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Cálido como la miel por gatito sonrriente

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Notas del capitulo:

Hola, espero les agrade, es mi primer fic... 

Actualizare cada viernes, aunque por mala suerte este no podré debido a asuntos personales, en fin... Espero comenten porque si no caeré en depresión severa(?)

Esta historia comienza en Málaga (España), en donde una familia recién se mudaba a dicha ciudad, esperando una mejor vida para ellos, un par de hermanos conforman esta familia. Adriana, una chica de 23 años, delgada con una piel mate, unos ojos achocolatados como los de su difunto padre,  cabello del mismo color  que le llegaba hasta los hombros, hermana mayor de Uriel, un chico delgado al igual que su hermana, de 15 años, cabellos color chocolate y de unos ojos almendrados, pero con la piel de un tono sumamente lechoso, era prácticamente la viva imagen de su madre. Ambos procedentes de México, un país realmente alejado de el que es ahora su nuevo hogar, buscando escapar del dolor que les causo la muerte de sus padres y de su hermano mayor en un accidente en la fábrica textil de su padre. Su hermana al encontrar un trabajo realmente bueno, no pudo desaprovechar la oportunidad como jefe de cocina de un restaurante algo reconocido de la ciudad. Uriel con tan solo 15 años tendría que entrar en un nuevo colegio en el centro de Málaga, para los conocidos de Adriana, Uriel es un chico sumamente inteligente, pues además de adelantar un año en su antigua escuela, lo hizo teniendo un problema de sordera, y eso es algo de Adriana ama de su hermano, pues ella piensa que el es sumamente valioso para cualquiera, por que además de vivir con su problema con una sonrisa que lo acompaña todo el tiempo, es poseedor de una hermosa voz, tal que puede calmar a la mayor bestia, o al menos, a su perro Lucas,  para ella, Uriel solo significaba una cosa; Paz.

-¡Deja de hacer tus porquerías en el nuevo jardín!- grito Adriana al pequeño perro salchicha, que se encontraba “regando” el nuevo jardín sin prestar atención a los gritos de ella. -¡Lucas!... ¡ay mira que te den!- dijo para luego entrar a su nueva casa.

-¡Uri!, tu perro ya marco el jardín como suyo, baja- dijo mientras subía las escaleras al cuarto que le correspondía a  su hermano. –Uri, llevo rato hablando- dijo entrando al cuarto.

Uriel se encontraba mirando por la ventana hacia el jardín trasero, en donde se podía observar el cielo algo nublado amenazando con dejar caer una lluvia realmente fuerte.

-Ey - dijo tocándole el hombro ocasionando un saltito por parte de Uriel. – Ay que meter mas cajas vamos- Uriel solamente se le quedo viendo con una cara que reflejaba la duda. Ella acerco su mano a la oreja izquierda de Uriel, tomando el pequeño aparato de audición apretando un pequeño botón que ocasiono un pitido y volvió a ponerlo en la oreja del chico.

-Para que te lo pones si esta apagado- dijo acariciándole los cabellos.

-Lo siento, siempre lo olvido- dijo con su típica sonrisa.

-Ya bueno, tenemos más cajas afuera y nos falta desempacar, ¡ah! Y tu perro va a terminar embelleciendo el lugar si no le das su comida-

 

(///)

 

-Uff, esto de desempacar no se me da-

-Ay calla, que ni has abierto tu maleta- dijo Adriana divertida viendo como su hermano se tiraba en el piso y Lucas se le subía encima.

-Eh… pero si ya casi terminamos, solo faltan esas- dijo apuntando cuatro cajas situadas en la entrada.

-Bueno, esas ya las acomodamos luego, vamos a comprar las cosas para preparar la comida, Carlos dijo que me llamaría para cuando ya estén aquí los muebles y eso, así que vamos -

-Ok- dijo parándose de un saltito dejando a Lucas en el piso  para ir subiendo las escaleras a su cuarto y cambiar su ropa.

 

(///)

 

Adriana iba conduciendo según el pequeño GPS de su coche le indicaba donde se encontraba el supermercado más cercano.

 -¿Cuando iré al colegio?- dijo Uriel algo entusiasmado.

-Bueno, en cuanto Carlos e Iván se vengan con nosotros, iremos a ver algunos que estén cerca de mi trabajo, aremos el papeleo y listo-

-¿Crees que se temo mucho?-

-Bueno eso no lo se, pero por el momento, ¿que te parece probar la coca-cola?-

-¡AH! Es cierto, dijimos que teníamos que ver si sabia igual que en México- dijo totalmente emocionado, pues según la teoría de su hermana, tenia el sabor idéntico en cualquier parte del mundo, pero el insistía en que tenia que saber diferente.

 

(///)

 

“Sabe raro”

Fue su primer pensamiento al probarla.

