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• Not A Dream • por GreenPepperKyu

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Notas del fanfic:

Me agarró la inspiración, y no la quise desperdiciar ♥

Notas del capitulo:

Cada vez amo más y más esta pareja >w<

¡Disfruten!

Llegó al apartamento en un abrir y cerrar de ojos, dispuesto a hacer a un lado esos sentimientos que por un momento había sentido aflorar inevitablemente en su interior. Cruzó el umbral que lo separaba del exterior, y con paso firme se dirigió a la habitación que desde siempre compartía con su más cercano y querido compañero en la banda, cerrando la puerta tras de sí.

 

Quería olvidar, no pensar. Eliminar si era posible todo rastro de aquella estúpida sensación que el menor le provocaba y ni siquiera él mismo era capaz de descifrar con exactitud, y lo haría incluso si eso significaba recluirse en ese cuarto por días enteros.

 

Qué rayos sucede contigo Hyuk Jae… suspiró apesadumbrado y tomando su cabeza entre sus manos, al tiempo que su cuerpo se deslizaba por el borde de la cama hasta acabar sentado en la pulcra alfombra. No estaba seguro cuánto tiempo había pasado desde su llegada, cuando escuchó el crujido de la puerta abriéndose frente a él. ¿Qué acaso no le había echado el pestillo?

 

- Sabía que correrías a encerrarte aquí – dijo una voz muy conocida para él cargada con un leve matiz de aflicción. Rápidamente se incorporó, queriendo ocultar la verdadera razón de su repentina partida luego de aquel exitoso show que habían llevado a cabo momentos antes.

 

-Dong Hae… ¿qué haces aquí? Creí que estarías festejando con los demás – intentó sonar despreocupado mientras hablaba.

 

- No quiero festejar. Necesitamos hablar – replicó el otro con convicción. De pronto el más pequeño de los dos se hallaba a escasos centímetros de distancia de su cuerpo. Tantas noches soñando con tenerlo de aquella manera... ahora sí que estaba en serios problemas.

 

- Hyukkie… - suspiró pasando sus torneados brazos alrededor del cuerpo del anteriormente nombrado y apoyando la cabeza en su hombro. - ¿Qué es lo que sientes cuando estamos así de cerca?-.

 

El mayor estaba inmóvil, evaluando si debía responder aquel abrazo que parecía mostrar algo más que simple cariño fraternal, o contestar aquella pregunta indecente que le hacía el otro.

 

- Hae y-yo… - titubeó al sentir el rostro del nombrado frotarse sutilmente contra su cuello hasta quedar nuevamente frente a él.

 

- Dímelo Hyuk… - instó el más pequeño sabiendo de antemano cual sería la respuesta de su conflictuado hyung. A veces le costaba creer cuan sencillo había sido para él darse cuenta lo que sentía por Hyuk Jae, al ver cuan difícil era por el contrario para éste admitir que le sucedía algo similar.

 

- Yo… - dudó nuevamente sosteniendo firme la mirada con su compañero. – Me estremezco de sólo verte Dong Hae. Siento que no puedo controlarme y sólo puedo pensar en besarte –confesó cerrando sus ojos y dejándose hacer por las caricias que el otro le proporcionaba.

 

Intentaba, realmente lo intentaba con todas sus fuerzas. Pero le era imposible resistirse al contacto de ese ser que eliminaba todo razonamiento de su mente. Quería poder decirle cuánto lo amaba sin sentirse despreciable por hacerlo. Quería gritarlo, hacer que todo el mundo supiera lo que Lee Dong Hae le provocaba a cada una de las células de su cuerpo. El problema es que no sabía como hacerlo sin sentir que la culpa lo carcomía.

 

Y es que si todo eso se sabía, podía decirle adiós a su carrera y a su vida.

 

Está bien, él podía lidiar con eso y estaría dispuesto a hacerlo con tal de que el gran peso que cargaba en su alma se viera finalmente liberado; pero destrozar en el proceso los sueños de Dong Hae no estaba en sus planes. Porque sabía que si él se hundía, inevitablemente arrastraría al menor con él. Y él no dejaría que algo así le sucediera a ese tierno dongsaeng que había robado su corazón.

 

- ¿Quieres… besarme Hyuk? – el más chico suspiró nuevamente haciendo que la distancia entre sus rostros fuera prácticamente nula. El mayor aún se mantenía inmóvil, y sus facciones parecían indicar que hacía un esfuerzo terrible por contenerse de hacer algo potencialmente estúpido.

 

Fue el pequeño quien inició el tan ansiado beso.

