Escena fallida Nº 1
No recordaba en qué momento se había puesto tan ebrio en una noche que aún era muy joven, él no era de los que tomaban en exceso, al menos no como Uruha, pero ahora estaba borracho como una cuba y en su estado de inconsciencia, estaba molestando a Reita sin respiro.
—Sólo un beso —canturreó, tirado en el cómodo sofá de la vip del bar casi encima del bajista, buscando su rostro.
—Ya basta, Ruki —lo regañó el rubio, empujándolo con un codo para que se le alejara—. Estás borracho.
—Pero sé lo que hago y lo que quiero —replicó, mirándolo muy serio—. Y quiero un beso tuyo…
Se enderezó para acercársele como un gato se acerca a su presa, pero Reita lo devolvió de sopetón a su lugar. El menor resopló y lo miró rabioso, más no podía hacer, estaría borracho, pero sabía que estaba rebajándose… todo por un maldito beso, ¡sólo un beso! ¿¡Qué tanto le costaba!?
—¡Ah! ¡No seas tan cruel! —exclamó Uruha, que así como los otros tres gazettos, miraba la escena muy divertido—. Con esa carita, hasta yo podría besarlo.
—¿Ah sí? —murmuró Aoi, mirándolo de reojo.
—¿Eh? —Uruha se rió por la torpeza de sus palabras siendo que Aoi estaba presente—No, no, pero es que… ¡míralo! Bésalo, Aki-chan.
—¡Oh yeah! —canturreó el vocalista, volviendo al intento de acercamiento—. Bésame… sé que quieres hacerlo…
Quería, claro que quería, pero… Pero quería, fin. Se había quedado pasmado frente al nuevo acercamiento. ¿Por qué? Porque era en verdad demasiado difícil rechazarlo, lo había sido las veces anteriores, lo era ahora incluso más. ¿Y si Ruki era así como demostraba que tenía algún tipo de interés por él? No, eso no era posible, pero… volver a probar sus labios, sólo un beso en lo oscuro del bar… No, con los tarados de sus compañeros presentes era imposible. Y sin embargo, de tan imposible que era, no lo parecía tanto porque Ruki ya estaba tocando sus labios con los propios, tomando el inferior para tirarlo suavemente. ¿Y él? Él estaba de piedra sin hacer nada a fin de cuentas.
No fue hasta que escuchó a sus compañeros de banda aguantar la risa que recordó dónde y con quién estaba, y se separó de golpe de Ruki.
—Compórtate, Takanori —lo regañó, cruzándose malhumorado de brazos.
Uruha y Kai golpearon ambos a Aoi, el responsable de cortar el momento de gloria de Ruki y su momento de máxima emoción también. Reita miró a Ruki de reojo, no estaba haciendo ninguna pataleta ni payasada al respecto sino que se había quedado muy quieto, tocándose los labios y esbozando una sonrisa.
—Está confirmado, sobramos… —Uruha apuró a Aoi y a Kai para que se levantaran—. Vamos, vamos…
—Shima… —masculló Reita, había sido idea suya ir a salir, no era justo que ahora quisiera irse y dejarlo sólo con algo que no tenía ni idea de cómo manejar.
Además… había medio besado a Ruki, sí, pero… No quería que al otro día Ruki le cayera con la misma historia de: “estaba borracho y creo que dije cosas que no debía”. Bueno, si iba al caso, ahora no estaba hablando. No, pero Ruki estaba borracho, no era justo ir a aprovecharse de él. ¿Por qué los demás no se daban cuenta también y no le decían nada al respecto?
—Sí, sí, Shima Shima —murmuró Aoi tomando la mano de Uruha—. Taka Taka ahora…
Los tres terminaron yéndose del bar sin más, pero se detuvieron al salir cuando Kai fue quien se detuvo.
—¿Yutaka? —lo llamó Aoi.
—Es que… ¿qué haremos ahora?
—¿Ah? —Uruha alzó una ceja incrédulo—. ¿Uke Yutaka quiere seguir de fiesta?
—¿Eh? N-no, no… No es eso… Je…
—¿Y qué es?
—Nada, es que… —Miró la hora—. Todavía es temprano, ¿no?
Aoi y Uruha se miraron entre ellos, miraron a Kai y volvieron a mirarse entre ellos. Sonrieron, lo habían pescado. ¡Con razón estaba menos gritón en el último tiempo! Se le puso uno a cada lado y le rodearon los hombros con un brazo, apretándolo entre ambos.
—¿Quién es, Yuta? ¿A quién esperábamos?
