Era un día muy frío. La nieve caía sin parar, cubriendo de blanco todo el Merry. Todos se encontraban dentro del barco realizando labores diferentes excepto Luffy, que se aburría de estar dentro y quería jugar fuera con sus nakamas. Ante la negativa de Usopp y Chopper de jugar con él, fue a molestar a su primer oficial, el cual se encontraba durmiendo en la habitación (ya que no podía entrenar) y estaba teniendo al parecer un bonito sueño…
Zoro estaba rodeado de botellas de sake y bebía y bebía. La usurera le había perdonado toda su deuda y mientras entrenaba feliz al sol, de repente Luffy se acerca y le besa en los labios, con sus suaves y dulces labios. Zoro le correspondía el beso y poco después todo se volvió negro y escuchó la voz de Luffy:
-Zoro, Zoro-
-Nee, Zoro despierta – realmente era Luffy llamándole pero lo del sueño seguía pareciéndole extraño. ¿Cómo podía haber soñado eso? Y lo peor de todo, ¿eso significaba que estaba enamorado de su capitán? No quería aceptarlo, pero la verdad es que tampoco quería negarlo al ver cómo Luffy le observaba mientras tenía su pequeño monologo interno. Cuando se dio cuenta de que era el causante de todas las preguntas que le acababan de surgir, intento disimular y preguntó con el tono más normal posible:
-¿Que quieres, Luffy?-Dijo sonrojado, porque seguía pensando en su sueño
-Nada, solo hablar contigo-Dijo sonriente el pequeño-
-¿Pero no ves que estaba durmiendo? Además, ahora no quiero hablar con nadie- No es que no quisiera hablar con Luffy, pero quería pensar en lo que le había pasado.
-¡Va, Zoro! ¡habla con tu capitán!-Dijo en tono infantil-
-¡HE DICHO QUE NO! ¡VETE!-Gritó enfadado. No quería hacerlo pero en ese momento estaba especialmente alterado. En segundos se arrepintió al ver como Luffy corrió enfadado hacia fuera.
A la hora de la cena:
Zoro iba desmotivado a la cocina por lo ocurrido anteriormente. Al llegar noto la ausencia del moreno y le dio un vuelco el corazón; Luffy saltándose una comida no era para nada normal. Y su preocupación aumento cuando Sanji preguntó:
-¿Alguien ha visto a Luffy? He buscado por todo el barco y no lo encuentro-Al momento de escuchar eso Zoro salió corriendo. Buscó por toda la fría cubierta del barco y se le ocurrió el lugar donde solo podía estar Luffy, su sitio favorito: la cabeza del Merry.
Efectivamente allí se encontraba, debajo de toda la nevada, desmayado a causa del frío:
-¡Serás tonto, no tenias porque ponerte así! - Zoro lo cogió en brazos y lo llevo adentro. Todos al ver el estado de Luffy se preocuparon mucho. Chopper lo llevó inmediatamente a la enfermería y lo trato como era necesario. Cuando salió a la cocina (donde se encontraban todos), Zoro fue el primero en preguntar:
-¿Cómo se encuentra Luffy? – Dijo muy nervioso y preocupado.
-Por suerte lo encontraste a tiempo. Si llega a estar mucho más expuesto al frío podría haber muerto de hipotermia- Zoro poco a poco se sentía cada vez más despreciable, y el sentimiento de culpabilidad le invadía- Pero ahora solo necesita una semana de descanso y volverá a estar como nuevo.
Todos los mugiwaras soltaron un gran suspiro de alivio al escuchar al renito decir que pronto iba a estar bien.
-Pero mañana vamos a llegar a tierra y no podremos volver al barco en una semana-Dijo Nami.
-¿Por qué?-Preguntó Usopp.
-Porque en la isla hay una base de la Marina, y podría ser peligroso levantar sospechas. Además la isla es muy larga, se tarda un poco en ir a la ciudad, así que he calculado una semana –Explicó Nami.
