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Monócromo amor. por Etsuko Kagayaku

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Notas del capitulo:

Como sabran mi situación actual es pésimamente lamentable,como ya les conte en amor incomprendio la semana pasada,mis papás descubrieron lo que leo y escribo y casi por poco no me mandan a un internado de monjas D:,aprovecho cada momento a solas que tengo en mi casa para escribir y actualizar,hoy me dejaron cuidando la casa y aproveche para escribir y subi un capítulo de este fic,Lamento mucho todo lo que pasa y no poder subir mas rápido,realmente es horrible.Espero disfruten este fic,si no les gusta mucho este capítulo sepan disculparme ya que lo hago a apuradas esperando a que no lleguen mis papás a casa.

Ciel se encontraba tranquilo en su estudio, hoy había sido un día bastante particular, sus sirvientes no habían destruido nada, Pluto no había quemado el jardín, la Reina no había enviado ninguna carta. En fin, un día para su suerte perfecto, a menos que un demonio pervertido interrumpiera en su estudio a cada rato.

-Tsk Sebastian, ya te puedes retirar, debo terminar estos papeles-Dijo mientras volvía sus ojos a la hoja que tenía en mano.

-Ah, pero bochan, quiero estar con usted, déjeme quedarme.-Pidió mientras hacía una pequeña cara de súplica.

-Sebastian, ya me hartaste, estuviste todo el día entrando y saliendo de mi oficina, pones puras tontas excusas con tal de verme un poco, madura y ya déjame.-le dijo enojado.

Sebastian lo miró un poco dolido y decidió retirarse para dejar tranquilo a su amo.

Ciel que captó el error que había cometido corriendo fue hacia Sebastian y le tomó el brazo con la cabeza gacha. Sebastian se sorprendió ante esto pero sonrió con dulzura, entonces se agachó a su altura.

-Bochan, si pongo excusas para verlo a cada rato es porque quiero estar con usted cada momento del día-Confesó mientras le sonreía tiernamente.

-Si, ya se Sebastian, es que tienes que entenderme, todo este tipo de cursilerías son nuevas para mi-Dijo desviando la mirada.

Sebastian rió levemente.

-Mi bochan, no son cursilerias, se llama amor-Dijo mientras levantaba su rostro y le daba un pequeño beso en los labios, al cual Ciel no tardó en corresponder.

Luego de un rato se separaron y Ciel volvió a tomar asiento para seguir revisando sus papeles, Sebastian se sentó enfrente suyo y comenzó a observarlo mientras este hacía sus tareas. Haciendo que Ciel se pusiera nervioso arrojando sin querer sus papeles al suelo. Sebastian solo sonrió triunfal y fue a levantar los papeles, pero entonces Ciel al hacerlo también tocó las manos de su mayordomo sin querer, ambos se vieron y nuevamente se besaron. El beso fue tomando un ritmo mucho mas apasionado, haciendo a Ciel largar pequeños gemidos entre los besos. Sebastian estaba extasiado ante esto. Subió a Ciel en el escritorio y comenzó a besar su cuello.

-Se-Sebastian, te dije que no, ah...Para-Pidió mientras cerraba sus ojos.

-Lo deseo bochan, lo necesito, necesito su cuerpo, me está volviendo loco esta tortuosa espera.-Dijo mientras con sus manos tocaba su pecho.

-Pe-pero te dije que no ah-gimió al sentir un mordisco en su cuello.

Los dos estaban en completo éxtasis hasta que se oyó un gritó en la escalera.

-¡Cieeeel!-gritó Lizzy con alegría mientras entraba al estudio.

Sebastian se las arregló rápido para acomodarse él y su bochan.

-Lizzy que sorpresa, no sabía que vendrías a visitarme-Dijo mientras le sonreía levemente, gracias a lizzy logró que su mayordomo se separara de él.

-Si, es que te extrañaba Ciel-Le dijo mientras le daba un abrazo, casi asfixiándolo.

Sebastian miraba esta escena con bastante celos, cosa que notaron Ciel y Lizzy, estos se sonrieron entre si, entonces Ciel de pronto tomo a su mayordomo de la corbata y le dio un beso, al mismo tiempo que Lizzy tomaba del vestido a Paula y le daba un pequeño beso en los labios.

