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Notas del capitulo:

One Piece no me pertenece, es propiedad del grandioso Ecchi Oda.

Por fin termine el 2° capitulo, no saben cuánto me alegra y me motiva leer en sus reviews que les parece interesante y les gusta el fic, eso enserio me ayuda mucho, bueno les dejo el 2° capitulo espero que les guste:

Aquella tarde en cuanto ambos piratas regresaron a la embarcación, Sanji tomo rumbo directo a su cocina.

Se sentía bastante estresado y no por cualquier razón, la razón de su molestia eran los 50 minutos que tardaron en regresar al barco, cuando se trataba de un trayecto que cualquiera con un poco de sentido de orientación recorría en 15min. Por alguna razón que escapaba de su entendimiento cada que apartaba los ojos del marimo este tomaba otra dirección, ¿Cómo alguien podía perderse si había alguien guiándolo?, en ocasiones Zoro sobrepasaba su entendimiento.

Antes de entrar a su cocina Sanji pudo ver como a lo lejos Zoro subía a la guarida del cuervo, le restó importancia y entro a su propio santuario, en la cocina cualquier molestia o estrés pasaba a segundo plano, después de todo, ¿Qué clase de cocinero no amaba su cocina?

Luego de haberse encerrado comenzó a guardar cada una de las nuevas cosas que compro en la bodega; una bodega X-3000, equipada para ser impenetrable, algo necesario si se tiene a Luffy como capitán.

La bodega lo tenía de todo, brillantes mecanismos construidos por Franky y Usoop, cerraduras de con 5 claves de acceso, Kanshi Den Den Mushis vigilando 24/7, una enorme y pesada puerta y sobre todo, una alarma infalible que sonaba la más mínima intromisión.

Parecía un mecanismo infalible, pero sorprendentemente más de una vez Sanji había tenido que levantarse en la madrugada para ir a sacar a Luffy a patadas.

Una vez el rubio termino de guardar todo en su cocina, se dispuso a comenzar a preparar la cena, después de todo no faltaba mucho para que toda la tripulación regresara de la isla y Sanji más que nadie sabía que llegarían completamente hambrientos.

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Después de unos minutos por la puerta apareció Nami, que al parecer había regresado antes al barco.

-Sanji-kun- llamo la chica desde la puerta, tomando un poco desprevenido al cocinero.

-¡Oh!, Nami-swan, ¿A qué se debe que un humilde sirviente como yo, reciba la visita de una hermosa flor como tú?, la cena aún no está lista, pero si me das un momento podría prepararte un tentempié- Afirmo de inmediato el cocinero dejando de lado cualquier cosa que estuviera haciendo para mirar a la chica.

-¿Ah?, no se trata de eso- se apresuró a negar la chica con un rápido movimiento de manos –Vine a entregarte esto- Nami extendió un pequeño paquete entre sus manos y Sanji lo miro un poco sorprendido.

-¿Eh?, de que se trata –Dijo Sanji curioso mientras retiraba el empaque con cuidado, la chica sonrió.

-Son yukatas, uno para ti y el otro para Zoro, elije el que más te guste y después puedes darle el otro a Zoro-La chica sonrió y Sanji devolvió la sonrisa.

-Eh… Tú siempre tan amable Mellorine, ¿A qué se debe tan inesperado regalo?-Pregunto Sanji aun mirando la suave tela de los yukatas.

-Habrá un festival pronto en el pueblo, al parecer seguiremos aquí para ese día, por lo que Robin y yo fuimos a conseguir un par de yukatas, estaban de oferta así que decidimos comprar para todos-Nami le restó importancia, pero la sonrisa en Sanji se ensancho.

-Así que un festival, ha pasado tiempo desde que fui a uno por última vez, muchas gracias mellorine-

-No es nada- La pelirroja soltó un suspiro-Como sea, Sanji-kun, te encargo que le des el yukata a Zoro- Dicho eso la muchacha salió de la cocina y Sanji se mantuvo pensativo.

Extendió ambos yukatas en su perfectamente limpia mesa y los observo a detalle; uno era azul celeste, con pequeños detalles verdes en forma de hojas y una faja color hueso; el segundo era totalmente negro, a excepción por unas llamas rojas en las mangas, también portaba una faja color rojo con detalles en café; ambos eran hermosos, como era de esperarse de algo que eligió la navegante.

Sanji sonrió suavemente y por algún motivo lo primero que se le vino a la mente fue que el negro era perfecto para Zoro, “Se le vería increíble”, se encontró pensando a sí mismo, para de inmediato sentirse culpable de sus propios pensamientos y corregirse con un “El azul se me vería increíble a mí. “

Guardo ambos Yukatas en un lugar donde no pudieran ensuciarse, ya le entregaría a Zoro el suyo cuando lo viera.

Luego de esa pequeña distracción siguió con lo suyo, centrándose en terminar la cena.

