Un muchacho golpeaba insistentemente una lapicera contra el escritorio de la biblioteca.
El chico sentado a su lado agarro su muñeca para que no siguiera haciéndolo.
-Basta, Tony ¿Dime que pasa?
Él lo miro con ojos preocupados.
-Mis padres saldrán de la cuidad, nuevamente, este viernes en la noche.
-No es la primera vez que lo hacen, ¿que es diferente ahora?
-Me quedare solo.
Steve rodó los ojos ante el dramatismo de su amigo.
-Sabes que no te pasara nada, no es como si te fuera a salir un terrorista debajo de la cama.-bromeo- Recuerda ya me quede contigo el sábado.
-No seas cruel Rogers, no eres tú quien se quedara completamente solo y abandonado en una mansión de casi 200 años.
-¿Y que pasa con Jarvis?-Pregunto Steve-¿No estará él en casa?
Tony resoplo con contrariedad.
-Jarvis es el mayordomo no mi niñera, además tiene sus propias responsabilidades.
-Ya no seas exagerado, ¿y que quieres que haga yo?
Al decir eso Tony lo miro conspiradoramente.
-¿Te apetecerían dos días todo incluido en la mansión Stark?
Steve sabia que su amigo no lo hacia apropósito, que en verdad le disgustaba estar solo. Así que iba a responder pero Tony, como siempre se adelanto a su respuesta y comenzó a suplicar.
-Por favor Steve, compadécete de mí.
-Tony, yo…
-¡Por favor!
-No creo que….
-Por favor. ¿Que tal si de repente aparece una horda salvaje de chicas y quieren violarme? ¿Quien me defenderá? ¿Quien protegerá mi virtud?
Steve estaba muy exasperado… Tony no se estaba controlando, se hallaban en la biblioteca y en cualquier momento los reprenderían por el alboroto.
-Ya, calla- exclamó- No es necesario que te rebajes, ¿Qué dirán tus ancestros? Es mas, creo que en este mismo instante están revolcándose en su tumba por oír a un Stark rogar…
Tony dejo su parloteo y rompió a reír. Pero una vez que se calmo pregunto.
-¿Eso es un sí?-
-Que mas da, por algo soy tu amigo ¿no?
La sonrisa que Tony tenía plantada en el rostro no se la quitaban con nada. Comenzó a recoger sus cosas y las metió todas en su mochila.
-Espera un momento, aun no terminamos los deberes y ya te vas.
-Bueno, ya conseguí lo que quería- declaro y le guiño un ojo.
-Vuelve aquí Tony… ¡Stark!-grito, pero el moreno ya se había marchado. Resignado suspiro, nunca cambiaria.
-o-o-o-
Tony abandono la biblioteca con una sonrisa radiante. Steve no era fácil de convencer pero después de todo había cedido.
Justo este viernes no tenían partido de futbol, y para su fortuna coincidió con que sus padres estarían fuera. No dudo en invitarlo, después de todo era su mejor amigo y compañero del equipo.
-Ja, amigo-se burlo su subconsciente.
A los amigos no se les queda mirando mas de la cuenta. Cuando un amigo te palmea la espalda, el corazón no se te acelera. Y por sobre todo no se tiene sueños húmedos con ellos.
Para cuando dejo de autoconvencerse mentalmente su rostro estaba muy sonrojado.
-o-o-o-
Ya era jueves y Steve se encontraba agotado. Las clases por la mañana mas el entrenamiento por la tarde habían consumido su tiempo. Si no fuera porque Tony entrenaba con el, no lo hubiera visto.
Cerró los ojos un momento… y sintió como alguien se recostaba a su lado en el pasto.
-¿Pediste permiso en casa?
-Sí.
Abrió sus ojos para encontrarse con un sudado Tony, desparramado en el suelo.
-Estas acabado-dijo Steve sonriendo.
-Tú también lo estas – le hizo notar- Nosotros solo somos victimas de la repentina obsesión de Thor, por entrenar y superarse- aclaro, mirando al chico rubio que seguía haciendo flexiones.
-Ahora no es tanto… Se hubiera visto él mismo como entreno para el partido pasado.
-¿Viste el hombre que le fue a hablar?-pregunto curiosamente Steve.
-¿El de cabello largo? Si yo también lo vi.-respondió acomodando su cabeza sobre el abdomen de Steve.-Le pregunte a Thor quien era y me dijo que era un amigo de la familia. Pero por como se miraban parecía que se iban a comer de un momento a otro.
Steve se sonrojo levemente ante la insinuación descarada de Tony.
-No digas eso.
-Pero si es…-Steve le pego un manotazo suave- Auch ¿por que me pegas?
Con la mirada le hizo notar que Thor venia caminando hacia ellos.
Para provocar a Steve al moreno se le ocurrió hacerle una pregunta a Thor.
-Ey rubio. ¿Por que tanto ejercicio? ¿Para impresionar alguna chica?
El rostro de Thor se sonrojo y se paso nerviosamente la mano por el cabello.
-Yo, este… no es como parece-Balbuceo.
Al parecer Thor estaba de suerte, pues su celular comenzó a sonar, salvándole de la situación.
Contesto y se volvió para despedirse de sus amigos.
