Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Recuerdos de un amor irremplazable. por Nasie

[Reviews - 3]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Vuelvo con otro Oneshot, nada especial una de esas cosas que escribes cuando no estás de animos mientras escuchas música lenta.

Pido disculpas adelantadas por las faltas de ortografías, las faltas de ideas y la poca originalidad.

Como siempre los reviews serán bien recividos.

 

Recordaba perfectamente el día en que nuestros caminos se cruzaron, el momento la hora y el lugar exacto en el que tu mano rozó la mía, recuerdo la calidad y suavidad de esta, recuerdo incluso el temblor que recorrió mi cuerpo con ese simple roce que duro menos de un segundo.

¿Recuerdas tú también todo eso? 

Mi mente todavía no olvida nuestra primera cita, si es que se le puede llamar así al enjambre de sensaciones, emociones y nervios que nos poseyeron en ese encuentro casual y terriblemente vergonzoso.

Mi primer beso, también lo recuerdo, y fue contigo, con la persona que más quiero y mas querré, porque tratándose de ti este verbo nunca podré conjugarlo en pasado.

Mi primera vez, y como no, de tu mano,  las palabras se atascaban en mi garganta, las piernas me flaqueaban y te aseguro que nunca me sentí más inseguro y débil en mi corta y desafortunada vida.

Contigo están todos eses recuerdos, recuerdos de primeras veces, primeras emociones y primeras sensaciones, recuerdos que nunca sacaré de mi mente, recuerdos que nunca olvidaré.

¿Por qué?

 Porque olvidarte es difícil, porque olvidarte es doloroso, porque olvidarte es francamente imposible.

Ojala pudiese decir que todos mis recuerdos a  tu lado son felices, pero no puedo hacerlo cuando tus palabras fueron las que más daño me hicieron, cuando tus mentiras fueron las que más lagrimas provocaron, cuando en el momento en el que la verdad salió a flote tu fuiste  la persona a la que más odié, y sé que soy estúpido, terriblemente estúpido al seguir amándote después de todo eso.

¿Sabes que fue lo que más me dolió de todo?

Me dolió pensar que no confiabas en mí, me dolió saber que me ocultaste la verdad tapándola con palabras dulces y mentiras, pero lo  más doloroso fue  sin duda saber que lo hiciste para que yo no sufriera, haciéndote  así cargar a ti, sin ser consciente, tú sufrimiento y el mío.

Duele recordarte, no sabes lo que duele tener un constante nudo
en el estomago, un nudo que  hace que sea imposible respirar, porque duele saber que el aire que respiro ya no está contaminado de tu aroma, porque tu estas lejos,  demasiado lejos de mi.

El sabor de tus labios se había convertido, en muy poco tiempo en mi alimento, tus suspiros en mi aire, y ahora no tenía nada ya… ni aire, ni alimento, ni siquiera te tenía a ti.

Hoy también te recordé, cuando la fresca brisa se coló por la ventana y tú no estabas para arroparme mejor bajo la sabana, cuando el café me supoamargo fuerte, como tu usualmente lo tomabas, cuando el agua de la ducha caía sobre un solo cuerpo, el mío.

Te recuerdo a cada instante, porque todavía sigo sin asimilar que te hayas ido, porque no quiero ser maduro y afrontar que tú ya no estás a mi lado.

Todavía sigues en mi habitación, presente en las fotos colgadas en la pared, presente en el aroma de tu ropa, que comparte espacio en el armario con la mía, en mi almohada, esa que aún hoy huele más a ti que a mí.

Tu despedida, las últimas palabras que me dijiste siguen grabadas en mi mente, dejando más cicatriz que la peor de las heridas.

Necesito aire, siento que el mío desaparece poco a poco, y tus besos ya no serás nunca más los encargados de traerme parte de tu oxígeno.

Mi cuerpo pesa aparentemente más de lo normal y mantenerme en pie es mas complicado de lo creí nunca, ya no tengo fuerzas, parece como si tú te las hubieses llevado.