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Un par de horas pasaron y la cena estaba lista, se aseguró de servir todo con una presentación digna de restaurante de 5 estrellas y luego de tomar aire, grito a todo pulmón un único - ¡A cenar!-

No pasaron ni 5 minutos para que uno a uno todos los tripulantes fueran llegando.

El primero en llegar sin duda fue Luffy, que entraba con el entusiasmo de quién no ha comido en décadas. Enseguida de él aparecieron Robin y Nami, tras ellas apareció Usoop seguido por Chopper y por ultimo llegaron Brook y Franky con una charla de lo más animada.

Todos habían aparecido a excepción de Zoro, cosa que no era común.

Sanji se cuestionó a si mismo ir a asegurarse que Zoro no se hubiera quedado dormido, pero entonces el peliverde apareció por la puerta caminando a paso lento.

-¿Qué pasa marimo?, ¿Te perdiste camino a la cocina?- Pregunto el rubio burlón mientras entregaba su palto al único integrante restante, pero se detuvo al obtener una mirada fría como respuesta.

-No estoy de humor para soportarte- Respondió el peliverde con muy mala cara, para después llevarse una mano a la cabeza, mostrando una visible expresión de dolor y ganándose la preocupación del renito.

Chopper se ofreció a revisarlo y Zoro no se negó, lo que era inclusive más extraño, pues si se trataba de necedad nadie ganaba al peliverde.

-Oi, Marimo, ¿Te encuentras bien?- Dejo salir Sanji con honesta preocupación, acercándose un poco a Zoro, pero este no respondió, simplemente lo miro con los ojos entre cerrados y sin más cayó al suelo inconsciente.

-¡Zoro!-reacciono de inmediato el capitán que estaba sentado a su lado, provocando que todos entraran en pánico.

-¡Un doctor!, ¡Llamen un doctor!- Grito en completo pánico el renito, tomando una postura profesional en cuanto recordó que él era el doctor, acercándose a pasos acelerados hasta Zoro.

Lo reviso ante las atentas miradas de todos, pero sobre todo de Luffy que observaba todo de cerca -¿Se encuentra bien Chopper?- dejo salir el capitán luego de que el medico soltara un suspiro.

-Zoro está bien, no se preocupen- Dejo salir para tranquilizar a todos –Sólo tiene algo de fiebre, lo llevare a mi consultorio para que pueda descansar- dicho eso el renito tomo forma humanoide y se llevó a Zoro entre sus brazos.

Todos los tripulantes siguieron a Chopper hasta la enfermería, aún algo consumidos por la curiosidad.

-Necesito que alguien me ayude a cuidarlo en la noche, pienso hacerle algunas pruebas y estaré un poco ocupado- Pidió el renito y de inmediato el esqueleto levanto la mano.

-Con gusto lo ayudare, Chopper-san- Dijo entrando junto al renito a la enfermería y dicho eso todos se retiraron.

El ambiente del barco se volvió menos tenso, pero aun había un sentimiento extraño rondando por el barco, aunque más de uno no lo fuera a admitir en voz alta, la gran mayoría estaban preocupados por Zoro y el cómo había caído inconsciente tan repentinamente.

Ese sentimiento incluso lo compartía cierto rubio, que no pudo pegar los ojos en toda la noche.

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A la mañana siguiente el primero en despertar fue Sanji, como ya era costumbre tenía que levantarse temprano para preparar el desayuno de toda la tripulación.

Aún estaba preocupado por Zoro, pero como no había ocurrido nada en la noche se había tranquilizado un poco.

Por algún motivo contaba con que esa mañana Zoro se despertaría como nuevo, le restaría importancia al asunto ignorando las quejas de Chopper y se presentaría al desayuno como cualquier otro día.

-Bien, no estaría mal preparar onigiris- Murmuro Sanji al aire, los onigiris eran la comida favorita del espadachín y Sanji siempre solía hacer la comida favorita de sus amigos cuando los veía algo desanimados o enfermos, él no se llevaba especialmente bien con el peliverde, pero no era tan desalmado para no sentirse mal por él y menos si se trataba de comida.

-Onigiris…no hay nada más sencillo que esto- murmuro mientras preparaba el arroz y tarareaba una canción al aire. Sanji siempre había sido del pensamiento que uno es lo que come y creía que esa regla se aplicaba perfectamente al espadachín, Zoro de alguna manera era sencillo como un onigiri.

Comenzó a cortar algunas verduras para el relleno y entonces en un torpe movimiento se hizo un corte en el dedo, cosa que no le pasaba desde que era un estudiante de cocina.

-Un mal presagio… - pensó inevitablemente, cuando entonces un grito de terror resonó en todo el barco - ¡¡¡UN ESQUELETO!!!- era la voz de Zoro.

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Cuando abrió sus ojos se sentía desorientado y el dolor de cabeza aun no desaparecía en su totalidad-Mi cabeza…- murmuro adolorido mirando a su alrededor.

