- ¡¡¡UN ESQUELETO!!!- era la voz de Zoro.
Sanji salió corriendo como alma que lleva el diablo -¡¿Qué ocurre?!- grito intentando obtener respuesta, ¿Un ataque?, ¿Le había pasado algo a Zoro?... ¿Un esqueleto?, ¿Brook? Y antes de que las cosas terminaran de encajar en la cabeza del rubio un segundo grito se escuchó en la cubierta y segundos después un Zoro desnudo salió corriendo de la enfermería.
-¡Monstruos!- Paso Zoro corriendo a un lado del cocinero, dejándolo helado como un cubo de hielo, Zoro estaba completamente desnudo a excepción de una sábana que cubría sus partes nobles y tras de él iban Chopper y Brook, gritando como histéricos.
La cara de cara de Zoro era puro terror, similar a la que puso Sanji cuando presencio tremenda escena.
-¡Yo también quiero jugar!- Apareció de un segundo a otro Luffy y tras él no tardó en aparecer el resto de la tripulación que también se habían despertado con los gritos.
-Sanji-kun, ¿Qué le ocurre a Zoro?- Hablo primero la pelirroja, haciendo la pregunta que todos los presentes tenían en mente.
-Yo tampoco tengo idea- Se apresuró a negar el rubio, aunque había llegado antes que el resto también estaba en blanco.
Todos se quedaron un momento en silencio, observando el show frente a sus ojos, nadie parecía tener intención de detenerlos y Zoro tampoco parecía tener intenciones de dejar de huir.
-¡Zoro-san!, ¡Espere!- Gritaba el esqueleto agotado, era increíble que ni él con su increíble velocidad fuera capaz de atraparlo, Zoro era escurridizo.
-¡Zoro!, ¡Necesitas descansar!, ¡Vuelve a la enfermería ahora mismo!- Gritaba de igual forma el renito hecho una furia.
-¡Cállense!, ¡¿Cómo saben mi nombre!, ¡Aléjense de mí!- Les respondió Zoro que apenas y podía respirar por estar corriendo como loco.
-¡Zoro!, ¡Deja de jugar!, ¡¿Por qué huyes de Brook y Chopper?!-Grito esta vez Nami y los ojos del peliverde se dirigieron al resto de la tripulación, en ese momento se detuvo por un instante y Robin no desperdicio esa oportunidad, invocando unas cuantas manos que lo retuvieran.
-¡Déjenme!, ¡¿Qué diablos es esto?!- Grito de nuevo en pánico el espadachín, a simple vista aterrado por las manos que lo apresaban.
La persecución al fin se detuvo y todos se acercaron un poco más relajados.
-¡Zoro!, ¡Te dije que no huyeras!- regaño de inmediato el renito, pero Zoro no respondió, fue entonces cuando Robin al fin hablo.
-¿Por qué huyes espadachín-san?- Pregunto la morena con su usual sonrisa tranquila y de inmediato Zoro la miro.
-¡¿Robin?!- Grito Zoro, el cual parecía atónito, enseguida se dio la vuelta y comenzó a mirar al resto de la tripulación.
-¡Ustedes!, ¡Bastardos!, ¡¿Qué clase de broma pesada es esta?!-grito hecho una completa furia, fulminando a todos a su alrededor con la mirada.
-¿Ah?- se apresuró a responder el rubio con completo fastidio por el tono con el que Zoro les había hablado -¿De qué hablas estúpido marimo?, ¿Al final la fiebre te fundió el cerebro?-
-¡Y sobre todo tú Sanji!, ¡Me sorprende que accedieras a participar en esta tontería!, de Luffy y Nami no me sorprende, ¡Pero tú!- Grito el espadachín dejando inclusive más confundida a la tripulación -¿Y bien?, ¿Quién les hizo los disfraces?, ¿Usopp?-
-¿De qué mierda hablas estúpida alga?-
----------
Habían pasado más de 20 minutos desde que el cocinero había abandonado la habitación y Zoro aún se encontraba sentado sobre la cama con la cabeza hecha un completo lió.
No terminaba de comprender nada de lo ocurrido, aun peor, su cerebro ni siquiera concebía la idea de él mismo haciendo algo con el cocinero que no fuera intercambiar golpes.
Pero no estaba loco, estaba seguro que lo que había pasado hace un momento no había sido obra de su imaginación, había sido real, ¡el cocinero lo había besado! y no sólo eso, muchas cosas más.
-Ese bastardo…- Murmuro Zoro completamente fastidiado, sabía que el cocinero estaba en celo los 365 días del año, ¿Pero su desesperación había llegado a ese punto?, ¿La abstinencia le había dañado el cerebro?
Pero no tenía sentido, recién habían anclado en una isla, ¿Por qué no iba a flirtear con alguna pueblerina en vez de lanzársele al primer hombre que ve?
Zoro no dejaba de darle vueltas al asunto aunque en realidad la vida amorosa del cocinero era el último de sus problemas. Por lo repentino de lo sucedido no pudo preguntarle al cocinero donde se encontraba y aun peor, después de lo que había hecho Sanji podía sentir como el calor aumentaba en su entrepierna.
Era una completa tontería y le costaba admitirlo, pero los movimientos del cocinero habían logrado excitarlo. Era humillante y una completa deshonra para un espadachín, pero en ocasiones el cuerpo reacciona con cualquier cosa, por más extraña o desagradable que sea.
Lo qué tenía no era una erección en su totalidad, pero si era esa molesta sensación de “Estoy excitado”, ese molesto cosquilleo que se pega al cuerpo hasta que no es saciado.
¿Cuál era la solución?
Masturbarse claramente.
¿Pero masturbarse en un lugar como ese?, en primer lugar, ni siquiera sabía dónde estaba, ¿Y si el Sanji en celo volvía a aparecer?...incluso a que no apareciera, masturbarse por las caricias del cocinero era impensable, ¡Una completa derrota!.
-Lo soportare- dijo Zoro a la nada con decisión, mirando su propio miembro que resaltaba un poco entre las sabanas; una prueba de que incluso se había excitado un poco más mientras decidía si masturbarse o no.
Era un fastidio, ¿Y si el cejillas descubría su erección?, pensar en el estúpido cocinero burlándose lo sacaba de quicio, aunque eso era principalmente la maldita culpa del rubio por actuar como gato en celo 24/7.
-Tks…tal vez… si lo hago sólo un poco….- Murmuro al aire Zoro, librando la mayor batalla de su vida –Si pienso en cualquier otra cosa que no sea el estúpido cocinero mientras lo hago, entonces no es una derrota- Se aclaró a sí mismo, con una aterradora aura de decisión.
-¡Bien!, ¡Entonces voy a masturbarme!- Proclamo decidido y entonces… sus ojos se cruzaron con los de alguien que miraba desde la puerta.