pañuelo y humedeciéndolo en el riachuelo. 

-Porque hice algo indebido- Masamune acercó el pañuelo a los labios del chico. 

-Bebe, estás muy pálido, ¿qué tal te desmayes de nuevo?

-Gracias Dragón- tomó el pañuelo y lo exprimió, dejando que los chorros de agua cayeran en su boca- ¿cómo sabes que Kai es mi hogar?

-Por tu ropa- respondió rápido antes de ser descubierto, si el solo hecho de haber visto el azul había causado un impacto en el chico, soltarle la historia de ellos dos podía matarlo de la impresión. Decidió soltar pistas ligeras- tu color favorito es el rojo, ¿no?

-Si- lo miró sorprendido. 

-Ja, I knew it- un escalofrío recorrió al Cachorro. "Tal vez eso fue mucho", se dijo Masamune- ¿qué te pasa, chico?

-Hablaste en inglés...- su mente comenzó a trabajar lentamente. El impacto de la segunda lengua del Dragón no fue tan duro como el del color característico de este. 

-Si, yo...

-Hazlo de nuevo- pidió, casi rogó, tomando las manos del otro y viéndolo a los ojos- ... Por favor...- soltó las manos y apartó la vista- me gusta. 

-Don't worry, Little Tiger, it didn't bother me. 

Las mejillas de Yukimura se tornaron rojas sin razón aparente. 

-¿Qué dijiste?- preguntó, aun mirando al suelo. 

-Que no te preocuparas- no agregó el resto, eso sería tentar al destino- por cierto, ¿qué fue lo que hiciste como para ser perseguido por todo Kai?

-Usé una espada- miró al frente- Oyakata-sama no deja que aquellos importa...

-Importantes en Kai usen una espada, lo sé- completó Masamune para la sorpresa de Yukimura. 

-¿Cómo sabías?

-Alguien especial para mi me lo dijo hace mucho- le sonrió al chico sentado a su izquierda- y ese alguien estaba frustrado porque quería aprender a usarla. 

-¡Yo también quería!- confesó- desde niño me parecieron interesantes. Oyakata-sama me regaló unas lanzas que aprendí a manejar muy bien, pero la curiosidad de las espadas no salía de mi mente. Un día, cuando era niño, me encontré con alguien, no puedo recordar bien, pero me enseñó a manejarla y me dio valentía. Pero él se fue...- se ensombreció el rostro del chico- ¡pero conocí a Keiji-dono!- una puñalada de dolor atravesó el pecho de Masamune. "¿Quién es ese tal Keiji?", se cuestionó, los celos lo invadían. 

-¿Quién?- preguntó con fingida indiferencia. 

-Keiji-dono es un amigo, con él he entrenado en secreto con la espada- "¿un reemplazo? ¿Es eso? ¿Me olvidó y, simplemente, encontró a otro?" Masamune se levantó de golpe. 

-¿Dragón?- cuestionó Yukimura confundido. 

-Así que encontraste a otro... Yo... ¿Yo ya no era necesario en tu vida?

-¿Qué?

Masamune pensó un momento y se relajó. 

-¿Hace cuánto conoces a ese Keiji?

-Van a ser dos años. 

-¿Y hace cuánto que no recuerdas a aquel que te enseñó por primera vez la espada?

-Creo que 8 o 9 años. 

Masamune se tranquilizó un poco, por lo menos no era culpa de ese Keiji el que lo hubiera olvidado. Yukimura sólo creció, eso era todo. 

-Lo lamento- se sentó de nuevo- lamento esa reacción y lamento haberte asustado. 

-No hay problema...

-¿Tienes hambre?- preguntó. 

-Un poco, si- contestó apenado y rojo. 

Masamune se levantó emocionado y se acercó al río. 

-¿Te apetece pescado?- desenvainó una de sus seis espadas y lanzó una estocada al río, obteniendo tres peces aun sacudiéndose en la hoja afilada. 

-¡Waaaaaa!- miró con ojos abiertos y sorprendidos la hazaña del Dragón- increíble. 

-Gracias- miró a su alrededor y se fijó en aquellos trozos de madera- trae esos palos. 

Yukimura obedeció y los dejó en medio del claro. 

-¿Sabes encender fuego?- Yukimura asintió- hazlo- le pidió y, en menos de nada, tenían una pequeña fogata. Masamune acomodó los pescados encima del fuego y se sentó al lado de Yukimura. 

-¿Por qué no te quitas esa capa?- le preguntó Yukimura al Dragón. 

-No lo sé, tal vez no quiera, y tu, ¿por qué no te la quitas?

-No quiero ser descubierto. 

-Ah. 

Se quedaron observando las llamas encendidas mientras la tarde caía. Ya pasado un tiempo, a Yukimura se le ocurrió preguntar. 

-¿Qué es lo que haces aquí, Dragón?

-Busco a mi amado- respondió solemne. 

-¿Y por qué aquí?

