Llevábamos toda la clase anterior y buena parte de esta lanzándonos miraditas y sonrisas, y esque no era para menos, estaba preciosa no, lo siguiente. Deseaba tanto besarla al fin..
- Profesor, puedo ir al baño, por favor? - preguntó Emma, a lo que el profesor la dejó, pero antes de marcharse de clase, me lanzó una mirada significativa. A mí? Eso esa que quería que la sigiera? No tenía ni idea. Que vale, que sí, que hubo miraditas y demás, pero por qué justo yo?
Sea como fuere, quería averiguar qué pasaba con nosotras, si eran imaginaciones mías o no
- Profesor, puedo ir al baño? - le pregunté educadamente
- Espere a que Emma vuelva, Alexandra - me dijo decidido. Mierda, no había supuesto que esto podría pasar. Pero tenía que irme, lo necesitaba
- Pero profesor.. es urgente
- Alexandra, ya no es una niña de 8 años, puede aguantarse hasta que toque el timbre, o no?
- Mire, con todo el respeto, pero soy una mujer y tengo mis necesidades, si me entiende, y si no, lo siento mucho por usted, pero o me deja ir a las buenas o me voy a las malas, como usted prefiera - dije en tono frío, provocando que la clase se quedara en silencio
- Necesidades? - preguntó el profesor atónito de que le hubiera respondido así. No era para nada mi manera de hablar, pero esque Emma estaba en el baño y podría volver en cualquier momento, antes de tener yo una oportunidad para aclarar las cosas
- Exactamente - le respondí yo, aún con esa frialdad en mi voz
- Bueno, pues vaya.. Pero no tarde - me dijo resignado, mientras yo me levantaba aliviada y me dirigía con prisa hacia la puerta. Nada más hube salido y cerrado la puerta de clase, vi que Emma estaba a mi lado
- Pensé que ya no vendrías.. - me dijo casi susurrando, cogiéndome de la mano y llevándome hacia los baños, llevándome consigo hacia uno de los cubículos
- Escucha Emma, yo.. - empecé, pero no pude terminar la frase, puesto que se había acercado a besarme. Sin dudarlo, le correspondí al beso, pasando una de mis manos por detrás de su cabeza, acercándola más a mí para intensificar el beso, a la vez que ella pasaba su mano por mi cintura, apegándome más hacia ella
Dios, no podía creerme lo que estaba haciendo, pero ya habría tiempo de pensar luego en las consecuencias de mis actos. Por ahora, lo único que quería era sentir sus labios sobre los míos, fundiéndonos en uno
Deslicé mis manos por su espalda, lentamente, notando cómo su cuerpo reaccionaba ante tales caricias, sonriendo en mi fuero interior. Noté que Emma había sacado la lengua, lamiendo mis labios y pidiendo, de cierta forma, permiso para entrar en mi boca, por lo que gustosamente la entreabrí, recibiéndola, comenzando así un pequeño juego entre ambas lenguas. No sabía qué es lo que me estaba pasando, si era que hacía tiempo que no besaba a nadie o si era por ella, pero un beso como ese hacía muchísimo tiempo que no había tenido, tan lleno de pasión. Nos comíamos la boca mutuamente, mientras yo seguía deslizando mis manos por su espalda, llegando finalmente hacia su trasero, el cual empecé a manosear, sacándole varios jadeos ahogados en el beso a su propietaria
Emma pasó sus manos por debajo de mi camiseta, subiendo lentamente, provocando que me estremeciera ante el contacto, acariciando con una suavidad tremenda mi abdomen. Sentía miles y millones de mariposas revoloteando en mi interior. Esto no era normal, pero me encantaba. No importaba lo muy incorrecto que fuera moralmente, simplemente quería tocarla y sentirla
A causa de falta de aire, nos separamos unos centímetros, pero no le di tiempo a nada, pues empecé a besar su cuello con ganas, notando cómo ella había llegado ya hacia mis pechos, empezando a masajearlos. Escuché algún que otro gemido leve, pero no sabría decir si eran míos o suyos. Creo que eran de ambas
La ropa empezaba a estorbar, pero estábamos en la escuela. No podíamos hacer nada aquí.. o bueno.. por qué no? Sonreí ante mi idea, desabrochándole el pantalón
- Qu-qué haces? - me preguntó Emma entre un jadeo y otro
- Lo que llevo tiempo queriendo hacer, en la medida de lo posible - murmuré apenas audible entre varios besos que aún seguía repartiendo por su piel, deslizando una de mis manos dentro de su pantalón ya desabrochado, pero ella me cogió la mano y la sacó
