Tsunayoshi Sawada, el décimo jefe de la familia Vongola, se encontraba bebiendo vodka como si su vida dependiera de ello, ¿la razón?, bueno meses atrás había entablado una relación con su guardián de la tormenta, pero esto no había resultado como planeaba así que hace un par de meses antes, Gokudera había decidido terminar su relación, a Tsunayoshi se le rompió en mil pedazos y ahora ahogaba su dolor en alcohol mientras lloraba recordando todos los bellos momentos junto a su guardián.
"Llorar es un habito, es solo una palabra perdida, incluso la razón de estas lagrimas."
Sin embargo, solo bebía mientras sus guardianes no estuvieran cerca, no quería que lo miraran así, aunque su guardián de la niebla, Mukuro, ya lo había notado sin que el castaño supiera.
"Poco a poco, había presentido que mi corazón se destrozaría..."
A la mañana siguiente.
- Tsunayoshi, tengo que hablar contigo - dijo el guardián de la niebla mientras entraba al despacho del castaño.
- Por supuesto mukuro, dime, ¿Qué sucede? - mostro su típica sonrisa calmada.
- Bueno veras, me he dado cuenta que últimamente estas muy deprimido y que haz estado bebiendo mientras lloras cuándo todos los demás ya se han ido - dijo mientras miraba al castaño seriamente - Kufufu... No deberías tomar en cuenta lo que paso - miro fijamente al menor - Quizás haya sido lo mejor de el pasado pero, ¿sabes?, hay otras personas esperando por ti, tsunayoshi - sonrío ladinamente.
- ¿Cómo te diste cuenta? - musito sorprendido el menor y después suspiro - Quizás sea así mukuro - le sostuvo la mirada por unos minutos y después continuo - ¿Otras personas? ¿Quienes? yo no conozco a nadie realmente. - miro confundido al peli azul-
- Eres tan despistado tsunayoshi - dijo aun sonriendo - Si no estuvieras tan hundido en tus pensamientos te darías cuenta que tienes a media vongola rendida a tus pies. - esto ultimo lo dijo con un ligero toque de molestia.
El menor lo miro sorprendido y después suavizo sus fracciones - ¿En serio?, ¿Eso te incluye a ti, mukuro? - pregunto casualmente y sonrío internamente.
El peli azul sonrío ladinamente - Kufufu quizás, pequeño vongola. - rodeo el escritorio del menor hasta quedar a su lado, le tomo del mentón y lo obligo a mirarlo a los ojos - Así que... ¿Me darías una oportunidad? -
- No lo sé, mukuro - le miro con un ligero sonrojo en el rostro por tener al mayor tan cerca de el -
- Por favor tsunayoshi, yo cuidaré de ti - sonrío sinceramente por primera vez en su vida -
"Caminaré junto al futuro sin prometer, seguiré caminando a el futuro en el cual tú éstas"
Después de unos minutos de quedarse reflexionando el castaño le devolvió la sonrisa - Está bien, Mukuro... Quiero intentarlo contigo - ante esas palabras el peliazul ensancho su sonrisa y acerco sus labios a los del castaño depositando un suave beso.
Detrás de la puerta, el guardián de la tormenta, quien había escuchado todo, sonrío calmado, sabía que mukuro a pesar de ser un sádico, era una buena protección para su jefe, estaba seguro de que él sabría como hacerlo más feliz de lo que el hizo a su décimo, ante ese pensamiento río ligeramente y se alejó hasta desaparecer entre los pasillos de la mansión vongola.