Me había escapado del piso que compartía con aquel niñito.Estaba vagueando por las calles y no podía parar de pensar en él... Era como un ángel que cayó expresamente para que me enamorara de él. Hace 10 años ya lo conocía, pero sigo sintiendo la misma sensación desde que le conocí, pero aún no le he expresado mi amor, temo a lo que pase luego.
-Minhooooo!! -Gritó alguien, aunque la voz me sonaba de algo, me giré, era ése angelito -¿Por qué sales sin avisar? -hizo uno de esos pucheros que me volvían loco
-Ah, hola Taemin -le saludé con la mano -quería tomar un poco el aire y tú te dormiste
-Minho... quieres ir a una heladería? -mi corazón iba a 100 ¿Por qué?
-Oh! Claro -pasé mi mano sobre su cabecita sonriéndole y empecé a caminar
-Minho... -me giré y él estaba con la cabecita gacha y tenía un leve sonrojo en sus mejillas
-Qué pasa Taemin?
-T-tu... no sientes nada?
-¿Sentir algo como qué? -yah Minho, eres estúpido ¿por qué preguntas eso?
-No sé, algo raro como palpitar tu corazón rápidamente -tocó su pecho -o sentir muchos nervios... y además mucha felicidad -solté una risita nerviosa
-Oye Taemin, a eso se le llama amor, y sí, siento todo esto y más, nunca paro de pensar en ti, es más, sueño contigo, pero... no lo sé, te veía incapaz de tener una relación con alguien como yo
-Minhooo! No me llames niño pequeño!! -se
-Y no lo hago, solo que siento que si me tienes, tendrás problemas
-Pero hyung... yo... yo te quiero -dios mío, haré llorar a lo que más aprecio en esta vida.
Le agarré por barbilla y lo besé. Fué un beso lento y lleno de puro amor, no quería que nada ni nadie me molestara en este momento, porque si no, tendría graves problemas conmigo. Al separarnos, le abracé lo más fuerte que pude, no quería perderlo, pero temía que le pasara algo por mi culpa...
-Min-ho... me ahogas
-Ah! Lo siento -solté una risita
-¿Vamos a la heladería entonces? -tenía un rostro de un angel, y más con aquellos ojos tan... ¿brillantes?
-Sí, claro!
Fuímos andando lentamente, hablando sobre lo que nos pasó hoy, también bromeamos y en un momento preciso, él me agarró de la mano, ése chico no era para nada tímido.
-Hyung!
-Sí?
-Quiero el helado de pitufo -señaló, ni había notado que ya estábamos en la heladería
-Oh! Claro. Perdone
-Sí? Qué desea?
-Un helado de pitufo -dios mío eso suena muy raro -y otro de vainilla con chocolate
-Claro, ahora lo hacemos, son 2000W -le pagué y esperamos hasta que nos los dieran -Aquí tiene, muchas gracias por su compra
-Gracias a usted -le di el helado a Taemin -vamos a sentarnos ahí minnie -le mostré una esquina
-Sí! -fuimos a sentarnos
-Minnie ¿Estás seguro de... que quieres esto? -sus leves sonrojos le hacían demasiado precioso
-Sí... des de la primera vez que te vi, y me senté a tu lado... y las veces que fui detrás tuyo por esto, y también... las veces que quería decírtelo pero siempre cambiabas de tema
-Porque yo tenía miedo
-¿De qué Minho? ¿De qué? -se levantó de la mesa -salgamos, creo que no es un buen lugar para hablar de esto
Salimos y nos dirigimos a un parque no muy lejano de donde estábamos, casi nunca habia gente ahi, y si había alguien... a los momentos se iba.
-Ahora dime ¿De qué tienes miedo?
-D-de hacerte daño -joder, tenía ganas de llorar, nunca he estado bien con una chica, siempre acabé pegandolas por cada cosa que decían o hacían, no quería que con él me pasara lo mismo
-¿Tú crees que me vas a hacer daño? Yo no lo creo, sé que tus ex novias no fueron los suficientemente valientes para estar contigo, y te hacían daño, pero yo sé, que yo, nunca permitiré que tu sufras, nunca permitiré que te vengas abajo ¿Acaso en algún momento yo he hecho enojarte?
