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Dust por Yoshita

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Notas del capitulo:

Uff, algo atrasada

-¿¡Por qué?! ¿¡Por qué?! ¡Me había recordado!- atado con una larga cadena a un poste de madera en medio de uno de los jardines, Masamune gritaba, buscando explicaciones- ¡suéltenme! Let me go! He needs me!- su segunda lengua le permitía transmitir mejor la tristeza y el arrepentimiento al haber abandonado a Yukimura en ese momento. La luna creciente se erguía lúgubre y melancólica, siendo acompañada por estrellas, la noche arropaba a Masamune y lo acompañaba en su dolor. 
-Es tu culpa terminar así- Kojuuro le habló de las sombras- te dije que no te acercaras...

-¡Kojuuro! Déjame ir. 

-No- contundente, se paró mas cerca a Masamune- no te puedo dejar ir, te pondrás en peligro y a todos nosotros. 

-¡¿Todos?! ¡Pero si sólo somos 4!

-¿Y que pasa con Ieyasu y Mitsunari?- mencionó a los otros colegas- ¿ellos no cuentan?

-¡Ellos nunca están! ¿Para qué preocuparme por esos dos?

-Si no le ves sentido a esos dos, bien, pero, ¿y nosotros? ¿Nosotros si contamos?

-Si... Pero...

-¿Cómo pensabas salvar al chico?

-Las Seis Garras son fuertes. 

-Ya lo creo, ¿no pensaste en la impresión que se llevarían de ver que un ser humano puede hacer algo como eso?

-¡No soy tan imprudente! Déjame ir, Kojuuro. 

-Lo haré- una sonrisa se dibujó en los labios de Masamune- pero después- la sonrisa se borró- por ahora piensa en tus acciones- se retiró sin decir mas. 

-Debe odiarme- confesó a la luna- y yo que lo amo- sonrió triste- si él supiera... No, si recordara, todo sería mas sencillo, ¿cómo llegó a olvidar algo tan importante? Y luego de haberlo prometido. 

-¿Hablando solo?- Motochika interrumpió su charla con el satélite- no creo que estés loco... No aun. 

-¡Motochika! You bastard...!

-Relájate- levantó los brazos mostrando inocencia- de verdad lo siento. 

-Tu...

-Es Mouri. 

-¿Qué?

-Cometió un error. 

-¿Y eso qué tiene que ver?- Masamune no lograba ver el punto al cual Motochika deseaba llegar. 

-Kojuuro me dijo que tenía que vigilarte y traerte de vuelta si cometías o intentabas cometer una estupidez- se sentó un el suelo al lado de donde Masamune estaba sentado también- dijo que así perdonaría lo que hizo Mouri. 
-Es muy estricto. 

-Lo hace porque es su responsabilidad. 

-¿Qué hizo Mouri?- curioso, el Dragón no aguantó las ganas de preguntar. 

-Digamos que hay ciertas cosas que no debes mostrar ante el resto de la gente. 

-¿Mouri...?

-Si. 

-Vaya- rió a carcajadas junto con el Demonio- ese Mouri...

-¿Yo qué?- la voz seria de Motonari interrumpió las risas de los chicos. 

-Mouri...

-No es...- no logró terminar, estaba siendo fuertemente abrazado por un idiota de cabellos blancos. 

-Estás bien. 

-Claro que si, idiota- sonrojado, reprendió a su pareja sentimental- no soy ningún debilucho. 

-Pero si un idiota- añadió Masamune- mira que hacer semejante...

-Silencio Masamune, yo no soy el que está atado a un poste de madera para evitar escapar por casi mostrarse en público. 

-Golpe bajo- Motochika reía. 

-Me liberaré e iré por mi chico. 
Mouri quedó en silencio y sorprendido, él no sabía la razón por la que Masamune se acercara tanto a la gente, pero claro, debió suponerlo, con él ocurrió casi lo mismo, la diferencia yacía en que Motochika era un imprudente de miedo. 

-¿Lo has encontrado al fin?- cuestionó Mouri, buscando explicaciones. 