 

Lentamente rozó sus suaves labios contra los del mayor, acariciándolo con ellos y esperando a su vez una reacción del contrario. Lo observó un momento antes de pasar sutilmente su lengua sobre los labios ajenos, y sonrió levemente al notar que el otro comenzaba a corresponder.

 

Se sentía feliz. No había nada que deseara más que sentir al mayor de aquella manera tan prohibida; y todo era incluso mejor de lo que había imaginado.

 

No pasó mucho hasta que Hyuk Jae se vio completamente dominado por esa sensación que le provocaba el menor. Rodeó su cintura con sus brazos en un abrazo posesivo, atrayéndolo más hacia sí y permitiéndose sentir la tibieza no sólo de sus labios, sino también de su cuerpo. Sus manos comenzaron a vagar por la espalda del otro, ansiosas por palpar cada zona y angulosidad de la misma. El beso se profundizó, y ahora era él quien marcaba el ritmo y profanaba la cavidad ajena con su sensual órgano gustativo.

 

Era la más dulce sensación que hubiera experimentado. No quería ilusionarse, pero en ese instante podía jurar que el menor lo amaba casi tanto como él. Lo percibía en la manera que este enredaba sus dedos en su cabello al besarlo, en la forma que succionaba sus ahora enrojecidos labios con delicadeza.

 

De pronto las manos traviesas del más chico se colaron por debajo de la remera de Hyuk, en un acto que sorprendió gratamente al mayor.

 

- Mhn.. ¿qué haces Hae?  - cuestionó separándose sutil y casi imperceptiblemente de la boca de su amante. Sonrió levemente pues el contacto le había agradado, pero no tenía intención de apresurar las cosas de tal forma.

 

- Quiero sentir tu piel Hyukkie... - murmuró besando la mandíbula del más grande. - ¿Está mal que quiera tocarte de esta manera? -.

 

Si tan sólo el más joven supiera que esa era la misma incógnita que le quitaba el sueño al mayor...

 

¿Estaba mal?

 

¿Realmente era algo malo querer poseerlo en todo sentido posible? Querer despertar junto a él en las mañanas, tomarlo de la mano al caminar, abrazarlo por las noches, besarlo infinitamente... ¿era mucho pedir que todo eso fuera una realidad y no simplemente un escenario creado por su mente durante las noches?

 

¿Acaso estaba mal amar?

 

- Yo sólo... quiero protegerte de todo y de todos, incluso de mí - suspiró el mayor apesadumbrado. - No quiero que hagas algo de lo que te arrepientas - aseguró tomando el rostro contrario con ambas manos y esbozando un mirada de profunda devoción y afecto; una mirada que terminó por derretir el corazón del menor.

 

- Hyuk... - la voz del más chico se tornó temblorosa al pronunciar su nombre. - ¿Cómo es que piensas que puedo arrepentirme de hacer algo por lo que he esperado diez años? Ya he postergado mis sentimientos demasiado tiempo - afirmó y se adueñó de sus labios nuevamente. No quería dejar pasar un segundo más sin estar cerca de su adorado hyung.

 

Hyuk Jae se vio nuevamente envuelto en una maraña de caricias y besos sin fin. Tal confesión lo había llenado de regocijo y anticipación. Sus manos no daban abasto para expresarle al menor cuánto necesitaba que se quedara a su lado de esa manera, no como un amigo, sino como algo más.

 

Dong Hae por su parte se negaba a despegar sus palpitantes labios de la tersa piel del mayor, y se preguntaba mientras tanto cómo es que había vivido tanto tiempo sin aquella adictiva sensación que tenerlo para sí le provocaba.

 

Ya no eran sus mentes las encargadas de tomar las decisiones. El raciocinio era algo que había quedado completamente bloqueado por el anhelo y el deseo que los dos se profesaban. Ahora primaba la necesidad; necesidad de sentirse mutuamente olvidando por un momento la existencia de los otros siete mil millones de habitantes de la Tierra.

 

El pequeño ya se encontraba bajo el abrigo del caliente cuerpo de Hyuk cuando se dieron cuenta.

 

Éste continuaba besándolo con intensidad, dejando un camino de besos a lo largo de su cuello y de sus clavículas cuando se separaba de su boca. Se sentía morir de la excitación por tenerlo así, pero sus intenciones eran puras con el más chico. Quería demostrarle cuánto lo quería, lo mucho que su existencia significaba para él más allá de lo físico y lo empírico. Por eso negó ante la petición del menor.

