No existía nada más puro que su amistad, era algo que les unía cada vez más, a veces con tan solo mirarse comprendían lo que el otro pensaba, un simple gesto, un movimiento, parecía que se conocían a la perfección y eso hacía que su relación fuese especial.
Especial es la palabra que mejor les describe.
Lo mismo que la hacía especial era lo que hacía querer romper esa relación y que pasara a otra, o eso quería Jonghyun.
Pero para poder cambiar eso tenía que arriesgarse.
Eran polos opuestos él con Taemin, distintos como marte y luna, fuego y agua. Pero sus diferencias le hacían complementarse a la perfección. Lo que no tenía uno, lo tenía el otro y ser tan complementarios les hacia ser muy dependientes entre ellos.
Eran más unidos que la mayoría de las relaciones de amistad que conocían y fue así como Kim Jonghyun se dio cuenta, lentamente, que estaba enamorado.
Se había enamorado de su complemento perfecto, su otra mitad. La Luna que contrarrestaba a Marte pero que a su vez le necesitaba para existir.
Jonghyun le ama demasiado, más que a cualquier amigo, a veces pensaba que le amaba más que así mismo, por lo que tomó valor para enfrentarse a él. Romper el hielo que encierra el nombre de amistad y formar un nuevo lazo que permaneciera por siempre.
Aun dudaba entre decirle o no, el cambio le generaba demasiadas confusiones pero pensaba en cómo sería una vida sin él y prefirió arriesgarse.
Así fue como Jonghyun le citó para confesarse. Su cuerpo no le respondía y se encontraba extremadamente nervioso, la situación y la belleza del otro le dejaban peor. A duras penas pudo pronunciar las palabras adecuadas y decir un ‘me gustas’ levemente. Sonreía tímidamente y su corazón se aceleraba de sobremanera, estaba declarándose a Lee Taemin, su mejor amigo.
Pero al parecer, la felicidad solo se encontraba en los ojos del mayor. Taemin se encontraba en silencio y perplejo, Jonghyun no sabría cómo describir su rostro en ese momento pero un frío le recorría el cuerpo, esto no pintaba para bien, nunca se le cruzo por la mente en que sucedería si no le correspondía.
Y ese parecía ser el escenario. Taemin parecía serio, no respondió, se dio la media vuelta y se disponía a marcharse.
Se encontraba completamente sorprendido por aquella confesión.
{Jonghyun}
Él se aleja de mí y yo siento que mi cuerpo tira para su lado, corre internamente por seguirle, por alcanzarle, pero todo se quedará en un intento, solo eso. Él debe encontrarse y yo debo esperarle.
Mis manos desean rodearle en un abrazo, hacerle sentir amado y que no intente huir de mi lado.
Mi egoísmo puro habla a través de mi piel, tomándole del brazo, reteniéndole.
- No te alejes – rogué
- Por favor Jonghyun … debo hacerlo
- ¿Volverás algún día?
- No lo sé – Suspiró
Me partió el alma en mil pedazos y la mayoría de ellas se las llevará Taemin cuando atraviese esa puerta, con todo su ser, su historia, con toda mi vida entregada en sus manos.
Yo me quedaré aquí, rogando su regreso hasta que mis piernas lo resistan. En algún momento me harán volar tras él, buscándole con ansias, raptándole solo para mí.
Su mano volvió a tomarle con fuerza evitando que huyera.
- No te vayas por favor
Aquellos ojos le rogaban con ternura, deliraban por amor hacia Taemin, pero él en cambio, sentía miedo e inseguridad.
Quería a Jonghyun pero no sabía si lo suficiente.
Sentía miedo.
Su cabeza era un remolino de emociones mezcladas e indescriptibles. Tiene miedo a enamorarse y más aun de su mejor amigo.
¿Qué sucederá cuando Jonghyun ya no le ame? ¿Lo perderá para siempre?
Pensó que lo mejor era alejarse para encontrarse con él mismo, Tenía que saber qué es lo que necesitaba tanto por él como por Jonghyun.
Principalmente tenía que saber si era mejor ser solo amigos o tomar la opción que el otro le dio.