-te dije que esperaras a que la pagara-

-Ya, pero así no seria lo mismo, además, ¡jaja! Gane yo, oh si, yo gano ¡JA¡- dijo mientras asía un pequeño bailecito de celebración y como resultado mas de una persona se le quedo viendo.

-ya bueno, bueno, es nuestro turno, vamos-

 

(///)

 

Al llegar no contaban con que Carlos ya habría acomodado gran parte de los muebles con ayuda de Iván, su hermano menor, que al ver el carro de su cuñada corre a la puerta del copiloto, que es de donde sale Uriel.

-¡URI! ¡Te extrañe, te extrañe, te extrañe, te extrañe!- dijo mientras cargaba al chico que no entendía como al bajar del coche se encontraba casi volando en los brazos del hermano de Carlos.

-Ya déjalo que después le causas pavor a las alturas- comento Adriana mirando como  su hermano se sonrojaba por ser tratado como un niño pequeño, aun que para ella eso era, además, estaba enterada por Carlos,  que Iván vivía enamorado de su hermano, y no es algo que le molestara, sabia muy bien que Uriel era gay, y para la mala suerte de Iván, sabia también que Uriel amaba a Iván “solo como amigos”.

-yo igual te extrañe- dijo Carlos mientras la tomaba de la cintura y le daba un beso.

-¿a si?, bueno, eso se puede arreglar- y volvió a besarlo.

-ya, parece que Iván no se rinde nunca- comento divertido, viendo como Iván hacia sonrojar a Uriel diciéndole lo hermoso que se veía con esa ropa, que aun que ya lo había visto cientos de veces con esa típica sudadera roja de manga larga con cuello de tortuga y esos pantaloncillos negros que le llagaban por debajo de las rodillas, para el se veía sumamente hermoso.

-Recuerdas esa vez… ¿en el café?-

-jaja, si, fue muy cruel que nos riéramos, pero era inevitable, aun así, no se da por vencido- 

Adriana soltó una leve risita, recordando la primera vez que Iván se le declaro a su hermano.

/Recuerdo/

Carlos y su hermano se encontraban en la cafetería que estaba a las afueras de la antigua escuela de Uriel, el y su hermana venían entrando al café cuando Iván ya se encontraba ayudando en la puerta de dicho local sosteniendo la mochila de Uriel. Una vez que se sentaron a tomar lo que les pidió Carlos, Iván miro a Carlos pidiendo ayuda pues no sabia como iniciar su declaración.

-Y… ¿que tal les va?- dijo Carlos a Adriana.

-Pues todo bien, Uriel ya no ah tenido problemas en la escuela-

-¡¿Problemas?! ¡¿Te molestaban?! – Iván saco a relucir su sobreprotección con Uriel, causando que la gente del local lo viera algo mal.

-No, no, no, tranquilo- dijo sonriente logrando que Iván se volviera a sentar. –Fue por mi aparato, últimamente las pilas se están agotando y así- sonrió al ver a Iván soltar un suspiro aliviado. 

-eh… si bueno- comenzó Adriana. - mejor sigamos tomando – dijo haciendo referencia al café, mientras Iván comenzaba a susurrar cosas como “vamos díselo”,  “eres un gallina díselo ya”, “las gallinas son bonitas”, “¿a Uriel le gustaran las gallinas? Debería de comprarle una”, “¡¡Tonto!! Despierta dile que lo amas”, “SI vamos…”

-¿Eh?-

-¿no me escuchaste?- Adriana vio la negación de Uriel para después tomar el aparato de su oído.

-… la batería de nuevo, espera traigo la otro en mi bolso- dijo haciendo las señas con las manos, viendo como Uriel asentía.

-¡URIEL TE AMO!- grito Iván parándose de su asiento ante las miradas atónitas de Adriana y Carlos, además ganándose miradas feas y algunos aplausos de los demás presentes por su valentía de gritarlo llamando la atención de todos.

-…- Uriel solamente lo miraba con duda.

-vamos di algo, se que no es fácil, pero desde el primer momento en que te vi, me enamoraste tanto que ahora… ¡hasta pienso en comprarte gallinas!, por favor di algo-

..

….

-¿Quieres mas café? – dijo Uriel con una gran sonrisa adornando su rostro.

-… ¿eh?-

-Uriel… toma- Iván vio como Adriana le pasaba ese pequeño aparato y Uriel se lo ponía en el oído izquierdo.

-Perdón, no te escuche, pensé que querías mas café, ¿Qué me decías?- Uriel era totalmente ajeno a la confesión de Iván, solo mostrando esa sonrisa que llenaba de paz a los demás.

-na-nada- dijo Iván sentándose muerto de la pena, viendo con odio a su hermano que comenzaba a reír como loco.

Después de eso Uriel siguió tomando su café de lo más tranquilo, mientras que Iván aun con toda la vergüenza del mundo trataba de no atragantarse cada vez que daba un sorbo. Aun así Iván no se dio nunca por vencido, se esforzó tanto, que después de aquel  incidente, enseño a Uriel como leer los labios, con ayuda de un libro, regalo de Carlos.