-No... pero Minnie, no quiero, eres lo que más aprecio en este mundo, eres mi angelito caído del cielo, pero... -me pegó una bofetada bien fuerte, en lo que yo me sorprendí
-Mira Minho, o eres un hombre o me pierdes para siempre
-Espera... ¿Qué? N-no... No! -le abracé -de eso nada pequeñin, tú te quedas acá, conmigo y para siempre, y aunque quieras escapar, no te dejaré que lo hagas, porque tu eres mío... y solo mío. Te quiero, no lo puedo negar, es más... yo te amo y quiero pasar el resto de mi vida junto a ti
-M-minho... Yo... yo también te amo -me devolvió el abrazo
El abrazo duró un largo momento, sentía latir mi corazón demasiado rápido y el suyo iba con el mismo ritmo e incluso más rápido. Creo que pasamos más de 10 minutos así. Era la primera vez que me sentía tan unido a él, abrazarlo fue uno de mis deseos desde hace años, quizá antes nos abrazamos, pero eran como cada compañero abraza al saludar, o por ganar algo, ahora todo fue diferente.
-¿Volvemos a casa? Está empezando a hacer más frío de lo normal
-¡Sí!
Fuímos a casa en silencio, aunque en un preciso momento, él me agarró de la mano aunque yo la solté y le cogí por la cintura, antes nunca había hecho tal cosa, pero con él todo era diferente, todo incluido el odio, mi odio hacía él era nulo, ni siquiera con mis padres era seguro de quedarme quieto viendoles la cara por solo unos momentos, sentía ganas de gritarles inmensas, aún recuerdo ese día...
*FLASHBACK*
Estaba en mi habitación, haciendo los deberes y escuchando la música. Tenía mi mente en otra parte.
-Hijo, bajas a comer?
-Sí mamá! -grité con un poco de furia
Bajé rápidamente las escaleras y me encontré mis abuelos sentados sonriéndome, cosa que eso ni me lo esperaba
-H-hola... abuelos
-Tus padres nos dijeron que estabas estudiando y no te quisimos interrumpir -mi abuela y sus pocas ganas de interrumpirme mientras hago deberes
-Oh! Pero si no pasa nada -le sonreí
-Minho, siéntate, o vas a comer de pie -eso me cabreó
-No! Mamá déjame, no me vayas diciendo lo que tengo que hacer
-Mira pequeño, o me escuchas o te vas de esta habitación, cállate y intenta comportarte al menos una vez, ya que están aquí tus abuelos ¡UNA PUTA VEZ! -era la primera vez que mi madre se alteraba tanto
-A-abuelo... -le veía muy pálido -¡Abuelo! -cayó de la silla
-Que alguien llame a una ambulancia! -yo mismo cogí el teléfono más cercano y llamé
-Vienen en unos minutos -corrí hacía mi abuelo y le comprobé el pulso, su corazón... no latía -mamá, la ambulancia no... ayudará, está muerto -dije con lágrimas en los ojos
-¡Maldito! Mira lo que le hiciste, vete y no vuelvas nunca más ¡No vuelvas dije, no te quiero ver en mi vida en esta casa! ¿Escuchaste?
*FIN FLASHBACK*
-¿Otra vez pensando en aquél suceso? -como siempre y me quita de mis pensamientos
-Eh... sí, los echo de menos... y quisiera ir a ver a mi abuelo algún día...
-Siempre te digo que vayamos y te me pones a llorar, luego no te puedo dejar ir
-Lo sé ¡Oh! Ya llegamos -saqué mis llaves
Abrí la puerta de la casa y nos adentramos. Cuando nos quitamos los abrigos, los zapatos y tal, no podía quitar la vista de él, era perfección más perfecta de este mundo y lo gracioso es que lo obtuvo un niñato que perdió a su familia por culpa de sus grititos de niño egoísta. Soy un idiota, es lo único que puedo decir.
-Minho... quiero... -¿Qué es lo que quiere?
-¿Qué quieres minnie? -levanté su rostro agarrándole por la barbilla, estaba rojísimo -minnie ¿no tendrás fiebre?
-N-no... Minho ¡déjame acabar!
-jaja ok ¿Qué quieres minnie?
-Quiero... ¡Quiero que me hagas el amor!
-¡Oh! ¿Estás seguro Taemin?
-Sí -levantó su rostro y me miró con esos ojos lleno de brillo
Lo levanté y lo llevé a la habitación principal, esa era mi habitación en un principio, aunque al final nos la quedamos los dos porque Minnie venía cada noche con la excusa de que tenía miedo.
Lo dejé cuidadosamente en la cama y lo besé, no quería dañarlo, realmente quería que él fuera el único al que no tocara en mi vida, al que no pudiera hacer daño, al único que pueda dejar libre de mis puños y mis gritos.
-Minnie ¿Estás segurísimo de ello? -le pregunté cuando nos separamos,él solo asintió y me atrajo hacía él para volver a unir nuestros labios
Metí mi mano por debajo de su camisa y me paseé por ella, su piel era muy suave, demasiado para tener 21 años.