-Pero Luffy no puede ir, sería peligroso para su salud. Y tampoco puede quedarse solo porque necesita cuidados. Yo puedo quedarme y haceros una lista de lo que necesito.-Dijo el renito
-No te preocupes, Chopper, yo me quedare aunque tenga que dejar ir solas a mis damas, así cuando despierte le cocinaré lo que quiera y vigilaré que no asalte la nevera-Sanji también se preocupaba mucho de su capitán, y aunque tenía ganas de ir para comprar provisiones prefería sacrificarse.
-No, id vosotros, yo lo cuidare-Dijo Zoro decidido en forma de orden-
-Pero cabeza alga, tu eres un bruto. ¿Cómo vas a cuidarlo?-Le respondió Sanji con algo de razón.
-Bruto seré como te coja, cocinerucho-Le dijo Zoro enfadado
-A quien llamas cocinerucho, ¿Marimo? -Se pusieron a discutir como era habitual en ellos.
-¡Parad!- Les detuvo Nami dando un puñetazo en la mesa- A mi me parece que lo mejor es que se quede Zoro, ya que así no tendremos líos con la Marina.
-¡Lo que tu digas Nami-chan! Si es necesario les dejare comida preparada para una semana.-Dijo Sanji con corazoncitos en los ojos mostrando sumisión a Nami.
-Ven aquí y te enseñaré qué medicinas tienes que darle para que se recupere sin ningún problema-Le dijo Chopper llevando a Zoro a la enfermería.
En la consulta vio a Luffy. Tenía la cara sonrojada y sonreía, parecía que soñaba con algo bonito. Zoro se alegro de que estuviera bien, y atendió a las explicaciones de Chopper:
-Tienes que darle todos los días una cucharada de este frasquito. Todos los días después del desayuno y se recuperará enseguida. Y ten cuidado de no equivocarte con alguna otra medicina, puede ser peligroso.-Le explicó a Zoro.
-¿Y cómo se yo cual es la que tengo que darle todos los días?-Preguntó Zoro, ya que Chopper tenía un montón de pociones encima de la mesa.
-Es muy fácil, es la poción que tiene olor a fresas-Le respondió el reno – Ahora vete, yo me quedare a cuidar a Luffy por si algo le ocurre durante la noche.
-No, ya me quedo yo, que tú mañana tienes que irte con los demás y has de descansar-Zoro quería quedarse con Luffy y así poder reflexionar de lo ocurrido.
-¡Vaaaale! Buenas noches Zoro. Si ocurre algo no dudes en despertarme-Le dijo el reno. Zoro solo asintió, y se quedo observando a Luffy.
Al mirar a Luffy, su sueño volvió a rondar por su mente y recordó el beso traidor que había causado que Luffy ahora estuviera así. Pero la pregunta era realmente si ese beso sólo había un sueño tonto o era un deseo que se albergaba en Zoro y quería que se cumpliera. Para ver cuál de las dos opciones era la indicada se lo imagino unos momentos. Luffy se le acercaba y le decía unas palabras dulces, a la vez que Zoro se le acercaba y le daba un beso. Cuando Zoro lo imaginó, un sentimiento de deseo le inundó hasta lo más profundo. Al abrir los ojos seguía confuso. En ese momento apareció Sanji a ver a Luffy:
-¿Qué haces aquí, cejas de sushi?-Preguntó Zoro, ya que era tarde, y lo más lógico era que estuviera durmiendo.
-Sólo vengo a ver a mi capitán y a decirte que ya os he preparado la comida para toda una semana. Y si Luffy se queda con hambre, hay mas comida en la despensa. Buenas noches, Zoro, y no cometas ninguna estupidez.
Espera, Sanji- Dijo Zoro antes de que se fuera -¿Cómo sabes si quieres a alguien?
Sanji se sorprendió ante la pregunta del espadachín. Primero rió un poco, y después respondió sincero- Lo sabrás cuando el corazón te lata muy fuerte sin ninguna razón y solo puedas tenerla a ella en tus pensamientos. ¿Por qué lo preguntas?
-Por nada, solo era curiosidad, ya que tú has querido a muchas chicas y yo nunca he sentido algo así- Contestó Zoro, pensativo.
-Lógico de un cabeza de alga-Sanji se fue al decir esto, dejando a un confundido Zoro en la habitación, el cual dijo en voz baja :
-Luffy, creo que te quiero.
Continuará…