Los sirvientes estaban con los ojos abiertos como platos, ¿Acaso ambos sabían de la relación del otro?.

-¿Bochan, que fue eso?-preguntó sorprendido.

-Sebastian, no es necesario que nos ocultemos, Lizzy esta enamorada de Paula y yo de ti, ambos nos lo contamos la última ves que Lizzy vino a vernos-Dijo mientras le sonreía levemente.

Sebastian ante esto se sintió mucho mejor, primero porque no debía ocultar la relación con su amo enfrente de esa chiquilla y segundo porque no tenía porque sentir celos cuando Lizzy estuviera ahorcando a su amo con uno de sus abrazos matutinos.

-Si, eso es verdad Sebastian, no te preocupes que Ciel es todo tuyo-mientras le sonreía feliz-eso si, por hoy tendremos que ocultar esta relación, porque vine con una amiga-Dijo mientras le miraba feliz.

-¿Una amiga?,y ¿Donde esta?-preguntó dudoso.

-Está abajo, le daba un poco de vergüenza subir corriendo junto conmigo-Dijo mientras reía nerviosa.

Ciel solo largó una risa leve ante lo que dijo su prima.

-Bien vayamos abajo, no vamos a hacer esperar a una nueva invitada-Dijo mientras salía del estudio seguido por su mayordomo.

Cuando todos se encontraban bajando por las escaleras, Ciel se sorprendió al ver a la persona que estaba en la puerta de la mansión, esta era rubia con ojos castaños, su pelo le recordaba a alguien en especial, pero no lograba acordarse a quien.

-Hola Conde Phantomhive, mi nombre es Rebeca, Rebeca Deveró-Se presentó la niña mientras le sonreía.

Ciel por alguna razón se sintió extraño ante la presencia de esa extraña niña, tenía un aspecto conocido, sin mas en que pensar tomo su mano y le dijo.

-Un gusto conocerla Condesa Deveró-La saludó mientras besaba su mano ante la mirada celosa de su demonio.

-Oh, el placer es todo mío-Dijo mientras reía sonrojada.

-Bien, ¿Que le parece si vamos al jardín junto con mi prima y me cuenta un poco de usted?-Preguntó mientras le mostraba una pequeña sonrisa fingida de cortesía.

-Me encantaría.

Todos se encontraban charlando amenamente en el jardín, claramente con un Sebastian celoso y una Paula embobada mirando a su pequeña ama.

Ciel sentía una extraña familiaridad con la condesa, cosa que no pasó desapercibida por el demonio.

Sebastian se sentía hervir, y es que ese pequeño engendro la cual se llamaba Rebeca, no le sacaba los ojos de encima a su bochan. La chiquilla desde que llegó le miraba y le sonreía y no esta demás decir que varías veces rozó las manos de su bochan simulando tomar un pastelillo de la charola.

Sebastian, harto por esto, fingió servir el té, y cuando se acercó lo suficiente a la niña, se le 'cayó accidentalmente' encima de la niña.

-Oh, que torpe he sido, discúlpeme My lady-le pidió con fingida pena.

-No, no te preocupes, ¿Ciel me dirías donde esta el baño para limpiarme?-preguntó con una pequeña sonrisa.

-Está arriba en el primer pasillo-Dijo mientras lo miraba a Sebastian con el ceño fruncido.

-Ya vengo-Dijo mientras salía corriendo al baño.

Ciel enfrente de Lizzy y Paula, se levantó de su asiento y fue hacia Sebastian, cuando lo tuvo cerca le comenzó a gritar.

-¿¡Que rayos te pasa!?-preguntó enojado-No puedes arrojarle el té a una dama solo por tus estúpidos celos-Dijo mientras le miraba mal.

-¿Que no se da cuenta que esa chiquilla no le saca los ojos de encima?, ¿Que quería que haga?, ¿ver como esa niña trata de tocarle su mano y le mira sonrojada ante mi?-preguntó enojado.

-No me interesan tus estúpidos celos, no puedes hacer eso, ¿En donde esta tu excelente servicio de mayordomo ante la familia Phantomhive?

-Puedo y lo haré, no dejaré que esa mocosa le toque un pelo-Dijo mientras su aura demoníaca comenzaba a florar.