—N-nh… —Rió nervioso—. ¿De qué hablan?
—Kai-chu~ A nosotros no vas a engañarnos… —canturreó Uruha, picándole sobre uno de los hoyuelos de su mejilla—. Te agarramos.
—Lo tengo, Kou…
Kai miró intrigado a Aoi y vio que estaba mostrándole su celular a Uruha. Su celular, su propio celular que tenía en un bolsillo, Aoi se lo había quitado sin que se enterara. ¡¿Así era como siempre perdía todas sus cosas?! Igual… más importante aún que eso… ¡Su celular no!
Fue a quitárselo de la mano, pero Aoi se lo arrojó a Uruha, y cuando se volvió hacia él para irle detrás, Aoi lo agarró para impedírselo.
—¡No sean tontos! —exclamó molesto, pero sus compañeros nada más reían.
—A ver, a ver… —Uruha abrió el celular y buscó los últimos mensajes algún nombre que desconociera, o que conociera, pero no fuera usual que tuviera muchos mensajes. No necesitó buscar mucho, “Yomi” se repetía a cada rato, y al entrar en el último mensaje vio lo que buscaba de una—. “¡Entonces nos vemos esta noche!” Carita sonriente.
—¡¿Quién?! —exclamó Aoi.
—¡Kouyou! —se quejó Kai.
—Yomi…
—Qué mierda de nombre, Yuta. —Aoi se rió—. ¿Quién es?
—Yo… Hola…
Uruha saltó, dándose la vuelta de golpe para ver a quién tenía atrás. Lo reconoció de inmediato y por ello no llegó a avergonzarse completamente de que Aoi metiera la pata tan monumental mente.
—Tú…
Kai en cambio sí estaba al rojo vivo, de todas las veces que lo avergonzaban, ésa era sin dudas la peor de todas. Se soltó bruscamente de Aoi y se inclinó mucho a modo de disculpas.
—Lo lamento mucho, Yomi-kun. —Miró a Aoi que se había quedado parado mirando estúpidamente a Yomi y se enderezó de nuevo sólo para agarrar a Aoi y obligarlo a inclinarse con él—. ¡Discúlpate!
—Es el cantante de Nightmare —susurró Aoi a su líder—. ¿En verdad es él?
—¡Shiroyama Yuu!
—Ummh… ésta la hicimos buena… —comentó Uruha mientras le daba el celular de Kai a Yomi que se lo quedó mirando extrañado—. Si no te importa, voy a tomar a Aoi ahora, y saldremos corriendo. ¿Agarrarías a Kai por nuestro bien físico?
Yomi acabó medio riéndose y asintió.
—Lo lamento —se disculpó rápidamente Uruha y se dio la vuelta para ir por Aoi—. Kai-chu… Yo-chan está yéndose.
—¡¿Qué?! —Kai se enderezó más que rápido, y Uruha aprovechó para agarrar un brazo de Aoi e irse corriendo de allí. Kai vio a Yomi frente a él riéndose y se volvió hacia los dos guitarristas de los que prácticamente sólo había quedado la estela de humo—. ¿Ah? ¡Par de idiotas! —Se volvió rápido hacia Yomi y caminó hasta él, volviendo a inclinarse—. En verdad lo lamento mucho, son dos idiotas, y yo más por no ponerles freno, no lo dijeron en serio, sólo me molestaban…
Yomi le palmeó la espalda aun riéndose.
—Está bien, está bien. Enderézate, por favor. Toma… —le pasó el celular apenas se enderezó de nuevo, le hacía más gracia ver que estaba rojo hasta las orejas—. ¿Ya se iban?
—No, no —contestó apresurado—. Bueno, sí, pero no, estaba viendo de ir a otro lado y avisarte. ¿Viniste solo?
—No, los muchachos ya entraron.
—Oh… Reita y Ruki estaban poniéndose algo… cariñosos, por eso es que nosotros nos salimos.
—¿Quieres ir a otro lugar entonces?
—Mmh… Creo que me sentiría más cómodo. ¿Quieres ir a mi casa? Podemos comprar algunas cervezas de paso si quieres.
Yomi se lo pensó medio segundo y asintió, lo cual hizo que a Kai le saliera una de sus clásicas sonrisas bien amplias.
—¿Sabes? Me hubiera gustado que me presentaras de mejor modo… —dijo para molestarlo mientras iban caminando al auto de Kai. El batero se iba a frenar para volver a disculparse, pero le dio un empujoncito mientras reía—. Eres demasiado lindo, Kai. Te falta maldad, ¿sabes?
