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Quiero ser por Ciel_Kuroshitsuji

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Notas del capitulo:

Yay!! Perdón por tardar un poco en actualizar, pero aquí está... el cuarto capítulo, espero que les agrade. 

Disfrútenlo. 

Dejé pasar mi furia en ese momento. Probablemente Naruto tenía sus razones para no haberme dicho que tiene novio; probablemente lo olvidó, o tal vez no tenía mucho tiempo de que comenzó a salir con ese tipo, o podría ser que no quiso decírmelo porque pensó que no lo aceptaría si supiera que es gay.

¿Ahora qué haré? Naruto tiene novio, no puedo obligarlo a que termine con él sólo para estar conmigo. Ayer lo besé y ni siquiera sabía que tiene novio.

Seguí pensando sobre lo recién ocurrido, pero un revoltoso rubio decidió despertar.

-        ¿Teme? ¿Qué haces aquí? – Cuestionó con curiosidad.

-        Me quedé a dormir anoche, aquí en tu cama contigo. Te quedaste dormido en el taxi y te traje hasta aquí. Kushina-san y Minato-san me ofrecieron quedarme porque ya era muy tarde. – Expliqué en un tono neutral.

-        Ya veo… Gracias, Sasuke. Ayer me la pasé muy bien contigo. – Al finalizar de decirme esas palabras que me pusieron muy feliz, remató con una deslumbrante sonrisa.

-        Naruto… - Me puse serio. – Llamó tu novio.

-        ¿Qué? – Me miró descolocado. – ¿Llamó quién?

-        Tu novio… un tal Sai. – Respondí intentando disimular mi molestia.

-        Ahh… – Puso una expresión de comprender todo y sonrió como si nada. – Sai… No es mi novio, Sasuke. Es sólo mi compañero en la clase de arte.

-        Él dijo que te dijera que llamó tu novio y que lo llamarías al instante.

-        Sí, él es muy bromista. No somos más que amigos. – Me aclaró con seguridad. – Pero no sé por qué te dijo que es mi novio a ti. ¿Le dijiste tu nombre?

-        Sí, preguntó por ti y le dije que estabas dormido, también le tuve que decir mi nombre.

-        Ya veo. – Observé cómo su sonrisa se ampliaba y él trataba de disimularla. – Supongo que sólo quería hacerme una broma o algo así.

-        Ah… y lo siento por contestar tu celular sin permiso, pero sonaba demasiado fuerte, no quise que dejaras de dormir para que descansaras bien.

-        No te preocupes, teme. Y gracias por dejarme dormir.

Después de eso Naruto se levantó y se fue con dirección al baño, se cepilló los dientes y se duchó. Al pasar unos 20 minutos regresó a la habitación.

-        Sasuke, el baño está libre, ya puedes utilizarlo.

-        Gracias…

No dije más y tomé una toalla para irme a duchar. Disfruté del agua cayendo sobre mi cuerpo mientras me enjabonaba. Salí con sólo una toalla alrededor de mi cadera y me fui al cuarto de Naruto, lo que no esperaba es que él estuviera ahí.

No sé por qué, pero Naruto se sonrojó al instante en el que me vio. Yo supuse que algo pasaba y me aproximé con rapidez a él y le toqué la cara con las manos, se sentía arder sus mejillas.

-        Naru, ¿te sientes bien? – Cuestioné con tono preocupado cubriendo mi voz.

-        Ehh… Sí… Estoy b-bien, Sasuke. N-No pasa nada… Mejor vístete. – Me respondió titubeando y sin mirarme.

-        ¿Estás seguro? Estás muy caliente y rojo de la cara, ¿no tienes fiebre?

-        No, estoy bien.

Se levantó de la cama bruscamente sin que el sonrojo se escapara de sus mejillas y se dirigió a la salida de la habitación.

-        Vístete… te espero en la sala. – Dijo antes de salir casi corriendo.

Era obvio que Naru se sonrojó por verme así, lo sabía bien, pero quise fingir para ver su linda reacción. Estaba por vestirme cuando me di cuenta de algo: no tenía ropa limpia para ponerme y Naruto ya se había salido del cuarto.