-Sebastian cálmate, Ciel tiene razón, no puedes hacer eso con una invitada, Ciel te ama a ti y no a ella, no es para sentirte enojado-Dijo Lizzy mientras tocaba levemente su espalda tratando de calmarlo.

-Pero Lady Elizabeth, ¿Acaso no ve como su amiga mira con interés a mi señor?-preguntó enojado.

-Si, ya me di cuenta, lamento mucho todo esto-Se disculpó mientras miraba a Ciel-No tendría que haberla traído desde un principio, pero tranquilo, solo estaremos un rato mas y nos iremos.

-Mas vale que te comportes lo que resta del día Sebastian-Dijo mientras se sentaba de nuevo al ver que Rebeca venía a lo lejos.

-Bueno, ya está, creo que el problema esta solucionado-Dijo mientras con una sonrisa se sentaba delante de Ciel.

Ciel solo le dedicó una pequeña sonrisa fingida y comenzó a conversar con ella y su prima, hasta que Lizzy propuso un juego para alivianar el ambiente.

Obviamente Ciel no quiso, pero tuvo que jugar igual por cortesía. Mientras Lizzy contaba, Rebeca y Ciel salieron juntos para buscar un refugio donde esconderse de Elizabeth.

-Vamos Ciel, corre mas rápido-Pidió Rebeca mientras reía por los pasillos.

-No puedo mas-Dijo mientras reía un poco agitado.

-Mmm, mi abuela tiene mas resistencia que tu-se burló la niña.

Ciel ante esto en vez de enojarse rió un poco, esa niña por alguna razón le agradaba.

-¡Hey! no me digas eso, me ofende, aunque hasta un caracol tiene mas resistencia que yo.

Rebeca rió encantada ante lo dicho.

-Vámonos, escondámonos en una habitación-Dijo mientras tomaba a Ciel de la mano y salían hacia un cuarto de huéspedes.

Una ves llegaron allí, Rebeca abrió el armario para meterse ahí junto con Ciel, pero entonces vio que estaba lleno de abrigos y ropa por si había algún invitado. Juguetona le tiró un abrigo a Ciel.

-Sostén esto Ciel, y esto, y esto, y esto-Pedía mientras le tiraba prenda tras prenda por la cabeza.

Ciel que entendió lo que hacía Rebeca, cuando esta se dio vuelta le tiro un abrigo en la cara, riéndose de ella ante la expresión estupefacta de la niña.

Rebeca rió y comenzó a tirarle mas ropa a Ciel, este hacía lo mismo siguiéndole el juego, hasta que Sebastian entró por la puerta y vio esta escena, lo que mas le enojó fue ver a su bochan con una sonrisa de verdadera felicidad. Solo él podía sacar ese tipo de sonrisas a su bochan.

-Disculpen que interrumpa su juego, no sabía que se encontraban aquí-Dijo mientras se disponía a salir por la puerta.

-Espera Sebastian-dijo Ciel conmovido ante la cara de tristeza y celos de su demonio- Rebeca, ¿podrías salir un momento y esconderte en otro lado?, debo hablar de algo con mi mayordomo-Pidió mientras le sonreía levemente.

-Claro Ciel-Aceptó la niña mientras salía de allí feliz.

-Ponte de rodillas-Dijo Ciel mientras le señalaba el suelo.

Sebastian no entendía a donde quería llegar con esto su amo, pero le hizo caso.

Ciel se acercó a él y le dio una bofetada, volteándole el rostro, dejando a Sebastian sorprendido y enojado.

-Podría decirme bochan, ¿Porque fue eso?-Preguntó a punto de lanzar a Ciel contra la cama.

-Eres un tonto, ¿Como puedes estar celoso de esa niña si a quien amo es a ti?-Preguntó mientras le daba un beso apasionado en los labios, cosa que sorprendió al mayor, pero que no tardó en corresponder. Luego de unos segundos, sus malditos pulmones clamaban por aire así que tuvieron que separarse con pesar.

-Lo siento bochan, es que me molesta mucho que alguien mas lo mire, que alguien mas lo toque, por mas minúsculo que sea esto-Dijo mientras le miraba con tristeza.