Empecé a besarle por el cuello, mientras lo besaba por el cuello, le quité la camisa y fui bajando hasta llegar a uno de sus pezones. Le pasé la lengua y él, ya con su respiración entrecortada gimió, aquello parece gustarle demasiado.
-Minhooo, esto no es justo -le sonreí con malicia
-¿Qué es lo que no es justo pequeño angelito?
-Tu... tú llevas camisa y yo... yo no
-jajaja de acuerdo pequeñín -me quité la camisa
Empecé a besarle el cuello y luego fui bajando, pasé de sus pezones aunque esta vez iba dejando marcas de mis besos, quería que todos supieran que él tenía dueño a partir de ahora. Al llegar a sus pantalones, vi que ya empezaba a ponerse duro, incluso parece que ya lo estaba. Pasé mi mano por el pantalón.
-Minhoooo!!! Quítamelos ya!! -no podía creer lo que oía de su boquita
-Ya voy pequeño, ya voy
Cuando los quité, los quité junto con los bóxer. Parecía ya estar al 100% endurecido su penecito. Yo sonreí y empecé a lamerlo. Escuchaba como aquél pequeño disfrutaba gimiendo a más no poder, a partir de ahora necesitaré aquellos gemidos provenientes de él. Como ya había notado suficiente placer, paré de chupar aquella cosita. Me quité mis pantalones junto con los bóxer y metí en mi boca tres de mis dedos, cuando ya estaban lo suficientemente ensalivados. Los saqué y metí uno en su ano. Él gimió de dolor, estaba a punto de sacarlo.
-N-no... lo s-saques... por... favor
Mientras lo metía y sacaba, iba pasando mi lengua por su miembro, al menos eso, no quería ver su cara llena de dolor. Le metí el segundo dedo y ahí fue cuando escuché un grito de su parte, no sé quién de los dos sufría más, porque lo que él sentía creo que y lo sentía yo.
-Pequeño ¿Estás bien?
-S-sí, sigue -su cara solo mostraba dolor, estaba muerto de dolor y yo como mucho podía quitar algo un poco de es dándole placer.
Poco a poco fui notando en su rostro un poco de alivio, y esta vez solo escuchaba gemidos de placer por su parte. Por lo que metí un tercer dedo y lo que escuché de él fue un gemido demasiado alto, pero no noté ningún tipo de dolor en su rostro, así que supongo que le dí en su próstata.
-¿Es ahí?
-S-sí ¡Ahhh!
Le di unas cuantas veces más ahí y saqué mis dedos. Él por su parte se quejó. Al agarrar de mi miembro para meterlo, vi su cara de horror.
-E-es... grande -es cierto, nunca me vio bañarme junto con él y nunca me expuse ni en la habitación ni nada.
Al meterlo, antes de que chillara de dolor, lo besé, creo que ya se quejarían los vecinos, porque esto se escucha bastante y más. Cuando metí del todo mi miembro, me quedé ahí para que él se acostumbrara.
-Minnie... te quiero -le susurré en su oreja
-Y-yo... tam...bién te quiero... M-minho
Movió un poco sus caderas para que yo entendiera que puedo seguir, fui despacito hasta que él aumentó el ritmo.
-M-minhoo!! Más rápidoooo!!! -me gritaba y yo no podía negarme -M-máaaas rápido!!
No tardamos mucho en llegar a un ritmo bestial, la cama se movía de un lado para otro, sentí una corriente pasar por mi espalda y con eso ya supe que no tardaría mucho en llegar al clímax.
-Pe-pequeño... no me falta mu-mucho...
-A-a mí tampoco miinhoo! Ahhh!
Aumentamos más el ritmo y en pocos segundos él soltó su semilla entre nuestros cuerpos y me proporcionó tal placer apretando por dentro que yo solté mi semilla sin esperar más. Caí encima de su cuerpo, estaba demasiado cansado. Pasamos unos segundos en silencio hasta que recuperamos nuestro aliento. Yo me puse a un lado y lo abracé.
-M-minho... t-te amo -miré para abajo para ver su rostro y estaba rojo
-Yo también te amo Minnie -le di un beso en su frente -creo que más que a ti, no he podido llegar a amar tanto a nadie. Y por eso eres tan especial para mí pequeño
No escuché ninguna respuesta por parte suya, aunque notaba como respiraba y eso era la respiración de cuando dormía. Reí ante aquel acto, él era aquella cosa que faltaba en mi vida, mi segunda mitad, aquella mitad que era tierna y feliz, llena de vida y de amor, aquella que no me dejaría por ninguna idiotez que hiciera, porque él era... él.
-Lee Taemin, yo te amo, te amaré y después de la muerte, te seguiré amando -susurré antes de dormirme.