/Fin del recuerdo/

Después de estar siendo acosado gentilmente por Iván, Uriel decidió subir a su nueva pieza para sacar algo de ropa limpia para tomar una ducha, mientras Adriana preparaba la comida, que por falta de tiempo se convirtió en cena.

-Huele delicioso, cuando me mude aquí, espero que todos los días me despiertes así- dijo Carlos a Adriana abrazándola por la espalda.

-Pues veremos, si te portas bien- dijo ella soltando el abrazo.

-¡jo!, pero si eres muy cruel conmigo- comento haciendo ademan de tirarse al suelo.

-Hahaha… no, tu eres muy exagerado, Iván, ¿puedes ir por Uriel?, la cena esta lista-

-¡Voy!- dijo dejando el libro que leía sobre el sofá.

 

(///)

 

Salía de la regadera, mientras tomaba cambio de ropa.

-Un elefante se columpiaba… uno, dos, siete elefantes se columpiaban… lalala- cantaba mientras se ponía su aparato, dejaba caer la toalla que le cubría el cuerpo aun húmedo y comenzaba a ponerse una playera muy holgada color negra que resaltaba lo blanquecino de su  piel.

“Quisiera tener mas color… Adriana dice que mi cabello se vería bonito de rubio… ¿rojo?, ¿me quedara el rojo?, me gusta el rojo... humm ¿tendré algún mensaje?...oh… Iván me esta mirando… Iván… no debería de estar aquí…se supone que estoy en la ducha… mi ropa”

Ambos chicos estaban totalmente rojos de la cara eh incapaces de hacer algo hasta que…

-¡AHHH!-

-¡AHHH!-

Ambos comenzaron con un grito que llamo la atención de mas de un vecino, Uriel tomo de vuelta la toalla y cubriéndose con ella.

-¡¿Qué pasa?!- Adriana subió muy preocupada junto con Carlos en cuanto escucharon los gritos. Pero ambos se quedaron helados al ver a Iván tirado en el suelo con la nariz sangrando y a un Uriel muy preocupado disculpándose.

-¡Yo no quería!, fue un reflejo… yo, solo vi eso y lo tire, no quería, en serio, ¡lo siento!- dijo el chico muy afligido.

-hmm… rayos, y es el shampoo bueno- dijo Adriana levantando el pequeño bote de shampoo que ahora se encontraba con todo su contenido por el suelo.

-… ¿como sucedió?- pregunto Carlos algo aliviado al ver como su hermano se levantaba algo mareado.

-Es que… me vio… y así y yo…- Uriel intentaba explicar lo que paso, pero la vergüenza lo vencía.

-Uriel, no puedes ir aventando shampoo a la gente solo por que te mira- dijo su hermana muy confundida.

-… no, es que, yo… el… entro y yo… y entro y yo no tenia nada y…- mientras ayudaba a Iván a levantarse.

-Oh my… no me digas que ¿te vio como dios te trajo al mundo?- dijo Adriana casi riendo.

-Qué… ¿que paso?- dijo Iván tocándose la nariz.

-¡No te burles!, ¡no es gracioso!- Uriel estaba sumamente avergonzado y con la cara como un tomate. 

-ya pero, ambos son chicos, no tiene nada de malo, aun que, Iván no debió abrir sin avisar…mejor vamos abajo-  dijo mientras veía a Carlos ayudar a su hermano, y así bajaron a la sala mientras Uriel terminaba de vestirse.

 

(///)

 

Decir que Iván estaba arrepentido era poco, desde que recobro el conocimiento no dejaba de pedir disculpas a Uriel que aun se sentía culpable por dejarlo atontado por mas de media hora.

En cuanto Iván vio a Uriel bajar por la escaleras y sentarse en el comedor junto a ellos comenzó lo que ahora es el tormento para Adriana y Carlos, pues además de disculparse cada dos minutos, no dejaba de explicar el como llego a esa situación.

“Yo, Adriana, el idiota de Carlos, la cena, lista, yo, Carlos idiota deja de reírte, subí, puerta abierta, sola, abierta, Carlos jodete, entonces, eclipse y todo se volvió negro”.

Era todo lo que Uriel logro identificar entre tantas palabras que salían de la boca de Iván en una rapidez que ni el mismo logro leer. Después de eso Iván a duras penas acepto irse, pues Carlos aun tenía varios asuntos que arreglar antes de que se mudaran junto a Adriana y Uriel.  Y ellos ya puestos en sus respectivas camas, se preparaban mentalmente, para todo lo que tendrían que pasar en una nueva casa, en una nueva ciudad, y por que no decirlo, en una nueva vida.

 

(///)

Notas finales:

Bueno, espero les haya agradado, por favor, repito que amare si me dejan reviews, me harán sentir grande, gracias bye~


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