-Yes, hace 10 años. 

-¿¡Y sólo hasta ahora te dignas a ir por el chico?!

-¡Piensa, idiota verde! ¡Hace 10 años tenía 13, no podía dejar el castillo así como así!

-Pero todo este tiempo estuviste aquí, tranquilo de la vida. 

-No, yo iba a verle casi todos los días, que él no me viera es otra cosa, pero yo siempre lo vigilaba... Casi siempre, hubo cosas que me perdí, como su sufrimiento luego de haberme ido de su lado. 

-Entonces, ¿fuiste con él, lo enamoraste y lo abandonaste?

-Golpe bajo- susurraba Motochika ante los comentarios de Mouri y el castigado. 

-Si lo pones de esa forma suena feo. Lo que hice fue volver porque yo no podía, a esa edad, estar fuera del castillo solo. 

-Entonces, aparte de todo eso, ¿también le mentiste?

-¿Tienes que malinterpretar lo que digo?

-Sólo lo veo de la forma correcta. 

-No es esa. 

-Lo es y lo sabes. La forma correcta no siempre es la que queremos ver, porque no nos conviene. Sin embargo, ahora que sabes todo, ve por el chico. 

-Estoy atado, ¿recuerdas? A menos que puedan soltarme, no puedo ir por él. 

-Lo haría- repuso Mouri- pero aun tengo los grilletes. 

-Fuck! Kojuuro sabe lo que hace. 

-¿Qué grilletes? No veo nada en tus manos. 

-Son invisibles, Motochika, un truco de Kojuuro. 

-¿Y por qué yo no lo sabía? Lo conozco desde hace mas que tu. 

-Nunca necesitó usarlos contigo, Chika. 

-¿Y contigo y con Mouri si?

-Hay cosas que no debes saber- Mouri se retiró- vamos Motochika, Masamune necesita planear. 



No se colaban rayos de sol por la interferencia de las nubes, eso explicaba por qué Sanada Yukimura aun dormía en el suelo de tierra, la luz matutina no lo había alertado de la llegada del día. Se despertó lentamente mirando su alrededor y entendiendo que lo ocurrido el día anterior no eran imaginaciones suyas, de verdad había sido abandonado por el Dragón y olvidado por Oyakata-sama. Se sentó con sus piernas cruzadas y vio el plato con arroz frente a él, descansaba un gran tazón en una bandeja con los palillos dispuestos. Yukimura empezó a comer el primer alimento del día, que iba a ser muy largo. 

-¿Por qué le dijiste la verdad?- lo interrumpió la voz traicionera. 

-No es nada de tu interés, Sasuke. 

-Lo es- se acercó mas a los barrotes y se apoyó en ellos. 

-Si lo soy, ¿por qué dijiste donde estaba?

-Pensé que harías caso de mi mentira y volverías a tu puesto de General. 

-...- Yukimura siguió comiendo de pie e ignoró al ninja. 

-¿Quién es Masamune?- un impacto chocó en la mente del chico, mandándolo al suelo de manera momentánea pero no tan fuerte como las anteriores, ya había comenzado a recordar y las memorias se reconstruían en su mente. El arroz quedó intacto. 

-No lo se... Aun no...- acurrucado, respondió la pregunta de Sasuke. 

-Pero, gritaste su nombre. 

-¿Qué?

-En el bosque, ¿recuerdas? Es como si se lo hubieras gritado a alguien presente en ese momento, pareciera como si pidieras ayuda, como si rogaras por que esa persona se quedara a tu lado. 

No recordaba. ¿Quién era Masamune? ¿Por qué le dolía ese nombre? Y lo mas importante, ¿por qué se lo había gritado al Dragón?

-Sasuke... ¿Alguna vez has vivido algo importante para ti, pero luego lo has olvidado casi por completo?

-¿A qué te refieres?- era una pregunta extraña y Sasuke no hallaba como responder. 

-A eso- negó con la cabeza suavemente y tomó el tazón de nuevo- quiero decir... Te sucedió algo importante hace mucho, lo olvidas de a poco hasta que llega un momento en que recuerdas pedazos y, cada vez que quieres llegar más allá, la cabeza te da vueltas y te desmayas, ¿te ha pasado?