-No tienes que estar celoso, aparte. El que tendría que estar celoso soy yo y no siempre lo estoy, con todas esas mujeres que todo el tiempo se te acercan queriéndote engatusar,¿Como crees que me siento al ver que mi amado y guapo mayordomo es atacado de esa manera?-Preguntó mientras le sonreía sinceramente.

Sebastian solo lo miró con ternura y rió levemente.

-Tiene razón bochan, y le prometo que por mas que quiera asesinar a esa chiquilla me controlare por usted-Dijo mientras le acariciaba su rostro.

-Recuérdalo siempre Sebastian, yo soy tuyo y tu eres mío-Dijo mientras le miraba sonriente.

-Solo mío-susurró en su oído mientras le besaba el cuello, haciendo estremecer al conde.

-Ya Sebastian, no empieces de nuevo, no quiero, aparte ya te dije que aún no me siento preparado.

-Ya, ya bochan, es que no lo soporto, necesito tener su cuerpo-Dijo mientras le besaba con pasión.

-Si pero ya te dije que no, ahora suéltame y déjame terminar el juego que empezó Lizzy.

Sebastian solo gruñó por lo bajo causándole una pequeña risa a Ciel. Muy a su pesar salió del cuarto un poco molesto por no poder seguir besando su amado conde.

Ciel siguió jugando a las escondidas con Lizzy y Rebeca, las cuales todavía tenían suficiente energía para jugar por lo menos unas horas mas. Ciel un poco cansado aceptó.

Pasaron las horas y Sebastian estaba solo en la cocina haciendo la cena para su conde, Lizzy y la chiquilla que tanto odiaba. Ciel iba caminando por los pasillos después de dejar a Lizzy y Rebeca charlando cosas que él no comprendía, en fin, cosas de mujeres. Pasó por la puerta de la cocina viendo a su mayordomo cortar las verduras que usaría, completamente ido, parecía estar hundido en sus pensamientos, ante esto Ciel sonrió con malicia y se acercó lentamente dispuesto a asustarlo, cuando de pronto Sebastian volteó sonriéndole, asustando a Ciel que largó un pequeño grito ahogado por el rápido cambio.

Sebastian soltó una carcajada en la cara del conde, haciéndolo sonrojar y enojar.

-Idiota-dijo enojado.

-Así que mi amo quería asustarme, oh pero pobre, parece que sus planes le jugaron en contra-Se burló mientras acariciaba su mejilla.

-Tsk maldito-mientras le miraba mal-¿Como te diste cuenta de que iba a asustarte?, parecías completamente ido-Dijo mientras se sentaba sobre la mesada ante la atenta mirada de Sebastian.

-Bochan tiene razón, yo estaba hundido en mis pensamientos, pero sentí su presencia cerca, cosa que nunca voy a pasar por desapercibida, su exquisito olor es inigualable-Dijo mientras se ponía entre sus piernas y sonreía.

-Tonto-Dijo mientras le miraba con un sonrojo y una pequeña sonrisa.-Acércate Sebastian-dijo dudoso.

Sebastian acató esta orden un poco confundido, entonces sintió como su bochan hundía su nariz en su cuello, estremeciéndolo ante ese toque.

-Mmm, tu olor es exquisito, es extraño, pero adictivo-Dijo mientras seguía oliendo su cuello.

-Es-esto no es justo bochan, hace estas cosas, sabe que me cuesta controlarme y me hace esto, parece que solo me provoca-Dijo Sebastian extasiado mientras acariciaba las piernas de Ciel.

Ciel sacó rápido su nariz del cuello de Sebastian un poco sonrojado.

-Lo siento, no sabía que te hacía sentir así, no volveré a hacerlo-mientras desviaba la mirada avergonzado.

-No es su culpa joven amo, es la mía por desearlo tanto.-Le dijo Sebastian mientras acariciaba sus cabellos tratando de tranquilizarlo.

-Bien, iré con Lizzy-Dijo mientras se disponía a salir de la cocina.

Sebastian rápido lo agarró de un brazo y lo estampó contra la pared, luego le dio un beso en la boca haciendo estremecer al menor.

-Bien bochan, ahora puede irse, ¿No pensaba irse sin despedirse de su demonio o no?-preguntó con una sonrisa.