—Créeme que cuando los agarre, me los comeré vivos. —Al llegar al auto, y antes de tener que darle la vuelta para subirse, le tomó una mano y lo empujó contra el mismo, habían acordado ir despacio, pero le demostraría qué tan “malo” podía llegar a ser si quería—. Y a ti también… —musitó sobre los labios de un sorprendido Yomi que de inmediato sonrió pervertido.
——— / ———
En el bar había quedado un ambiente raro. Ruki seguía sin hablar, y eso lo estaba matando. No era que prefiriera al enano cargoseándolo, pero que no le dijera nada estaba haciendo que entrara en pánico. ¿Se habría enojado con él por besarlo? Sin pensárselo, se bebió el contenido de su vaso de una y le pidió otro a la camarera.
—¿Por qué no dices nada? —preguntó a Ruki luego de recibir un nuevo vaso lleno.
—Porque estoy disfrutando el momento —contestó mientras se le apoyó contra un brazo.
—Nh…
Estaba poniéndolo nervioso y lo miró bastante mal, pero al verle con los ojos cerrados y una suave sonrisa, se le fue aflojó el cuerpo. Quería volver a besarlo, quería tanto hacerlo, abrazarlo y tirarse en ese sofá a simplemente beber con esa paz. Tragó saliva con dificultad, estaba pensando estupideces, Ruki estaba lo suficientemente borracho y al otro día habría embarrado más lo que ya la anterior borrachera del enano había embarrado. Resopló, agarró su vaso y se lo bajó de una sin importarle demasiado que hubiera llegado allí en su moto y tenía que mantenerse en pie como para poder irse en ella.
El alcohol y el calorcito de Ruki contra su brazo hicieron que se le volviera a aflojar el cuerpo. ¿Y si esa noche se dejaban llevar por el alcohol y se iban a su apartamento? Cuando adolescente así había ocurrido con Uruha, se habían emborrachado y, vírgenes los dos como eran, curiosos por probar ciertas cosas, habían tenido sexo. No era como que ahora nada más quisiera probar ciertas cosas, mucho menos tener mero sexo con Ruki, quería mucho más de él, pero… No quería joder la amistad que tenían, ya Ruki lo había ilusionado demasiado la vez anterior cuando borracho le dijo que le gustaba y luego se arrepintió, al menos así podría aunque fuera estar una vez con Ruki, y borrachos ambos, tendría la excusa como para no ir a joder nada.
Estaba pensando estupideces así que se pidió otro vaso para refrescarse las ideas.
——— / ———
—Chiba dice que se encontró con un amigo y se fue —anunció Hitsugi viendo el mensaje que acababa de llegarle.
—Es una broma, ¿no? —masculló Sakito molesto, lo habían arrastrado hasta allí para tener una salida grupal como hacía tiempo no tenían, ¿y el puto enano era el primero en desaparecer?
—Bueno, como en los viejos tiempos, ¿no? —intentó animarlo Hitsugi—. El enano siempre era el primero en perderse. Vamos, Saki, divirtámonos un rato.
Ruka, que hasta el momento se había mantenido mirando todo como en otro mundo, codeó a Sakito y, a lo que éste lo miró, le señaló con la cabeza hacia otra mesa frente a ellos.
—Oh por… —A Sakito se le iluminó la sonrisa y rápidamente sacó su celular para tomar un par de buenas fotos—. Je…
Hitsugi y Ni~ya se dieron la vuelta para ver qué le había quitado tan repentinamente el malhumor a su líder y a lo que reconocieron a los dos gazettos tan acaramelados, sintieron una mezcla que iba entre la ternura, la vergüenza ajena y la sana envidia. Se miraron entre ellos, pero escuchar a Sakito los hizo volverse hacia él rápidamente.
—Esto irá para… la B-PASS no porque sería muy evidente… ¡La Shoxx!
—¿Eh? —Hitsugi lo miró serio—. ¿Qué hiciste, Sakaguchi?
—Divertirme… —contestó como si no acabase de hacer nada malo, dejando su celular a mano por si surgía algún momento más romántico en aquella mesa.
——— / ———
Kai y Yomi entraron en el apartamento a los besos y dándose contra todo. Para ser que querían ir despacio, Kai quería ir despacio en realidad, esa noche estaba particularmente apurado porque ya en el elevador le había empezado a desabrochar la camisa. Pero él no se quedó atrás, no recordaba haber tocado un culo tan bueno como el de Kai.
