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Skinny por Azealia

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Notas del fanfic:

A D V E R T E N C I A:

 

Antes que nada quiero aclarar que no vean esto como una incitacion, este fic esta basado en experiencias personales y no es una broma, lean este fic bajo su propio riesgo, sin mas espero que lo disfruten.

Notas del capitulo:

 

 

 

A D V E R T E N C I A:

 

Antes que nada quiero aclarar que no vean esto como una incitacion, este fic esta basado en experiencias personales y no es una broma, lean este fic bajo su propio riesgo, sin mas espero que lo disfruten.

:)

 

-¡Naruto! ¡Vamos hijo, se nos hace tarde!- gritaba Minato Namikaze, parado junto a su bello auto ultimo modelo de color plateado, llevaba esperando ahi casi quince minutos y su hijo aun no se dignaba a aparecer, miro el reloj  Rolex en su muñeca apretando los labios, a ese paso no iban a llegar a tiempo -¡Naruto no me hagas ir por ti jovencito!- advirtio el hombre en un grito que denotaba seriedad, no pasaron ni dos minutos cuando finalmente por la puerta de la casa, un bello jovencito salio, cerrando la puerta con llave y caminando enseguida hacia su padre.

 

Naruto Namikaze era un doncel de envidiable "belleza", contaba con 17 años, rubio como el solo y con unos ojos tan azules como el verano, justo como su padre, con la piel suavemente bronceada y una bellas marquitas en el rostro que se asemejaban a los bigotes que tendria un zorro, vestia con pants negros holgados, una playera de color azul rey que permanecia oculta bajo la sudadera de color negro y unos converse azules.

 

-Papa, es mi deber decirte que cuando quieres eres realmente irritante- dijo el adolescente con voz divertida, su padre fingio enojo y le dio un suave golpe en la cabeza.

 

-Calla ya jovencito y sube al auto que ya estamos muy atrasados- el mayor subio al asiento de piloto mientras que su hijo se sentaba en el asiento del copiloto, una vez que abrocharon sus cinturones el auto comenzo a moverse. La casa de los Namikaze se encontraba en una de las zonas mas exclusivas de tokio, cada mansion era diferente, algunas mas grandes y otras mas pequeñas, todas contaban con un amplio patio trasero al igual que uno delantero, piscinas y demas cosas para asegurar la completa comodidad de sus habitantes. Naruto comenzo a tararear la cancion que sonaba en la radio con cierto entusiasmo, Minato se limitaba a mirarlo de reojo cada cierto tiempo, con una suave sonrisa en el rostro al escuchar a su retoño cantar.

 

-Boy you got my heartbeat runnin' away, Beating like a drum and it's coming your way, Can't you hear that boom, badoom, boom, boom, badoom, boom, bass...!- cantaba el rubio menor intentando rapear al ritmo de Nicki Minaj.

 

Minato continuo conduciendo por las concurridas calles de la ciudad, acelerando casi a fondo cuando la luz verde comenzaba a parpadear indicando que pronto habria un "Alto", no era propio de el conducir de esa forma tan desenfrena pero al menos ese dia no podia darse el lujo de disminuir la velocidad, era tarde y no estaba dispuesto a que su hijo perdiera la cita, claro que para Naruto seria de cierta forma beneficioso no asistir, y era exactamente por eso por lo cual debia llegar a como diera lugar. Gracias a Kami la mayoria de los semaforos le tocaron en verde y no habia tanto trafico como era usual en la gran ciudad; finalmente despues de veintiocho minutos manejando llegaron a su destino, el edificio era de unos 14 pisos de color blanco con muchas ventanas con percianas, contaba con cafeteria he incluso un bello jardin para salir a despejarse, sin duda aquel hospital era por algo el mejor de todo el pais. Rapidamente despues de dejar el auto en el estacionamiento techado bajó junto a su hijo caminando apresurado hacia el elevador para ir a la recepcion, mientras caminaban tuvo que tomar a su hijo de la mano para hacerlo caminar a prisa, el adolescente estaba tan concentrado en hacer quien sabe que cosas con su celular que caminaba a paso lento y Minato no podia permitirlo, una vez en el elavador apreto el boton "B1" para ir directo a la recepcion, observo a su hijo de reojo, mirandolo teclear rapidamente en la pantalla touch de su Iphone, suspiro apesumbrado.

