—¡TaeHyung-ah!, despierta… —entonó JiMin, el adorable vocalista de BTS, en voz alta.
V continuaba durmiendo a pesar de que era bastante tarde. Se removió entre las sábanas y colocó una de las almohadas sobre su cara tratando de ignorar al otro.
—¡Yah! —el vocalista se tendió sobre el terco dormilón y movió la cama fuertemente; realmente no le importaba si esto le molestaba al menor, puesto que su finalidad era aquella: que abandonara la cama. Como veía que su acto no funcionaba, no tuvo otra opción más que salir del suave refugio, no sin antes contraatacar con cosquillas a su adversario.
V se tomó unos minutos antes de levantarse e ir hacia la sala.
—Nos haremos tarde para el ensayo y ¿tú aún sigues en pijama? —efunfuñó, con fingida molestia, RapMonster; sabía que su compañero tenía ciertos “problemas” a la hora de despertar.
—Hyung es un tardón… —enunció el maknae tratando de enfatizar lo dicho por su líder.
V restregó sus ojos con algo de torpeza y, sin tomar en cuenta lo dicho por los otros, se fue a tomar un baño.
Abrió la llave del agua y, mientras esperaba a que ésta calentara y llenara la tina, fue despojándose de sus prendas. En eso, se vio frente al espejo. No tomó importancia a su figura, solo observó su rostro.
—¿Realmente… me parezco a él?
Aún tenía en mente la imagen de DaeHyun, el vocalista de B.A.P. Prácticamente desde su debut como miembro de BTS, pasó a ser el clon de aquel artista. La gente comparaba y comparaba y, definitivamente, eso no le agradaba en absoluto. Ladeaba el rostro de un lado a otro, tratando de hallar un parecido, pero, según él, realmente no se parecían. El espejo empezó a empañarse debido al vapor proveniente de la bañera y solo así dejó de pensar en DaeHyun.
El agua hervía; era algo perfecto para iniciar con aquel frío día. Remojó su cuerpo en ésta, intentó tranquilizarse, y olvidar lo antes mencionado.
—¡Hyung! —la puerta del baño fue golpeada bruscamente repetidas veces—, por demorar tanto ya nos hicimos tarde… Manager hyung vino a recogernos con el auto y… no está nada feliz —comentó el pequeño JungKook con voz temerosa al otro lado de la puerta—. Él dijo que tendrás que ir solo al sitio de prácticas. Sobre la mesa dejo la dirección exacta. ¡Te quiero, hyung! Por favor, no demores mucho.
V escuchó atentamente lo dicho por su maknae y suspiró aliviado. Como sabía que los demás ya no estarían esperándolo —al menos no dentro del domicilio de BTS— se sintió más calmado, pues ya no estaría apurado en salir del baño.
Oyó la puerta principal cerrándose de un portazo y las voces de sus compañeros deshaciéndose.
Cerró los ojos, nuevamente la imagen de DaeHyun regresó a sus pensamientos. Él sabía que su sunbaenim no tenía culpa de nada, pero tampoco podía evitar molestarse por la comparación; aunque de cierta manera era agradable ya que sabía que DaeHyun era muy talentoso también.
Abandonó la tina; su cuerpo parecía haber tomado la textura de una pasa. De nuevo observó el espejo, aunque ahora éste solo le mostraba una figura imposible de ver, un dibujo abstracto. El espejo estaba totalmente empañado y nada se podía se distinguir. Se veía a sí mismo como una sombra… Y entonces V se sintió así, como la sombra de DaeHyun.
Tomó el desayuno a medio día; sí, a medio día, aunque él realmente no estaba ni enterado de la hora. Mientras daba una mordida a la tostada cubierta con mantequilla, leía el papel que anteriormente el maknae había dejado ahí. Aunque no era el mismo sitio de prácticas que solían utilizar, ciertamente el lugar era muy concurrido, así que llegar no se le haría nada difícil.
Se colocó una gruesa chaqueta, tomó el papel con la dirección escrita y abandonó el lugar.
Caminó unos cuantos metros hasta llegar al paradero de taxis y se subió a uno. Indicó al chofer la dirección y éste se dispuso a llevarlo al lugar.
V iba escuchando música con el iPod, cuando de repente una llamada telefónica interrumpió el momento. Observó el nombre del remitente: JiMin hyung. Detuvo el reproductor y respondió al llamado tan rápido como pudo.
—JiMin hyung…, ¿qué pasa? —dijo el copiloto mientras tapaba su otro oído tratando de mejorar su audición.
—¿Dónde andas? El coreógrafo está enojado —habló el vocalista al otro lado de la línea—. Necesitamos que estés aquí… ¡ahora!
—Ya voy a llegar… —el menor observó su reloj de mano, eran más de las 14:00 horas y el ensayo estaba proyectado para las 11:00.
—Apúrate, ¿sí? —fue lo último que el otro mencionó antes de finalizar la llamada.
V estaba muy preocupado. Se había hecho demasiado tarde y sus compañeros eran quiénes tenían represalia de esto. Miró hacia afuera de la ventana y divisó muchos autos alrededor. El tráfico se había hecho cargo de molestarle en el peor momento. V movía los pies de intranquilidad, pero esto no servía de nada. Pasaron uno, dos, tres, hasta diez minutos, pero los autos no se movían. Decidió que tendría que continuar el resto del recorrido a pie. Pagó al conductor el dinero correspondiente y salió del auto. Empezó a correr sobre la acera, tratando de esquivar todos los obstáculo-personas que caminaban por ahí. En una de esas, la estrategia no funcionó y empujó, quizás casualmente, quizás no, a alguien. Instintivamente se detuvo para pedir disculpas al agredido.
—L-lo siento… —dijo el pequeño con voz entrecortada y sin poder alzar la vista debido a la vergüenza.
—No tienes por qué disculparte —respondió el otro, observándole con una mínima sonrisa.
V alzó la vista y tragó en seco. Se quedó perplejo al observar a la persona que yacía frente a él. Definitivamente ahora no se estaba mirando frente al espejo, pero seguía siendo perseguido por aquel fantasma.
—¿U-usted es… DaeHyun de B.A.P? —los ojos del menor no podían dejar de observar al otro; estudiaba cada gesto, cada rasgo de aquel bello rostro.
Aunque V había visto fotos de DaeHyun, no se había presentado la oportunidad de verlo en vivo y en directo, así que esperó por una respuesta, sin embargo, estaba casi seguro de que había dado en el blanco.