Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi Encuentro con Él por Iwakura Lain

[Reviews - 10]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Otra parte del capitulo !!

 

 

 

Chiyo, la vieja empleada de la familia, abrió la puerta y se quedó mirando al hombre guapo y distinguido que acompañaba a Naruto.

¿Está mi tío en la casa, Chiyo?

-          Sí. Está en la sala.

-          Ven Sasuke, para que lo conozcas.

Al verlos, Deidara se levantó y dijo:

-          Querido, ya estaba preocupado por ti. ¿Cómo estas, Suigetsu?

-          No es Suigetsu. Se llama Sasuke Uchiha.

Deidara lo miro con curiosidad.

-          ¿Uchiha? ¿El de las empresas Sharingan?

-          Sí, señor.

Naruto pensó que a Deidara le iba a dar algo, pero no fue así. Aunque pareciera muy frívolo, su tío era un hombre inteligente.

-          Siéntate, Sasuke. Llámame tío Deidara. Hace un mes que estamos aquí y queremos quedarnos un buen tiempo. Esto es precioso- le dijo Deidara-, y desde aquí estoy pendiente de mis acciones de empresa.

Sasuke se sentó. Le hacía gracia el tío de Naruto. Se le había imaginado diferente, ya que su sobrino era reposado(al menos el rato que pasaron tiempo). Deidara, por el contrario, hablaba hasta por los codos.

-          Bueno, ya que lo conocí, espero que me reciba en su casa cuando quiera salir con Naruto-le dijo Sasuke-. Ahora tengo que irme, pues mi madre me espera.

-          Por supuesto, Sasuke, no faltaba más. Acompáñalo a la puerta Naruto.

Cuando se despidieron, Sasuke le dijo:

-          ¿Podrías darme tu número de teléfono? Me gustaría ser tu amigo.

Naruto se lo dio y se despidieron. Minutos después, cuando quedaron solos en el apartamento, Deidara le pregunto intrigado:

-          Naruto, ¿Dónde conociste a Sasuke? Me dijiste que ibas a salir con Suigetsu.

Naruto se desplomo en una butaca.

-          Lo que viví hoy fue una odisea.

-          ¿Con ese hombre?

-          Y nada menos que con un Uchiha- dijo Chiyo, quien siempre opinaba, pues escuchaba detrás de las puertas.

-          Cállate, Chiyo. ¿Qué paso, Naruto?

-          Después de ir al centro comercial, Salí con Suigetsu. Resulta que en vez de llevarme al cine se dirigió a las afueras de la ciudad. Al llegar a un lugar solitario detuvo el auto y quiso propasarse conmigo. Luchamos, me rompió una parte de la playera, ¿ves? Después lo anude como pude. Bueno, el caso es que había tirada una herramienta, yo la tome y le di a Suigetsu en la cabeza.

-          ¡Oh, cielos! ¿sangro?

-          No, pero se desmayó. En ese momento vi que se acercaba un Mercedes y me baje a pedirle que me trajera. Así conocí a Sasuke.

-          Niño, hay que atrapar a ese hombre. Recuerda que estamos en Tokio para que te cases con un millonario.

-          Deidara nunca tomas en cuenta mi corazón- le dijo Naruto con tristeza.

-          Claro que sí, pero con el corazón no se come. Desde que eras pequeño me jure que te casarías bien. Chiyo… -dijo de pronto-, enciende el televisor y escucha en las noticias si hablan de un hombre golpeado dentro de un auto. Oye, Naruto… ¿Sabia Sasuke que Suigetsu estaba allí?

-          Por supuesto que no, tío.

Acostado en su cuarto, Naruto estaba pensativo. Vestía un bóxer corto y pegado, con una playera sin mangas. Se veía atractivo. En eso entro Deidara y vio con desagrado como se transformaba. Naruto le dijo:

-          Un día se descubrirá todo, tío y me dará muchísima vergüenza.

Deidara lo miro. Empezó a hablar pausadamente y a caminar con movimientos estudiados. Después se hecho a reír.