-Vive cerca- miró al chico- en Kai- intentando dar otra pista al distraído Cachorro. 

-¿Cuál es su nombre?

-No te lo puedo decir- sonrió al firmamento. 

-¿Por qué?

-Es un secreto- para el chico sería un choque mental decir su nombre en ese momento. 

-¿Qué tiene de malo un nombre?- preguntó con curiosidad animada. 

-Jaja- rió suave- nada de malo. Te lo explicaré todo luego, cuando sea el momento. 

-¿Dónde vives?

-Lejos… Muy lejos- la mención de aquellas palabras ya dichas hicieron eco en los recuerdos del chico. 

-Yo...- hundió su cabeza en sus rodillas- estoy muy confundido. 

-¿Por qué?- preguntó preocupado por él. 
Yukimura ponderó el si decirle o no al Dragón la historia que le había referido antes a Maeda Keiji. Decidió confiar en él y hablarle. 

-Verás, hace casi 11 años tuve una discusión con Oyakata-sama acerca de las espadas, luego de que me gritara frente a todos huí al bosque cercano, no me alejé mucho- miró a Masamune- es ahí donde mi memoria comienza a fallar. Conocí a alguien que me enseñó a usar la espada y me dio el coraje y la valentía de seguir. Estuvo conmigo por poco tiempo. No recuerdo mucho de él, salvo que era un muchacho y también su característico color azul. Después de que se fuera, tuve un periodo de inmensa tristeza y depresión, pero nunca le conté a nadie la razón. Oyakata-sama creía que estaba enfermo, pero nada de lo que hacían podía calmar mi dolor. A medida que fui creciendo, fui olvidando todo, hasta solo recordar lo que te he dicho- miró hacia el atardecer, deleitándose con la combinación de colores vivos en el cielo. Masamune se sintió culpable, haberlo dejado así de verdad afectó al Cachorro. 

-Lo siento...

-¿Qué?

-Digo, por lo que te pasó, es bastante duro- intentó ser prudente. 

-¡Espera!- gritó súbitamente- también hay algo mas- recordó de pronto- aquí- puso su mano en su mejilla derecha- aquí hay algo... Pero no logro recordar que es- acarició su propia mejilla buscando respuestas. Masamune no aguantó la tentación y levantó la mano para ponerla en la mejilla del chico, quien se sonrojó al ver la mano acercarse. 

-Perdón- la retiró- deberías recordar, quiero decir, es algo importante para ti. 

-Si, es muy importante, eso creo. 

-¿Crees?

-Si, como no recuerdo mucho, no puedo estar seguro, pero... Si sufrí por ello debe serlo, ¿no?

-Si- enfocó su ojo en la muerte del día- debe serlo. 

-¿Y tu?

-¿Perdona?

-Si, tu, tu amado, ¿cómo es?

Masamune sonrió, esa pregunta era fácil. 

-Es... Muy atractivo, tiene pelo y ojos cafés, es hiperactivo y muy decidido. Siempre viste de rojo... Porque es de Kai, claro- evadió algo que lo podía haber delatado- es un buen luchador, siempre dispuesto a todo. 

-No creo conocerlo. 

-¿Eso crees?- le sonrió- tal vez si, más de lo que piensas. 

-¿Enserio?- un extraño brillo se anidó en los ojos de Yukimura. 

-S-si- maravillado con esa avellanada mirada, perdió el hilo de su conversación- estoy seguro. 

-Se oye una persona interesante- contempló las primeras estrellas del firmamento nocturno- quiero conocerle. 

-¿Conocerle más?

-¿A qué te refieres?

-A nada- se carcajeó suave y melodioso, encantando los oídos de Yukimura. 

-¿Puedes...- comenzó apenado, sonrojado y con la vista gacha- ... Hablarme de nuevo en inglés?

-Of course! There's no problem. 

-Quiero decir algo, ¿puedes enseñarme un poco?

-Claro que si, te dije que lo haría. 

-¿Qué?

-Nada. ¿Qué quieres decir?

-Eh... Me gusta el rojo. 

-Good, repite conmigo, "I like red"

-"¿Ai raiku reddo?" ¿Así?

-Para un principiante lo haces bien. Congratulations. 

-¿Cómo te digo gracias?

-"Thank you"

-"¿San kyu?"

-Aún hay cosas por mejorar, pero vas bien. De nada- palmeó suavemente la cabeza del chico. 

-¿Cómo se dice estoy cansado?

-"I am tired"

 

-"Ai amu taireddo"- bostezó y reposó su cabeza en el pecho de Masamune- estoy cansado... Masamune-dono- y se quedó dormido. 

-¿Me dijiste...?- sorprendido por la manera en que lo habían llamado, se recostó en el césped, quitándose la capa negra y colocándola sobre el Cachorro- ¿me dijiste Masamune?- lo abrazó esperanzado y sucumbió ante el agotamiento. 
 
 

Notas finales:

Que tal?


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