-No, nunca, que yo me acuerde, jamás. 
Yukimura suspiró, ¿debía confiar en él? Había sido traicionado anteriormente, ¿qué le garantizaba no volver a serlo?

-Que mas da, igual voy a morir dentro de poco- se dijo- siéntate Sasuke, no es una historia muy larga, pero hay detalles que no te puedes perder. 

-Danna...- obedeció, arrodillándose a un costado de la celda, al otro lado de los barrotes se sentó Yukimura, aun comiendo. 

-¿Recuerdas ese festival en donde Oyakata-sama me gritó frente a todos?

-¿Cómo olvidarlo?- carcajeó- ya, lo siento, continúa. 

-Cuando caminé lejos de allí, me encontré con alguien...- intentó recordar mas profundo, siendo atacado por un dolor de cabeza. 

-¿Estás bien Danna?

-Si, lo siento... Como te decía, no recuerdo muy bien, sólo tengo claro el azul. 

-¿Azul?

-Si, usaba ropa azul siempre, era también el color de sus ojos- aquella descripción cuadraba perfecto con la imagen que Yukimura tenía del Dragón- tenía espadas... Y cabello café. 

-Entonces, ¿fue esa persona quién...?

-Supongo, no tengo mas recuerdos de alguien enseñándome. 

-¿Por eso era que salías todas las noches?- Sasuke iba atando cabos a medida que escuchaba la historia. 

-Iba a encontrarme con él. 

-¿Él? ¿Era un hombre?

-Si...- vestigios pasaban fugaces por la memoria del Cachorro- un... Un muchacho. 
Sasuke recordó las palabras del Tigre De Kai en ese entonces: "amor joven", decidió salir de dudas. 

-¿Te gustaba ese chico?- un sonrojo acompañó la mirada de sorpresa que Yukimura le dirigió al ninja sentado a su lado. Dejó en el suelo el tazón de arroz, desocupado, y observó a Sasuke, buscando una explicación a lo que este le había dicho- ¿qué?

-¿Por qué piensas eso?

-Lo dijo el Capitán una vez que ibas saliendo, dijo que el amor joven era muy bonito y que se te notaba en los ojos que te ibas a encontrar con ese "alguien" especial. Él creía que era una niña del pueblo, ¿qué pensará cuando sepa esta historia?

-Pensará que debe matarme rápido, sería un deshonor que se supiera que el General de la tropas de Kai estaba enamorado de un hombre. 

-¿Entonces si lo estabas?- Sasuke atrapó a Yukimura en sus palabras, puede que su memoria no fuera aun completamente consciente de los hechos, pero ya sabía por qué le dolía haber olvidado todo aquello, se había enamorado de esa persona y buscaba refugio en el Dragón porque este también vestía de azul. 

-Al parecer si. 

-¿Entonces...?

-Sasuke... Creo que se por qué estuve triste un tiempo, ¿recuerdas?

-Si, llegaste una noche llorando, pensamos que la chica esa te había rechazado y lo confirmamos luego de que no volvieras a salir en las noches. 

-Ese fue el día en el que Masamune-dono me dejó. 

-¿Masamune? ¿Has recordado?
Yukimura quedó mudo. Había recordado el nombre. ¡Había recordado casi todo! Sentía que habían detalles importantes que se le escapaban, pero tenía claro el nombre, el azul y sus sentimientos. Ahora sólo necesitaba hallarlo, ¿pero dónde? No recordaba el rostro de su maestro, sólo esa orbe azul que lo observaba con tanta pasión... 

-Recuerdo su mirada. Quiero ir por él. 

-No puedo sacarte de aquí Danna- se puso de pie- no puedo ayudarte, el Capitán me tiene vigilado desde que supo que lo que le había dicho había sido mentira. 

-Pero yo le dije que...

-Nada de lo que le hayas dicho servirá, no puedo ayudarte a escapar Danna, lo siento. 