Intento levantarse, pero no consiguió hacerlo con facilidad, pues su cuerpo se sentía pesado y adolorido, como si hubiera tenido una gran batalla hace unas pocas horas.

-¿Qué está pasando? –Se atrevió Zoro a preguntar al aire y cuando sus ojos se acostumbraron a la luz se percató de que esa habitación no era ninguna que hubiera visto antes.

-¿Dónde estoy?- de nuevo pregunto sin esperar obtener respuesta, pero segundos después un murmullo llamo su atención. Se dio la vuelta y a su lado se encontraba alguien dormido, le costó un momento deducirlo pero cuando lo hizo casi se cae de la cama.

-¡¿Sanji?!- grito con los ojos abiertos como platos, parecía increíble pero no cabía duda, ese muchacho que dormía a su lado era sin duda alguna Sanji.

El grito de Zoro inevitablemente despertó al rubio, provocando que Zoro tuviera un mini ataque de pánico.

Sanji sólo tallo suavemente sus ojos y después miro a Zoro con una cálida sonrisa –Buenos días Zoro- Murmuro llevando una mano al rostro del contrario, y acercándose un poco para besarlo luego de depositar una suave caricia en su mejilla.

Zoro no tuvo ni siquiera oportunidad de reaccionar pues todo eso lo tomo por sorpresa, ¿Qué pasaba con ese alegre despertar?, los labios del cocinero rozaron los suyos con suavidad y Zoro que en un principio estaba confundido ahora sufría un corto circuito cerebral.

-¿Qu-Qué haces?- alcanzo a murmurar el peliverde cuando los labios del cocinero lo liberaron por apenas unos segundos, pero Sanji no pensaba darle tiempo de enfriar su mente. Apenas tuvo la oportunidad empujo a Zoro para que se recostara y se montó sobre él, continuando el beso y volviéndolo en algo mucho más sexual y lascivo.

Sanji comenzó a restregar su cuerpo sobre el del contrario y Zoro sentía que se encontraba en el sueño húmedo más extraño de toda su vida.

-Espera… cocinero- Aparto Zoro al rubio interponiendo sus manos, pero Sanji no se lo tomo a mal, se incorporó sobre el cuerpo del peliverde, sentándose sobre la cadera del contrario.

Fue ahí donde Zoro se percató de un par de cosas, él mismo estaba desnudo y Sanji llevaba tan solo ropa interior.

Inevitablemente los colores se subieron a su rostro, no tenía otra forma de reaccionar ante la comprometedora situación en que se encontraba; por otro lado Sanji sonrió divertido al encontrarse con los ojos de Zoro estudiándolo.

-¿Te gusta lo que ves Zoro-kun?- pregunto coqueto, mordiendo suavemente su labio y recorriendo su propio pecho con su mano, invitando a Zoro a observar a detalle.

Zoro inconscientemente o tal vez no tanto, observó a detalle el cuerpo del rubio; no era la primera vez que veía esa pálida piel, pero si era la primera ocasión en que la miraba en otro contexto, un contexto en el que no podía evitar prestarle atención a detalles innecesarios, como la forma de su cintura o el cómo su clavícula se marcaba en su delgado cuerpo.

Las miradas interesadas del peliverde hicieron sonreír con satisfacción a Sanji, que al momento de llegar a su bóxer tiro un poco de el para dejar asomarse un poco de bello, también a la vez comenzó a mover un poco sus caderas, rosando sugerentemente el miembro de Zoro, el cual comenzaba a despertar.

Zoro seguía en shock, sin saber cómo reaccionar y considerando seriamente que eso era un sueño muy, muy extraño.

Sanji se acercó un poco y volvió a besarlo, mordiendo sus labios de forma sensual.

Esa fue la gota que derramo el vaso para Zoro, que rápidamente aparto al rubio de un solo movimiento, se sentía aturdido, pero sobre todo confundido.

-¡Largo de aquí!- grito con la respiración agitada luego de tanta acción.

Sanji lo miro con bastante confusión, pero un segundo después se encogió en hombros –Como quieras…hoy no sé qué mosca te ha picado- el rubio se levantó de la cama, tomo algo de ropa de un armario del lugar y salió por la puerta de la habitación, dejando a un Zoro completamente confundido en la cama.

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*Oniguiri: Es un plato japonés que consiste en una bola de arroz rellena o mezclada con otros ingredientes. Suele tener forma triangular u oval, y a veces está envuelta en una pequeña tira de alga nori.

*Kanshi Den Den Mushis: Den den mushis de vídeo, similares a cámaras de seguridad.

*Yukata: El yukata, es una versión más casual y ligera del kimono, se usa en eventos de verano al aire libre, tales como exhibiciones de hanabi (fuegos artificiales) y festivales de bon-odori.

 

Notas finales:

Jajaja ¿qué les pareció el capitulo?,  A mí en lo personal me gusto el final, espero recibir mas reviews con su opinión y de nuevo les agradezco por leer lo que escribo.


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