¿Sabes qué?

 Ha pasado ya un mes, treinta días, setecientas veinte horas, cuarenta y tres mil doscientos minutos y tú sigues estando en mi mente a cada momento del día, en cada paso que avanzo, y en cada uno que retrocedo.


Cuando el sol se oculta y la lluvia cae, mis lagrimas también lo hacen, parando en la almohada, la cual se ha convertido en mi confesora de sentimientos, en el hombro en el que apoyarme, en mi única compañía, esa que acaba completamente mojada antes de que consiga dormirme.


Escucho esa canción una y otra vez, su melodía me acompaña y veo que el tiempo avanza al compás de esas tristes notas de piano, esas que hacen que mi corazón se encoja cada día un poco más… y soy consciente de  que algún día ese pequeño órgano vacio de sentimientos acabará por hacerse invisible, acabará rompiéndose en mil pedazos, acabará muriendo.

Ya nada es igual, nada es comparable a cuando tú estabas aquí, conmigo, en ese pequeño sofá que se empeñaba en ofrecernos poco espacio pero mucha cercanía.


Perderte ha sido lo peor que me ha pasado, ahora estoy solo, terriblemente solo, solo y acompañado de tu ausencia.


Cuando el teléfono suena me gusta pensar que serás tú, pero es improbable y ciertamente imposible.


~FLASHBACK~

-Kyungsoo...tenemos que hablar- tu voz suena fría y vacía, tan vacía que cuesta reconocerla.

-No...

-Kyungsoo...

-No no no!! No quiero oírlo... - digo sin poder controlar más las lagrimas.

Se perfectamente lo que dirás y no quiero escuchar esas palabras salir de tu boca, no quiero perderte, no quiero que me dejes y sé que lo harás.

-... no podemos seguir juntos...


Tus pasos alejándose taladran mis oídos y mis ojos hinchados y rojos son incapaces de percibir lo que tienen enfrente.

~FIN FLASHBACK~

 

Días después, por otros personas me enteré de la verdad, y ese día mi alma murió, y todo el odio que sentía hacia ti se incrementó, te odié como nunca antes había odiado a alguien, más de lo que un antagonista puede odiar a un protagonista, te odié por quererte tanto, por dejarme solo, por no decirme que un maldito cáncer era el que te había apartado de mi lado, por no ser valiente y por no tener la fuerza necesaria para decírmelo, te odió por querer no hacerme daño.

Hoy camino con calma, y el paraguas que siempre compartíamos me cubre de la fuerte lluvia que parece que jamás cesará.

Noto mis pies fríos, húmedos, y sin vida, al igual que el resto de mí.

Bajo las escaleras y intento detener mis emociones y mis lágrimas, pero entonces esa melodía viene a mi mente y lo arruina todo.

Ya no me importa la lluvia, ni el frio, ni que las lágrimas imparables se deslicen a gran velocidad por mis mejillas. Tiro el paraguas a un lado y me acerco, dejándome caer sobre el cemento mientras mis manos frotan los ojos con desesperación, intentando que mi vista no se nuble.

Veo tu nombre allí escrito y el dolor se hace más y más fuerte, es un dolor inaguantable, un sufrimiento que no se puede comparar con nada, una sensación horrible, una sensación que jamás se irá.

La rosa roja quema en mi mano, intentando llamar mi atención, indicándome que debo dejarla ahí, junto a las demás rosas rojas que se acumulan de un día para otro.

Me giro dispuesto a irme evitando mirar la placa que se empeña en recordarme que ya no estás conmigo y que nunca volverás, esa que en elegante letra cursiva me muestra tu nombre y unos números, números que indican el comienzo de tu vida y el final de esta, números que mienten, que no sirven para nada, porque yo y mi corazón saben que tu recuerdo nunca se marchitará, aunque si lo hagan esas rosas rojas.

Notas finales:

Gracias por leer y si es que os animas a hacerlo, gracias también por comentar, sigo creyendo que con ellos puedo aprender, así que los agradecería enormemente.


 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).