 

- Ahm~ Hyukkie hazme el amor - suplicó de una manera que al mayor le costó ignorar. El otro lo tomaba fuerte por su ropa, apegándolo más a su pecaminoso cuerpo.

 

- Hoy no Hae - declaró con seguridad.

 

Por supuesto que deseaba hacérselo. Había imaginado incontables noches las infinitas formas de poseer al menor y marcarlo como suyo para que el mundo supiera de una buena vez a quien le pertenecía.

 

- Y-yo... no lo entiendo. ¿No te gusto de esta forma Hyuk? - el más chico estaba confundido ante la reacción de su hyung. Internamente se preguntaba si habría malinterpretado las cosas y habría llevado al mayor a estar en una situación que no deseaba con sus sugestivas acciones.

 

Por supuesto sus deducciones no podían estar más alejadas de la realidad.

 

- Claro que no me gustas - sentenció el más grande con convicción, tanta que por un segundo Hae se sintió morir de la humillación ante la incómoda situación. - Yo te amo tonto, más de lo que tu pequeño cerebro de pez alguna vez pueda imaginar - le dedicó un sonrisa que, sin exagerar, le devolvió el alma al cuerpo al que yacía debajo de él.

 

Dong Hae se quedó petrificado. Y es que si bien esperaba con ansias una confesión de parte del mayor, jamás se imaginó que éste le diría que lo amaba. Su madre era la última persona que le había dicho tal cosa.

 

- ¿Aún no lo entiendes bebé? - aquella tierna forma que el más grande había utilizado para referirse a su persona lo había avergonzado notablemente, y ahora sus mejillas se inyectaban de un característico tono carmesí. - Te he estado haciendo el amor todo este tiempo, con cada mirada, cada caricia furtiva en el escenario y fuera de él también, cada baile sensual... todo ha sido siempre por y para ti Hae. Sólo que tú eres muy despistado y no te habías dado cuenta de ello – finalizó sonriente y depositando un tierno beso en la frente de su compañero.

 

El menor no sabía que decir. Jamás había estado en una situación similar. Y es que esto no era como declinar o aceptar las confesiones de esas niñas que lo seguían por el colegio cuando era pequeño. Esto era muy distinto. Finalmente estaba con su ser amado, ese que hacía que su corazón latiera desbocado y erizaba cada centímetro de piel de su cuerpo con un simple roce. Nunca en todos esos años creyó que el mayor le dedicaría alguna vez tales palabras de amor, y ahora que lo hacía, los pasos a seguir eran algo difuso e incomprensible para él.

 

- ¿Q-qué haremos aho-ora entonces Hyuk? – balbuceó con timidez y sin comprender del todo qué era lo que el otro pretendía de él.

 

- Estaremos juntos – afirmó el mayor. – Nos olvidaremos del mundo y de todos sus problemas y seremos uno con la noche. Nos abrazaremos hasta que duela, nos besaremos con pasión y despertaremos uno junto al otro. Tendremos el coraje de ser felices Dong Hae – concluyó estrechándolo aún más entre sus brazos.

 

El más pequeño sonrió con calidez y se aferró al otro con fuerza apoyándose en su pecho.

 

- Seamos felices Hyukkie… - murmuró acurrucándose y cerrando finalmente los ojos para descansar.

 

A la mañana siguiente Hyuk despertó solo.

 

Rápidamente comenzó a hiperventilar, y la ansiedad y el miedo se apoderaron de él temiendo que todo aquello pudiera haber sido nuevamente un sueño.

 

Sin embargo, a su lado la cama aún estaba tibia y la almohada desprendía un aroma inconfundible para el mayor. La tomó entre sus manos y la acercó a su nariz queriendo sentirlo más profundamente. Sólo al dejarla reparó en la pequeña nota que se ocultaba bajo la misma.

 

“Perdóname por no despertar junto a ti. Olvidé que tenía horario temprano, y te veías tan tierno durmiendo que no quise molestarte.

Roncas mucho, ¿lo sabías? Jaja.

No puedo esperar a volver a casa contigo y besarte de nuevo. Espera tú también por mí, ¿si?

¡Nos vemos!

 

El corazón del mayor dio un vuelco y su sonrisa casi no cabía en su cara de la felicidad que sentía en ese momento. Sólo por curiosidad volteó el papel, como buscando algo que posiblemente faltara.

 

Y ahí estaban. Esas dos palabras que viniendo del menor significaban el mundo entero para él.

 

PD: Te amo !

 

Sus ojos se cristalizaron sutilmente.

 

No había sido un sueño.

 

Notas finales:

Reviews son amor para esta humilde escritora :3

¡Gracias por leer ♥!


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