Sanji no me había podido descubrir en una peor situación que esta, y seguramente los demás chicos también se habrían dado cuenta de mi desliz a juzgar por las expresiones de sus rostros.
Había pasado un bochornoso accidente una y exclusivamente porque “cierta” parte de mi cuerpo había despertado en un momento inapropiado al ver al rubio de aquella forma y ahora, por su culpa, debería tomar una ducha fría para poder calmar aquellos instintos y lograr pensar con claridad…
xxxxx
Así fue como acabe donde estoy ahora, encerrado en el baño; avergonzado y asustado por las reacciones de mis nakama pero, por sobre todo, la reacción de él.
Siendo sincero, nunca me había planteado el posible hecho de que los chicos descubriesen mis sentimientos, ni menos en una situación como esta. Nunca había tenido intenciones de decirle a Sanji que me gustaba, que le amaba profundamente con todo mi corazón.
Tenía miedo al rechazo, y al dolor que este traería consigo. Luego de la muerte de Kuina había aprendido de mala manera el dolor que se sentía al perder a alguien importante, por lo que me había decido a no volver a sufrir de aquella manera; alejándome de cualquiera que intentase entrar en mi vida o en mi corazón.
Mis convicciones flaquearon cuando conocí a Luffy y al resto de la tripulación, cuando le conocí a él. Fui en contra de mis propias reglas y me decido a protegerlos costase lo que costase, justo como había ocurrido en Thriller Bark.
Thriller Bark… ese lugar me llena de recuerdos tanto dolorosos como placenteros cada vez que pienso en él. Fue en aquel barco fantasma donde me di cuenta de mis verdaderos sentimientos por Sanji, no la simple atracción sexual que creía tener por él.
Me di cuenta tarde, muy tarde, de lo que en verdad significaban aquellos sentimientos. El ver como se acercaba a mí, con la ropa hecha girones y profundas heridas surcando todo su cuerpo; retando a Kuma a pesar de su situación y la nuestra, enfrentándose al Shichibukai sin vacilar un momento, intentando cambiar nuestros lugares a pesar de que sabía que, de hacerlo, perdería su vida o terminaría en manos de los marine…
El miedo que sentí aquella vez no se compara con nada, aquella sensación, de saber que podría perderle para siempre por más que intentase rescatarlo…
Los días siguientes luego de mi decisión suicida, en las que pase recuperándome, me dio el tiempo suficiente para poner las cosas en orden y pensar con claridad. Pensé que lo mejor en mi caso era evitar cuanto pudiese mostrar mis sentimientos, ocultarlos y guardarlos en el fondo de mi corazón hasta que el tiempo terminase por curar las heridas que habían surgido de aquel amor no correspondido.
Sabia, quizás mejor que nadie, que Sanji era el mayor mujeriego en todo el Grand Line. Que para lo único que servíamos estando juntos era para pelear, ya fuese internamente o con cualquiera de los enemigos que amenazaran a los miembros de nuestra peculiar banda pirata…sabía que aquel hermoso rubio jamás se fijaría en alguien de su mismo sexo, que por algo siempre corría detrás del primer par de piernas bonitas sin importar de quien se tratase…
…que jamás se fijaría en alguien como yo, su eterno rival…
A pesar de regañarme mentalmente, de decirme que no podía funcionar ninguna relación con el cocinero de abordo que no fuese compañerismo o quizás hermandad; no podía evitar sufrir irrefrenables ataques de celos cuando le veía coquetear con cualquier chica, inclusive con Nami o con Robin, y verle caer una y otra vez, presa de su mala suerte.
Aquellos pensamientos dolían como mil estacas en mi pecho, me mantenían alejado de la realidad. Pero, repentinamente, todos mis sentidos se dispararon al sentir una ligera presión en mis labios, uniéndolos torpemente en un cálido beso.
Abrí mis ojos, dispuesto a echar literalmente a patadas a quien fuese que se hubiese atrevido a besarme, cuando me tope de frente con el rostro del cocinero, ligeramente sonrojado y con el cabello pegado a sus mejillas a causa del sudor.
Mi corazón empezó a latir con fuerza, mientras mis mejillas se también se teñían de un profundo escarlata. Pero algo tan maravilloso no podía ser real, no podía estar pasándome a mi ¡debía ser una broma! ¡Sí! ¡Una jodida broma! Sanji seguramente se había dado cuenta de mis sentimientos por él, intentando jugar con ellos y así conseguir humillarme, poder reírse en mi cara y…pero aquel beso se sentía jodidamente bien…
Tsusuku (o tal vez no XD)