Logré escuchar a los señores Namikaze decir que saldrían a comprar la comida, así que supuse que no sería malo bajar a buscar a Naruto para pedirle ropa. Tal y como estaba –sólo con la toalla a mi cintura– bajé las escaleras y encontré a Naruto sentado en el sofá mirando televisión. Me acerqué sin hacer ruido y cuando estuve detrás de él me agaché hasta que mis labios quedaran cerca de su oído.

-        Naru… - Susurré con intención de alterarlo.

-        ¡Waaaah! ¡¿Qué haces, teme?! – Exclamó totalmente sobresaltado, justo como yo quería.  

-        Nada. – Mencioné fingiendo inocencia. – Sólo quiero pedirte ropa limpia para vestirme.

-        Pues no era necesario que me asustaras así para pedirla. – Se levantó del sillón y me volteó a ver, entonces un nuevo sonrojo apareció en su rostro. – V-vamos, te daré la ropa.

-        Claro. – Caminé detrás de él sin evitar notar su nerviosismo. - ¿Ocurre algo, Naruto? Desde hace rato estás raro.

-        Nada… No me pasa nada.

Guardé silencio hasta que llegamos a su habitación una vez más. Él se dirigió a su clóset y buscó algunas ropas que pudieran quedarme, mas no encontró alguna, ya que su complexión era notablemente más pequeña y delicada que la mía.

-        Sasuke, no te quedará mi ropa. – Declaró con vergüenza. – Soy más pequeño que tú y… te quedaría muy chica si te la pusieras. Pero… creo que mi padre tiene ropa que no usa. ¿Quieres probártela?

-        Claro, pero… ¿No le molestará a Minato-san que me ponga su ropa? – Le pregunté dudando un poco.

-        No te preocupes, de verdad no la usa, y no porque no quiera, sólo que le queda chica. Pienso que estará a tu medida. – Respondió mientras sonreía un poco.

-        Bueno, entonces vamos por esa ropa. Me la pondré y tendrás que decirme cómo se me ve, porque no pienso ponerme algo que se me vea mal. – Bromeé acercándome a Naru. - ¿Sí?

-        S-sí… Espera aquí.

Se apartó bruscamente y salió de la habitación en busca de la ropa. Regresó a su cuarto trayendo consigo un montón de ropa que parecía nueva, la dejó en la cama y se giró a verme.

-        Esa es toda la ropa que tiene y que no le queda. Pruébate la que más te guste. – Me dijo con un sonrojo. – Yo te esperaré afuera.

-        ¿Por qué no te quedas? Los dos somos hombres, a mí no me incómoda que te quedes aquí. – Mencioné maliciosamente con intención de frustrarlo un poco más.

-        No, estaré afuera.

Sin decir más se fue de la habitación y cerró la puerta. Me dediqué a observar prenda por prenda para escoger alguna que me gustara, aunque realmente toda se veía bien, Minato-san sí que tiene buen gusto. Al final terminé por escoger una camiseta negra de tirantes, arriba me puse una camisa azul oscuro sin abrochar; también me puse un pantalón negro de corte recto, tomé mis tenis que llevaba el día anterior y los calcé en mis pies. Antes de salir para que Naruto me viera, me arreglé un poco el cabello; y no es que yo fuera metrosexual o que me preocupara en exceso por mi imagen, pero tampoco me gustaba verme mal.

Abrí con cuidado la puerta y miré a Naruto sentado en el suelo recargándose en la pared, parecía absorto en sus pensamientos, pues cuando le hablé ni siquiera me escuchó, entonces me acerqué y lo moví un poco con mi pie; él se alertó y dio un pequeño saltito de sorpresa, volteó a verme y abrió los ojos de par en par.

-        Teme… me volviste a espantar.

-        Lo noté, pero no era mi intención. Lo que pasa es que te perdiste en tu mundo de los dobes. – Dije con tono burlón.

-        Cállate, teme. – Se sonrojó por lo que dije y luego lo ayudé a levantarse.

-        ¿Y…? ¿Cómo me veo? – Pregunté dejando que me observara completamente.

-        No te ves mal, te queda muy bien esa ropa. Probablemente papá te la dé de lo bien que se te ve. – Exclamó con una sincera sonrisa.