 

-Naruto ¿Podrias por favor soltar ese telefono? Aunque sea un par de minutos ¿Quieres?

 

-Papa por favor, es algo importante- dijo sonriente el joven antes de continuar tecleando, el adulto solo suspiro una vez mas, resignado, era obvio que su hijo no le iba a hacer caso.

 

Una vez que el elevador se detuvo salieron y caminaron directo a la recepcion la cual al igual que el exterior del edificio era muy elegante, Minato miro a una de las mujeres detras de el y le sonrio de manera amigable, la mujer le devolvio al sonrisa.

 

-Buenos dias, ¿En que puedo ayudarlos?- pregunto la mujer de manera amable.

 

-Buenos dias señorita, vera mi hijo y yo tenemos una cita con la señora Yoko, se supone que debiamos estar aqui desde hace diez minutos pero por cierto contratiempos se nos hizo imposible llegar mas temprano- dijo el hombre algo nervioso, la mujer rio ligeramente y levanto el telefono de color blanco marcando a una extension en especial, dialogo por un par de minutos y seguidamente colgo para posar su vista en el mayor Namikaze una vez mas.

 

-No se preocupe señor Namikaze, la señora Yoko lo ha estado esperando de manera paciente.

 

-Oh gracias al cielo- dijo el hombre completamente aliviado, miro a su hijo que se mantenia impavido y continuaba tecleando en su celular, miro a la mujer una vez mas -Que suerte, ¿Podria decirme en que piso se encuentra ella?

 

-Claro señor Namikaze, el consultorio de la señora Yoko se encuentra en el piso 12, el pasillo hacia la derecha consultorio 234- dijo la mujer, el Namikaze inclino la cabeza a modo de gracias y de manera inmediata tomo a su hijo de la mano para arrastrarlo hasta el elevador nuevamente, una vez ahi apreto el boton indicado y el elevador se puso en marcha una vez mas, se mantuvieron en silencio cada uno sumergido en su propio mundo hasta llegar al piso indicado, tomo el pasillo de la derecha como la recepcionista le habia indicado para buscar el consultorio, dio con el rapidamente, las puertas del lugar eran de cristal suavemente polarizado, entro topandose con una pequeña recepcion y a una secretaria tras el escritorio, la mujer los miro a ambos y sonrio.

 

-¡Ah! Señor Namikaze que alegria que hayan llegado, la señora Yoko te esta esperando jovencito- dijo la mujer de manera amable mientras miraba a Naruto el cual seguia muy concentrado en su telefono, el rubio mayor suspiro y miro a la mujer algo apenaso casi pidiendole disculpas, la mujer solo nego con la cabeza sonriendo suavemente, estaba acosumbrada a eso -Si gusta señor Namikaze puede esperar aqui sentado- dijo al tiempo que señalaba la pequeña pero confortable sala de sillones de cuero negro con una mesita de cristal con un bello adorno florar en el centro y varias revistas tambien, Minato asintio con una pequeña sonrisa y enseguida se giro para ver a su hijo, con una mano lo tomo del menton obligandolo a levantar la vista del telefono, Naruto lo miro, expectante.

 

-Es hora hijo, vamos... veras que estaras bien- dijo con voz suave y con un ligero tono de entusiasmo, porque la verdad era que no sabia con certeza si todo eso saldria bien, el adolescente bloqueo su celular y se lo entrego a su padre, el adulto le acaricio los cabellos de manera cariñosa -Anda, entra- el menor suspiro de manera discreta y seguido de eso dio la media vuelta para caminar a la puerta que se encontraba al final del corto pasillo que tenia esa mini recepcion, tomo la manija fria de la puerta dudando en si girarlo o no, volteo a ver su padre con la mirada algo dudosa, el mayor al notar la inseguridad de su retoño le sonrio de manera amplia, levantando los pulgares en señal de "Tdodo estara bien, estoy contigo", Naruto sonrio suavemente recuperando su valor y, seguidamente, bajo la manija y abrio adentrandose en aquel lugar, cerrando la puerta a su espalda con un leve empujon.