-          Naruto, te he dicho mil veces que no soy un tonto. Vine a Tokio a explotar mis cualidades y mis conocimientos de arte y no voy a desaprovecharlos. Aquí me pagan una fortuna por mis clases. Por algo soy artista…aunque sin dinero. Y nosotros tenemos que vivir.

-          ¿Y si te descubren?

-          ¿Qué van a descubrir? ¿Qué soy un doncel sin dinero, dedicado a dar clases de pintura a jóvenes millonarios? También se las doy a señoras nuevas ricas con muchos billetes, pero a quienes les falta clase y refinamiento. No hago daño a nadie Naruto, y me pagan bien.

-          Pero pues sigo sin entender por qué tienes que ponerte una peluca y transformar tu imagen de esa manera.

-          Porque no quiero que me reconozcan. Aquí vive mi cuñada con sus hijas. El tonto de mi hermano se casó con una mujer feísima, pero la amaba y le dejo todo su dinero. Ella quiso ayudarnos llevándonos a vivir a su casa y creí que era sincera. ¿Recuerdas que nos trató como si fuéramos sirvientes? No pude soportarlo y nos fuimos con Chiyo, quien siempre ha estado a nuestro lado. Pero tenia que vivir y dar clases de pintura es lo que he hecho siempre. Claro, que aquí gano más.

-          Siento ser una carga para ti. Podría trabajar, pero aquí no me has permitido trabajar.

-          No por que mi objetivo es que Naruto Uzumaki se case con un millonario.

En ese momento entro Chiyo un poco pálida y le dijo a Deidara:

-          La señora Konan está aquí. Quiere verlo.

-          Esa entrometida…

Deidara de inmediato se quitó la peluca oscura y las gafas, y volvió a ser la misma.

-          Iré a ver que quiere.

Deidara se dirigió a la sala.

-          Hola, Konan. ¿Qué milagro te trae por aquí?

Konan no estaba sola. Había llegado con sus dos hijas, Karin y Sakura.

-          Me pregunto qué has venido a hacer a Tokio.

-          Me imagino que te enteraste por tu abogado, quien se dedica a perseguirnos. No sé con qué intención.

-          Naruto es tan sobrino tuyo como mío.

-          Te equivocas querida cuñada. Tú eres la esposa de mi difunto hermano y Naruto es el hijo de mi difunta hermana. La diferencia es muy grande.

-          Vengo a pedirte que vayas a vivir a mi casa. No quisiera que mis amigos se enteren de que no tienes dinero.

Ante el silencio de Deidara. Konan miro a su alrededor y prosiguió:

-          ¿De qué vives? ¿Quién te da para pagar este apartamento? Aunque está cerca de aquí, te hubieras donde estabas, pues allí no estorbabas.

-          No entiendo por qué te molestas tanto por nosotros, si no te hemos pedido nada. Naruto y yo amamos la libertad y en tu casa volveríamos a ser unos empleados distinguidos, supeditados a ti. Lo siento Konan, no me interesa tu ofrecimiento. Y ahora vete, que tengo cosas que hacer.

-          ¿Nos despides?

-          Sí.

Cuando se fueron, Deidara grito:

-          Chiyo, desinfecta la sala. No puedo hacerlo yo, porque no tengo tiempo. Debo transformarme otra vez.

Cuando termino, Naruto le dijo:

-          Tío, con tu pelo rubio o con la peluca oscura, eres muy guapo. Podrías casarte.

-          Ya se me paso la edad.

-          Tienes 30 años, tío. Puedes encontrar a ese millonario que tanto anhelas para mí. Tienes derecho a ser feliz.

Mikoto Uchiha escuchaba la conversación que sostenía Sasuke con su hermano Itachi. Ella no se sentía bien y los dos hombres habían decidido quedarse a su lado. En ese momento Itachi decía:

-          Los años, Sasuke, no pasan en vano. Mis ansias de viajar y de conocer el mundo han quedado atrás.

Itachi Uchiha, primogénito de Mikoto, era un hombre alto y distinguido, de 34 años. Tenía el cabello largo negro con una coleta baja, ojos negros y unas ojeras que destacaban en su rostro.