- No tan rápido señorita, ya que vamos a divertirnos, hagámoslo por partes justas - me respondió con una sonrisa lasciva, pasándome la camisa por encima de la cabeza hasta quitármela
- Partes justas? - pregunté yo con un deje de burla
- Exactamente - me respondió, cogiendo mi mano y acercándola de nuevo a su pantalón - Por mí puedes proseguir con tu labor
Sonreí al escuchar eso, haciéndole caso sin necesidad de que me lo repitiera, acariciando lentamente y con suma suavidad su intimidad por encima de las bragas, llegando cada vez más abajo. La respiración de Emma empezaba a ser cortante a causa de mis caricias, pero eso no impidió el hecho de que me desabrochara el sujetador, dejando al descubierto mis pechos. Veía cómo los miraba con deseo, empezando a jugar con mis pezones, y ellos por su parte, no tardaron mucho en endurecerse. Noté que también mi respiración iba siendo entrecortada
Había llegado hasta lo más profundo que podía con mis caricias, sonriendo ampliamente al notar que estaba mojada
- Estás mojada Em.. - le susurré al oído, mordisqueándole después la oreja
- Pues normal, tus caricias no me dejan fría.. - me respondió con una sonrisa, agachando algo la cabeza y alzando uno de mis pechos, pasándole la lengua por encima. Si antes mis pezones ya estaban endurecidos, ahora ya no sabía cómo estaban. Empezaba a notar un dolor punzante en ellos, pero era excitante. Como si Emma me hubiera leído el pensamiento, agachó la cabeza un poco más, tomándolo con su boca, lamiéndolo y succionando de él. Solté varios gemidos, llegando a soltar un grito de placer cuando me mordió el pezón. Dios, esta chica me estaba volviendo loca. Pero no quería ser la única que gimiera, por lo que colé mi mano por debajo de sus bragas, notando cómo su cuerpo se tensaba al instante, pero no le hice caso, abriéndome camino a tientas hasta llegar al lugar en el que había estado momentos atrás, sólo con la diferencia de que ahora no había impedimento alguno entre nuestras pieles
Empecé a acariciarla, llegando cada vez más profundo, dándome cuenta de que, si quería llegar más profundo aún, tendría que usar mis dedos. Dicho y hecho. Introduje unos de mis dedos en ella, sacándole un gemido que en mis oídos sonaba a música. Ella entretando, había comenzado a mimar mi otro pecho de igual manera que el otro, dejando el anterior rojo
- Qu-quiero sentirte.. más dentro.. - gimió en un momento determinado, por lo que usé un segundo dedo. No tenía ni idea de si eso iba a funcionar o no, pero esque no se me ocurría otra cosa. Al parecer sí funcionaba, pues ella echó su cabeza hacia atrás, cerrando los ojos, empezando a tomar el control del ritmo del vaivén de las.. Se le puede llamar embestidas? con mis dedos, gimiendo más notoriamente, apretando con bastante fuerza mis pezones, pellizcándolos de vez en cuando, provocando que yo también gimiera
- A-AHÍ! - gritó Emma de placer, dándo una y otra vez en el mismo punto, pellizcando mis pezones con tal fuerza que me sentía morir de placer. Tras unos breves instantes siguiendo así, Emma se corrió con un fuerte gemido, siguiéndola yo a los pocos segundos. Exhausta, me dejé caer encima del aseo, abriendo las piernas para que Emma también tuviera sitio para recuperarse algo
- Ha sido increíble.. - murmuré con la respiración totalmente agitada
- Completamente de acuerdo.. - reafirmó Emma con una sonrisa amplia, dándome un casto beso sobre los labios
Rumiamos así unos minutos, escuchando el timbre. La clase había terminado. Y menuda clase
Tras recuperar ambas la respiración y haberla regulado, me vestí lo poco que Emma me había desvestido y salimos del cubículo. Por suerte no había nadie en el baño
- Que incómodo.. - murmuró Emma
- El qué? - pregunté yo con la alarma puesta
- Estoy completamente mojada..
- Yo estoy igual.. De todas maneras, ahora toca educación física, así que nos cambiamos y como es la última hora, nos vamos con la ropa deportiva a casa y ya nos duchamos
- Puedo.. bueno, puedo irme a tu casa después del insti? - me preguntó Emma sonrojada
- Por supuesto, aunque creo que la ducha no funciona muy bien.. tendrás que ayudarme a echar un vistazo.. - dije sonriendo, guiñándole un ojo
- Boba.. - se rió Emma - Venga, vámonos al gimnasio