Cuatro años, cuatro largos años habían pasado, al principio todo fue doloroso, lleno de lágrimas, de rencor y numerosas preguntas lanzadas al aire hacia esa persona, ¿por qué me dejaste? ¿Por qué todo acabo así? ¿Nunca llegaste a amarme en verdad? Esas preguntas y más inundaban la mente del rubio, una y otra vez, solo siendo escuchadas ahora por aquel dinosaurio de felpa que aún conservaba, aquel que había sido testigo de su amor muchas veces. En ese entonces no quería tirarlo, aún conservaba la ligera esperanza de que el otro recapacitara y volviera a su lado, pero eso nunca paso, dejándolo solo con un sentimiento de vacío y soledad.
Al paso del tiempo la situación se volvió más llevadera, inclusive se daba el lujo de decir que ya lo había olvidado, que no tenía importancia, que todo ya solo formaba parte de una mala experiencia que había vivido. Y en cierta forma así era, aquella persona le había roto el corazón en mil pedazos, pero lo que él no sabía, era que aquel ser también sufría por el hecho de haberlo alejado de su lado. Para ambos aquella separación había sido el declive de sus vidas, un punto donde la felicidad simplemente había dejado de existir.
Cuatro años pasaron desde entonces, el rubio pensaba que ya lo había superado, pero estaba equivocado, más bien había aprendido a sobrellevarlo, si eso era, ésa era la palabra correcta. Ya no sentía que rompería en llanto tan solo de recordar momentos a su lado, ahora cuando recuerdos venían a él solo una sonrisa melancólica surcaba por su rostro. Todo había sido solo una ilusión.
Poco a poco fue recuperando su vida, seguía siendo la misma persona amable en eso no había cambiado, lo único que cambio fue el hecho que nunca se volvería a enamorar, él lo sabía perfectamente, y no porque ahora odiara ese sentimiento, sino porque aquel pelinegro fue y aún era su único amor, y nunca podría amar a nadie ni siquiera la cuarta parte de lo que aún lo amaba a él.
Y ahí se encontraba ahora, tarareaba una canción alegremente mientras barría la acera de enfrente de aquella cafetería donde trabajaba, apenas comenzaba su turno. Acabando su labor se dispuso a atender a los clientes del lugar, paso la mayor parte de la mañana entre café y café, todo parecía tan cotidiano hasta que…
-Me da un expresopor favor- decía aquel personaje
Ji no pudo no reconocer esa voz, esa voz que tanto amaba, esa voz que tantas veces le había dicho cuan precioso era y que un día sin más había destrozo su corazón. Se sintió desfallecer en ese momento, pero como puedo y haciendo uso de las pocas fuerzas que aún le quedaban, levanto su rostro, encontrándose frente a frente con aquella persona. Sus pupilas temblaban, sentía su corazón latir al máximo, ver esos profundos ojos negros le hacían perderse en ellos y perder la cordura también. Con tan solo verlos se perdió en ellos.
-Disculpe, ¿me va a atender o no? – una voz ronza le saco de su ensoñación.
-E-este si claro, un momento por favor- pronuncio, no sabía ni dé donde sacaba fuerzas siquiera para articular palabras, se dio la vuelta y se dispuso a surtir la orden, esto le estaba doliendo y mucho, al parecer él ni siquiera le había reconocido, y no vio rastros de tristeza o sorpresa en él cuando lo vio, todo indicaba que era el único que no lo había superado, ahora lo entendía. Al darse cuenta de eso no pudo evitar que una lágrima recorriera su rostro.
- Aquí tiene—Sin levantar la vista como pudo entrego la orden a aquella persona, este solo pago y se fue sin más, dejándolo solo otra vez. ¿Por qué tenía que aparecer de nuevo? ¿Por qué ahora que todo parecía estar bien? Como era posible que con solo verlo su mundo diera un vuelco total, ¿Por qué su corazón latía aun por él después de todo el daño que le había hecho? Las preguntas venían de nuevo a su cabeza, mientras su rostro estaba empapado en lágrimas.
FLASBACK
- Ji Yong necesito hablar contigo – decía el pelinegro del otro lado del teléfono
- Claro Hyunnie, nos vemos en nuestro parque- contestaba en medio de una risilla el rubio
- Ok te veo a las 5, no tardes – después de esas palabras el mayor colgó.
-Hyunnie, te…. amo – Las palabras del más pequeño quedaron en el aire, el otro ya había colgado, pero Ji no le tomo mayor importancia, de seguro su novio estaría ocupado.
Se había arreglado lo más que pudo, se veía hermoso ante los ojos de cualquier persona, pero él solo quería ser visto por aquella persona especial. Llego puntual a la cita con una sonrisa en el rostro típica de él. El mayor ya se encontraba esperándole, trato de saludarle de beso pero el pelinegro lo detuvo.