-¡idiota!, no me voy para siempre, ahora me veras cuando sirvas la cena-Le gritó mientras salía de la cocina pisando fuerte con sus zapatos.

Sebastian solo ensanchó su sonrisa si es que eso podía hacerse. Sin percatarse de que unos ojos habían visto la escena entre él y Ciel.

...

Meyrin se encontraba realizando los labores de la mansión, cuando se disponía a bajar a la cocina por un poco de agua, pero cual fue su sorpresa al ver a Ciel sobre la mesada de esta y a Sebastian entre sus piernas, mientras ambos se sonreían, esta escena le provocó un ligero sonrojo, ambos no la notaron ya que estaban hundidos en su conversación, la sirvienta aprovechando esto salió apurada sin que esos dos la notaran.

-¡Bard!-gritaba por los pasillos.

Bard, que se encontraba mirando por la ventana viendo como Finny corría con Pluto, se asustó al sentir los gritos de la sirvienta.

-¿Que pasa Meyrin?-preguntó asustado.

-Debo contarte algo muy serio.

-¿Que pasó?-preguntó dudoso.

-Recién pasaba por los pasillos y pasé por la puerta de la cocina, y me encontré con una rara escena-dijo sonrojada mientras recordaba lo que había visto minutos atrás.

-¿Pero que viste para estar en este estado?-preguntó asustado.

-Vi a Sebastian y al Bochan en una...escena un poco incriminadora.

-¿Como los viste Meyrin?-preguntó dudoso.

-Yo los vi mientras el bochan estaba sentado en la mesa y Sebastian estaba ente sus piernas, ambos estaban hablando y se sonreían-dijo seria.

-No me dirás que tu crees que...

-Si Bard, creo que el bochan y Sebastian, tienen una ...relación mas allá que amo y sirviente-Dijo mientras desviaba la mirada.

-Pero no puede ser, Sebastian es un adulto, y nuestro bochan tan solo un niño-dijo enojado.

-Pero yo los vi, ¿Aparte que problema habría si tuvieran una relación?, tal ves se aman-Dijo la sirvienta mientras sonreía levemente.

-No seas tonta Meyrin, un hombre como Sebastian, joven y apuesto, seguramente no se fijaría nunca en un niño mas que por su cuerpo,¿Amar?, ja, eso es una fantasía-decía enojado.

-¿Pero tu que sabes?-dijo enojada.

-Lo sé porque lo sé-Dijo mientras le miraba enojado-ahora, si Sebastian mantiene una relación mas allá que amo-sirviente con nuestro bochan, vamos a tener que...denunciarlo-Dijo mientras miraba el suelo inquisidor.

-Pero Bard, no podemos denunciarlo sin tener mas pruebas, yo vi eso pero tal ves me equivoqué, hay que tener bien en claro antes de acusar a alguien de un delito tan grave como pederastia-Le dijo mientras le miraba enojada.

-No hay de otra Meyrin, tu bien sabes que desde el día en que nos convertimos en los sirvientes del bochan, juramos protegerlo con nuestra vida, ante todo y todos, es nuestro deber-Finalizó mientras se perdía por los pasillos.

Meyrin solo suspiro pesadamente y con un nudo en la garganta.

...

Ciel, Lizzy y Rebeca se encontraban cenando tranquilamente en el comedor, hasta que Meyrin vino a avisarle a Ciel que lo llamaban en la puerta, todos se levantaron curiosos y se acercaron con Ciel hacia la puerta.

Ciel se sorprendió al ver ahí a los oficiales de Scotland Yard.

-Vaya señores, ¿no creen que es muy tarde para visitarme?-preguntó con burla.

-No hemos venido por usted Conde Phantomhive-gruño enojado el oficial.

-¿Y entonces a que debo su visita?-preguntó interesado.

-Venimos a buscar al señor Sebastian Michaelis.

-¿Para que necesitan a mi mayordomo?-preguntó dudoso.

Sebastian, que en ese momento venía hacia el líving de la mansión vio a los oficiales, y estos al verlo se acercaron a él y pusieron sus brazos atrás esposándolo, sorprendiendo al mayordomo y a todos los presentes.