Kai repentinamente lo apartó y se acomodó el cabello.
—No compramos la cerveza —dijo con una sonrisa burlona al ver la cara desconcertada del naitomea.
Yomi se rió divertido y lo agarró de una mano para tironearlo contra él, besándolo de nuevo a lo que Kai de inmediato le correspondió.
—No… no, no vas a ser malvado justo conmigo… —alcanzó a musitar en cuanto apartó los labios de él para ir besándole el cuello con una fogosidad que lo encendía completo.
Iba a separársele de nuevo, pero conociéndole las intenciones, lo agarró del cinto que ya le había desprendido y se lo quitó de una del pantalón, dejando a Kai impactado por tal demostración de agilidad. Yomi se rió y lo miró como diciéndole: “Ooh, mira lo que he hecho”.
Rieron ambos, y Yomi agarró el cinturón por ambas puntas, pasándoselo en torno de la cintura cosa de atraerlo a él y obligarlo a permanecer ahí.
—Así mejor…
—¡Oye! —exclamó al verse así de atrapado, pero no tuvo tiempo a replicar mucho más cuando Yomi se dejó caer de rodillas al suelo y mordió su entrepierna por encima del pantalón—. Oye… —musitó, agarrándole del cabello y jugueteando con él a lo que el vocalista se encargaba de hacer que su aliento caliente traspasara las telas.
Iba a desprenderse el pantalón, pero se quedó de piedra a lo que su celular empezó a sonar. ¿Quién era el desgraciado que lo llamaba a esas horas y justo en ese momento? Yomi se detuvo y lo miró para ver qué iba a hacer.
—Lo lamento… —se disculpó mientras sacaba el aparato del bolsillo trasero y lo miraba. Su manager, y a esas horas… No era nada bueno—. Hola… —contestó de inmediato.
—Uke Yutaka…
Kai cerró los ojos al sentir su nombre completo y con ese tono, definitivamente no era bueno.
—Acaban de llamarme de la Shoxx para decirme que les han llegado algunas fotos comprometedoras de Ruki y Reita. ¡¿Se puede saber qué están haciendo esos dos?!
—¿Qué…? ¿Cómo qué están haciendo? Estaban en un bar…
Besándose… en un bar… Obviamente tuvo que callarse toda réplica, estaban metiendo la pata bien hasta el fondo cuando todos los celulares venían con cámara y ellos no eran personas que pudieran disimularse fácilmente. Golpeó su frente maldiciendo mentalmente su distracción. ¿Cómo les había permitido tontear de ese modo? ¡¿Se había vuelto loco?!
—¡Maldición! Consiga las fotos, por favor. Yo enseguida llamo a Ruki y a Reita. Disculpe… —cortó apresurado y por suerte Yomi lo soltó para que él pudiera caminar a sus anchas por la sala en busca de calmarse mientras llamaba al bajista.
—Kai-chuuuuu~~
Se quedó descolocado y tuvo que apartar el celular para mirar la pantalla, verificando que efectivamente había llamado a Reita.
—¿Akira?
—Sí… ¿Co’tas?
—¿D-dónde estás? —balbuceó, rogando al cielo que ese Reita borracho que le había contestado no estuviera aún en el bar.
—En el bar con Ru-chan…
—¡Kai es gay! —escuchó de fondo a Ruki gritar.
—¡Dejen de hacer el idiota! ¡Los están fotografiando!
—¿Ah? Pero si no hacemos nada, líder responsable.
—Iré por ustedes. No se muevan de ahí. ¡Y no hagan nada, maldición!
Kai ya prácticamente estaba corriendo a su chaqueta sin importarle su cinturón o Yomi. Fue recién cuando estuvo en el elevador que recordó a Yomi… y haberlo dejado encerrado en su apartamento. Volvió corriendo, de nuevo rojo hasta las orejas.
Por suerte Yomi no lo miraba furioso, nada más estaba al otro lado de la puerta por enviarle un mensaje preguntándole si no había olvidado nada.
—Lo lamento… Y si vienes conmigo me conocerás malvado, lo cual lamentaré mucho más.
Yomi se encogió de hombros y salió junto a él.
—Tomaré el riesgo. Algo me dice que yo también voy a enojarme.
—¿Mmh?
—Nada, nada, un presentimiento nada más…
Mataría a Sakito, si había sido él que había fotografiado a Reita y Ruki… ¡Iba a matarlo!
Y así era como se le jodía el conejeo a Kai y a Yomi, y también se le jodía el Reituki al universo. Bendito el mundo en el que estuvieran.