Ser novios.
Aún esa palabra le estremecía al oírla, le desgarraba increíblemente porque no sabía que hacer se hallaba entre la espada y la pared. Era un sí o un no, no existían más opciones.
{Taemin}
Aunque quisiera desaparecer y perderme del mundo, sé que volveré corriendo a sus brazos otra vez. Le estaba evitando tan solo unos momentos y ya sentía aquella necesidad de regresar.
Porque es importante para mí y me duele de sobre manera dejarle.
¿Por qué nací tan cobarde? Quizás si me gusta o tal vez solo me gusta estar con él.
Aunque me odie demasiado, su nombre me ha marcado cada parte de mis células, es algo que nunca podré olvidar, siempre estará ahí, girando una y otra vez en mi mente.
Y volveré a rogarle que me perdone llorando su nombre una y otra vez.
Me hundo otra vez, más aún, quizás, por miedo y por cobardía.
Sí me odiarás me sería todo más fácil pero tu odio me dañaría y tendría que sobrevivir a él solo y sobrellevarlo.
Y como me amas, me es difícil.
Pero también es porque te amo que no puedo dejarte. Es cuando decidido distanciarme un momento, aun así, cuando estoy solo vuelvo a pensarte, ni siquiera cuando no estas alrededor mío físicamente puedo dejar de tenerte. Siempre estás en mi inconsciente, logrando ver tu hermosa sonrisa y hasta podría decirse que puedo escuchar tu voz.
¿Me estaré enamorando?
O ¿Realmente me estaré volviendo loco?
Otra vez vuelvo a ver la imagen de cuando te confesaste y me veo ahí alejándome de tus brazos. Te siento cada vez más lejos mientras intento huir a pasos apresurados, evitando por sobre todo voltear y verme en tus ojos. Principalmente ver que puedes atravesarme con ellos y saber lo que estoy pensando.
No puedo dejar que sufras por mí y tampoco me siento capaz de hacerte feliz.
No sé qué puedo ni debo hacer.
{Jonghyun}
Era un negado a enamorarme, a pasar por ese sentimiento donde pierdes la razón y la noción de todo.
Mientras más le conocía más era atrapado por él, ya no tenía escapatoria, era así como lo percibí.
Todos los momentos que vivimos juntos estaban siendo reproducidos en mi mente una y otra vez. Mi mente giraba repetidas veces recordándole en cada giro, en cada segundo. En cualquier instante lo único que parecía estar ocupando toda mi atención era él, Lee Taemin.
Tic… Tac… Tic… Tac…
Cada segundo pasaba y yo le extrañaba más, el tiempo era interminable y los minutos eternos. Miro el reloj y solo ha pasado un minuto desde que se fue, y otros cuantos desde que me confesé.
Perdía las ganas de dormir, de soñar y de existir. El sueño pasó a segundo plano, mi mente estaba demasiado ocupada con su rostro, sus memorias, con él.
Dime Taemin, por favor dime, que sientes lo mismo que yo.
{Taemin}
Enamorarse.
Eso no era el problema, es decir, ese no era lo principal pero era el causante de todo lo demás, de todos los miedos posteriores que aquella simple y confusa palabra provocaban en mí. Si, estaba huyendo de él y de mis propios sentimientos, de mis dudas, de sus declaraciones.
No podía enamorarme, no sabía cómo amar y no estaba dispuesto a que fuera él. No es sólo el echo de que sea él, son muchos mis complejos. Pensaba una y mil veces en las mismas cosas.
“Jonghyun es tu mejor amigo… No puedes enamorarte… porque Jonghyun no sólo es tu amigo, él es eso, un hombre”
Me estresaba siempre con lo mismo, con la reacción de los demás, la familia, los amigos. Quizás él estaba cegado o yo analizaba demasiado las cosas, esa era una diferencia entre él y yo. Jonghyun es más arriesgado, en cambio yo, soy más tímido y más reservado.