-Señor Sebastian Michaelis, queda arrestado por mantener una relación en desigualdad con el Conde Phantomhive, en pocas palabras por practicar la pederastia, cualquier cosa que diga será usada en su contra hasta llegar a un juicio justo.-Dijo este mientras terminaba de esposarlo.

Ciel estaba con los ojos abiertos como platos, ¿Estaban esposando a su mayordomo?

-Díganme ya mismo quien demonios hizo esta absurda denuncia-Pidió mientras le miraba enojado.

-Lo siento, no se puede decir el nombre de quien denunció, es información personal de las oficinas de Scotland Yard-Dijo el oficial.

-Esto es absurdo, esa denuncia es falsa, nada de lo que están diciendo aquí es cierto-Dijo mientras les miraba enojado.

-Lo siento, pero hasta no llegar a juicio no podemos hacer nada, ahora si me disculpa-Dijo mientras trataban de salir.

-Esperen, déjenme decirle algo a mi mayordomo ante de que se vaya-Pidió mientras miraba a Sebastian, el cual todavía estaba en shock.

-Bien, tiene menos de dos minutos

Ciel se lo llevó a un rincón a Sebastian en privado.

-¡Sebastian!-gritó un poco enojado, tratando de sacar a Sebastian del shock.

-Lo siento bochan, es que, no puedo creer todo esto-dijo sorprendido.

-Lo sé, quien te haya denunciado me conocerá, te lo puedo asegurar-Dijo mientras le miraba serio.

-Bochan, cuanto siento todo esto-dijo con tristeza.

Ciel no pudo mas y lo abrazó escondiendo su rostro en el pecho de su demonio, largando pequeñas lágrimas silenciosas.

-Ya mi amo, no llore por favor, esto se solucionará, no haga que me sienta mas triste de lo que estoy-Dijo mientras le miraba con tristeza.

-Lo siento, esto es demasiado, no puedo creer que este pasando-Dijo mientras ponía una mano en su frente.

-Bochan, le aseguro que todo se solucionará, ahora debo irme-Dijo mientras le miraba serio.

Ciel solo se abalanzó y lo besó con pasión, Sebastian correspondió sabiendo que ese sería un beso que no tendría al menos en un tiempo, hasta que todo se pusiera en orden, ambos se separaron y Ciel acarició la mejilla de Sebastian.

-Bochan, prométame que estará bien mientras que yo no este aquí-le pidió dudoso.

-No digas eso, te aseguro que para al menos pasado mañana estarás aquí de nuevo conmigo, no hagas sonar esto como una despedida-Pidió mientras le miraba triste.

-Lo siento mi amor-le susurró a su oído-ahora debo irme bochan-mientras le daba un pequeño beso en su frente.

Ciel vio como Sebastian salía nuevamente aún esposado de la mansión, esto le hizo sentirse terriblemente mal, ver como se llevan al amor de tu vida esposado no es algo fácil de observar, lentamente se dio la vuelta viendo como sus sirvientes estaban preocupados. De pronto se oyó un rayo en la mansión, uno que ilumino todo, dándole a todos una tétrica vista de un Ciel enojado.

-Veo que se ha largado a llover, Lizzy, Rebeca, por hoy quédense a dormir, en cuanto a ustedes-mientras miraba a todos sus sirvientes, los quiero en mi estudio ahora-Dijo mientras se perdía por los pasillos.

Lizzy y Rebeca se fueron juntas a una habitación, y los sirvientes hicieron caso a su amo. Cuando todos estaban en el estudio, Ciel cerró la puerta y los miro a todos.

Ciel estaba eufórico y entonces encaró a sus sirvientes.

-¿¡Quien fue!?, díganme ahora porque sino los despido en este mismo momento-gritó enojado.

-...

-¿Y bien?, me dirán quien fue o se abstienen a las consecuencias.-les dijo mas calmado.

-Le juramos bochan que no fuimos ninguno de nosotros-dijo triste la sirvienta.

-Si bochan, nosotros nunca le haríamos eso a Sebastian-dijo Bard serio.

-Por favor señorito, tranquilícese, no logrará nada estando exasperado, le aseguro que esta situación mejorará, confíe en sus mas fieles sirvientes, nunca le mentiríamos-le dijo el anciano posando su arrugada mano en el hombro del pequeño.

Ciel se tranquilizó un poco ante esto.