- ¿Qué pasa? – Pregunto algo asustado el rubio
- Nos pueden ver Ji- Contestaba el pelinegro
- Vamos Hyunnie, no es que no nos hayamos besado en público antes, además solo era uno en la mejilla – bromeaba el rubio
- Ji siéntate, tenemos que hablar- la voz del mayor sonaba más ronca de lo normal
-¿Pasa algo malo amor? - pronunciaba Ji
- Quiero que terminemos – Soltaba sin un rastro de delicadeza.
- Pe-pero ¿Cómo? ¿Por qué?, ¡No! ¡No puede ser! Me niego a aceptarlo. Yo… yo te amo – Decía al borde del llanto el rubio
-No hagas esto más difícil Ji Yong- respondía seco el pelinegro
-¿Por qué? ¡Necesito una maldita explicación de esto al menos! ¡Respóndeme Seung Hyun! – ahora pedía a gritos y zarandeadas el más pequeño.
Como pudo el pelinegro se zafo del agarre de Ji y se posiciono delante de él.
- Quieres una explicación, quieres una maldita explicación, pues te la voy a dar- ahora el que gritaba era él- solo paso que deje de amarte, ya no te quiero, no significas nada para mí, más bien nunca sentí nada por ti. - Las palabras del pelinegro se clavaban como puñales en el corazòn de Ji Yong, que solo lo miraba fijamnete, con una cara de incredulidad – Te contare que cuando empecé a andar contigo solo lo hice para llevarte a la cama, eras solo un gusto que quería darme, algo diferente que quería probar y algo de lo que ya me aburrí. Eso es todo- El rubio no sabía que decir, aun así hablo.
- No, eso no es cierto, me estas mintiendo, tus besos, tus caricias, todas las veces que estuvimos juntos me dicen otra cosa- sollozaba el menor.
-Já, eso solo fue para llevarte a la cama y obtener un poco de diversión, ¿Creíste que todo era verdad? Jajá que iluso eres, obviamente tenía que actuar bien para poder conseguir lo que quería, soy buen actor ¿No? - escupía riéndose Seung, y enseguida sintió como un puño se estrellaba en su cara con tanta fuerza que lo arrojó al suelo.
-Eres un estúpido bastardo, ¡TE ODIO SEUNG HYUN! No quiero verte nunca más – decía aun con los ojos llorosos, para después alejarse de ahí.
-Así es mejor para los dos, espero algún día puedas perdonarme – respondía en un susurro el pelinegro casi al borde del llanto, un susurro que nunca llegó a oídos de Ji Yong.
FIN DEL FLASBACK
Una vez más se encontraba llorando en su habitación, otra vez maldiciendo al destino por haber cruzado a Seung Hyun en su camino. Estaba tan cansado de todo que poco a poco aun con lágrimas en los ojos fue quedándose dormido.
La luz se sol entraba por las ventanas molestándolo, sentía como le pesaban los ojos de tanto llorar, aún sin ganas tuvo que levantarse. Cambiado y desayunado se disponía a irse al trabajo, cuando vino a su mente Seung, de nuevo no pudo evitar sentirse melancólico. Con un poco de valor se decidió a ir al lugar donde todo comenzó y donde también todo había acabado.
POV Seung Hyun
Después de ese maldito día todo iba de mal en peor, ya no le encontraba sentido a nada. Varias veces pensé en quitarme la vida, pero siempre terminaba arrepintiéndome. Era un cobarde siempre lo había sido, de hecho esa era la razón por la cual aleje a mi único amor de mi lado. Las relaciones entre personas del mismo sexo no eran, ni son aun bien vistas en esta parte del mundo, odiaba la manera en que nos miraban por ir tomados de la mano o por besarnos, incluso el simple hecho de sonreírnos, al principio no me importo solo quería hacerlo feliz y ser feliz a su lado. Pero como siempre termino arruinándolo todo, las habladurías de la gente de mi alrededor, incluso de las personas que no conocía poco a poco fueron mermando mi valentía de enfrentar al mundo por él.
Así fue como llegue a un punto insoportable para mí, y… le rompí el corazón. Le dije cosas tan terribles que aun al recordarlas me hacen querer vomitar, pero en ese momento pensé que era lo mejor para ambos. Fui un cobarde, de hecho aún sigo siendo un cobarde.
Y ahora el destino lo vuelve a colocar frente a mí, al verlo mi corazón latió con fuerza, la sangre volvió a correr por todo mi cuerpo, el hecho de ver su de nuevo su rostro me hacía volar, tuve tantas ganas de besarle pero me contuve. Después de todo quien era yo para perturbar su paz, yo que lo había herido tanto en el pasado, como podría perdonarme el lastimarlo de nuevo. Con todas las fuerzas que tenía disimule, me porte lo más frio posible incluso cuando de reojo le vi soltar una pequeña lagrima, verlo así me partió el alma pero como dije antes aún sigo siendo un cobarde así que me aleje tan pronto como pude de ahí.
Hoy me encuentro donde todo comenzó, donde mi corazón latió de amor por primera vez, donde latió por él. Miro con nostalgia todo el panorama recordado los momentos felices con él hasta que mis ojos se posan en una silueta conocida.