Sufro por estar perdido, sufro por quererle y por no encontrar una solución. Amarle es tan confuso como entrar en el mundo de un caleidoscopio. Giraba y me mareaba con cada idea que atravesaba mi cabeza, todo es enredado y nada parecía tener solución.
Solo le veía una y mil veces, sintiendo miedo por lo que él provocaba en mí. Cada vez sentía más miedo de estar enamorándome.
Cada vez mi mente parecía más confusa y más enredada. Un laberinto de mil caminos y sin salida. Más perdido entre mis pensamientos, más enamorado de Kim Jonghyun.
{Jonghyun}
Nunca me había sentido así con alguien.
De verdad.
No miento cuando digo que se me hace eterno el día sin su compañía. Me sentí idiota porque sabía que él estaba bien. Pero en cambio yo, me hallaba perdido, el alma se me encogía y se podría ir fácilmente arrastrada por el viento.
Sin él no tenía peso.
No valía nada. Me faltaba su presencia y su luz.
Cada sonido y creía que vendría a mi lado, que me decía que estaría conmigo. Ya no me importaba que fuese mi novio, eso ya no era lo principal, pero no tenerlo nunca más en mi vida… Eso sí, me dolía.
Tal vez pueda superarlo en el futuro pero lo más seguro es que nunca sería capaz de cubrir la marca que dejo en mí.
Ni mil años serian capaz para eso.
Sentía el espacio vacío, sentí su falta, me faltaba su cuerpo revoloteando alrededor mío. Su sonrisa infantil pidiéndome lo que sea.
Estaba vacío.
Solo se podían escuchar mis propios pensamientos y en los cuales solo se encontraba él. Seguía sin superarle sin ser capaz de pensar en otra cosa, sin su presencia yo no existía. Su vida me daba la razón de estar de pie y no tenerle me detuvo en el tiempo y espacio.
Me perdí y al parecer le estaba perdiendo a él también.
Como partes de un todo, podía sentir lo mismo que él aunque yo no lo expresara de la misma manera. Sabía que él sufría porque yo también sentía lo mismo.
Sus alegrías, sus penas, su dolor…
Tanto era que él era yo, que sentía su voz hablándome, sin verle, sin escucharle.
Mi ciclo solo él lo complementa, vacío y sin rumbo, perdido entre la gran multitud, plasmado en el tiempo y espacio. Desesperado solo por tenerle y que sea solo para mí, como el destino así lo quiso. Como yo quiero que tú lo desees, deséame solo a mí, necesítame, ámame.
Has que nuestros cuerpos, nuestras manos y nuestro aliento se mezclen. Únete conmigo. Lo necesito, te necesito.
{Taemin}
Y otra vez su imagen vuelve a aparecer en mi mente, no hay día en que no le vea, tan sonriente, tan dispuesto a estar para mí.
Mi dependencia a él me hace sentir ciego con respecto a lo que ocurre alrededor mío. Mi independencia es nula y anhelaba esa sensación que tenía antes de conocerle, pero ahora, Jonghyun se convirtió en mi todo.
Estaba experimentando como se siente que alguien sea lo primordial para ti, así lo es, realmente lo es todo. Es esa energía que necesitas, ese abrazo, el aire, el sol, todo y más es Jonghyun para mí.
Una y otra vez, su nombre sigue en mi mente. Todo es Jonghyun. Mi vida se transformó a estar predestinado a él.
Perdí más la visión, más cada día, con cada caricia, con cada respiro.
Me volví adicto a él.
Mis pensamientos viraban alrededor de esa persona que nació un 08 de abril de 1990, de Kim Jonghyun, parecía la Luna que orbitaba alrededor de Marte, apreciándole desde lejos pero sin dejar de mirarle, cuidándole desde mi posición pero al mismo tiempo estaba distante de él. No podría acercarme por mi miedo de estar cerca, de saber que me perdería en su persona.
Al parecer me había enamorado de él, sus tiernos ojos que siempre me miraban con dulzura y con amor, me habían conquistado. No había dejado de pensar en él, aun cuando estaba solo y siendo que solo éramos amigos.
Entonces decidí volver a verle y buscarle. Le necesitaba otra vez, su dulce voz, su mirada y su tierna sonrisa.