-Bien, pueden retirarse-Dijo mientras se sentaba en su silla.

Todos le hicieron caso y Ciel se quedó sentado hasta que el sueño lo atacó y apoyando su cabeza entre sus brazos se durmió.

...

Era una noche lluviosa, los truenos sonaban cada vez mas fuerte, parecía que el cielo quería caerse, un gran trueno iluminó todo el estudio despertando a Ciel.

Miró todo a su al rededor dándose cuenta que se quedó dormido en su estudio.

-Si tan solo hubiera sido una pesadilla-se decía a si mismo, somnoliento salió a su habitación, donde se desvistió y se puso una camisa blanca que le llegaba hasta las rodillas, esa que a su demonio tanto le gustaba, entonces se percató de que por su puerta entraba una pequeña luz.

Salió de su habitación, dándose cuenta que a unos pasos de él, en una habitación, había una luz encendida. Se acercó sigilosamente hasta que vio como Rebeca estaba parada mirando una foto suya y hablando sola, entró sigilosamente a la habitación parándose atrás suyo.

-Mi Ciel, que feliz me siento, logré que encarcelaran a ese mayordomo de cuarta, ahora te tengo solo para mi, te amo, hace mucho tiempo que investigue sobre ti, realmente me enamoré, y haré lo que este en mis manos para tenerte.-Dijo la niña mientras tocaba levemente la foto de Ciel.

Ciel, estupefacto ante esto, tropezó cayendo para atrás, haciendo que Rebeca se diera la vuelta asustada.

-Así que fuiste tu.-Le dijo con los ojos abiertos como platos-realmente tu denunciaste a mi mayordomo-Dijo mientras se paraba de pronto.

-Ci-Ciel lo siento mucho, ese mayordomo te quería para él, tu eres mío, solo quería que le quedara en claro-Dijo mientras se acercaba a él.

-No te acerques maldita, te aseguro que cuando la policía se de cuenta del engaño, te enviarán a la cárcel para que te pudras ahí por haber denunciado en vano-Dijo mientras le miraba enojado.

-Pero yo te amo Ciel, ¿Acaso no lo entiendes?, por favor, podemos ser muy felices-Le dijo la niña mientras le sonreía.

-Estás loca, no quiero verte, vete de mi mansión maldita sea-Le dijo mientras le daba una bofetada.

-Ci-Ciel-sollozó mientras se cubría los ojos y comenzaba a reír tétricamente-Ciel, Ciel, Ciel, mi querido Ciel, ¿Acaso no te das cuenta que si no eres mío no serás de nadie?-Dijo mientras levantaba su rostro con una sonrisa torcida.

-¿A que te refieres con eso?-preguntó dudoso.

-Fácil, iremos juntos al infierno-Dijo mientras sacaba una gran cuchilla de su vestido.

Ciel al ver esto, asustado salió de la habitación corriendo, seguido por Rebeca.

(http://www.youtube.com/watch?v=FZE7WFWdadk)

Ciel corría agitado por los pasillos escapando de esa gran cuchilla que Rebeca tenía, bajaba y subía escaleras por todas partes, en ocasiones tropezaba con sus propios pies.

-Jajaja, Ciel huye todo lo que quieras, no puedes escaparte de mi-Dijo mientras reía.

Ciel siguió corriendo hasta que encontró el sótano. Bajó por ahí y se escondió entre las bodegas con distintos vinos. Sintió como Rebeca bajaba por ahí buscándolo entre los estantes. Ciel por los nervios movió su brazo y tiró una botella de vino, Rebeca lo vio y sonrió corriendo hacia él, Ciel dio un grito ahogado y salió corriendo, abrió una pequeña puerta donde había un túnel, rápido se metió ensuciándose con tierra, Rebeca lo seguía con el cuchillo apretado entre los labios, hasta que logro agarrarlo por los pies.

-¡Déjame maldita loca!-forcejeaba Ciel.

-Mi amor, no te dejaré ir-Dijo la niña mientras lo jalaba mas hacia ella.

Ciel le dio una patada en el estómago dejándola sin aire por unos segundos, los cuales utilizó para gatear por el resto del túnel.