-No puede ser, es él – susurro impresionado, intento salir huyendo pero oigo unos sollozos. Está llorando, dios que hago. Por más que ordeno a mis piernas moverse para salir huyendo como siempre, estas no me responden, parece que mi corazón y mi mente quieren volver a su lado, sin saberlo llego hasta su lado y poso una mano sobre espalda.
-No llores más, no me gusta verte así- le digo
El voltea sorprendido, puedo ver como tiene los ojos hinchados de tanto llorar. Sin pensarlo paso mis dedos por sobre sus ojeras y deposito un beso corto sobre sus ojos.
-¿Quién diablos te crees que eres? – me responde aventando mis manos que se habían posado en su cara.
- Ji, no me gusta verte así – le respondo preocupado
- El cómo me encuentre es problema mío no tuyo, nada tiene que ver contigo ¡Así que déjame en paz! – me contesta casi gritando aun con lagrimas en los ojos.
Al verlo así no puedo más, le tomo nuevamente del rostro y le beso. Trata de zafarse de mí pero lo rodeo en un abrazo fuerte del que no es capaz de soltarse, poco a poco siento como deja de oponerse y posa sus delicados brazos alrededor de mi cuello. Era un beso lleno de amor, de sentimientos que salían a flote, definitivamente esta vez lucharía por esto, no lo dejaría ir una vez más. De pronto un sabor salado me saco del cielo donde estaba, sin dejar de besarlo abrí los ojos y me encontré con la imagen de Ji llorando, sus lágrimas se mezclaban en nuestro beso, al verlo así no pude evitar ponerme a llorar.
La falta de aire hizo que nos separáramos, nuestros ojos se encontraron, aún seguíamos llorando. Al verme así, se llevó las manos al rostro y hablo.
-¿Qué es lo que quieres? ¿Por qué apareciste de nuevo en mi vida? ¿No fue suficiente el daño que me has hecho? ¿Por qué sigues ilusionándome? ¿Por qué? –
Mi corazón se partió al escucharlo pero ya lo había decidido, esta vez lucharía por nuestro amor y nada ni nadie me convencería de lo contario, Iba a ser valiente por él, por mí, por nosotros.
-Ji, perdóname. Yo te amo. Fui un tonto, nunca debí dejarte, nunca debí hacerte daño. Perdóname por favor- le decía con los ojos acuosos.
-¡BASTA! No digas más, no volveré a caer. No volverás engañarme. ¡No más! – replicaba dispuesto a irse.
Rápidamente lo tome de la mano, y lo abrace a mí.
-No te vayas. No una vez más. No puedo perderte otra vez, antes fui un tonto. Pero ya no más. Me he dado cuenta que sin ti no puedo vivir, eres mi razón de ser. Sin ti no puedo seguir – le decía llorando.
-¡No te creo! Ya antes me has abandonado y engañado, ¿por qué debería creerte ahora?- respondía golpeado la espalda.
- Porque yo aún te amo, porque yo… nunca eh dejado de amarte - lo aparte para que me mirase a los ojos- Antes fui un cobarde. Hoy estoy decidido a luchar por esto, a luchar por ti. Nunca volveré a abandonarte, eres lo más importante que tengo en esta vida y daría todo por ti. No permitiré que nadie te lastime más, de ahora en adelante te protegeré aún con mi vida si es necesario. Porque este amor que siento por ti es infinito, te amo, te amo y nuca dejare de hacerlo. ¡TE AMO CON TODO MI SER JI! Perdóname - lo último lo dije casi gritando
Sus ojos brillaban como nunca, podía ver como se iluminaban conforme las palabras fluían de mi boca. Al terminar no dijo nada solo poso sus labios sobre los míos en un beso cálido, lleno de amor.
-Yo también te amo Seung, nuca deje de hacerlo, no vuelvas a dejarme porque no te lo perdonaría jamás- me sentencio
- Lo sé, nunca lo hare. Ahora soy tuyo y tú eres mío – Respondí
-Siempre lo eh sido Hyunnie- dijo con una sonrisa, al oírlo no pude evitar volver a besarlo, nuestros labios se amoldaban perfectamente. Lo amo tanto que no creo poder vivir sin él una vez más.
FIN POV SEUNG HYUN
Y ahí se encontraban eso dos seres que estaban predestinados a estar juntos, demostrándose todo lo que sentían en ese beso. En ese lugar tan significativo, aquel lugar que vi su historia nacer, que los vio enamorarse, pelearse, inclusive alejarse, pero lo que es aún más importante. Ahora era testigo de cómo volvían a unirse para no separarse jamás, para verlos continuar su historia juntos hasta el final. Sus esos rostros se veían sin rastros de tristeza. Ambos felices, ambos alegres por recuperar el amor que un día creyeron perdido, un amor que creyeron imposible, pero que nunca abandono sus corazones. Porque un amor tan grande como el de ellos no podía terminar mal, porque como dice el dicho… donde hubo fuego, cenizas quedan.