-        Gracias… No me esperaba que terminara por gustarte. – Mencioné bromeando.

-         Qué gracioso, teme. – Se ruborizó de nuevo, pero esta vez hasta las orejas.

-        Bueno… creo que es tiempo de que me vaya. Ya estuve aquí desde ayer y no he ido a mi casa. Nos vemos en la escuela, Naru.

-        Etto… Sasuke, ¿por qué no te quedas a comer?

-        No causar más molestias, gracias, Naru. – Le sonreí con sinceridad y él desvió la mirada.

-        No las causas. – Se sonrojó un poco y se levantó su cabeza para mirarme fijamente.

Bajamos las escaleras y antes de que saliera de la casa, Naru me detuvo en la sala, tomándome por la muñeca.

-        Sasuke… lo que me dijiste ayer… ¿lo decías en serio?

-        Lo de que me gustas… sí, lo decía en serio. No jugaría con algo así, dobe.

-        Pero… ¿cómo es que te empecé a gustar?

-        La verdad, no tengo ni idea, sólo de repente me di cuenta de que cada vez que te veo me quedo como tonto sin poder apartar mi mirada de ti, también me comencé a sentir extrañamente feliz cada que estoy a tu lado. Así fue como me di cuenta, pero no sé desde cuándo pasa esto. – Expliqué sonriendo y sentí arder un poco mis mejillas.

-        ¿Cómo puedes decir algo tan vergonzoso así de fácil, teme? – Mencionó sobresaltada y sonrojado a más no poder.

-        Pues yo sólo te estoy diciendo lo que siento… de todos modos, sé que yo no te gusto, Naru, y me alegra que aunque no sea a así me sigas tratando como siempre.

-        Sasuke… - Interrumpió mis palabras antes de que dijera algo más. – Creo que también me gustas, pero… no creo sentir todo lo que tú sientes por mí.

Me sorprendí de sobremanera cuando dijo eso. De verdad no creí escuchar bien, pensé que era mi imaginación, miré a Naruto a los ojos.

-        Naru… No digas cosas que puedan ilusionarme si no son verdad. – Susurré algo dudoso.

-        No es mentira, de hecho, Sasuke… yo… – Se quedó callado por unos instantes que sentí eternos. – Quiero que seamos novios.

¡¿Escuché bien?! ¿Dijo que quiere ser mi novio?... Pero… Rayos… No sé qué decir, estoy petrificado. ¿Cuánto tiempo ha pasado? Creo que ya pasaron unos minutos desde que me quedé así. Tengo que responderle a Naruto antes de que se arrepienta, pero las palabras no salen. Sólo puedo observar a un Naru ruborizado hasta las orejas con la cabeza hacia abajo mirando hacia el piso.

Ante mi mutismo que no lograba apaciguar, me acerqué, tomé a Naruto del mentón y lo alcé para luego posar mis labios sobre los suyos, comenzando un lento y suave beso. Naruto se sorprendió pero correspondió después de unos segundos. Movía mis labios con suavidad para no asustarlo y le acariciaba la cintura, disfrutando a la vez de sus caricias en mi cuello. Estábamos perdidos en nuestros labios, yo en los de Naruto y él en los míos. Poco a poco me dio paso a su boca, abriéndola un poco y dejando entrar mi lengua; jugué un poco con la suya y exploramos nuestras cavidades. Tan absortos estábamos en el beso que no nos dimos cuenta que la puerta de la entrada se había abierto.

-        ¡¿Qué rayos hacen?!

Gritó una voz alterada proveniente de la puerta. Nos separamos bruscamente por el susto que nos causó ese grito. Cuando nos giramos hacia la puerta, logramos observar a MInato-san y a Kushina-san mirándonos con los ojos abiertos a más no poder, tenían una cara de espanto, como si hubieran visto algún fantasma o algo parecido. Naruto estaba totalmente tenso y no se movía, parecía que se había quedado inmóvil, pero no pude hacer algo, porque yo estaba igual que él.

 

CONTINUARÁ... 

Notas finales:

Dejen reviews y prometo actualizar más pronto! 

Los quiero y gracias por leer. 


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