-Mamá quiere que vuelva para la cena. Nos vemos mañana.
Y se fue trotando.
Tony sabiendo lo que había hecho, miro a Steve con ojos inocentes.
-No me pude resistir.
-Eres bastante molestoso cuando te lo propones-le culpo Steve levantándose. Provocando que Tony se golpeara la nuca contra el suelo.
El muchacho rubio se rió. Pero le tendió la mano para que se levantara.
-Vamos, se oscurece.
Y se perdieron calle abajo caminando bajo la sombra que daban los árboles a esa hora.
-o-o-o-
-Bienvenido a casa, Joven Stark.-Saludo el mayordomo- Buenas tardes Sr. Rogers.
Ambos adolescentes respondieron educadamente.
-El almuerzo esta servido. Le esperan en el comedor principal.
-Vamos a mi cuarto-dijo Tony dirigiéndose a Steve.- para que dejes tus cosas.
Subieron escaleras arriba hasta el cuarto de Tony.
Una vez listos los dos llegaron al comedor algo más peinados y limpios de lo que habían llegado.
-Que bueno que están aquí-saludo Howard.
-Hola madre, Howard.- respondió Tony y se fue a su asiento.
Steve era algo tímido con los adultos, pero no por eso menos educado.
-Buenas tardes Sr. Stark, señora Stark…-Un sonrojo adorable cubrió el rostro del muchacho.
El almuerzo paso tranquilo, con una que otra broma de Tony...
***
-Hasta luego cariño- María beso la frente de su hijo- Adiós Steve, cuídense
Todos estaban fuera, frente al auto que llevaría a los señores al aeropuerto. Jarvis cargaba las maletas. Y los muchachos se despedían...
Tony no cabía de tanta felicidad dentro de si... Ya no se quedaría solo, y lo mas importante… Steve estaría con él.
-Steve-canturreo Tony una vez que el auto se perdió de vista.
-Tony- contesto divertido-¿Qué pasa por esa cabeza?
-En mi cabeza solo se arman planes inteligentes.
El rubio rodó los ojos.
-Vamos a dentro y me cuentas que pasa.
-Espera.-lo detuvo- En el salón no, arriba.
Tony lo guió hasta el estudio del segundo piso.
-Ahora si. Hace unos días Jarvis estuvo ordenando el ático.-Steve miro a Tony con suspicacia. Pero Tony lo ignoro y siguió hablando-¿Qué te parece si hacemos una recorrido? Podemos encontrar antigüedades interesantes…
-Mm… No importa que me niegue. Me llevaras de todos modos.
El muchacho sonrío alegre. Se dirigió a una mueble y saco dos linternas.
-Toma-dijo tendiéndole una-La luz no funciona, y casi no hay ventanas.
-Okay, Tony el excursionista y Steve el guarda espaldas en camino.
-Estas chistoso.
-Lo estoy.-dijo guiñándole un ojo
El ático era el último piso de la gran mansión, como había dicho Tony; en el se encontraban antigüedades de la familia. Muebles con muchas historias. Ropas que ya nadie usa. Y antiguos juguetes de él mismo.
Cuando Steve entro en la estancia le pareció haber viajado en el tiempo. Lo primero que llamo su atención fueron unas medallas de guerra colgadas en una repisa.
-Eran de mi abuelo-respondió a una pregunta no hecha en voz alta.
-Son bonitas.
La luz era tenue. Se estaba oscureciendo y casi no entraba luz por las pequeñas ventanas.
Tony se adentro entre los muebles y Steve para no dejarlo solo. Lo acompaño entre los muebles y las sabanas que los cubrían.
Al moreno se le ocurrió tomar un jarrón. Que por el polvo que había en el se resbalo haciéndose añicos contra el piso.
De pronto con el movimiento de ellos y el poco espacio que había entre los muebles, votaron otra pieza de porcelana.
Saltaron asustados. Tanto así que a Steve se le cayó la linterna al suelo.
-Tranquilo-murmuro Steve- No te muevas, puedes pisar la porcelana rota.
Tony estaba mudo, tenía el rostro el rostro encendido debido a que Steve lo sujetaba firmemente de la cintura. Presionándolo contra su pecho.
Sentía el calor de su cuerpo a través de la ropa.
Todo huele a Steve
A pesar de la poca luminosidad. Para Steve no podía pasar desapercibido el sonrojo del moreno. La luz de la linterna que aun sostenía Tony firmemente apretada contra su pecho, daba la impresión de que salía luz de su corazón. Creando un hermoso destello que iluminaba sus rostros.
Hipnotizado por el brillo de los labios de Tony bajo la luz. Se inclino y tomo su mentón con su mano y con la otra afianzo su agarre.
Tony seguía apretando con fuerza la linterna. Podía percibir el rostro de Steve acercándose al suyo. Sentía su respiración… Su boca presionando suavemente contra sus labios. Como se aparto para rozar su mejilla contra la suya.
A Steve le gustaba sentir el roce de su piel con la suave barba de Tony.
Volvió a sus labios a los de Tony, esta vez con su lengua tímidamente toco el labio inferior.
Luego de eso solo se escucharon los suspiros ahogados y el ruido sordo de la linterna cayendo a sus pies. Dejándolos a oscuridad…
Besándose en la oscuridad.