Ciel abrió la pequeña puerta del otro lado y se paró sintiendo los raspones de sus rodillas, Rebeca estaba a punto de pararse junto a él, pero él cerro rápido la puerta, haciendo que esta golpeara repetidamente esta, Ciel vio como se movía la puerta por los golpes de la chica, hasta que esta puerta dejó de moverse, en ese momento sabía que debía esconderse rápido.

Salió corriendo apresurado, esa pequeña puerta daba hacia el almacén de la cocina, salió por ahí, encontrándose en unos pasillos desconocidos.

-Maldición, esta mansión es tan grande que ni yo la conozco por completo-Dijo mientras corría.

Iba por los pasillos a oscuras, hasta que chocó con algo, asustado miro al frente y lo que vio le aterró, Rebeca estaba allí, esta le hizo un pequeño corte en el brazo.

-Agh.-Se quejó mientras corría nuevamente.

-Jajaja, me encantan las escondidas-Dijo la niña mientras le miraba correr desesperado.

Ciel lograba divisar el rostro de la chica mientras corría, este era iluminado por los rayos sucesivos que el cielo largaba.

Encontró una pequeña escalera que subía, sin mas subió llegando a una pequeña habitación, esta estaba pintada de rojo y se veía demacrada. Vio un par de muebles, y se escondió en uno.

Sintió los pasos que se acercaban cada ves mas, se abrió la puerta.

-Uno, dos, tres.Cerca de ti estoy. Cuatro, cinco, seis.Ya no hay escondite. Siete, ocho, nueve, escapatoria ya no tienes.

Ciel sintió miedo al escuchar esa canción tenebrosa que cantaba la niña, pero se alivió al sentir que sus pasos se alejaban, suspiró con alivio hasta que la puerta se abrió rápidamente.

-Diez...Te encontré-Dijo la niña mientras alzaba su cuchillo.

Ciel arrastró sus manos por el mueble encontrando un arma. En ese momento un rayo cayó en la habitación iluminándola por completo, hasta que se oyó el caer de alguien...herido de muerte.

Ciel nervioso salió del mueble viendo a Rebeca tirada en el piso con un tiro en la frente. Ciel la vio muerta y suspiró con alivio, no sintió rencor, ni miedo, ni siquiera duda en matarla, a pesar de que era la primera vez que disparaba un arma, ya que nunca la necesito al tener a su mayordomo a su lado, pero este no estaba con él en ese momento.

Ciel nervioso no sabía que hacer con el cuerpo, entonces abrió un mueble en donde encontró sábanas blancas, envolvió el cuerpo con estas absorbiendo toda la sangre de la niña y comenzó a arrastrarlas escaleras abajo, le costó mucho trabajo, ya que a pesar de que la niña no era pesada, él, que tenía una terrible resistencia se sentía morir. Cuando logró llegar abajo de todo, abrió la puerta de la mansión viendo que llovía a cántaros. Sacó arrastrando el cuerpo, mojándose por completo, la llevó hasta la parte trasera del jardín, agarró una pala que debía ser de Finny y comenzó a excavar, tardó bastante pero logró hacer un agujero lo suficientemente grande para meter el cuerpo, cansado empujó el cuerpo hacia esto viendo como este caía como un costal al agujero. Rápido comenzó a poner de nuevo la tierra en su lugar. Cuando terminó vio el agujero donde estaba ya la chica bajo tierra, lo miró con desdén y antes de irse.

-Esto es por Sebastian.-Susurró antes de irse corriendo de allí a la mansión.

Una vez ahí agarró su camisón mojado, con rastros de sangre y tierra y lo tiró en el mueble en el que se había escondido, limpio con otra sábana los rastros de sangre que habían quedado en el suelo. Una vez hecho esto fue a su habitación, se puso otra camisa y se acostó a dormir. Al día siguiente iría con su mayordomo. Ahora debía dormir para recuperar fuerzas, rogaba por no llegar a enfermarse por haber estado en la lluvia.
Notas finales:

Bueno espero que les haya gustado este capítulo,el video que puse para que escucharan durante la persecución de Rebeca a Ciel obviamente no es mío,que quede claro.

 

Bueno sin mas me desídp,vere cuando vuelvo a tener suerte paa subir un nuevo capítulo. 

 

Besos mis lectoras :3


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