-¿Por qué de repente quieres ayudarme?

-Antes no sabía tu historia, no importa quien sea, todos tienen derecho a ser felices con aquella persona que aman. 

-¿Lo haces por pesar y compasión?

-Es una manera de verlo, o puedes interpretarlo como que me preocupo por ti y que seas feliz. 

-Sabías que era feliz usando la espada y que no quería que Oyakata-sama me tuviera de traidor. Me hubieras dejado en el bosque. 

-Extrañabas Kai, se notaba en tu mirada. 

-¿Y lo extrañaría menos estando en la cárcel?

-Pensé que aceptarías mi mentira. 

-¿Y culpar a Keiji-dono? 

-Maeda podía irse antes que el Capitán lo atrapara. 

-Eso nos pondría en enemistad con su familia y no es algo que bueno para Kai, ¿no pensaste en eso?

-Si, pero tenemos a Uesugi Kenshin, no estamos del todo solos. 

-Y las tierras de Oshuu siguen vacías. 

-Sin dueño, querrás decir, tal vez deberíamos avanzar y hacernos con ese territorio, también con Shikoku y Nichirin, sería una ventaja para los Takeda, aunque el capitán no ha ordenado nada. 

-¿Cómo es que esas tierras están vacías?

-No se sabe aun que sucedió con el heredero de los Chousokabe ni con el joven Motonari. 

-¿Desaparecieron?

-Según oí, Mouri Motonari decía que alguien venía a verle, eso fue hace 10 años, para ese entonces Motonari tenía 15 años. Dicen que se enamoró de un espíritu, fue acusado de brujo y, a los 20 años, fue quemado en la hoguera, sin embargo, los campesinos cuentan que otro hombre, un muchacho un poco mayor que él, lo salvó y se desvanecieron entre polvos y humo fucsia. 

-¿Y los Chousokabe?

-Chousokabe Motochika desapareció a los 10 años, nadie sabe cómo, nadie sabe dónde, nadie sabe el por qué. Fue como lo ocurrido con los Date. 
¡Date! Ese apellido resonó en el fondo de la mente de Yukimura. Él sabía algo de ellos, lo sabía... Pero no lograba recordar que era lo que sabía, además que alguien se desvaneciera entre polvo y humo se le hacía conocido. 

-Me voy Danna- Sasuke le dio la espalda y se alejó de las celdas, desapareciendo tras una pesada puerta de madera. 

Había hablado demasiado con Sasuke, pero ahora sabía lo que había sucedido con dos de los tres herederos de las familias importantes de Hi No Moto. Faltaba el chico Date, pero sentía conocer un poco del chico desaparecido. No supo que era el mediodía sino hasta cuando le trajeron una porción de miso con mas arroz. 

Después de comer se recostó en el suelo sucio e intentó quedarse dormido. 

-Lo siento, Yuki-chan. 

-No es su culpa, Keiji-dono, usted no tuvo la culpa. 

-Pero pude haber detenido a Takeda- se excusó acercándose a la celda de Yukimura- pude haber evitado que te vieran y todo esto no hubiera sucedido. ¿Qué le dijiste al Tigre De Kai?

-La verdad. 

-¿Toda?

-Lo necesario, simplemente. Dije que era mi culpa, no tuya como había sugerido Sasuke, lo siento por ello. 

-¿¡Por qué lo hiciste Yuki-chan?!- la sorpresa cruzó el rostro del Cachorro- ¿¡por qué no dijiste que era mi culpa?!

-¡Porque no lo era! Keiji-dono, ¿esperaba usted que mintiera?

-Eso fue lo que me dijo Sasuke cuando le di la idea de culparme. 

-¿¡Qué?!

-Nada, nos hablamos mañana, Yuki-chan. 

-Pero...

-Adiós- volvió en sus pies y, como Sasuke, desapareció tras la puerta pesada de madera. 

-Keiji-dono...- pensó mientras se iba resbalando al suelo. 

La noche llegó lenta y fría, escurriéndose entre los helados barrotes. 
Notas finales:

Espero sea de su agrado


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