Te necesito Kim Jonghyun y no sabes cuánto.
Para Lee Taemin solo habían pasado unos días evitando a Jonghyun pero se le habían transformado una eternidad. Ese sabor amargo de no tener a su amigo cerca era horrible e insoportable, prefería cualquier cosa a imaginarse otro día a estar sin él. Aunque le costaba asumir eso delante del más bajo, quería intentar hacerlo.
Deseaba mostrarle sus verdaderos sentimientos al mayor, decirle lo importante que era en su vida, si es que nunca se lo dijo o nunca se atrevió a hacerlo.
Ya que, a los ojos de Taemin, Jonghyun tenía más coraje al mostrarse tal cual es frente a los demás.
Jonghyun no tuvo miedo de decirle que le quería, en cambio él, huyó de su lado por miedo a asumir que se sentía del mismo modo.
Taemin caminaba lentamente en dirección al departamento, parecía que caminaba por inercia, sus piernas le dirigían a aquel lugar casi que por deseo y necesidad. Todo lo que despertaba en él Jonghyun pero que mentalmente trataba de parecer calmado y no ansioso por verle.
Ocultaba las tímidas sonrisas de su rostro al pensar en que volvería a verle. Aunque con cada paso se cuestionaba en si no debería volver y olvidar la situación de ver a Jonghyun pero se mantuvo firme, además ya se encontraba en frente de aquella puerta.
Taemin tímidamente llamo a la puerta. Para él no paso un segundo en cuanto ésta se abrió y le vio.
Parecía que Jonghyun estaba esperando por él y le deseaba tanto como el otro.
Veía esos hermosos ojos, tiernos como ningún otro. Sonreía a través de ellos pero también sufrían. El agua cristalina le nublaba levemente al mayor y abrazó por instinto a Taemin.
El más bajo cubrió su rostro en el hombro del otro. Su voz se rompía lentamente, más con cada latido que escuchaba, con cada respiro y en cada segundo.
Había vuelto lo que más estaba buscando.
Pensó que estaba delirando y que eso no era real, como cuando se sueña despierto. Oculto más su rostro en el hombro del menor, sollozando aun, que importaba que él le viera así. Estaba otra vez aquí y eso le hacía feliz.
Pero…
¿Y si era una despedida? ¿Venía a despedirse que se iría de forma definitiva?
Se alejó bruscamente y el miedo le recorrió la sangre. Se congelo frente a él, completamente paralizado.
Se olvidó hasta de respirar.
- Dime que estarás a mi lado y no volverás a irte…
El menor lentamente se acercó a su lado, le tomo el rostro con las manos y se vio reflejado en esa hermosa mirada. Sonrió antes de que uniesen sus labios en un tierno beso.
Fue de las sorpresas más impactantes para Jonghyun, sabía que era difícil para el otro asumir sus sentimientos pero no necesitaba palabras porque él podía escuchar y sentir lo que Taemin le transmitía.
Puso sus manos en la cintura del otro, acercando más su cuerpo, deseaba sentirle cerca y no permitir que se fuera de su lado. Nunca más.
Taemin enredo sus dedos en el cabello del otro, obligándole a hacer el beso más profundo. Se separaron levemente, y Jonghyun comenzaba a repartir besos y caricias en el cuerpo contrario.
La necesidad que tenían para poder amarse podía sentirse en el ambiente, cada vez las caricias y besos eran más pasionales.
Sus cuerpos y almas se llamaban anhelantes.
No sé separaron en ningún instante. Finalmente podrían ser el complemento perfecto, el que siempre habían sido dentro de sus corazones, el uno pertenecía y se unía perfectamente al otro.
Como una pieza única y distinta, que solo podía ser atada y encajar perfectamente con otra. Dos partes de un todo, y ese todo, era lo que les mantenía así, sonrientes de saber que podían amarse con libertad porque sus sentimientos eran correspondidos.
Taemin ocultó su rostro en el pecho de Jonghyun, abrazándole.
- Nunca más podré dejarte Jongie.