-          ¿Sabes, Itachi? Ayer tuve un encuentro muy curioso. Regresaba de Osaka y me encontré con un doncel asombrosamente bonito en la carretera.

-          Siempre dices lo mismo, Sasuke, cuando conoces a una chica o doncel y a los dos días le empiezas a ver los defectos. Eres un inconforme, hermanito.

-          ¿Y tú? Tienes 34 años y te has quedado soltero.

-          Por mariposear… Eso ocurre con frecuencia a quienes buscan y buscan. El resultado es que después pesa la soltería.

-          Aun estas a tiempo de casarte, Itachi –dijo Mikoto, sonriendo.

-          No me gustan las viejas. Las de mi edad están casadas y las más jóvenes me aceptarían por mi dinero. Por eso te aconsejo, Sasuke, que busques a alguien decente y te cases.

-          Tengo miedo al matrimonio. ¿Y si luego no me llevo bien con la persona que haya elegido? ¿Y si descubro que se casó conmigo no por amor, sino por interés?

-          Itachi, hijo exageras, sé que pronto encontraras a alguien con quien te casaras. Sasuke, estabas hablando de un doncel que encontraste en la carretera… -dijo Mikoto- ¿Qué hacia allí?

-          Me dijo que se le descompuso su auto y la traje. Luego la acompañe a su casa y conocí a su tío.

-          ¿Por qué te ríes? –le pregunto Itachi.

-          Porque es un doncel, aunque trate de ocultarlo, gracioso y explosivo.

-          Bueno, Sasuke, me seguirás contando en la piscina, pues tengo mucho calor. Vamos.

Al día siguiente, Sasuke llamo a Naruto y lo invito a salir. Él quiso darle una excusa, pero ante su insistencia, acepto.

Sasuke llevaba un traje gris claro con una camisa blanca y una corbata discreta. Esa tarde, Deidara no estaba y Chiyo le abrió la puerta a Sasuke. Después, corrió al cuarto de Naruto a avisarle que lo buscan.

-          Ya está aquí. Se ve tan guapo…

-          ¿De quién hablas, Chiyo?

-          Del millonario.

Naruto se sintió molesto. Sabía que el deseo de su tío y de Chiyo era que él se casara con un hombre rico, y eso lo ponía muy nervioso. Él no era un interesado y soñaba con el amor.

-          ¿Qué esperas para salir? Estas precioso, Naruto. Cuando venga tu tío y le cuente que lo hiciste esperar se molestara. Puede cansarse e irse.

Naruto salió furioso del cuarto. Cuando entro en la sala, Sasuke estaba de pie.

-          ¿Te ibas? –le pregunto desafiante.

Sasuke se asombró. Naruto tenía personalidad, además de ser una preciosidad.

-          No, por supuesto que no. Vamos.

Salieron y se subieron al auto de Sasuke.

Cuando una hora después llego Deidara, Chiyo le contó lo sucedido.

-          Y dices que Naruto iba molesto

-          Sí, señor

-          ¿Y el que hacia?

-          Lo miraba de una manera…

Deidara se quitó la peluca y dijo:

-          Daria mi vida porque Naruto se case con un hombre que lo quiera y lo proteja.

Sasuke noto que Naruto le respondía con cierta sequedad y se preguntó que podría ocurrirle, pero opto por no hacerle preguntas. Ya se lo diría él.

-          Vamos a ir al club de Konoha. Te presentare a mi hermano Itachi, que está allí.

-          No me interesa conocer a tu hermano.

La respuesta dejo atónito a Sasuke. De pronto Naruto, asombrándolo más, le dijo:

-          Sasuke, tú eres muy rico, ¿no?

-          Sí, pero ¿Qué tiene eso que ver con el club y mi hermano?

-          Con el club y con tu hermano, nada, pero con nuestra reciente amistad, mucho.

-          No te entiendo. La verdad es que me asombra tu actitud áspera. No te he dado motivos para comportarte así.