 

Entro al consultorio completamente tranquilo y de manera inmediata inicio una rapida inspeccion del lugar; en una de las paredes de color hueso colgaban algunos cuadros de arte abstracto y en otra colgaban varios titulos que avalaban la eficiencia de la mujer al ejercer su profesion; el escaneo en la habitacion termino y enseguida sus ojos se posaron en la mujer que se encontraba sentada en una silla de cuero negro, su rostro surcado por arrugas y su cabello blanco delataban su edad avanzada, vestia pantalones de color negros, zapatos con un tacon pequeño de igual color, una blusa blanca con un saco azul marino encima, sus labios se encontraban pintados de un color rojo intenso y extrañamente no le quedaba mal.

 

 La mujer le sonrio de manera amistosa y se levanto, acercandose a el para poder saludarlo.

 

-Es un placer conocerte Naruto- dijo con voz suave- Mi nombre es Yoko Asahina y a partir de hoy, sere tu psicologa- dijo sonriendole al mas joven -Ahora, sientate por favor, este espacio ahora es tuyo- con un suave empujon en la espalda lo incito a caminar para tomar asiento en el sillon para dos de terciopelo rojo, el rubio se sento en una de los extremos para poder recargarse en el brazo del sillon, seguido de eso Yoko camino para tomar asiento nuevamente en su silla, entonces se sumergieron en un profundo silencio. La mujer miraba al rubio de manera minuciosa, Naruto parecia estar bastante despreocupado aunque la tension en el aire y la incomodidad de ese silencio eran completamente palpables, entonces la mujer entendio que tendria que ser ella quien diera el primer paso.

 

-Naruto- lo llamo para atraer su atencion -Recuerda que este es tu espacio, si quieres quitarte los zapatos, recostarte en el sillon y subir los pies estas en total libertad para hacerlo.

 

-Gracias, pero estoy bien asi por el momento- dijo con voz amable y aparentemente tranquila.

 

-Bien, entonces ¿Por que no me cuentas el motivo por el cual estas aqui?

 

El Namikaze desvio la mirada por unos momentos casi de manera casual, removiendose en el sillon como si buscara encontrar una posicion mas comoda.

 

-Pero si usted ya lo sabe- dijo con voz suave y algo baja, regresando su vista a la mujer para observarla fijamente.

 

-No, se que estas aqui porque tiene un problema, pero quiero saber cual es ese problemay quiero escucharlo de ti- insistio ella mientras de igual forma lo observaba fijamente.

 

Naruto sonrio algo divertido, echo la cabeza hacia atras mirando la techo y suspiro, definitivamente no le gustaba ese lugar, no le gustaba esa mujer, no le gustaban sus miles de titulos colgados en la pared, no le gustaba la pequeña cascada electrica que se encontraba en la mesa de roble junto al sillon, no le gustaba nada, nada en lo mas minimo, pero no le quedaba otra opcion, su padre jamas lo dejaria faltar a las sesiones que recien comenzaban. Cerro los ojos por unos minutos para seguidamente enderezarse y mirar a la mujer frente a el, la cual no le habia quitado la vista de encima en ningun momento.

 

-Bien, estoy aqui porque padezco de un tiempo para aca me volvi antisocial, porque sufro de ataques de taquicardia, desmayos y alopecia, ¡Ah! y lo mas importante... estoy aqui porque padezco Anorexia Purgativa desde hace tres años- finalizo con una ironica sonrisa en el rostro, feliz de notar la sorpresa en el rostro de la psicologa, porque si, ¿Quien se hubiera imaginado que aquel "bello" jovencito ocultaba un cuerpo en decadencia detras de aquellas ropas tan holgadas? La respuesta era sencilla, nadie.

 

 

 

 

 

 

Continuara...

Notas finales:

 

 

Espero que les haya gustado, pronto subire la continuacion! Dejen un review o algo por favorcito! Nos vemos guapuras del seño *Les lanza miles de besos*


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