-          Mi tío te engaño –le dijo Naruto con una sinceridad aplastante -. No tenemos dinero. Él no tiene acciones de empresa y se gana la vida dando clases de arte.

-          ¿No te arrepentirás de hablarme de eso, Naruto? –le dijo mirándolo fijamente.

-          No, Sasuke. Soy joven y quiero esperar el amor, pero mi tío sueña con que me case con un millonario. ¿Entiendes?

-          Naruto… Creo que estas siendo demasiado duro contigo mismo. Yo no te he hecho preguntas.

-          Pero yo quiero ser sincero contigo, Sasuke. Me conformo con alguien que me ame. Me molestan las situaciones forzadas y el hecho que mi tío piense que podrías ser el marido perfecto para mí, me descompone, me desquicia.

Era muy apasionada. ¿Sería una postura estudiada? No. No había doblez en su voz. Sasuke sintió deseos de besarlo hasta sentirlo suspirar junto a él. Sacudió la cabeza, era una locura lo que estaba pensando, pero no podía remediarlo. Naruto lo interrumpió diciéndole:

-          Así que ya lo sabes. No me interesa salir más contigo.

-          ¿Ni siquiera como amigo?

-          No creo en la amistad desinteresada entre un doncel en busca de amor y un hombre millonario buscando algo casual.

-          No seas tan desconfiado, te ofrezco mi amistad Naruto.

-          ¿Por qué? Nuestros mundos son muy diferentes. Un día me ire de aquí y buscare algo verdadero para mi vida.

-          ¿No puedes encontrarlo en mí?

-          ¿Quieres saber algo más? Pues te lo voy a decir para que te des cuenta de que soy tan mentiroso como mi tío, cuando me recogiste en la carretera no estaba solo, dentro había un hombre -. Había como un desafío en la mirada de Naruto cuando lo dijo.

-          ¿Dentro del auto?

-          Sí.

-          ¿Por qué me dices eso ahora? Es desagradable saberlo –dijo molesto.

-          Te lo cuento para que sepas que no sales con un inocentón.

-          Si lo eres, de lo contrario no me confesarías estas cosas. Ahora ¿Qué hacías allí con ese tipo, Naruto?

-          Lo mismo que contigo, pasear. Se llamaba Suigetsu y…

-          ¿Se llamaba? ¿Es que ya no existe?

-          No lo sé… le di con una herramienta en la cabeza –lo dijo en un tono apenado y asustado.

      Sasuke estuvo a punto de soltar una carcajada, pero se contuvo, porque temió ofenderlo. Solo le dijo:

-          Cuéntame todo lo que paso.

     Naruto se lo refirió.

-          Y cuando quiso propasarse conmigo le di un golpe, quedo desvanecido, Salí corriendo y vi tu auto. Eso es todo.

-          ¿Nunca has tenido relaciones íntimas? –le pregunto de pronto.

-          Te cuento lo que paso y ¿eso es lo primero que preguntas? –le contesto con molesto y un gran sonrojo – No, me he propuesto esperar hasta el matrimonio… Si quieres denunciarme por lo que hice, hazlo, fue en legítima defensa.

-          Lo que quiero es ir a bailar contigo.

-          ¿Después de todo lo que te he contado? ¿No te asustan tantas mentiras?

-          No, ya estoy tan acostumbrado a ellas que puedo diferenciar. Me gusta estar contigo Naruto, y quisiera conocerte más. ¿Cómo dijiste que se llamaba el hombre?

-          Suigetsu Hozuki.

-          Ya me parecía que tenía que ser ese estúpido. Cuando vi el auto en la carretera pensé que era igual al de Suigetsu.

-          ¿Lo conoces?

-          Sí. Despreocúpate de ese asunto, por la noche lo vi en un bar… uhm, ahora recuerdo que llevaba una venda en la cabeza.

-          Entonces, ¿no está muerto? – Naruto se hecho a reír feliz -. Pues tienes razón, vamos a celebrarlo.

 

Notas finales:

Tendre pronto lo que sigue, mi imaginacion se fue a dar un paseo.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).